La Mente-Corazón

Cupido y Venus año. 1870-1924 autor Guillaume Seignac.

Estimado lector, hoy te invito a que reflexionemos sobre la crisis mundial que estamos viviendo. Si hacemos una revisión en los archivos de la historia, encontramos que la humanidad siempre ha estado en crisis, en guerras, en amenazas, en competencias políticas, económicas, religiosas, etc.

Por todos lados se escucha de la nueva era, un nuevo amanecer, del despertar de la conciencia…, desafortunadamente nadie trabaja sobre sí mismo para lograr esa transformación interior, no hacemos un cambio individual radical, todo está basado en falsas promesas de todo tipo, en ideologías miserables de líderes que sacan provecho de los más necesitados, en creencias, en fe ciega.

El ser humano moderno habla de la evolución, cree que hemos evolucionado a través de la historia y tristemente es todo lo contrario, la ley de la evolución y la ley de la involución trabajan juntas, todo evoluciona y luego involuciona, incluso el humano.

No se logra la auto realización íntima o espiritual, a través de la evolución. El tiempo nos enseña que tanto la raza lémur, como la atlante eran humanidades muy evolucionadas que terminaron en barbarie, destruyéndose con la bomba atómica y nosotros “la raza Aria” no somos la excepción.

Si verdaderamente queremos un cambio radical absoluto, necesitamos primero estar dispuestos a cambiar como individuos. Los individuos forman la sociedad, y lo que seamos como individuos, será la sociedad y lo que sea la sociedad, será el mundo que habitamos.

El caos en el que vivieron nuestros antepasados, y en el que vivimos actualmente, incluso en el que vivirán nuestros descendientes, depende de nuestro estado psicológico, del nivel de ser y de las virtudes o defectos de nuestro corazón.

Cupido y Venus año. 1870-1924 autor Guillaume Seignac.

Entre la mente y el corazón hay una gran complicidad, la mente actúa conforme lo que el corazón siente. Y si no trabajamos en la muerte de nuestros defectos psicológicos, nuestros deseos internos se manifestarán a través de nuestros actos de vandalismo, de vicios, guerras, masacres, familias desintegradas, de sufrimiento y dolor infinito.

Necesitamos hacer un cambio radical como individuos, debemos pregonar con el ejemplo desde nuestro hogar como padres, como hijos, como hermanos. Necesitamos recuperar los valores del espíritu y manifestarlos a través de nuestros pensamientos, de nuestras acciones. Mientras pensemos con orgullo y actuemos con egoísmo, envidia, celos etc., nuestra raza también será destruida igual que las dos que nos antecedieron.

Nunca se ha visto que a través de la violencia se genere un cambio positivo, ni como individuo, ni como sociedad. Nunca se ha visto que con odio se consiga el amor; nuestros defectos psicológicos tienen su sede en la psiquis, proviene del latín “psyche” y significa alma humana. Si queremos transformar al mundo, necesitamos previamente hacer una trasformación interna como individuos. ¿Cómo?, trabajando sobre sí mismos, eliminado los defectos del orgullo, pereza, envidia, gula, codicia, ira y lujuria, y cultivando las virtudes del alma: amor, paciencia, templanza, caridad, altruismo, castidad, diligencia, humildad.

Estimado lector: que tu pan diario de cada noche sea la meditación; en un estado paz y relajación, reflexiona en tus acciones cotidianas, escudriña, busca información de los sucesos que te hicieron explotar de ira, o aquellos pensamientos que tuviste de celos, de odio, de envidia, de lujuria. Cuando lo detectes, analízalo, revisa ¿Cuándo surge?, ¿Por qué aparece?, ¿Se repite?, ¿Recuerdas cuándo fue la primera vez? ¿Dónde tiene su raíz? ¿En el Centro Emocional?; ¿En el centro Sexual?, ¿En el Centro Motor?, ¿En el Centro Instintivo?, ¿En el Intelectual?

Una vez encontrado el defecto que más se repite en el diario vivir, debemos comprenderlo profundamente, para poder trabajar sobre el mismo, buscando la ayuda de nuestra Madre Divina. Nuestra responsabilidad es comprender para poder recibir la ayuda en la eliminación de dicho defecto.

Defecto eliminado, deja el espacio libre para que florezca una virtud.

Enviado por: Nelly López Villa. Hermosillo, Sonora.

Imágenes: Cupido y Venus año. 1870-1924 autor Guillaume Seignac.

“Yo no soy lo que me sucedió. Yo soy lo que elegí ser”. Carl Gustav Jung

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