Tomas y Mateo

Imagen 1: Incrédulo Tomás de Bernardo Strozzi, 1620.

Estimado lector vamos a estudiar a Tomas y Mateo como partes de nuestro ser. Históricamente el apóstol Tomás, el que dudó de la resurrección de Jesús el cristo; para convencerse de que realmente era Jesús, pidió meter el dedo en la herida del costado. Se le ha considerado como incrédulo.

Estudiado desde el punto de vista, como parte de nuestro Ser, Tomás es el que nos enseña la sensatez; a discernir mientras meditamos; a tener paciencia en nuestras prácticas o ejercicios gnósticos; a desarrollar la comprensión, etc. porque esta parte del Ser nos enseña a manejar la mente.

La antítesis de Tomás que la mayoría cargamos, nos mantiene incrédulos, impacientes, con la mente turbulenta, ansiosos cuando estamos meditando, la mente que nos hace que recitemos atropelladamente una oración en lugar de orar pacientemente.

El Tomás particular nos enseña que debemos guiarnos por la sabiduría divina que nos pueden dar las diferentes partes del Ser. Tomás por medio de su Evangelio nos estimula a cumplir con el tercer factor de la Revolución de la Consciencia que es el sacrificio por la humanidad bien entendido. Él solo acepta al Instructor del mundo, al Cristo Íntimo de cada uno de nosotros.

Querido lector para tratar de describir al Tomás interior particular de cada uno de nosotros, vamos a tomar la oración del Padre Nuestro. Cuando recitamos el Padre Nuestro, lo hacemos atropelladamente, inconscientemente, esto es porque nuestro Tomás interior se aleja y lo que debemos hacer es pedirle que nos auxilie para que en lugar de recitar, oremos, reflexionemos y meditemos cada frase de la oración.

O bien, si el caso, es el discernimiento y el trabajo realizado para la comprensión de algún defecto psicológico y esto se hace con paciencia infinita, ahí está nuestro Tomás interior como una parte de nuestro Ser.

Nos dice Tomás: … “Cada uno de nosotros es un paria y un miserable, sólo el Cristo íntimo puede salvarnos y sacarnos del dolor.

Solo quien sabe ser sereno, trabajar y ser paciente, puede ser salvado. Únicamente el Dios Íntimo puede conducir a Israel, es decir, a todas las partes independientes y autoconscientes, lejos de todas las aflicciones.

Sin embargo, es menester disolver los agregados psíquicos, antes de llegar al puerto de la suprema felicidad.” (Pistis Sophía)

Reflexionando detenidamente en Tomás, nos damos cuenta que el necesita ver y tocar las heridas de Jesús para creer. Apliquemos esta acción en nuestras prácticas y no creamos por creer, por ejemplo: si se nos dice que existe el mundo astral, al cual podemos ir, a través de nuestros sueños conscientes, pues entonces seamos como Tomás y comprobémoslo por experiencia propia, trabajemos pacientemente hasta visitar conscientemente ese mundo del que tanto nos hablan las enseñanzas gnósticas.

No seamos loros repitiendo por imitación que el mundo astral existe, que se puede viajar al mundo los sueños, etc… Los invito estimados lectores a que el Tomás interior compruebe esos mundos por experiencia propia, practicando pacientemente, comprendiendo la simbología de los sueños, moviéndonos conscientemente en el mundo astral. Hay muchísimas otras prácticas, con tan excelentes resultados cuando aflora en nosotros la paciencia, la sensatez y la comprensión de nuestro Tomás interior.

APÓSTOL MATEO

Imagen 2: La inspiración de San Mateo, Caravaggio, 1602.

Mateo es uno de los cuatro evangelistas del nuevo testamento y cada uno de ellos es representado emblemáticamente por un símbolo especial. Marcos, Lucas y Juan son representados por un animal un león, un toro y un águila respectivamente; mientras que al apóstol Mateo se le simboliza con un ángel.

Un ángel que porta un libro y una pluma, alegorizando la ciencia pura, la sabiduría, la alquimia de los antiguos, la fórmula exacta para mutarnos de hombres intelectuales a superhombres o ángeles.

Desde el punto de vista como parte de nuestro Ser, Mateo nos entrega las fórmulas del conocimiento basado en la trasmutación científica que convierte el plomo (nuestros elementos indeseables o defectos psicológicos) en oro puro, (virtudes).

Recordemos que el conocimiento, para que sea completo tiene que ser basado en los cuatro pilares: ciencia, filosofía, arte y mística. En este caso es el apóstol Tomás, encargado de la Ciencia Pura.

Actualmente la ciencia pura está de nuevo religando a lo material con lo espiritual, aplicando la física cuántica como lo hacían los antiguos alquimistas.

En síntesis, vamos a concluir diciendo que en las enseñanzas gnósticas se nos dice que tenemos 7 cuerpos, los primeros cuatro son llamados cuerpos densos, o inferiores…, a través de esa ciencia pura que representa Mateo, los cuatro cuerpos inferiores: físico vital, astral y mental tenemos que trabajarlos alquímicamente, dejando que nuestro Tomás interior nos auxilie en la comprensión de los elementos indeseables que cargamos dentro, ¿Cómo? Cambiando los defectos psicológicos por virtudes; ejemplo: la gula por la templanza, la lujuria por la castidad científica, la ira por la paciencia, la codicia por la generosidad, etc.

Enviado por instructor: Instructora: Nelly López Villa. Hermosillo, Sonora

Imagen 1:  Incrédulo Tomás de Bernardo Strozzi, 1620. Imagen 2: La inspiración de San Mateo, Caravaggio, 1602.

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