La Cooperación

iconografía Inca tallada sobre Serpientes Lugar: Calle Siete Culebras, Ciudad del Cusco Perú. Albaro René Murillo Montaño.

Cuando varias voluntades se unen en una misma dirección, hacia una misma causa noble y justa, no hay poder sobre la Tierra que pueda detenerlas.

Comentan las tradiciones milenarias del oriente que una vara de bambú sola, fácilmente se rompe, pero que cuando se juntan varias, aunque son frágiles nadie puede romperlas.

Todos anhelamos que se lleven a cabo las obras que sirvan a la humanidad, pero esto requiere que haya sinceridad, fraternidad, unión, alegría, respeto y veneración.

Es una verdadera lástima que todo esto esté tan lejos de nosotros. Lo que abunda en uno es el egoísmo, el deseo de resaltar, de ser admirado, de subir al tope de la escalera, de querer que nos rindan culto; por lo que cada vez existe menos la posibilidad que se realicen las obras buenas que necesita el mundo.

Aunque no todo está perdido, cada ser humano tiene en el fondo un pequeño porcentaje de conciencia despierta, es minúsculo, pequeñísimo; pero bien puede ponerse en actividad, esa es la tarea que tenemos todos, sacar eso bueno desde el fondo, a veces súper escondido, pero hay que hacer esfuerzos y súper esfuerzos para que se manifieste.

Cuando se coopera en forma sincera, el progreso de cualquier organización es inevitable, se pueden lograr los objetivos que parecen imposibles. Si alguien, una sola persona se propone ayudar a la humanidad desinteresadamente, hay un coro de seres divinos que la respaldan; ahora, cuando son varias, cuando se fusionan los anhelos, cuando se trasciende la competencia y el egoísmo, es como un río con mucha fuerza, como un tren en marcha, como las olas del mar que siempre llegan a su destino final, sin que nadie pueda detenerlas.

Muchos pensamos equivocadamente que, sólo con dinero se coopera, eso es completamente falso, hay muchas formas en que uno puede colaborar por el bienestar común. Aunque parezca increíble, cuando uno riega un árbol, sin que se lo pidan, y lo hace constantemente, no sólo un día, sino siempre, aparentemente eso no tiene ninguna repercusión, pero un árbol tiene la capacidad con su sola presencia de relajar a las personas y puede entonces disminuir la violencia, sirve de casa a los pájaros que nos alegran el día con su canto, dan sombra a nuestro descanso, nos dan oxígeno y decenas de cosas más. Y no se necesita dinero para eso, es sólo poner en juego la voluntad, dejar a un lado la pereza, la negligencia y la justificación.

iconografía Inca tallada sobre Serpientes Lugar: Calle Siete Culebras, Ciudad del Cusco Perú. Albaro René Murillo Montaño.

Hace muchos años, entregábamos la gnosis en una ciudad pequeña; de un poblado más pequeño, iba un estudiante de ocupación mecánico, humilde, trabajador, de raíces de gente de campo; frecuentemente nos invitaba a comer a su casa; iba por nosotros, nos daba de comer y nos regresaba. Comíamos muy contentos huevos de rancho, frijoles cocidos en olla de barro, tortillas recién hechas, etc.

Un día, cuando alegremente comíamos, dijo en tono muy serio: “He meditado durante un buen tiempo y ya se lo que tengo que hacer para ayudar a la humanidad…”, interesados por el tono en que lo comentaba, le pusimos mucha atención a lo que expresaba, y continuó diciendo: “Voy a tenerles su carro siempre arreglado, de mi depende que siempre ande al 100%”, entonces le preguntamos verdaderamente intrigados, que eso, de qué forma podría ayudar a los demás.

Continúo diciendo emocionado: “Sé que constantemente salen a dar la gnosis a diferentes partes del país y he pensado que, si el carro está listo para cualquier cosa, más gente podrá recibir estas enseñanzas”. ¡Vaya!, sí que parecía incongruente, hasta descabellado, pero realmente no le faltó la razón. Durante más de dos años, el tiempo que duramos ahí, cumplió su palabra cabalmente y realmente gracias a su labor, fue posible dar seminarios en diferentes ICQ del país, sostener un instituto que no tenía instructor y muchas labores más.

Con ello, quedó hasta la saciedad demostrado, que no es necesario el dinero para ayudar a los demás, que lo que se requiere es amor, cariño, lealtad, sinceridad, fe, constancia, diligencia y un sentido de responsabilidad, más allá de la auto compasión y de las justificaciones sin sentido.

Un gran sabio oriental, de nombre Santideva nos mostró de qué manera podemos nosotros llegar a transitar el camino de la verdadera cooperación en su enseñanza de “La inversión del yo y del otro”.

iconografía Inca tallada sobre Serpientes Lugar: Calle Siete Culebras, Ciudad del Cusco Perú. Albaro René Murillo Montaño.

Nos explica en forma muy didáctica este gran ser, que ese sentimiento egoísta que nos caracteriza, nos llevará inevitablemente al fracaso. El querer lo mejor para uno, a costa del sufrimiento de los demás; buscando siempre seguridad, teniendo como fondo el miedo, nos convierte en explotadores, mentirosos, estafadores. Sin embargo, siempre tenemos una gran justificación.

Pero, ahí está el secreto… Eso que buscamos para sí mismos y que nos lleva al fracaso, si lo buscamos para los demás, nos transformará positivamente y nos llevará por el camino correcto. Esa es la inversión del Yo en el otro. Todo lo que deseamos, que buscamos, que creemos necesitar, tratemos de que los demás lo tengan, esto nos llevará a cambiar nuestra vida completamente.

Nos dice este gran iniciado: “Si doy, ¿qué tendré para comer? Este egoísmo hará de ti un ogro. Si como, ¿Qué tendré para dar? Esta generosidad hará de ti el rey de los Dioses”. “Cualquiera que haga padecer a otro por sí mismo arderá en los infiernos, cualquiera que padezca por otro tiene derecho a todas las felicidades”.

Uno se cree muy inteligente, cuando hace que los demás trabajen por uno, pero no se da cuenta que está cavando su propia tumba, su propio dolor. Respecto a esto nos dice: “Aquél que impone a otro la tarea de trabajar por él tendrá como retribución la esclavitud; aquél que se impone la tarea de trabajar por otro tendrá como recompensa el poder”. “Todos los que son desdichados, lo son por haber turbado su propia dicha; Todos los que son felices lo son por haber buscado la dicha de otros”.

Sentir lo que el otro siente, tratar de ponerse en el lugar de los demás es la ley universal, claramente expresado por Santideva de la siguiente forma:

“Así pues, para apaciguar mi dolor y el del otro, yo me entrego a los otros y adopto a los otros como yo”. “Pertenezco a los otros, esta debe ser tu convicción. ¡Oh corazón mío, el interés de todos los seres debe ser en adelante tu único pensamiento!”.

Han pasado siglos de que enunciara estas sagradas enseñanzas y a pesar del tiempo y el espacio, son más actuales y efectivas que cualquier discurso de politiquería actual.

Explicando estas enseñanzas de Santideva, el V.M. Samael Aun Weor profundiza:

“Realmente el único yo que nosotros los Gnósticos debemos aceptar como nuestro es el yo del prójimo. Los sufrimientos del prójimo, el dolor ajeno.”

“Los leones de la ley, los Señores del Karma no tienen yo, pero consideran como yo a cada persona, a cada semejante, a cada criatura”.

“Ellos siendo tan perfectos se han adaptado a sí mismos al yo ajeno de cada persona del mundo y llenos de dolor exclaman: yo soy ladrón, yo soy fornicario, yo soy adúltero, yo debo mucho Karma”.

“Los grandes seres adoptan como yo al yo del prójimo. Ningún maestro de la humanidad dice: yo soy perfecto, yo soy santo, yo soy poderoso, etc., los perfectos sólo dicen: “Cada uno de nosotros es un mal caracol entre el seno del padre”. Jesús el Cristo dijo: “No hagas a otros lo que no quisieras que te hagan a ti mismo”. Realmente uno se asombra ante los atormentadores, de ninguna manera ellos quisieran ser atormentados.”

“¿Qué les pasa pues? ¿Por qué atormentan? Se necesita estar dormido para atormentar al prójimo... ellos realmente están dormidos, tienen la Conciencia profundamente dormida, eso es todo. La inversión del yo y del otro nos lleva hasta la cooperación consciente.”

Finalizamos esta reflexión con una frase maya: “In Lak’ Ech A Lak’ En” (Tu eres yo, yo soy tu) y con el significado del mantram “Om Mani Padme Jum” que se pronuncia en meditación así: “Om Masi Padme Yom” y quiere decir: “Tú estás en mí, yo estoy en ti”…

Enviado por: Jenaro Ismael Reyes Tovar. Comisión Cursos por Internet.

Fotos de iconografía Inca tallada sobre Serpientes Lugar: Calle Siete Culebras, Ciudad del Cusco Perú. Albaro René Murillo Montaño.

Bibliografía: El Cristo Social. Capitulo XXVI Cooperación

Descargar en: Word | Word Comprimido | Pdf | Solo Texto | Audio | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09 | 10 | 11 |
Suscribirme