Memorias del XVI Congreso Gnóstico Internacional

“El Árbol de  la Vida”

Julio del 2013

JESOD

Instructor: Rigoberto Loza González

Jesod es  noveno Sephirote y recibe el nombre de Fundamento y tiene por símbolos los perfumes y las sandalias. Se encuentra en la base del pilar del equilibrio y se corresponde en el ser humano con los órganos reproductivos. 

Las sandalias y los perfumes están relacionados con la magia del mundo etérico. Entre los egipcios usaban sandalias especiales para ceremonias funerarias y así tener éxito en su vida hacia el más allá.

Las de color blanco eran símbolo de pureza, puesto que el iniciado que había muerto en sí mismo debía presentarse ante Osiris, (el Padre interior) libre de todo pecado. Los perfumes son indicados para la magia elemental, por ejemplo: todos los pueblos antiguos como egipcios romanos, griegos, mayas, aztecas incas, etc. lograban grandes curaciones con perfumes. Todo el organismo del enfermo reacciona vigorosamente bajo la acción de su propio perfume zodiacal.

Jesod es el fundamento del Tercer Logos, centro donde gravita la fuerza sexual  de Binah.

Por otra parte este Sefirote es también el cuerpo vital, base de las actividades biológicas, físicas, químicas, asiento de la  vida orgánica en nuestro planeta, principio vital que está relacionado con los órganos creadores y es  regido por la luna.

Incuestionablemente nuestro planeta tiene su doble exacto y es el mundo vital, la luna y la tierra según el ocultismo, tienen un doble etérico común y la luna con sus flujos y reflujos juega un papel muy importante en los procesos de la Tierra, como son la reproducción de las especies, la luna produce las altas y bajas mareas, se relaciona también con algunas enfermedades, como las epidemias (tifus, viruela, etc.); hace funcionar a toda ésta naturaleza, a todo el planeta, por esos motivos la humanidad somos también lunares, somos gente terriblemente mecanicista.

La Luna tiende a la materialidad, toda la mecanicidad terrestre está controlada por la Luna. Toda la vida de la Tierra, todo el funcionamiento terrestre está gobernado por este satélite, toda la vida que vivimos es de tipo lunar. Empero si queremos triunfar en alguna actividad o negocio, podemos aprovechar la luna en fase creciente o llena, si se usa la menguante fracasamos. La Luna nueva es muy difícil, no tiene fuerza.

Para controlar la materialidad lunar hay que apelar a los perfumes vegetales de rosas y violetas. Hay que usarlos porque la Luna ejerce una influencia grosera sobre la mente humana y para desgracia nuestra, los elementos subjetivos que tenemos dentro son influenciados por la luna.

En el cuerpo  humano así como en cualquier otro organismo  animal, existen cuatro modalidades del Éter como elemento:

1.- Éter químico se relaciona con los procesos de asimilación y de eliminación orgánica.

2.- Éter de vida se corresponde con la reproducción de las especies.

3.- Éter lumínico permite a todos los organismos las percepciones sensoriales externas, así como el desarrollo de las calorías.

4.- Éter Reflector, principio vital relacionado con la imaginación y voluntad de todas las criaturas.

Luz, calor, color y sonido pueden cristalizar en toda la creación mediante éstos cuatro éteres universales.

Si observamos una flor nos asombra no solo su forma geométrica, sino también su colorido, su perfume, esa gama maravillosa de color se relaciona íntimamente con el éter lumínico. El ojo de águila sorprende por su agudeza, ya que puede percibir desde las nubes a su presa de caza, es su alimento, pero ese ojo de águila señala igualmente el éter lumínico.

El éter reflector lo podemos descubrir en la fuerza de voluntad de los grandes genios, sea en el arte, la mística, la ciencia y la filosofía.

El mundo vital es también el Edén, el paraíso o la cuarta vertical, donde existen bellezas realmente indescriptibles. Encontramos ahí verdaderas maravillas. Las montañas se tornan transparentes como el cristal, se vuelven azules, inefables: descubrimos ciudades, gente hermosa  y templos sumergidos dentro de la cuarta dimensión.

Las Esencias o almas que incesantemente se reincorporan en los distintos animales, plantas o minerales se llaman Elementales y  son  gobernados por Devas o Ángeles.

Los elementales de la naturaleza se encuentran  organizados en familias, por ejemplo: una es la familia de los naranjales, otra la de los pinos, otra la de las rosas, las cactáceas, etc. ellos asisten a sus templos y son instruidos por los Devas.

En la cultura Azteca, Huehueteotl es el dios del fuego, Ehecatl, del viento, Tláloc del agua y Coatlicue Diosa de la tierra.

Los elementales nos auxilian dándonos: equilibrio de la naturaleza, inteligencia, armonía, salud, facultades, etc.

En el mundo etérico encontramos criaturas insignificantes, pero de un poder inmenso, por ejemplo las plantas curativas. Hay elementales del reino mineral, vegetal y animal. En todos ellos existe una chispa divina que es el Íntimo.

Los sabios rusos han descubierto mundos en estado protoplasmático y estos mundos han salido del Éter, todo mundo antes de ser protoplasmático existe en estado etéreo. Si del Éter  sale el protoplasma tenemos que aceptar que el éter está en el fondo vital de todo lo que existe.

Todas las funciones de nuestro organismo, todas las actividades de las calorías, la reproducción de la combustión, la digestión,  del metabolismo, etc., tienen su base en el fondo vital.

Cuando el cuerpo vital se debilita, viene la enfermedad del cuerpo físico. Los médicos-magos de Grecia, Egipto, Samotracia, Troya, India, México, etc. dieron siempre una gran importancia a las glándulas sexuales tanto del hombre como de la mujer, pues ahí se encuentra un loto de seis pétalos o uno de los chakras principales del organismo humano, el cual al desarrollarse otorga el poder de dominar a las aguas elementales de vida  y la dicha de crear.

La fuerza sexual del Tercer Logos es un arma terrible, con poder para crear, transformar o destruir, los científicos no han podido dar con el origen de la electricidad. A la luz de la Gnosis sabemos que esta causa debemos buscarla en la fuerza sexual universal. Esta energía no solo reside en los órganos de la sexualidad, sino también en todos los átomos y electrones del universo. La luz del sol es un producto de la sexualidad. Un átomo de Hidrógeno se une con un átomo de carbono para producir luz solar. El Hidrógeno es masculino y el Carbono es femenino. La Serpiente sagrada es fuego electrónico solar.

Con el sabio manejo de la energía sexual podremos alcanzar la supra sexualidad o trascendental, que es el resultado de la transmutación sexual: La serpiente Kundalini solamente evoluciona y progresa con la magia sexual y los méritos del corazón (la sublimación  sexual y obtener las virtudes). La energía creadora es universal, se conoce en los misterios del Norte, del Sur, del Este y del Oeste del mundo, pero es rechazada violentamente por la gente reaccionaria, fornicaria y regresiva. El sexo en sí mismo debiera ser la función creadora más elevada, desgraciadamente reina soberana la ignorancia y la humanidad dista mucho de comprender los grandes misterios del sexo.

El Sefirote Jesod está relacionado con el Arcano nueve de la cábala hebrea, encontramos en ésta lámina en la parte inferior en donde  representa al mundo físico,  una luna que asciende. (Indica que debemos convertir la Luna en Sol).  En la parte media vemos al ermitaño (el adepto que recorre el camino de la iniciación), llevando una lámpara iluminando la senda, es prudente y sabio, es la soledad, porque en la Novena Esfera hay grandes sufrimientos, hay supremo dolor como lo dice Dante en su libro: La Divina Comedia.

El número nueve nos invita a que debemos  aprender a entender, aprender a sufrir, a ser resignados, los que no lo son, fracasan, hay que actuar con prudencia y sabiduría, con fe y voluntad.

El cuerpo físico es el único que conocen los profanos, desconociendo al etérico, astral, mental y causal. El cuerpo físico puede actuar dentro de los planos o mundos suprasensibles sin perder sus características fisiológicas. En el mundo físico químico reina la ley de  la gravedad, en los mundos de la cuarta dimensión solo la ley de la levitación.

El Edén es la cuarta dimensión, el depósito de todas las fuerzas sexuales de la naturaleza. En el Edén se encuentra la Madre Tlazolteotl de los Aztecas, Diosa del parto, aparece como el Maestro Tlazolteotl, vistiendo un bello manto de color azul y su rostro resplandeciente con el sonrosado color de la aurora. Es el jefe de un grupo de Ángeles que trabajan intensamente ayudando a las mujeres en el parto.

Tlazolteotl controla las aguas de la vida universal. Controla el líquido amniótico entre el cual se gesta el feto. Controla los órganos femeninos relacionados con el embarazo, por lo tanto puede precipitar las aguas, dirigir el mecanismo de ciertos órganos y manipular las Leyes que rigen la mecánica del parto natural.

Tlazolteotl vive en el Edén (plano etérico o región de los campos magnéticos de la naturaleza). Toda madre puede invocar al Maestro Tlazolteotl en el momento crítico del parto: “Pedid y se os dará: golpead y se os abrirá”.

Aquellas personas que tengan enfermos los órganos sexuales pueden invocar a Tlazolteotl para que les ayude a sanarse. También se puede llamar con el alma y corazón al Ángel Cihuapipiltin (Diosa del poniente y de las mujeres que morían en el parto).

Tlazolteotl entre los aztecas fue una deidad lunar asociada con el nacimiento.

Los Maestros de la medicina universal trabajan siempre de acuerdo a la Ley Divina y a cambio de una conducta recta en el pensar, sentir y actuar por parte de la persona que necesite ayuda.

En el Edén, las montañas son azules y transparentes como el cristal. La belleza sublime del Edén tiene ese mismo color divinal. Podemos sumergir nuestro cuerpo físico en el Océano infinito de la luz astral, podemos desmaterializarlo o darle la forma que queramos, hacerlo elástico o fluido hasta el grado de que podamos atravesar  con él planchas de hierro, montañas, paredes, etc., sin que reciba daño alguno; podemos viajar en él de un lugar a otro a velocidades supersónicas o hacer que permanezca invisible para la retina del ojo físico.

Jesod está relacionado con el arcano 9 del Tarot, el Ermitaño.

Dicho Sephirote está gobernado por la Luna. El rector del Edén es nuestro Señor Jehová. El Edén está gobernado por los rayos positivos de la Luna, mientras que el abismo obedece las órdenes de los rayos negativos de este satélite.

El Edén es el depósito de todas las fuerzas sexuales de la Naturaleza.

La belleza sublime del Edén tiene ese mismo color divinal.

Jinas, seres, pueblos o cosas que el velo de la cuarta dimensión oculta a nuestra vista. El cuerpo físico es el único que conocen los profanos, desconociendo al etérico, astral y mental. El cuerpo físico puede actuar dentro de los planos o mundos suprasensibles sin perder sus características fisiológicas. En el mundo físico químico reina la ley de  la gravedad, en los mundos de la cuarta dimensión solo la ley de la levitación.

Podemos sumergir nuestro cuerpo físico en el Océano infinito de la luz astral, podemos desmaterializarlo o darle la forma que queramos, hacerlo elástico o fluido hasta el grado de que podamos atravesar  con él planchas de hierro, montañas, paredes, etc. Sin que reciba daño alguno; podemos viajar en él de un lugar a otro a velocidades supersónicas o hacer que permanezca invisible para la retina del ojo físico.

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