Calzada de los Muertos en Teotihuacán

Calzada de los Muertos en Teotihuacán

En esta tierra sagrada existió una grandiosa cultura y civilización, parte de sus misterios aún están bajo tierra, todavía hay mucho que comprender respecto a su origen y el gran conocimiento que nos han heredado, se encuentra en códices, templos, pirámides, nichos, sepulcros, etc., la gnosis a través del V.M. Samael, nos enseña a entender el significado de las distintas piezas arqueológicas, no solo en nuestro país, sino también en todas las latitudes del mundo. Es la sabiduría azteca portentosa, pues a manera de mito, nos enseña grandes realidades del espíritu.

En este mundo físico existen miles de escuelas, órdenes, sectas y religiones, con teorías contradictorias que se combaten entre sí, todas son útiles porque se encuentra algo de verdad; sin embargo, el camino secreto solo lo encuentran los valientes, es tarea difícil para el devoto encontrar el sendero que ha de conducirlo hasta el círculo esotérico porque se pierde en el laberinto de teorías. El sendero iniciático es una verdadera revolución de la conciencia y tiene tres aspectos bien definidos. nacer, morir y sacrificio por la humanidad.

El factor nacer se refiere a la creación de nuevos vehículos, ya que los que nos proporciona la naturaleza son cuerpos protoplasmáticos, lunares, donde habitan los defectos psicológicos: contamos con un organismo físico que tiene su fundamento en el cuerpo vital, enseguida vienen los cuerpos: astral, mental y causal y su transformación se realiza con el proceso de la transmutación alquímica de la energía creadora.

El morir significa la desintegración de nuestros defectos psicológicos, previa comprensión de cada uno de ellos, la mitología y el arte en las culturas antiguas enseñan el sendero de la Revolución de la Consciencia con el objetivo de lograr convertirse en hombres y mujeres verdaderos y llegar a la unión con la divinidad.

El tercer factor es el sacrificio por nuestros semejantes, debemos pensar en el bien común, ayudar en forma consciente y sin desear el fruto de la acción, ni esperar recompensa; dando la vida para que otros vivan, así como tenemos el compromiso de llevar la enseñanza de tipo gnóstico a toda la humanidad, sin diferencias de sectas, razas, casta, sexo o color.

Calzada de los Muertos en Teotihuacán

Esta enseñanza queda plasmada en esta grandiosa ciudad de Teotihuacán, cuando ocurre el nacimiento del quinto sol. Con el sacrificio de Nanahuatzin y Tecuciztécatl (dioses creadores) quienes voluntariamente y después de cuatro días de penitencia se incineran, transformándose en el Sol y la Luna respectivamente, la luz surge al realizarse la muerte del yo y la consciencia se libera, éste mito el maestro Samael lo explica mencionando que existen dos caminos, el lunar simbolizado por el caracol, retornando por 3,000 ciclos de 108 existencias cada uno y el solar, para aquellos valerosos que aspiran a convertirse en Sol, quienes deberán luchar por la eliminación del ego, la transformación de los cuerpos lunares en vehículos de oro y el sacrificio por la humanidad.

Bien menciona el Maestro Samael, que no todos los seres humanos logramos la auto realización, no todas las chispas virginales emanadas del seno del espíritu universal de vida, tienen interés en la maestría y muchas son las personas que se pierden atraídas por el ego, con sus sofismas de distracción, los deseos, temores, la envidia, orgullo, ira, pereza y una multiplicidad de defectos psicológicos.

Miccaotli, así fue llamada la calzada de los muertos por los pobladores antiguos de Teotihuacán, es el eje que atraviesa el centro de esta ciudad, al oriente de éste se encuentra la pirámide del sol y la pirámide de la luna en el extremo norte de la calzada, es más pequeña y cerca de su extremo meridional está un gran recinto llamado la Ciudadela y dentro de él, el templo de Quetzalcóatl, encontrándose a lo largo de este camino otros importantes edificios como el palacio de Quetzalpapálotl y de los jaguares, así como otras edificaciones de gran belleza en otros tiempos. Es la sabiduría azteca portentosa, pues a manera de mito, nos enseña grandes realidades.

EL Miccaotli, el largo camino de la muerte, simboliza bajar al Mictlán, a las regiones del inframundo, aquí van los héroes de la mitología, a enfrentarse con su propia naturaleza egoica, Perseo a decapitar a la medusa, viva representación del ego, Hércules realiza 12 trabajos de tipo superior, Huitzilopochtli, un guerrero del sol decapita a la Coyolxauqui, como una representación de la muerte del ego, extrae el corazón de los 400 surianos (el ejército de la Coyolxauqui), nos está indicando que debemos sacrificar el apego a las cosas terrenales; con la muerte del ego, despierta y nace el superhombre, la serpiente de plumas preciosas llamada Quetzalcóatl.

Aquel que ha llegado a convertirse en Maestro, se encuentra ante dos caminos, el de la derecha y el de la izquierda, representados en el arcano No. 6 (el Enamorado) y en la exquisita y mística pintura de la Gioconda de Leonardo Da Vinci; el que se decide a disolver el ego toma el sendero de la derecha para convertirse en un ser inefable y perfecto, el otro es el espiral que lleva a la felicidad sin límites, pero sin maestría y al terminar su ciclo de 3000 vueltas en la Rueda del Samsara de 108 existencias cada una.

Los nueve primeros trabajos de Hércules señalan el peregrinaje que todo maestro debe recorrer, pasando por nueve etapas o grados sucesivos, enumerados en las nueve esferas planetarias de nuestro sistema solar. (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), las tres tareas restantes son todavía más difíciles, la conciencia convertida en guerrero implacable debe luchar consigo misma y así debe continuar hasta culminar el” Magnus Opus” o la Gran Obra de los alquimistas.

En Teotihuacán el iniciado debe recorrer el Miccaotli a realizar los primeros nueve grados de la maestría, requeridos para convertirse en un Quetzalcóatl o maestro resurrecto y después regresar por el mismo camino a conquistar la liberación final o la ascensión al Padre que termina con tres iniciaciones mayores y terribles pruebas.

El sendero iniciático.

Calzada de los Muertos en Teotihuacán

Existen nueve iniciaciones menores, cinco importantes de misterios mayores y las pruebas de los cuatro elementos, no hay iniciación sin purificación, es el alma quien la recibe y los Maestros de la Logia Blanca solo reconocen las legítimas iniciaciones del alma. Cuando el alma se libera de los cuatro cuerpos de pecado, elimina los defectos psicológicos y realiza el sacrificio por la humanidad entra en el mundo de los dioses y se desposa con el Íntimo y surge el nacimiento del Niño Dios, fecha simbólica que sucede el 24 de diciembre en el inicio del solsticio de invierno.

Nosotros como estudiantes de la gnosis debemos eliminar primero los defectos que son visibles, cada defecto es multifacético y en las regiones subconscientes se halla representado por múltiples entidades subjetivas o pequeños yoes que viven dentro de nuestros cuerpos lunares y se proyectan en las regiones o terrenos subconscientes de la mente. Solo mediante la auto observación psicológica, la comprensión de fondo y con el auxilio de la divina Madre Kundalini podemos eliminar esos yoes de los cuerpos lunares.

La iniciación es la misma vida, es algo muy íntimo del alma, no se vende ni se compra, debemos vivirla en la consciencia, en cada momento, en la convivencia con nuestros familiares y semejantes, en los eventos cotidianos del diario vivir, en situaciones adversas o agradables e insignificantes.

Lo primero que se necesita es despertar consciencia y pasar las pruebas iniciáticas, hay que ser firme en lo que se anhela, tener valor de enfrentarse a sí mismo, debemos comprender y eliminar todo apego y deseo, luchar por la búsqueda de la verdad, la Gnosis inculca la perseverancia, la tolerancia y el amor a la humanidad. La Gnosis nos proporciona prácticas que nos llevan al desarrollo y perfeccionamiento material, mental y espiritual.

Cuando el estudiante se siente preparado porque ha liberado un porcentaje de consciencia y puede viajar conscientemente en cuerpo astral, puede pedir a los maestros de la Logia Blanca le lancen las pruebas de los cuatro elementos: Fuego, aire, agua y tierra.

La esfinge representa la magia elemental de la naturaleza y el discípulo debe tener las cuatro características de ésta monumental escultura: las garras de león que alegorizan valor y nobleza, las patas del buey, representan la tenacidad, las alas de águila que personifican al espíritu y la inteligencia que es simbolizada por la cabeza de la esfinge.

Quien anhele entrar a este sendero, debe ser sereno ante sus enemigos, tenaz en sus propósitos y pasar con éxito los obstáculos que se le presenten y no desfallecer ante los fracasos, así como saber adaptarse a todas las circunstancias de la vida; por medio de estas cuatro pruebas se examina la moral del discípulo.

El que no haya desarrollado la serenidad y paciencia, no podrá pasar la del fuego: La ira irrita a las salamandras o los elementales del fuego; una persona ligera y caprichosa nunca gobernará a los silfos del aire; debe salir airoso ante un fracaso, no debe desesperarse ante una pérdida. Debe desarrollar el altruismo para salir triunfante ante los elementales del agua y la prueba de la tierra consiste en ser pacientes y laboriosos, eliminando los apegos y debilidades.

En el mundo astral el aspirante será calumniado, perseguido injuriado y si reacciona iracundo o con violencia fracasará en este intento y no saldrá victorioso en la prueba de fuego. Quien se desespera ante un fracaso sea económico o de otra índole, fracasará en la prueba del aire y se horrorizará al ser lanzado a un abismo.

El que no haya aprendido a ser altruista ni adaptarse a las difíciles circunstancias de la existencia, sentirá pavor de perecer en medio del océano y aquel que no haya aprendido a ser tenaz y sacar provecho de los inconvenientes de la vida, sentirá pánico al ver que dos montañas gigantescas se cierran contra sí.

En tiempos antiguos éstas pruebas se presentaban en el mundo físico, hoy se ponen en el astral, pero en ocasiones también en el físico. El candidato es examinado y si sale triunfante es aceptado como discípulo por los Maestros de la Logia Blanca y se le otorga una capa que lo distingue como chela de esta fraternidad.

Posteriormente podrá el discípulo entrar a las nueve iniciaciones de misterios menores, cada iniciación tiene sus grados y cada grado sus pruebas, al aspirante le corresponderá vivir toda la pasión del divino Maestro, todo el drama del Gólgota, este sendero es el de la iniciación. El iniciado será perseguido y acosado por sus enemigos, humillado, torturado, azotado, injuriado, deberá cargar su cruz y si protesta no podrá llegar a la alta iniciación, una prueba muy difícil es la llamada “Direne” porque se prueba la castidad del discípulo ante las tentaciones más terribles. Esta se pasa en el mundo físico.

Otro examen, también muy difícil es la “Prueba de Justicia” en donde le toca vivir como el Cristo Jesús ante los tres traidores: Judas, Pilatos y Caifás, el aspirante se verá acusado por sus mismos amigos, parientes más queridos y presentado ante los jueces del tribunal de la justicia y si protesta es porque le falta preparación.

Estas batallas que han vivido en carne propia los Grandes Maestros debemos hacerlas nuestras en cada instante, en cada momento de nuestra existencia, si es que en realidad queremos una transformación total de nosotros mismos y así alcanzar algún día el grado de hombre o mujer verdadero y más tarde el de súper-hombre.

Los que, en un ciclo de 108 existencias, no logramos auto realizarnos, ingresamos a las zonas infra dimensionales de la naturaleza a eliminar todos esos defectos que creamos y fortalecimos a lo largo de nuestras existencias.

Lo más asombroso es que son nueve las regiones del Mictlán, igual que los nueve círculos de Dante Alighieri en la divina comedia, las mismas 9 zonas del Bolontiku maya, ya de por si esto debe ponernos a reflexionar que existe un conocimiento único y universal.

En la línea vertical de la vida común, encontramos a los 3 factores de la revolución de la conciencia, por tanto, es indispensable mantener un estado de alerta continua, de auto observación en esta travesía, lo cual implica luchas, terribles guerras contra sí mismo, ya que continuamente habrá obstáculos, tentaciones, pruebas, dudas, etc.; sin embargo, el iniciado deberá permanecer en acecho a cada momento en su trayecto, como nosotros en la vida diaria, debemos saber manejar nuestro mar interior, viviendo la sabiduría, el conocimiento adquirido; la vida es el gimnasio psicológico donde nos vamos a entrenar y adquirir el autoconocimiento.

Enviado por: María Guadalupe Licea Rivera. San Luis Potosí, S.L.P.

Imágenes: Calzada de los Muertos en Teotihuacán. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes.

Descargar en: Word | Word Comprimido | Pdf | Solo Texto | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09 | 10 |
Suscribirme