Fantasmas

Imagen: Pierre Puvis de Chavannes (1872)

Hay personas que confunden a los fantasmas con el espíritu del difunto, y algunos otros piensan que los fantasmas son las almas de los fallecidos que andan penando; en ambos casos están equivocados. Eso que nosotros llamamos fantasmas no es otra cosa que la personalidad de cada uno de nosotros. Hay dos tipos de fantasmas: Los fantasmas de las personas vivas y los fantasmas de los fallecidos. Para comprender mejor cada tipo, transcribimos un relato del V.M. Samael Aun Weor, de la materialización de un fantasma de una dama viva y la materialización de un fantasma de una dama fallecida.

1.- Relato de la materialización de un FANTASMA perteneciente a una persona con vida:

<<Una noche yacía en mi lecho dormitando, cuando de pronto alguien tocó tres veces a mi puerta acompasadamente, en instantes en que me senté para levantarme y salir a la puerta, sentí un par de manos que acariciaron el rostro, además de aquellas manos apareció todo un fantasma humano con la semblanza manifiesta de aquella novia llamada Ángela y de quien me había alejado sin despedirme, francamente no me interesaba. Lloraba el angustiado fantasma diciéndome frases, como estas: “ingrato te alejaste sin despedirte de mí y yo tanto que te quería y te adoraba con todo el corazón…” etc., etc., 

Quise hablar, mas todo fue inútil porque se me trabó la lengua; entonces mentalmente le ordené a aquel fantasma se retirara inmediatamente. Nuevos lamentos, nuevas recriminaciones, y luego me dijo, “me voy pues”, y se alejó despacito, despacito; mas cuando yo vi que la aparición aquella se marchaba, un pensamiento especial surgió en mi entendimiento; me dije a mí mismo: Este es el momento de saber qué cosa es un fantasma, de qué está hecho, qué tiene de real”. Es obvio que al pensar así de esta manera, desapareció en mí el temor y se me destrabó la lengua; entonces pude hablar y ordené al fantasma así: “No, no se vaya usted, regrese, necesito platicar con usted”, el fantasma respondió: “Bueno me regreso, está bien pues”; no está de más afirmar que la palabra fue acompañada de la acción y vino otra vez el fantasma hacia mí. Lo primero que hice fue examinar mis propias facultades para evidenciar si estaban funcionando correctamente. No estoy borracho, me dije, no estoy hipnotizado, no soy víctima de ninguna alucinación, mis cinco sentidos están correctos, no tengo por qué dudar. Una vez que pude verificar el buen funcionamiento de mis cinco sentidos, procedí entonces a examinar al fantasma. Deme usted la mano, le dije a la aparición; es ostensible que ésta no rehusó mi exigencia y me extendió su diestra; tomé el brazo de la singular figura que tenía frente a mí y pude notar una marcha rítmica normal como si tuviese corazón;  ausculté el hígado, bazo, etc., y todo marchaba correctamente; empero la calidad de aquella materia parecía más bien como protoplasma, sustancia gelatinosa a veces semejante en el tacto al Vinilo; el examen aquél lo hice a la luz de un foco debidamente encendido y duró algo así como media hora. Después despedí al fantasma diciendo: “Ya puede usted retirarse, estoy satisfecho con el examen” y el fantasma haciendo múltiples recriminaciones se retiró llorando amargamente. Yo anote día, fecha y hora del acontecimiento y más tarde me encontré con aquella novia, le relate mi historia. Ella se limitó a decir que en esa noche y a esa hora por mí citada, dormía y soñaba que estaba en un lugar de la costa y platicaba conmigo dentro de una habitación semejante a una sala. Es claro, me dije a mi mismo; la dama se acostó pensando en mí y su fantasma me visitó>>.

2.- Relato de la materialización de un fantasma de una dama difunta:

<<Cuentan que en una fiesta, cierta dama supo distinguirse por su inmensa alegría, pues obviamente destacaba entre todos los invitados por su carácter jovial y por su belleza física. Muchos jóvenes danzaron con ella hasta las tres de la mañana, hora ésta en que la dama manifestó tener mucho frío; Uno de sus admiradores le prestó una chamarra o chaqueta, para que se abrigara. Luego, como un cumplido caballero se ofreció para acompañarla hasta su casa. La dama no declinó tal atención caballeresca y salió, pues, de la sala del festín. En veloz Automóvil, la dama acompañada por el joven que le ofreciera su compañía y por algunos otros varones amigos de este último, llegó hasta la puerta de su casa. Los acompañantes se despidieron de la susodicha dama, al tiempo que ésta penetró en su morada. Al día siguiente, el caballero dueño de la prenda de vestir prestada a la dama junto con sus amigos, tocó a la puerta de aquella mansión con el evidente propósito de recuperar la prenda. Una anciana abrió la puerta a tiempo que preguntaba: “¿Qué desean ustedes señores?”. Dijo uno de los jóvenes: venimos por una chamarra que le presté anoche a la señorita fulana de tal. Dijo la anciana ¡Oh!, si ustedes quieren esa prenda de vestir deben ir a buscarla en el panteón, la hallarán sobre la tumba de mi nieta; ella fue la dama que con ustedes bailó anoche; hace muchos años murió. Los jóvenes aquellos alarmados se dirigieron ciertamente al panteón, buscaron el sepulcro de la dama y lo hallaron y sobre éste último encontraron la chamarra. De acuerdo con el relato, creo que ustedes podrán entender que eso que se hizo visible en el baile, que ese fantasma que pidió prestada la prenda de vestir, era la personalidad de la muerta. Sólo así podemos explicarnos el motivo por el cual tal prenda fuera hallada precisamente sobre la fosa sepulcral.>>

La personalidad es energética,  por lo tanto no se le puede ver con los ojos físicos, más sin embargo aquellas personas que tienen un poco de extra percepción, podrán verla claramente, o bien como en este caso anterior, cuando la ex-personalidad del difunto está muy arraigada al mundo físico, se hace tangible fácilmente ante la vista de cualquiera.

El fantasma o ex-personalidad de los fallecidos, entra y sale del sepulcro y poco a poco va disolviéndose entre el panteón, no tiene un futuro, es hija del tiempo y muere en su tiempo, mientras esto sucede, el fantasma vaga y visita todos aquellos lugares que visitara en vida, suele sentarse en el comedor de su casa, caminar por las calles, visitar restaurantes, pedir su platillo favorito y consumir la parte eterica de dicho manjar.  En México se celebra el día de muertos el 2 de noviembre; es costumbre que los familiares lleven al sepulcro aquellos platillos que más gustaban al desencarnado; si al final de la celebración, alguien consume dichos alimentos podrá notar que le falta la parte vital, esto es porque el desencarnado ha consumido la parte etérica de dicho manjar.  Cuando los familiares visitan el sepulcro, la ex-personalidad de los fallecidos se fortalece aferrándose más al mundo físico; lo más recomendable es incinerar los restos de nuestros seres queridos, de esta manera la ex-personalidad se disuelve más rápido, al fin y al cabo no hay ningún mañana para ella, es hija del tiempo y muere en su tiempo.

Nelly López Villa, Hermosillo, Sonora

Imagen: Pierre Puvis de Chavannes (1872)

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