La Personalidad Humana

Concilio de los dioses (Rafael Sanzio). 1517.

Hola amigos, les vamos a platicar sobre la personalidad humana que es un vehículo para que nuestra esencia se manifieste. Pero en esta época que vivimos, nuestra personalidad ha servido de vehículo al ego.

Es necesario distinguir lo que es personalidad y esencia. La personalidad se crea, la esencia nace con el individuo, la esencia de un niño es nítida e inocente hasta los cuatro años, después, van entrando los egos, y se van fortaleciendo.

Personalidad y esencia deben equilibrarse de una manera armoniosa.

La personalidad humana se desarrolla en su tiempo, nace en su tiempo y muere en su tiempo, no puede existir más allá de su tiempo. No hay ningún mañana para la personalidad.

A través de la personalidad puede manifestarse el ego o el Ser, todo depende de nosotros mismos.

Cada día de nuestra vida es una onda del tiempo, cada mes es otra onda del tiempo, cada año es también otra onda del tiempo y todas estas ondas juntas y encadenadas en su conjunto constituyen la Gran Onda de la Vida.

El tiempo es redondo y la vida de la personalidad humana es una curva cerrada.

La personalidad es múltiple y tiene muchos trasfondos. En ella, se deposita nuestro karma de las existencias anteriores, karma en vías de cumplimiento o cristalización del mismo.

Las impresiones que llegan a nosotros a través de nuestros sentidos y no digeridas se convierten en nuevos yoes, y lo que es más grave, en varias personalidades. La personalidad no es homogénea, sino heterogénea y plural.

Uno debe seleccionar las impresiones de la misma forma en que uno escoge las cosas de la vida.

La ciencia oficial nada sabe de las cuestiones de la vida y de la muerte. La ciencia únicamente conoce lo elemental, lo básico, como lo es la reproducción de los seres vivos; ciertamente ha avanzado, pero aún le falta mucho por conocer cómo es realmente el cuerpo humano, y mucho menos cómo se conforma la personalidad humana. No conoce los misterios de la vida y de la muerte.

Los Psicólogos, psiquiatras, tienen un acercamiento estudiado científicamente; sin embargo, esta ciencia hasta el momento no es asertiva, desconocen la realidad exacta, matemática de la creación de vida.

Con relación a la personalidad; al fallecimiento del cuerpo o vehículo físico que tenemos también, fallece el cuerpo vital y la personalidad se va desintegrado paulatinamente pero finalmente muere.

Cuando la persona abandona la existencia de vida presente, retornará a una nueva vida en el lugar que le corresponda y con todos los agregados o defectos que no haya eliminado de su psiquis, éstos se irán integrando poco a poco en el desarrollo de la nueva vida que retorna.

La vida y la muerte son dos grandes compañeras de la existencia del ser humano, si no hay vida, no hay muerte, no hay muerte, no hay vida, la vida y la muerte se hallan íntimamente vinculadas al eterno retorno.

El yo es el que retorna después de la muerte, el yo es quien regresa. Es preciso aclarar que el retorno no es reencarnación; la reencarnación solamente es para los grandes maestros, como lo es el Mtro. Jesús el Cristo, que posee individualidad sagrada a través de padecimientos y sufrimientos por la humanidad y el trabajo sincero de corazón y lleno de fe en los tres factores de la Revolución de la Conciencia.

El retorno implica la fabricación de una nueva personalidad humana, ésta se forma durante los primeros siete años y se va fortaleciendo con la enseñanza que reciben los infantes de sus padres: buenas o malas costumbres, valores morales, valores universales, comportamiento y conducta familiar de los padres a los hijos; reforzados por la escuela, independientemente de la enseñanza académica, el ambiente escolar entre sus compañeros de escuela, el entorno de la calle, la influencia de los medios de comunicación actuales que están a su alcance.

Importante todo lo que se aprende en nuestro núcleo familiar, es fundamental para el niño que se está desarrollando; no contaminarse de malas influencias externas, así como las que arrastramos de vidas pasadas. Lo que bien se aprende de cuna en casa jamás se olvida y es nuestro mejor escudo y espada para enfrentar las adversidades y aprender a vivir de manera inteligente.

¡Cuidado! Con la forma equivocada de vivir en el núcleo de la familia, el niño es una esponja, absorbe con el ejemplo y las costumbres y sobre todo si estas no son sanas, crecerá con una personalidad escéptica, y perversa. Ejemplos entre otros son: el adulterio, la fornicación, un verbo adulterado y contaminado, conductas degeneradas de los mayores, todo esto conlleva al dolor, resentimiento, rencor, odio, problemas y una vida miserable.

El ejemplo de los mayores, es importante para el desarrollo de la personalidad en el niño.

Un hogar disfuncional es trágico, afecta la futura personalidad que se está desarrollando en el niño, dejando una huella indeleble de frustraciones que lo marcarán para siempre.

La unión familiar, la convivencia en familia y las prácticas de buen ejemplo en familia son las mejores herramientas para el buen desarrollo de la personalidad de los niños, les permitirá discernir lo bueno y lo malo; estarán encaminados a una conciencia abierta y estos niños que seguramente llegarán a formar un hogar a futuro, podrán predicar con el buen ejemplo para sus hijos y así sucesivamente; por lo tanto, es inaplazable, urgente empezar a hacerlo.

Todos debemos contribuir con un granito de arena en nuestros hogares, escuelas, centros de trabajo para lograr un bienestar en nuestra vida y en la de los demás. Usar los medios de comunicación con sus tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de los seres humanos. Los niños son la semillita que hay que alimentarla con amor; sin necesidad de estarlos mimando, hostigándolos con apapachos o cumpliéndoles sus caprichos.

El amor a la vida, a toda la creación, a la naturaleza, hasta las piedras, amor y respeto a las culturas que nos dieron cuna, sabiduría, amor a sus padres, amor a sus hermanos a sus semejantes.

Sabiduría y amor debe prevalecer en todos los hogares; severidad y dulzura, todo en un perfecto equilibrio. Para este equilibrio es necesario distinguir lo que es personalidad y esencia. La personalidad se crea, la esencia nace con el individuo, la esencia de un niño es nítida e inocente hasta los cuatro años, Después, van entrando los egos y se van fortaleciendo.

Enviado por: Carlos Celso Rea Zamora y Ma. Guadalupe Inclán Castillo

Imagen: Concilio de los dioses (Rafael Sanzio). 1517.

“Un perfecto equilibrio entre personalidad y esencia, un desarrollo armonioso del pensamiento, emoción y movimiento, una ética revolucionaria, constituyen los basamentos de la educación fundamental” Educación Fundamental, Samael Aun Weor.

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