LOS ATLANTES DE TULA

Los Atlantes de Tula

Sobre la pirámide del Señor del Alba, lucen con un semblante sereno y contemplativo cuatro enigmáticas esculturas, como milenarios guardianes de la sabiduría oculta.

Una de las cosas más impactantes de la Zona Arqueológica de Tula Hidalgo México, son sin duda alguna los famosos Atlantes, figuras colosales de piedra que nos invitan a la guerra contra sí mismos.

Su nombre deviene de la palabra náhuatl “Atlatl”, arma (lanza dardos o lanzas) que sostienen en su mano derecha, que nos advierte de aprender a dirigir la lanza o fuego sagrado, en contra de nuestro enemigo secreto: El Yo Psicológico.

Interesante es que siendo guerreros se encuentren en la pirámide del Señor del Alba, nuestro Señor Quetzalcóatl, en su aspecto de Venus, el planeta del amor. Parece paradójico el hecho de juntar el amor con la guerra, mas a la luz de la sabiduría gnóstica entendemos que se trata de la guerra que debemos sostener en nuestro interior contra las fuerzas tenebrosas que habitan en uno mismo.

Uno de sus distintivos es la mariposa que se encuentra sobre su pecho, siendo esta región de acuerdo con el árbol de la vida, donde se encuentra Tiphereth (el alma humana), la mariposa misma al salir de una crisálida, nos indica la necesidad de morir para ser. Habla de crear el alma, pues no la tenemos encarnada, tan solo tenemos un embrión. El mandil cubriendo los órganos creadores, expresa el sabio control de las fuerzas sexuales, de acabar con las pasiones animales, de rendirle culto al amor, de aprender a ver en la pareja la puerta secreta por la cual podríamos retornar al Edén. Remata un nudo a semejanza del símbolo del infinito indicando el saber guardar y canalizar estas fuerzas creadoras, el no desperdiciarlas para lograr nuestra liberación.

Costado izquierdo de los Atlantes de Tula

En la mano izquierda porta varias armas para la guerra contra sí mismos, como dardos o lanzas, un arma curva y extrañamente un recipiente de copal, esto sí que no deja de asombrarnos, ¿qué tiene que hacer un recipiente de copal junto a las armas de guerra?, si desconociéramos el esoterismo Crístico, sería muy difícil encontrar una relación satisfactoria. El copal era utilizado como un incienso para llamar a lo divinal, pero al mismo tiempo representa la espiritualidad que debe tenerse en el amor.

Parte posterior de los Atlantes de Tula

En su parte posterior puede observarse un círculo solar, representación del Cristo Sol, o cristo interior, como indicando que para que nazca en nosotros debe ser el resultado del trabajo con la cruz, que está formada por cuatro serpientes.

En la cabeza se encuentra una mitra formada por las innumerables estrellas, símbolo de las partes divinas ayudando al guerrero, al luchador que se ha declarado en guerra contra sí mismo y coronan múltiples plumas de ave, símbolo de la iluminación que ofrece el tercer logos (espíritu santo) al candidato al sendero interno, que realmente cumple transmutando sus energías creadoras.

El que sean precisamente cuatro sagradas esculturas, nos recuerda inmediatamente el sagrado Tetrágrammaton griego, aludiendo a lo divinal, pero también podemos entender que se refiere a reunir las cuatro cualidades de los elementos: Agua – adaptabilidad a todas las circunstancias de la vida. Fuego – serenidad y dulzura de carácter. Tierra - Sacar partido de las adversidades. Aire – desapego de las cosas. Mismas características representadas en la esfinge milenaria de Egipto.

Es portentosa la sabiduría que encierran los cuatro atlantes, pero es curioso el hecho de que eran sólo una parte de toda una estructura maravillosa, se encontraban dentro del templo, y al frente estaban dos sendas serpientes emplumadas en la insólita posición de estar paradas de cabeza, el Jakin y Boaz del tempo de Salomón, es decir el hombre y la mujer, indicando la comprensión profunda que debe existir, pues en ellos está la senda.

En las paredes de la pirámide están águilas y jaguares (símbolo del espíritu) devorando corazones humanos (alegoría del alma), representación de la unión de lo humano con lo divino y frente a las columnas estaba un Chac Mool al igual que encontramos en la pirámide de los Mil Guerreros en Chichén Itzá.

Los Atlantes de Tula, sin duda alguna son guerreros solares, con su sobrio semblante nos invitan a lanzarnos al campo de batalla de la vida diaria, a combatir cuerpo a cuerpo contra sí mismos, para que al salir victoriosos, podamos unirnos por siempre al Ser.

ENVIADO POR: MA. GUADALUPE RODRÍGUEZ LICEA Y JENARO ISMAEL REYES TOVAR  (COMISIÓN DE CURSOS POR INTERNET)

Yo conozco tus obras, que tienes nombre, que vives y estás muerto. Sé vigilante y confirma las cosas que están para morir porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Samael Aun Weor. Magia Crística Azteca.

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