Arquitectura budista. El nido del tigre

Gurú Rinpoche, imagen gratuita, tomada de la web

El nido del tigre es un lugar sagrado budista localizado en un acantilado en el Himalaya, en el valle de Paro, en Bután; hay una cueva donde Padmasambhava meditó y enseñó a sus estudiantes, hace más de 400 años. Varios monasterios más tarde fueron construidos en 1692, alrededor de esa cueva; los cuales, se han convertido en un ícono cultural de Bután.

Se considera que Padmasambhava introdujo el budismo Vajrayana a Bután, el cual, era entonces parte del Tíbet, convirtiéndose en una deidad tutelar del país.

Cabe aclarar que el budismo vajrayana, es conocido también como budismo tántrico. La palabra “tántrico” deriva en tantrismo, palabra que hace alusión a los misterios sexuales.  

TRASFONDO Y LEYENDA

Hay una leyenda que sostiene que Padmasambhava (Gurú Rinpoché), voló hasta la ubicación presente del Taktsang en Bután en la espalda de una tigresa. Este sitio estuvo consagrado para domar el demonio del Tigre; siendo éste el mismo lucifer náhuatl. En una de las cuevas, el Gurú meditó y emergió como ocho encarnaciones o (manifestaciones); entonces el lugar se convirtió en santo. Como resultado, el sitio comenzó a ser llamado "el Nido del Tigre".

Es interesante y trascendente el simbolismo del tigre en Bután. Como paralela extraordinaria; La figura del felino también se hace notar en culturas mexicanas, como la maya, teotihuacana, tlaxcalteca, donde surgen los jaguares, entre los aztecas tenemos a los caballeros tigres, el puma sagrado en Bolivia y Perú, etc.

El felino, bajo el aspecto de tigre, puma o jaguar; siendo un símbolo arquetípico de la naturaleza; viene a representar nuestro instinto sexual. Al igual que antiguas civilizaciones americanas; los antiguos tibetanos e hindúes no desconocieron la importancia del dominio de nuestras energías felinas trascendentales, para que por medio del impulso de estas; poder ganar grados de conciencia y de felicidad en los mundos superiores.

Es claro y definitivo que Gurú Rinpoché, (de acuerdo a la alegoría) al volar en la espalda de la mujer convertida en tigresa; hubo de trabajar intensamente en los misterios del sexo logrando el dominio del tigre, transformándose en el felino mismo, siendo éste la reflexión del Logos interior; encarnó la sabiduría. Después de pasar muchas pruebas simbolizadas por el número ocho.

En el budismo encontramos dos escuelas: la escuela Mahayana o el gran vehículo y la escuela Hinayana o el pequeño vehículo; en esta última venimos a descubrir la primitiva religión del Dios Jano o Jaino; misma que revela la ciencia de los jinas, por medio de la cual todo hombre auténtico es capaz de viajar con todo y cuerpo físico por entre la cuarta dimensión con la ayuda del tigre, tal como lo hiciera Padmasambahva o Gurú Rinpoché, referencia similar encontramos en la leyenda azteca en la cual el emperador Moctezuma mandó regalos a sus antepasados, mismos que habitaban en la antigua Aztlán, para ello, un grupo de sesenta magos llevaron los presentes metiendo sus cuerpos entre la cuarta dimensión transformándose en varios tipos de animales con la ayuda de las fuerzas felinas del tigre interior.

En relación con esto, en el estado de México hay una zona arqueológica llamada Teotenango, ciudad de las murallas divinas; allí se encuentra el monolito de un jaguar devorando un corazón. Es claro que el corazón simboliza al sol y este a su vez representa al logos solar; en tanto que el jaguar, su reflexión o sombra, siendo este, dentro de la cuarta dimensión, la representación del Lucifer nahua, manifestándose en el hombre y en la mujer como potencia creadora, quien logre el dominio de sus fuerzas sexuales, se transforma en el jaguar mismo, para los aztecas, si es varón, en un caballero tigre, para los tibetanos si es una dama, se transforma en una tigresa. De este modo, el ser humano adquiere la sabiduría del Ser y se integra con el Cristo íntimo.  Es extraordinaria la similitud de símbolos entre las culturas del mundo.

Muchas almas sufrientes quisiéramos penetrar a la cuarta dimensión, más, sin embargo, esto no es posible debido al velo de Isis, es decir, el misterio Adámico sexual, develado por el maestro Samael con autorización de la logia blanca. 

En la cruz jaina o jina se esconde el misterio o secreto de la transmutación sexual; tal cruz es la misma esvástica de los antiguos misterios.

En el Tíbet secreto, las escuelas Mahayana y Hinayana, son parte del budismo, pero difieren entre sí.

El camino Hinayana es búdico y crístico; contiene en sí mismo, la doctrina de la magia sexual.   Esta doctrina es de salvación. Está sostenida por dos pilares: la “Visión” comprensión de la enseñanza budista, que surge del éxtasis, o del samadhí, y la “Acción” (práctica o Trabajo Esotérico).

La escuela Hinayana pone mayor énfasis en el segundo pilar; lucha por llevar a sus devotos a la Novena Esfera; el trabajo con las energías creadoras.

Mahayana está sostenido también por los dos pilares de la “Visión” y la “Acción”. En esta disciplina, los maestros Zen ponen todos sus esfuerzos en llevar directamente a sus discípulos o Chelas hacia el Éxtasis, o el Samadhí a través de la meditación.

Ambas escuelas tienen por objetivo llevar a sus discípulos a un estado de iluminación. Mas, sin embargo, resulta conveniente aclarar que en el camino del Mahayana, se logra un estado de iluminación temporal, debido a que la esencia tarde o temprano vuelve a la botella del ego. Un monje budista podría desencarnar en un estado de iluminación, pero en su siguiente retorno su esencia volverá a embotellarse en el ego debido a que no lo desintegró.

En tanto que en el camino Hinayana. El iniciado, al trabajar directamente con la fuerza del tigre, el Xólotl náhuatl, es decir la potencia sexual, ésta es dirigida sabiamente hacia la desintegración del ego, liberando a la conciencia atrapada en él, en consecuencia, logra la iluminación plena, en forma permanente, logrando la integración con su cristo íntimo, tal y como lo vemos representado en el monolito de la zona arqueológica de Teotenango, estado de México, descrito hace un momento.

Podemos resumir diciendo: la Escuela Hinayana, con su esoterismo de fondo, nos conduce por la Vía Sexual hasta la encarnación del Verbo y la Liberación Final.

La doctrina gnóstica incluye las dos disciplinas a fondo y en equilibrio; visión a través de la meditación; acción a través del trabajo con el Xólotl interior; más una tercera disciplina que es el sacrificio por la humanidad. 

La doctrina jaina, siendo de la lucha y de la acción, deviene del Dios Jano, su conocimiento se replica en las culturas: maya, azteca, teotihuacana, inca, tibetana, hindú, egipcia, greco-romana, en la doctrina chino-tibetana de: Dhyani-Chohan; la antigua masonería universal, expresa en memoria de la cruz jaina, la cruz esvástica. Todas las antiguas escuelas esotéricas de esta raza Aria tuvieron sus raíces en la sumergida Atlántida.

El maestro Budha Gautama Sakiamuny fue poseedor del conocimiento del Dios Jano; enseñó la disolución del ego, el sacrificio por la humanidad y a sus discípulos más cercanos el secreto de la transmutación de la energía sexual.

 Una vez que desencarnó, el maestro Buda; hubo un grupo de sectarios que resolvieron emigrar desde la India al Tíbet oriental, para fundar monasterios. Se establecieron en el Himalaya, cada anacoreta iba con su esposa.

Una vez construidos los edificios para los grupos de aquellos ermitaños que querían eliminar el ego y que habían interpretado las enseñanzas del maestro Buda en forma negativa, vino la protesta de las mujeres. Ellas se horrorizaron cuando vieron esa especie de ermitas en que los anacoretas aquellos se iban a encerrar; la mitad del edificio tenía tales ermitas, la otra mitad estaba acomodada para los servicios generales. Se trataba de cuatro paredes en donde el ermitaño se iba a meter, quedando un hueco pequeño por donde le suministrarían alimentos. Es decir, aquellos monjes quedaban prácticamente emparedados. Algo semejante a lo que sucedió en la época de la Colonia, donde muchos fueron emparedados, metidos entre cuatro paredes, sin poder salir de allí.

Muchas mujeres protestaron y se dividieron en grupos. Unos, obedeciendo a sus mujeres se retiraron; otros, fieles a sus propósitos emigraron un poco más allá y establecieron sus monasterios. Prácticamente se establecieron dos clases de monasterios: Unos que podrían ser llamados “ortodoxos” y otros un poco más liberales.

En los monasterios ortodoxos. Cada monje penetraba en una ermita de ésas; por un hueco se le metían los alimentos, consistentes en pan y agua nada más; hasta morir.

Quien alcanzaba los alimentos, aspiraba ocupar su puesto en algún claustro, en algún rincón de esos; cuando algún Ermitaño moría, se le sacaba de allí, se le daba sepultura o se le cremaba su cuerpo, y el que les alcanzaba los alimentos, feliz, pasaba a reemplazarlo. Aquello era algo abominable. El objetivo era disolver el Ego, pero, ¡de qué modo!

Nosotros, no aceptaríamos jamás una vida monacal así: ¡Terrible, absurda! Ése no es el Camino. Y lo más grave es que esos enclaustrados abandonaron a sus esposas.

Aspiraban a morir en sí mismos para sumergirse en el Nirvana; es obvio que se trató de una pésima interpretación de la doctrina de Gautama, el Buda.

Huir de la sociedad, de una relación en pareja, es huir de nosotros mismos, solo con la convivencia social y la vida matrimonial, podremos auto descubrir nuestros errores para comprenderlos y luego eliminarlos. Muchos monjes ermitaños de la Edad Media siguieron costumbres parecidas y también fracasaron.

En la gnosis contemporánea develada por el Maestro Samael Aun Weor, encontramos la suprema clave del Dios Jano para retornar a la cuarta dimensión de la naturaleza.

 Nosotros vamos hacia una Revolución de la Conciencia, a hacer una transformación radical.

Dentro de cada uno de nosotros existen poderes extraordinarios que se hallan dormidos, latentes; necesitamos despertarlos, ponerlos en actividad.

Y solamente es posible lograr eso, cuando avivamos el Fuego y disolvemos el Ego. “Hay que avivar la Llama del Espíritu con la Fuerza del Amor”. Esto es posible trabajando con nuestro Xólotl interior. Solo de este modo podremos despertar la conciencia y aspirar a retornar a las dimensiones superiores de la naturaleza.

Entre la bienaventuranza inefable de los paraísos Jinas, existe ciertamente una humanidad divina que es invisible a los sentidos de los mortales debido a sus pecados y limitaciones, nacidas del abuso sexual.

Escrito está y con caracteres de fuego en el Gran Libro de la Vida, que en la Cruz Jaina o Jina se esconde milagrosamente el secreto indecible del Gran Arcano, la clave maravillosa de la Transmutación Sexual.

No es difícil comprender que tal Cruz Mágica es la misma esvástica de los grandes misterios.

Instructor: Virgilio Cuautle Roldán. Nochistlán, Zac

Imagen 1: Gurú Rinpoche, imagen gratuita, tomada de la web

 

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