Libro: El Padre Nuestro una Oración Mágica

Capítulo 2. El Padre que está en Secreto

“Padre Nuestro que estás en los Cielos”

Capítulo 2. El Padre que está en Secreto

La inmensa mayoría de nosotros tenemos una idea antropomorfizada de Dios, inclusive bastante elemental en ocasiones, ya que nos imaginamos un ancianito encanecido sentado en un gran trono allá arriba en el Cielo.

Esa forma de conceptuar a la divinidad es muy básica, por lo que sería muy recomendable ahondar, meditar, tratar de vislumbrar algo más, con el fin de poder comprender mejor nuestra misión en la vida, saber por qué estamos aquí.

Todas las enseñanzas dejadas por los grandes sabios del mundo nos aportan, al meditarlas, el poder intuir más acerca de la profundidad que tienen los principios divinos existentes, así lo encontramos en las escrituras sikias dejadas por el maestro Nanak (1469-1540).

«Entre los sikios es Omkara el primario ser divinal que creo el cielo, la tierra, las aguas, todo lo existente».

«Omkara es el espíritu primario, inmanifestado, imperecedero, sin principio de días, sin fin de días, cuya Luz ilumina las catorce moradas, conocedor instantáneo; regulador interno de todo corazón».

“El espacio es tu potestad. El sol y la luna tus lámparas. El ejército de estrellas tus perlas. ¡Oh Padre! La odorífica brisa de los Himalayas es tu incienso. El viento te orea. El reino vegetal te tributa flores, ¡oh luz! Para ti los himnos de alabanza, ¡oh destructor del miedo! El Anatal Shabdha (sonido virgen) resuena como tus tambores. No tienes ojos y a millares los tienes. No tienes pies y a millares los tienes. No tienes nariz y a millares las tienes. Esta tu maravillosa obra nos enajena. Tu luz, ¡oh gloria! está en todas las cosas. De todos los seres irradia la Luz de tu Luz. De las enseñanzas del Maestro irradia esta luz. Es un Arati”. (Samael Aun Weor. Tratado Esotérico de Astrología Hermética).

El evangelio gnóstico de Tomás es muy claro cuando el maestro Jesús afirma lo siguiente: “Yo soy la luz que está sobre todos ellos. Yo soy el universo: el universo ha surgido de mí y ha llegado hasta mí. Partid un leño y allí estoy yo; levantad una piedra y allí me encontraréis”. Lo anterior nos motiva a reflexionar, si Dios se encuentra en todas partes, ¿por qué no habría de estar dentro de cada ser humano?

La pirámide del Sol en Teotihuacán tiene cuatro basamentos, que representan el sagrado cuatro o la divinidad: la Trinidad más el Absoluto. (Teotihuacán, México).

La pirámide del Sol en Teotihuacán tiene cuatro basamentos, que representan el sagrado cuatro o la divinidad: la Trinidad más el Absoluto. (Teotihuacán, México).

Cada uno lo lleva en su interior

Al comienzo del Padre Nuestro nos encontramos con uno de los misterios más grandes de todas las épocas, enseñado únicamente a los estudiantes más avanzados del budismo, a los sacerdotes mayas, a los iniciados egipcios, a la gente espiritualmente más madura de todas las escuelas de misterios del planeta; desafortunadamente, no lo alcanzamos a comprender hoy en día y ni siquiera a imaginar en ocasiones.

Al decir “Padre Nuestro” se afirma que cada ser humano tiene en su interior una chispa de la divinidad, una emanación de aquello que no tiene nombre, como si de una gran hoguera (Dios) se desprendiera una chispa (nuestro Ser).

Con esto queremos dar a entender que cada uno de nosotros tiene su propio Padre interior divinal y una madrecita divinal adorable en forma individualizada.

«Lo que no especificaron las religiones ortodoxas, por lo menos en lo que atañe al círculo exotérico o público, es el aspecto de Isis en su forma individual humana».

«Ostensiblemente, sólo en secreto se enseñó a los iniciados que esa Divina Madre existe individualmente dentro de cada ser humano».

«No está de más aclarar en forma enfática que Dios-Madre, Rea, Cibeles, Adonía o como queramos llamarle, es una variante de nuestro propio Ser individual aquí y ahora».

«Concretando diremos que cada uno de nos tiene su propia Madre Divina particular, individual».

«Hay tantas Madres en el Cielo cuantas criaturas existentes sobre la faz de la Tierra». (Samael Aun Weor. La Gran Rebelión).

Cada ser humano, aunque parezca increíble, lleva en su interior una partícula infinitesimal de Dios, que a su vez se desdobla en un aspecto masculino a quien podemos solicitar sabiduría y un aspecto femenino quien puede guiarnos en el mar embravecido de la existencia. A esa parte interior divinal es a quien nos dirigimos al orar el Padre Nuestro.

La Inmaculada Concepción, una de las representaciones de Dios Madre. (Ex Convento de San Andrés Calpan).

La Inmaculada Concepción, una de las representaciones de Dios Madre. (Ex Convento de San Andrés Calpan).

El aspecto masculino y femenino de lo divinal

Otro aspecto que vale la pena meditar es acerca de que es muy obvio que la divinidad deba expresarse en un aspecto masculino y femenino, como todo lo existente; y como consecuencia posea atributos especiales, que podemos incluirlos en forma totalmente práctica en nuestro diario vivir al conocerlos; Dios como padre es sabiduría y como madre es amor.

«Si en lo meramente físico tenemos padre y madre, en lo más hondo de nuestro Ser tenemos también a nuestro Padre que está en secreto y a nuestra Divina Madre Kundalini».

«Hay tantos Padres en el Cielo cuantos hombres en la Tierra. Dios Madre en nuestra propia intimidad es el aspecto femenino de nuestro Padre que está en secreto».

«Él y Ella son ciertamente las dos partes superiores de nuestro Ser íntimo. Indubitablemente Él y Ella son nuestro mismo Ser Real más allá del "Yo" de la psicología».

«Él se desdobla en Ella y manda, dirige, instruye. Ella elimina los elementos indeseables que en nuestro interior llevamos, a condición de un trabajo continuo sobre sí mismo». (Samael Aun Weor. Psicología Revolucionaria).

Para darnos una idea más amplia, ayudémonos de las distintas culturas del mundo, estudiemos la forma en que tratan de explicárnoslo.

Entre los egipcios nos encontramos con Osiris e Isis, quienes conquistan los pueblos, no con las violentas guerras, sino con las cualidades de sabiduría (Osiris el Padre) caracterizada en la enseñanza del calendario, arquitectura, escritura, agricultura y astronomía; en cuanto al amor atributo de la Madre Divina Isis, instruyéndoles en la música, pintura, danza y el arte de cocinar y de tejer.

En la biblia, en el Antiguo Testamento, se encuentra más de dos mil veces (2312) la palabra Elohim, cuya interpretación si bien es muy variada, podríamos traducirla correctamente como “diosas y dioses”, y nos encontramos de nuevo con la atribución que se sostiene en todo el mundo de los principios masculino y femenino de Dios unido en esta maravillosa palabra.

Entre los aztecas o mexicas se nos habla de la pareja divina de la cual emanan todos los dioses, se le llama: El “Señor de la dualidad” (Ometecuhtli) y la “Señora de la dualidad” (Omecihuatl), dándonos a entender que tiene un principio masculino como sabiduría, severidad y verdad; más existe el principio divinal femenino como amor, ternura y comprensión.

En el Popol Vuh de los mayas nos encontramos con la misma idea dual de la divinidad y se llama: “Antiguo Secreto” (Ixpiyacoc) y “Antigua Ocultadora” (Ixmucané). El nombre “Antiguo Secreto” indudablemente nos trae a la memoria lo que el maestro Jesús decía: “El Padre que está en Secreto” y en cuanto a Dios Madre “Antigua Ocultadora”, es sorprendente que el arcano dos de la cábala sea la Madre Divina y signifique también el conocimiento oculto, atributos que bien podríamos sintetizarlos en ese nombre maya.

Parte superior de la diosa de la tierra “La de falda de Serpientes” (Coatlicue), además de representar a Dios Madre, su cabeza está formada por dos serpientes (la sabiduría) que representan al Señor y la Señora de la dualidad. (Museo Nacional de Antropología).

Parte superior de la diosa de la tierra “La de falda de Serpientes” (Coatlicue), además de representar a Dios Madre, su cabeza está formada por dos serpientes (la sabiduría) que representan al Señor y la Señora de la dualidad. (Museo Nacional de Antropología).

En los Cielos…

Otro gran misterio nos revela esta preciosa oración y tan sólo hemos comenzado su estudio. Si ponemos toda nuestra atención en esta parte de: “Que estás en los Cielos”, podremos entender la misión que todos los seres humanos tenemos en el mundo.

Tenemos un Padre-Madre divino, quien puede orientarnos en todos los aspectos de nuestra vida, protegernos, curarnos, iluminarnos, etc., no obstante, no estamos unidos a esos principios divinos. Somos una emanación de nuestro Ser, un desdoblamiento que se ha alejado mucho de su origen por nuestros defectos psicológicos creados.

Hagamos el siguiente experimento con el fin de comprender mejor este misterio: consigamos algunas velas o veladoras, encendamos una y meditemos en el fuego, luego acerquemos una vela apagada y encendámosla con el fuego de la primera, tendremos dos fuegos ahora y el primero permanece como si nada, meditemos en esos dos fuegos, luego acerquemos una tercera vela y encendámosla con el fuego de la primera y así podemos continuar sucesivamente con todas las velas que hayamos conseguido.

Así es el Ser, es un fuego que puede desdoblarse en muchos sin que se inmute, una de esas partes somos nosotros. Sólo que nos hemos olvidado de nuestro origen y eso hace que no tengamos felicidad, ni paz interior, ni libertad auténtica.

Estamos muy lejos del Padre-Madre divinos, no los tenemos encarnados, se encuentran en las dimensiones superiores de la naturaleza (en los Cielos), vigilándonos, tratando de ayudarnos en todo lo que pueden, aunque parezca increíble estamos empeñados en alejarlos; ya que, si el Padre es sabiduría, cada vez que mentimos nos alejamos de él, y si la madre es Amor, cada vez que sentimos el deseo de vengarnos, que somos intolerantes, incomprensivos, etc., nos alejamos de la Madre Divina.

«Realmente, cada uno de nosotros tiene en el fondo de su conciencia un anciano venerable, éste es el Primer Logos. Los cabalistas lo denominan Kether».

«El Anciano de los Días es andrógino, es decir, hombre y mujer al mismo tiempo. La primera y última síntesis de nuestro Ser. El Anciano de los Días es la primera emanación terriblemente divina del Espacio Abstracto Absoluto».

«El Anciano de los Días es original en cada hombre, y es el Padre; hay tantos Padres en el Cielo como hombres en la Tierra».

«El Anciano de los Días es lo oculto de lo oculto; la misericordia de la misericordia; la bondad de las bondades; la raíz de nuestro Ser; el "Gran Viento"». (Samael Aun Weor. Tarot y Cábala).

El dios viejo del Fuego (Huehueteotl)

Algo que cabe destacar de las enseñanzas ancestrales del México antiguo, es que el Padre que está en Secreto lo encontramos simbolizado con un gran maestro con el nombre de: “dios viejo del fuego” (Huehueteotl), se le representa como un anciano, es de notar que, para las culturas de Mesoamérica, la ancianidad era un símbolo inequívoco de sabiduría, mostrándonos claramente dónde buscarla.

El “dios viejo del fuego” (Huehueteotl) es la representación del Padre de todos los dioses y de todo ser humano en el mundo, la primera y última síntesis de nuestro Ser.

Sobre su cabeza se encuentra un enorme brasero, que simboliza al fuego como elemento natural, pero, sin duda alguna, también representa al fuego sagrado que hay que despertar con los encantos del amor, indicándonos el camino a seguir.

El “dios viejo del fuego” Huehueteotl. (Teotihuacán, México).

El “dios viejo del fuego” Huehueteotl. (Teotihuacán, México).

Mantram Om Masi Padme Yom

Podemos deducir de todo esto, que nuestra misión, aquí, en el mundo, es encarnar estos principios divinos, fusionarnos con ellos, ser uno con ellos. El sonido sagrado o mantram oriental “Om Mani Padme Jum” el cual correctamente pronunciado es: Om Masi Padme Yom, nos sintetiza ese trabajo, ya que quiere decir: “Oh mi Dios en mí”, o también: “Tú estás en mí, yo estoy en ti”.

Realicemos este mantram con el fin de identificarnos con esa chispa inmortal divina, es indispensable acercarnos conscientemente para ser guiados en estas sombras espesas de la ignorancia en que vivimos. Nos ponemos en una posición cómoda, relajamos el cuerpo y la mente, y vocalizamos el mantram conscientemente mientras adoramos a nuestro Padre-Madre interior.

«Y todo hombre tiene su "Íntimo", y todo "Íntimo" tiene su Padre que lo engendró; ese es nuestro Padre que está en los Cielos».

«Aun mani padme jum: Este mantram se pronuncia esotéricamente así: "Om Masi Padme Yom": (Alargando el sonido de cada letra, y en forma silabeada)».

«El significado de este mantram es: "¡Oh, mi Dios en mí!"».

«Debe vocalizarse este mantram con el corazón en meditación profunda, adorando al "Íntimo", amando al "Íntimo", rindiéndole culto al "Íntimo", porque el Íntimo es en esencia el alma de nuestro Padre encarnada en nosotros, nuestra divina individualidad en la cual necesitamos absorbernos para entrar en esa dicha infinita e indescriptible del Nirvana, donde ya no hay penas, ni lágrimas, ni dolor». (Samael Aun Weor, Curso Zodiacal).

Un caracol marino, frecuentemente utilizado para producir un sonido que acompañaba las ceremonias religiosas, como emblema del poder del verbo. (Teotihuacán, México).

Un caracol marino, frecuentemente utilizado para producir un sonido que acompañaba las ceremonias religiosas, como emblema del poder del verbo. (Teotihuacán, México).

Escuchar práctica en audio:

Descargar: | Om Masi Padme Yom |


Videoconferencia del curso: "El Padre Nuestro Develado"

2. El Padre que está en Secreto.

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2. El Padre que está en Secreto. (audio)

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