Recta forma de ganarse la vida.

Imagen: La huella de Buda. (Foto de José Javier Martin)

Qué importante es, fino lector, echar un vistazo a la forma de ganarnos la vida, reflexionar, con amor hacia nuestros semejantes, hacia nosotros mismos y hacia nuestra familia, si esa forma es correcta o está causando daños.

Revelando nuestra crueldad, codicia, ambición y egoísmo abominable, no importando quien muera, caiga o resulte afectado, hoy por hoy, la forma más remunerable y rápida de ganarse la vida son las actividades ilícitas, tales como la corrupción con su tráfico de influencias, sus sobornos, chantajes, mordidas y robo de los dineros del pueblo; el tráfico y venta de drogas; el tráfico y venta de órganos; la trata de personas para esclavizarlas y prostituirlas; el secuestro con sus crímenes, violaciones, extorsiones, cuotas por derecho de piso, etc., etc., el robo de combustibles, luz, mercancías, minerales, etc., etc., los antros, rodeos, ferias, con todos sus excesos;  la venta de bebidas embriagantes con sus cantinas, lupanares, cervecerías, michelerías; los casinos, los juegos de azar, las apuestas (en que se roba a muchos para enriquecer a unos cuantos); la manipulación (con las famosas y deslumbrantes pirámides) de personas ingenuas o con necesidad de un trabajo o una actividad que les permita ganar dinero para subsistir y en las cuales sólo unos cuantos se benefician, etc., etc.; la caza indiscriminada de las especies animales para vender sus pieles, su marfil, sus aletas, etc., la simulación y el engaño en todo tipo de comercios y empresas que lucran con supuestas ofertas, redondeos, dando kilos de 800 gramos, litros de 800 mililitros, explotando a sus trabajadores, cobrando tiempo aire por minuto aunque el cliente no consuma todo el minuto, robándose servicios no consumidos por los clientes en los planes de telefonía, mensajería e Internet, seguros aceptados con engaños y presión verbal o telefónica, etc., etc.

Todo aquel que descubre su verdadera vocación encuentra la forma de ganar el techo, vestido y sustento correctamente.  Todo ser humano sirve para algo en la vida, lo difícil es saber para qué sirve cada individuo.

Cuando alguien está plenamente convencido del papel que tiene que representar en la existencia, hace entonces de su vocación un apostolado, una religión, y se convierte de hecho y por derecho propio en un apóstol de la humanidad.

Quien conoce su vocación o quien la llega a descubrir por sí mismo, pasa por un cambio tremendo, ya no busca el éxito, poco le interesa el dinero, la fama, la gratitud, su placer está entonces en la dicha que le proporciona el haber respondido a un llamado íntimo, profundo, ignoto de su propia esencia interior. El sentido VOCACIONAL nada tiene que ver con el YO, pues aunque parezca extraño el YO aborrece nuestra propia vocación porque el YO solamente apetece jugosas entradas monetarias, posición, fama, etc.

El mecanismo del YO es el MÁS. Más dinero, más fama, más proyectos, etc., etc., etc., y como es apenas natural el sujeto suele tornarse hipócrita, explotador, cruel, despiadado, intransigente, etc. Muerto el YO, los errores terminan.

El sentido de la VOCACIÓN, es algo que pertenece a nuestra propia ESENCIA INTERIOR; es algo muy de adentro, muy profundo, muy íntimo. El sentido vocacional lleva al hombre a acometer con verdadero denuedo y desinterés las más tremendas empresas a costa de toda clase de sufrimientos y calvarios. Es por lo tanto apenas normal que el YO aborrezca la verdadera vocación. El sentido de la VOCACIÓN nos conduce de hecho por la senda del heroísmo legítimo, aun cuando tengamos que soportar estoicamente toda clase de infamias, traiciones y calumnias.

El día que un hombre pueda decir la verdad: "YO SÉ QUIÉN SOY Y CUÁL ES MI VERDADERA VOCACIÓN", desde ese instante, comenzará a vivir con verdadera rectitud y amor. Un hombre así vive en su obra y su obra en él. Mientras existan dentro de cada individuo los factores de la crueldad, la codicia, la ambición, el egoísmo, etc., habrá guerras y dolor en el mundo.

Una gran cantidad de personas no tenemos una recta forma de ganarnos la vida, motivo por el cual nuestra vida y nuestros hogares están llenos de dinero, sí, pero también de dolor y grandes tragedias; basta un simple vistazo de esos casos y descubriremos la realidad de lo que aquí se está diciendo. Hemos conocido gran cantidad de personas que se ganan la vida con el trabajo honrado y son felices, a menos que un Karma (malos comportamientos del pasado) se los impida.

No hay mejor bendición para los hogares que un trabajo honrado. Los Libros Sagrados, (donde se encuentra la sabia orientación de los grandes maestros) desde el principio de los tiempos, así lo enseñan:

El Libro del Tarot, en El Arcano No. 4, dice: AXIOMA TRASCENDENTE: "AL TRABAJO DE TUS MANOS DA BENDICIÓN, Y EN EL DEL PENSAMIENTO PONED CORAZÓN". (Cumplir con este AXIOMA, nos dará progreso y éxito).

La Biblia Hebrea cita en Mateo 6 – 33: “Más buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”. (Todo lo honrado nos traerá dicha)

Lucas 12 – 33: “Vended lo que poseéis, dijo el Cristo, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. (Si queremos resolver nuestra miseria, primero resolvamos la de otros) En la Confesión Negativa del terrible papiro NÚ de los misterios egipcios confiesan los puros y santos:

"No he causado sufrimiento a los hombres”. "No he hecho trabajar en mi provecho con exceso. No he intrigado por ambición”. “No he tratado de aumentar mis dominios empleando medios ilícitos, ni de usurpar los campos de otro". "No he manipulado los pesos de la balanza ni su astil”. El victorioso Nebseni, escriba y dibujante de los templos de Egipto Alto y Bajo, a quien se rinde veneración, hijo del escriba y artista Thena, cita en el Libro de Los Muertos Egipcio lo que confiesan los puros y limpios: No cometí iniquidad (corrupción). No sisé (robe) en el peso. No obré con dolo. No intervine en asuntos con engaño. No abusé del hombre. No acrecí (aumenté) mi riqueza sino con lo que me pertenece en justicia.

Así pues, fino lector, Si nosotros queremos acabar con la CODICIA que llevamos dentro, debemos estudiarla, observarla en acción dentro de nosotros mismos, no basta analizar la palabra CODICIA, necesitamos observarla en nosotros mismos, descubrir su MODUS OPERANDI, sin JUSTIFICARLA, NI CONDENARLA, observarla simplemente como quien está observando una flor venenosa; cuando uno se pone a razonar sobre lo que es ella, ya no estamos observándola, y nosotros necesitamos observarla para conocerla profundamente. Debemos descubrir hasta dónde es nuestra necesidad y dónde comienza la CODICIA en nosotros. La CODICIA, es lo que nos lleva a ganarnos la vida de manera ilícita y como consecuencia nos estaremos generando un mal karma. El mismo mecanismo podemos seguir para acabar con la crueldad, el egoísmo y la ambición con las que hemos llenado de dolor al Mundo.

Enviado por José Isabel Mauricio Vargas. Instructor de Rincón de Romos, Ags. y Loreto Zac. Imagen: la huella de Buda. (Foto de José Javier Martin)

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