Séptimo Mandamiento

Lucharás contra el mundo, el demonio y la carne

San Miguel expulsando a Lucifer y a los ángeles rebeldes. Peter Paul Rubens. 1622.

Amigos, es momento de profundizar en el séptimo mandamiento de la era de acuario: Lucharás contra el mundo, el demonio y la carne.

La expresión “luchar contra el mundo” se refiere a la lucha que debemos enfrentar en el día a día al tratar de vivir de acuerdo con los valores y las enseñanzas crísticas del maestro Jesús, develadas por el maestro Samael, siendo este último, el auténtico mensajero de la presente era de acuario. Este mundo generalmente se opone a las enseñanzas dejadas por estos grandes mensajeros de la logia blanca.

En el nuevo testamento, el apóstol Juan habla de esta lucha en su primera carta 1 juan 2:15-17 dice: "No améis al mundo, ni las cosas que están en él. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre."

Luchar contra el mundo significa resistir la tentación de caer en cualquier tipo de corrupción que se oponga a las enseñanzas del Cristo. Por ejemplo; ganar dinero fácil mediante negocios ilícitos o de engañar a la pareja a la primera oportunidad, o de llegar al poder mediante los partidos políticos.

El maestro Samael afirma claramente que el mundo de la política está completamente dominado por las logias negras que controlan este mundo, el estudiante gnóstico que quiera progresar en estos estudios, deberá alejarse de la política inmediatamente.

Debemos evitar ser influenciados por las normas culturales que se oponen a los valores del Cristo, como la promoción del sexo fuera del matrimonio, propaganda homosexual en sus diferentes modalidades, la violencia, el aborto, el egoísmo, la guerra de sexos, etc.

Hoy en día, la civilización está totalmente gobernada por fuerzas lunares, se ha corrompido completamente, la mayor corrupción y la pérdida de toda moral imperan en nuestro mundo, hay guerras por todas partes. Renunciar al mundo implica abandonar toda forma de deseo, renunciar a los reconocimientos, a la gloria, a la fama efímera del momento.

Apartate de mí Satanás. Duccio di Buoninsegna. 1280

Renunciar a toda forma de vanidad, soberbia y orgullo, a todo deseo de sobresalir, de hacerse sentir, de subir, llegar a la cima de la pirámide y sentirse más que los demás. Si queremos regresar el seno de nuestro padre que está en secreto, debemos renunciar a toda forma de orgullo, vanidad y soberbia; a todo deseo de sobresalir y de ponernos por encima de los demás. Debemos abandonar toda codicia, toda avaricia por las cosas materiales, El maestro Jesús dijo: “Es más fácil que pase por el ojo de una aguja un camello, que un rico entre al reino de los cielos”.

En tanto estemos llenos de deseos, apegos, soberbias, orgullos, vanidades, deseos de toda clase, seremos ricos. Si queremos entrar a las dimensiones superiores de la naturaleza, es necesario renunciar a todos los apegos que tenemos por este mundo. Solamente los “Humildes de espíritu”, es decir los que han muerto en sí mismos, podrán ver el reino de Dios.

La expresión "luchar contra el demonio" se refiere a la lucha que enfrentan los trabajadores de la gran obra del Padre al tratar de resistir las tentaciones del diablo. Toda tentación es con fuego, vencer a la tentación es luz, sabiduría. El diablo o demonio se manifiesta en nuestro instinto sexual y nos tienta por el sexo, quien vence las tentaciones sexuales, obtiene virtudes.

En la gnosis, se considera el factor nacer como uno de los tres factores de la revolución de la conciencia. Ya nacimos por vez primera en este cuerpo físico, ahora debemos nacer por segunda vez en las dimensiones superiores de la naturaleza trabajando con la misma energía que nos puso en el tapete de la existencia, esa energía es la energía sexual. Entre los antiguos mexicanos, el felino, siendo el jaguar o el puma, simbolizaban al diablo. El que nos tienta por el sexo.

Quien vence en todas las pruebas sexuales dentro del matrimonio perfecto, nace en las dimensiones superiores como un hombre verdadero.

Desde el punto de vista bíblico, encontramos en el Nuevo Testamento, al apóstol Pablo, el cual habla de la lucha contra el demonio en varias ocasiones. En Efesios 6:12, dice: "Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

Tal como es adentro es afuera, si dentro de nosotros existen fuerzas oscuras que embotellan a nuestra conciencia, exteriormente también existen fuerzas negativas que mantienen este mundo sumergido en las tinieblas de la ignorancia y del materialismo, mismas que provocan guerras, alteraciones a la atmosfera terrestre, degeneración de todo tipo de alimentos a través de la ingeniería genética, falsas medicinas que modifican el ADN humano, bombas atómicas, cohetes espaciales, etc.

La expulsión de los mercaderes del templo. Giandomenico Tiepolo. 1750 - 1753.

Interpretando al apóstol Pablo, actualmente hay una guerra que no es contra sangre y carne, hay una guerra espiritual en donde la logia blanca quiere ayudar al mayor número posible de esencias, pero la logia negra a su vez se está encargando de arrastrarlas al abismo. De manera que no solo tenemos que luchar contra fuerzas oscuras interiores, los defectos, sino también contra fuerzas negativas externas que gobiernan el mundo en esta edad de hierro.

Desde otro enfoque, luchar contra el demonio también significa resistir la tentación de seguir los caminos del mal y seguir las enseñanzas del Cristo. Para lograrlo tenemos que apoyarnos en las enseñanzas del Avatara de acuario; en la práctica de la gnosis.

La expresión "luchar contra la carne" proviene de la Biblia y se refiere al conflicto interno que experimentan las personas entre sus deseos y pasiones físicas y su conciencia moral o espiritual de hacer lo correcto o seguir los mandamientos de Dios. Puede incluir luchar contra la tentación de cometer un pecado o hacer algo que sabes que no es correcto, como mentir, robar o tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. También puede referirse a la lucha contra las adicciones o los malos hábitos, como el consumo excesivo de alcohol o drogas.

En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo habla de esta lucha en varias ocasiones. En la carta a los romanos 7:18-19, dice: "Pues yo sé que, en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer hacer el bien está en mí, pero no el hacerlo; porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago."

En resumen, el séptimo mandamiento nos invita a hacerle la guerra total el ego que llevamos dentro de nuestra psicología; sin tregua y de manera despiadada, porque el ego no tiene piedad sobre el escaso porcentaje de alma que llevamos dentro.

Debemos ponernos en Guerra contra el yo, el mí mismo, el sí mismo. La lucha contra el mundo, el demonio y la carne se puede superar con la ayuda de nuestros padres internos, con el poder de la oración, el arrepentimiento y la disciplina en nuestro trabajo esotérico. Hasta aquí mis líneas, amigos.

¡Paz inverencial!

Fraternalmente:

Enviado por: Virgilio Cuautle Roldán, instructor gnóstico de Nochistlán Zacatecas México.

Imagen 1: "San Miguel expulsando a Lucifer y a los ángeles rebeldes". Peter Paul Rubens. 1622. Imagen 2: "Apartate de mí Satanás". Duccio di Buoninsegna. 1280. Imagen 3: "La expulsión de los mercaderes del templo". Giandomenico Tiepolo. 1750 - 1753.

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