El Karma, el Darma y los registros Akáshicos de la naturaleza

Pintura antigua budista de la Ley del Karma (1928)

La esencia del Budismo se fundamenta en las cuatro nobles verdades y el Óctuple Sendero del Buda.

Las cuatro verdades son:

1.- La naturaleza de la vida es el sufrimiento.

2.-La causa del sufrimiento es el deseo, el apego y las pasiones.

3.-Para alcanzar la cesación del sufrimiento o Nirvana debemos aniquilar el deseo.

4.-El Nirvana se alcanza siguiendo el camino del Óctuple Sendero.

Este Óctuple Sendero, se llama así porque tiene ocho preceptos. Los cuales se pueden sintetizar en el recto pensar, recto sentir y recto actuar.

La palabra karma es de origen sánscrito y significa “Acción” y es una ley Universal que nos dice que a toda acción; física, verbal o mental le corresponde una reacción o consecuencia. Es decir que nuestras acciones dejan huellas o impresiones en nuestra mente sutil que con el tiempo y las circunstancias producen sus correspondientes resultados los cuales no son siempre inmediatos pues esta ley está íntimamente ligada a otras que son: Retorno y Recurrencia.

El incesante retorno de todas las cosas es una ley de la vida y lo podemos verificar de momento en momento. Retornan las horas, los días, noches; se repiten los ciclos de las cuatro estaciones y la tierra vuelve a su punto de partida cada año. Todo lo que existe en la vida, queda sujeto a esta ley y nosotros los seres humanos no podemos ser la excepción.

Al retornar el Ego a un nuevo vehículo físico, todo vuelve a ocurrir, tal y como sucedió anteriormente, la nueva vida comienza exactamente en las mismas condiciones que la anterior y el pasado se convierte en futuro de acuerdo a la Ley de Recurrencia, más las consecuencias buenas o malas, agradables o desagradables, en espiras más altas o en espiras bajas; en nuestras existencias venimos acompañados por esos efectos. Si en un pasado herimos, hoy nos hieren, si matamos sufriremos la tortura de la muerte, si robamos, nos roban, si abandonamos a la familia, sufrimos ahora el abandono, etc., debemos ser conscientes de nuestros pensamientos y emociones para que nuestras acciones sean correctas.

La muerte es el regreso al punto de partida original, un hombre es lo que es su vida, si una persona continúa sin modificar su vida, está perdiendo el tiempo miserablemente.

La vida es como una película, al desencarnar nos la llevamos a la eternidad y ahí la revivimos en forma retrospectiva, y al regresar a tomar otro vehículo físico, la Gran Ley de acuerdo a nuestras acciones nos otorga lo que merecemos.

El karma no crea ni designa nada. Es el hombre quien traza y crea las causas y la ley kármica ajusta los efectos y este acomodo es para restablecer la armonía universal que tiende a recobrar su posición primitiva.

Los jueces del karma no castigan a aquel que escudriña sus misterios, sino al contrario, aquél que por el estudio y la meditación descubre sus intrincados senderos en cuyas revueltas perecen y sufren tantos hombres, trabaja por el bien de sus semejantes.

El karma nos sirve para tomar conciencia de nuestras malas acciones pues cada uno es responsable de su destino. Trabajar con consciencia, de acuerdo a esta ley nos ayuda en el camino de la liberación o iluminación. Cada individuo posee una disposición mental, apariencia física y experiencias únicas. Estos son los efectos de incontables acciones que cada uno ha realizado en el pasado. Es decir, cada quien posee un karma individual y único.

Cuando desconocemos el modo de operar de esta ley y vivimos con la consciencia dormida, estamos creando diariamente nuevo karma por eso se dice que es acumulativo. En el budismo la meditación es diaria con el objeto de tomar conciencia de nuestras acciones y así tener capital cósmico para salir bien en los negocios.

Buda de Tian Tan (Hong Kong)

Existen varios tipos de karma:

El inmediato. Como su nombre lo indica es el que se cobra a corto plazo. Por ejemplo sucede un asalto, pero cerca de la persona se encuentra la policía y detienen al ladrón, lo investigan y si es culpable lo llevan a prisión.

El colectivo. Afecta a una comunidad, ciudad, país o a toda la humanidad. Puede ser un terremoto, una sequía, un maremoto, guerras, hambre, miseria, etc.

El transgeneracional. Es el que se hereda de nuestros antecesores familiares, pues al morir proyectamos un diseño electro psíquico que reacomoda los genes de nuestro siguiente cuerpo, de esa manera venimos a nacer con un nuevo cuerpo físico, generalmente en un mismo ambiente familiar, ya que de ellos también recibimos karma o Darma.

Karmaduro. Es un tipo de karma que no puede ser negociado ni perdonado, las escrituras sagradas mencionan como pecados capitales la fornicación y el adulterio, mismos que no pueden ser perdonados, debido a que atentan contra el Espíritu Santo.

El peor tipo de enfermedades se deben a esta Ley.

La viruela es producto del odio. El cáncer y la difteria son causados por la fornicación. La tuberculosis es hija del ateísmo, la ceguera se debe a la crueldad; el raquitismo proviene del materialismo, la malaria del egoísmo y otras más.

El karma es una Ley eterna y absoluta pues es un aspecto de la Divinidad, El Absoluto o aquello que no tiene nombre.

Las causas de la existencia son tres:

Causas físicas. Son las que estudia la ciencia oficial. Por ejemplo, la Ley de gravedad nos dice que todos los cuerpos se atraen según su masa y su distancia, la Ley de gravedad la Gnosis la menciona como la ley de la caída y la ley del Karma, el físico Isaac Newton le llamo ley de acción y reacción.

Causas metafísicas. Son aquellas que están más allá de lo físico, originadas en los mundos suprasensibles, un ejemplo es cuando los Ángeles de la vida conectan el zoospermo masculino con el óvulo femenino o cuando la naturaleza se encarga de fertilizar a las plantas para que tengan su fruto, nosotros alteramos esas leyes originando los abortos, los injertos, las vacunas y muchos otros inventos que la ciencia llama prodigios.

Causas kármicas. Son estudiadas por los Maestros de la Ley, asignando a cada quien el castigo que merece, de acuerdo a lo asentado en los libros de la vida.

Toda la historia de la Tierra y sus razas, así como el karma de nuestras pasadas existencias se encuentra registrado en los que se llama Registros akáshicos de la naturaleza. Son como un libro o una película hecha de una materia muy sutil llamada Akash que a su vez es la causa del Éter, una sustancia omnipresente y omnipenetrante que llena todo espacio vacío y se encuentran en la cuarta Dimensión.

Hace millones de años, la humanidad tenía todas sus facultades desarrolladas, así como un tipo de visión especial que les permitía leer estos registros akáshicos. Este tipo de Visión se llama Oloesteskniana u ojo abierto de Dangma que es la misma clarividencia de tipo objetiva.

Con el tiempo la humanidad perdió estas facultades y hoy sólo percibe el mundo físico tridimensional por medio de sus cinco sentidos. Para penetrar en estas dimensiones superiores debemos recuperar nuestras facultades perdidas, como la clarividencia, clariaudiencia, intuición, telepatía, el desdoblamiento astral consciente, etc. De esta forma podríamos entrar a esas dimensiones y estudiar nuestras vidas pasadas y nuestro karma. De esta forma podríamos encauzar nuestra vida en una forma más dignificante y acertada.

Enviado por: Instructor auxiliar J. Antonio Compeán Martínez San Luis Potosí, S.L.P.

Imagen: Pintura antigua budista de la Ley del  Karma (1928)

Imagen 2: Buda de Tian Tan (Hong Kong)

“Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; más al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.” Mateo 13-12

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