Los 24 Ancianos del Apocalipsis

Imagen 1: Apocalipsis. Georg David Nessenthaler. 1755.

Encontramos en el Apocalipsis de San Juan que se mencionan 24 ancianos, en 24 tronos alrededor de la misma divinidad, con vestiduras blancas, y además coronados. «Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas». (Apocalipsis 4:4).

Indudablemente se trata de maestros auto realizados, que han logrado infinitos grados de perfección interna y que además gobiernan las constelaciones zodiacales. Dos maestros gobiernan cada constelación zodiacal y tenemos sus nombres: Aries: Sataaran y Sarahiel. Tauro: Bagdal y Araziel. Géminis: Sagras y Saraiel. Cáncer: Randhar y Phakiel. Leo: Sagham y Seratiel. Virgo: Iadara y Schaltiel. Libra: Grasgarben y Hadakiel. Escorpión: Richol y Saissaiel. Sagitario: Vhcri y Saritaiel. Capricornio: Sagdalon y Semakiel. Acuario: Archer y Sakmakrel. Piscis: Rasamasa y Vacabiel.

Cada signo zodiacal tiene una sabiduría que entregar y por lo tanto debemos desarrollar en nuestra vida. Por ejemplo, Aries está relacionado con el fuego sagrado, la voluntad, el Cristo íntimo, entre otras cosas. Tauro es el verbo, la laringe creadora. Géminis se relaciona con mercurio y las salidas astrales. Cáncer con la imaginación, los nacimientos. Leo con el corazón, la intuición, la meditación, la oración. Virgo con la Madre Divina. Libra con la Ley del Karma. Escorpio con la supra sexualidad. Sagitario con el acabar con lo animal para resurgir. Capricornio con las mónadas. Acuario con el saber y la revolución íntima. Piscis con la Noche Madre y las almas humana y divina.

Al mismo tiempo se relacionan con los 12 sentidos del ser humano; los 5 sentidos que tenemos actualmente medio desarrollados: vista, olfato, gusto, tacto y oído. Más los siete chakras fundamentales: El coccígeo, prostático-uterino, umbilical, cardiaco, laríngeo, frontal y occipital.

Imagen 2: Juan de Patmos. Limbourg brothers. 1411-1416

Somos un universo en miniatura, cada átomo es materia, energía y conciencia. En el cerebro tenemos 24 átomos angélicos que se relacionan con estos 24 ancianos. Esto quiere decir que si bien existen 24 maestros de la gran fraternidad blanca rigiendo las 12 constelaciones zodiacales hay en nuestro universo interior elementos que se relacionan con ellos.

Tenemos además doce regiones en el cuerpo humano que son realmente regiones zodiacales, donde reinan las más profundas tinieblas, pues tenemos la conciencia dormida que es urgente despertar.

«Aries, gobierna la cabeza; Taurus, la garganta; Géminis, los brazos, piernas y pulmones; Cáncer, la glándula timo; Leo el corazón; Virgo, el vientre, los intestinos; Libra, los riñones; Escorpio, los órganos sexuales; Sagitario, las arterias femorales; Capricornio, las rodillas; Acuario, las pantorrillas; Piscis, los pies. Es realmente lamentable que este zodíaco viviente del Micro-Cosmos hombre, duerma tan profundamente. Se hace indispensable lograr a base de tremendos súper-esfuerzos, el despertar de la conciencia en cada uno de nuestros doce signos zodiacales. Luz y conciencia son dos fenómenos de una misma cosa; a menor grado de conciencia, menor grado de luz; a mayor grado de conciencia, mayor grado de luz. Necesitamos despertar conciencia para hacer brillar y centellear cada una de las doce partes de nuestro propio zodíaco Micro-Cósmico. Todo nuestro zodíaco debe convertirse en luz y esplendor.» (Samael Aun Weor).

En este trabajo, no estamos solos, el Ser ha desdoblado 24 partes, emanaciones de él mismo, que gobiernan nuestro zodiaco interno y la sabiduría que cada constelación rige. Se trata de 24 partes autónomas e independientes de nuestro Ser que tienen la sabiduría de los 12 signos zodiacales. Partes del Ser que están siempre listas, a las cuales podemos acudir para pedir ayuda, sabiduría, iluminación.

Es algo extraordinario y maravilloso saber que, si existen dos grandes maestros de luz que rigen cada una de las constelaciones en el macrocosmos, también existen dos partes del Ser, con la misma sabiduría, los mismos conocimientos y se encuentran dentro de nosotros, en el microcosmos.

Con justa razón, Hermes Trismegisto escribió en su tabla esmeraldina; Tal como es arriba es abajo. Lo que existe en lo infinitamente grande, existe en lo infinitamente pequeño. Es sorprendente ver cuántos misterios hay en nuestro universo interior, que debemos descubrir en forma totalmente práctica.

Por ello es que quien no logra descubrir las enseñanzas sagradas en sí mismo, jamás logrará encontrarlas en ninguna parte.

Enviado por instructor: Jenaro Ismael Reyes Tovar

Imagen 1: Apocalipsis. Georg David Nessenthaler. 1755. Imagen 2: Juan de Patmos. Limbourg brothers. 1411-1416

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