Apóstol Felipe

Imagen 1: Apóstol Felipe. Rubens, 1611.

Existen los doce apóstoles históricos, sin embargo, también están dentro de nosotros como emanaciones de nuestro Ser Interior, son muchas las partes forman a nuestro Cristo Íntimo, mencionamos solamente 49 que son fundamentales, esas partes deben reintegrarse para formar a nuestro Ser, pero ante todo debemos conocernos a nosotros mismos como lo dice la inscripción en el templo de Delfos “Hombre conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los dioses”, misma que no ha sido comprendida del todo. Solamente conociéndonos podemos trabajar objetivamente. ¿Quiénes somos realmente?, ¿De dónde venimos?, ¿Por qué venimos?, ¿Cuál es el objetivo de la existencia?

Comprender la doctrina de los muchos yoes es fundamental si queremos un verdadero cambio y la auto observación íntima es un medio práctico para lograrlo; necesitamos ver a los distintos yoes en acción, descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que en cada uno de ellos existe un porcentaje de consciencia encerrada. La mente es difícil colocarla donde uno desea, normalmente salta de una percepción a otra, de un pensamiento a otro, urge hacernos conscientes de nuestros procesos mentales.

Debemos vivir el momento, sin detenernos en ningún lugar, ni en un objeto en particular, lo cual debe entenderse como un estado de vigilia constante, ubicarnos en el lugar y espacio presente, sin pasado, ni futuro. Observándonos profunda y serenamente en nuestro pensar, sentir, actuar, reaccionar, etc., encontraremos el material psíquico para trabajar consigo mismos y así nos vamos conociendo verdaderamente.

La mente debe quedar quieta completamente, el silencio y la quietud mental tienen un objetivo: Liberar la Esencia para que ésta, fusionada con la mónada o el Íntimo, pueda experimentar eso que llamamos Verdad.

“Hay un tipo de meditación que está dedicada a la auto observación del ego con el propósito de desintegrarlo, de volverlo cenizas. Hay también otro tipo de meditación que tiene por objeto llegar un día a la experiencia de lo real” (S.A.W.)

Si anhelamos la experiencia en cuerpo astral necesitamos un porcentaje de consciencia libre o despierta y llamar a nuestro Felipe interior en el momento de estar dormitando, entre la vigilia y el sueño, cuando el cuerpo se siente como inflado, siente que flota o levita, se repite la frase: “Al cielito Felipe”, repitiendo las veces que sean necesarias para preparar el cuerpo, en ese momento se habla a Felipe rogándole nos auxilie. Es un maestro del astral y la ciencia Jinas.

Todo cuerpo es tetradimensional (cuatro dimensiones), la cuarta coordenada o cuarta vertical es el fundamento básico de toda mecánica. El espacio intermolecular corresponde a la cuarta dimensión.

Imagen 2: San Felipe, ícono ruso de la primera cuarta parte del siglo XVIII.

En la cuarta dimensión la percepción es objetiva. Ahí vemos los cuerpos por delante, por detrás, por encima, por debajo, por dentro, por fuera, es decir completos, todos los objetos aparecen completos, en forma simultánea y ahí la percepción es objetiva.

Con el poder del apóstol Felipe podemos sacar nuestro cuerpo físico de entre el mundo de tres dimensiones a la cuarta dimensión

 En este mundo tridimensional: largo, ancho y alto, jamás vemos un cuerpo completo, solo vemos planos, largos, ángulos, etc. La percepción es incompleta y subjetiva.

Para salir en cuerpo astral se requiere un poco de sueño. Para llevar el cuerpo físico en estado Jinas, se requiere menos sueño y muchísima fe, si alguien lo invoca con pureza de corazón, obtendrá formidables prodigios.

En otro aspecto Felipe y Santiago fueron los apóstoles llamados por Jesús a seguirlo y a continuar su labor de edificar el Reino de Dios, así como junto con Tomás y Mateo fueron los escribas de todos los discursos y dan testimonio de todas las obras del Cristo Íntimo.

Nos encontramos en tiempos muy difíciles, donde hay confusión y temor, aspiramos a que haya un cambio positivo en la humanidad, pero la gente no entiende que la sabiduría divina es la única tabla de salvación, tenemos el conocimiento a nuestro alcance y lo repudiamos, lo rechazamos, no queremos abandonar nuestros vicios y maldades, odios, pasiones y un sinfín de elementos indeseables, pero lo que no sabemos es que cuando una Ley Cósmica entra en acción, de nada sirven esas oposiciones, hoy la confusión que reina en nuestro afligido planeta es prueba evidente de castigo, porque cuando los dioses quieren castigar a los hombres primero los confunden. Estamos una época de transición, cambio y selección, en cada uno está el poder de elegir.

Feliz navidad les deseamos a todos y un próspero año nuevo y que el Cristo Íntimo nos guíe, ilumine y proteja.

Enviado por instructora: María Guadalupe Licea Rivera.

Imagen 1: Apóstol Felipe. Rubens, 1611. Imagen 2: San Felipe, ícono ruso de la primera cuarta parte del siglo XVIII.

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