La Sabiduría del Ser No. 83 Ciencia Arte Filosofía y Mística-Trimestre: octubre, noviembre y diciembre de 2019 Material didáctico para uso interno y exclusivo de estudiantes Del Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. www.samalegnosis.net ? www.samaelgnosis.org www.samelgnosis.us ?www.samelgnosis.net/fr Contenido: Dioses de la Mitología Azteca Calzada de los Muertos en Teotihuacán El Culto en la Pirámide de la Luna El Eterno Femenino Azteca Las Peregrinaciones de Luna de Miel a Teotihuacán El Templo de las Serpientes El Misterio de Quetzalpapálotl Murales Teotihuacanos Huehuetéotl La Sabiduría de nuestro Señor Quetzalcóatl Portada: Templo de Quetzalcóatl en Teotihuacán. Foto Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. Revistas anteriores: https://www.samaelgnosis.net/revista/numeros.html Suscripciones: https://www.samaelgnosis.net/revista/suscripcion.htm Certificado de reserva de derechos al uso exclusivo. En el género de: Difusiones periódicas. Especie: Difusión vía red de Cómputo. Titular: Instituto Cultural Quetzalcóatl de Antropología Psicoanalítica, A.C. Titulo “La Sabiduría del Ser” Reserva: 04-2008-032711425000-203 Dirección de Reservas de Derechos. Teotihuacán. Pintura elaborada para el congreso, por Fidelia Castro. Quetzalcóatl elaborado para el congreso infantil por Bertha Alicia Mauricio García. Dioses de la Mitología Azteca En estos tiempos de superficialidad y de búsqueda de satisfacción inmediata que nos desvían de un análisis serio de sí mismos y de la vida que llevamos, bien vale la pena regresar a la reflexión profunda y atender desde ella, la sabiduría que dejaron las antiguas civilizaciones. Pocas, o ninguna tan grande como el legado de Teotihuacán, una civilización que supo reunir la ciencia, el arte, la filosofía y la mística en cada edificio, en cada pintura y en cada bajo-relieve. Empleando conocimientos y alegorías de los aztecas, la cultura teotihuacana plasmó un conocimiento muy profundo con el cual es posible manifestar y comprender los misterios más grandes del Universo. Los estudiosos actuales no han sabido comprender que los sabios de Anáhuac no adoraron a los elementos de la Naturaleza, pero los utilizaron para representar aspectos tan profundos como el espíritu y el origen mismo de la creación. Estudiemos algunos de sus Dioses principales y sus misterios. Ehécatl el dios azteca del viento Es un gran iniciado que rige el viento, que vive en los mundos superiores, precisamente en el mundo causal, desde donde se controlan los elementos y las causas de la naturaleza. Tiene bajo su mando billones y trillones de elementales del aire, llamados silfos y sílfides. Es un Dios que se distingue por llevar una máscara con labios alargados por medio del cual sopla e incita los vientos. Los Aztecas daban un nombre al viento, según el origen o dirección del mismo: “Cuando el aire soplaba desde el oriente, donde está el Tlalocan, el Paraíso, lo llamaban Tlalocayotl; cuando soplaba desde el norte, donde está el Mictlán, el infierno, lo llamaban Mictlantecuhtli, cuando soplaba desde el poniente, donde habitan las mujeres que mueren de parto, Dihuatecayotl, cuando soplaba desde el sur, donde están las diosas, Huitznahua.” (Magia Crística Azteca) Los silfos atómicos de nuestros propios aires vitales, al servicio de la imaginación mecánica (no se confunda esto con la imaginación objetiva consciente), juegan con nuestros pensamientos lascivos y perversos. Es interesante observar que lo templos dedicados a Ehécatl eran circulares, pues el viento se desplaza en todas direcciones. Vale la pena aclarar que Ehécatl es un ser distinto de Quetzalcóatl, si bien es cierto que en ocasiones a Quetzalcóatl se le representa con ese mismo pico o máscara de labios prominentes para resaltar determinadas cualidades, se trata de divinidades diferentes. Otro aspecto que rige según los sabios de Anáhuac es el segundo sol del calendario azteca – Ehécatl- Tonatiuh. Recordemos que la tierra ha dado origen hasta el momento a 5 razas de 7, y que la segunda fue la Raza Hiperbórea que habitó un continente en forma de herradura alrededor del polo norte, en las dimensiones superiores de la naturaleza. La Segunda raza no cayó en degeneración, pero nos dicen los sabios de Anáhuac que fueron arrasados por fuertes vientos, por el huracán, símbolo del hálito, del espíritu divino y que, para salvarse, fueron transformados en monos para trepar a los árboles, el árbol también representa al Ser. ¿Cómo podemos ponernos en contacto con el Ángel o Malachim Ehécatl? Los Maestros lo invocaban encendiendo tres velas de cera virgen en el altar del templo. (Magia Crística Azteca) ¿De qué forma puede ayudarnos Ehécatl en nuestro día a día? Ehécatl enseña a salir en cuerpo astral, ayuda en los grandes y pequeños viajes, en el trabajo diario, etc. Si se lo suplicamos él nos retira una vieja enfermedad, un mal, un amigo, un mal vecino, etc., pero Ehécatl exige pago por sus dádivas. El que le demanda algo tiene que hacer desinteresadas y buenas obras entre los hombres sin distinción de raza, credo o clase. (Magia Crística Azteca) Ehécatl es un maestro que domina la ciencia del movimiento continuo, los alcances de dicha ciencia escapan a nuestra comprensión, una muestra de ello es la posibilidad de laborar en procesos de la vida y la muerte en elevados procesos iniciáticos. Huitzilopochtli Es un hombre despierto, un Dios Azteca, y representa también a la fuerza del Cristo, al fuego. En los mundos superiores podemos invocarlo y aprender de sus pies la sabiduría del fuego, la sabiduría de Anáhuac. Huitzilopochtli significa “Colibrí Zurdo”. Opochtli, el "zurdo". Tradúzcase así: "El que lanza las flechas con la mano izquierda.” (Doctrina Secreta de Anáhuac) Fue el dios Huitzilopochtli quien instruyó a los primeros aztecas sobre las señales que habrían de buscar en su peregrinar para fundar la gran Tenochtitlan del águila devorando a la serpiente, portentoso símbolo que afortunadamente heredamos en nuestro actual lábaro patrio. Se le considera el dios de la guerra, victorioso, inmisericorde, pero debemos interpretarlo como la guerra interior, esa guerra contra nuestros propios defectos que nos llevan a encarnar tal principio o representación divina en sí mismos. También se le considera el dios del Sol y en su leyenda se encuentran las enseñanzas necesarias para cristalizarlo en sí mismos, si tenemos la inteligencia de comprenderlas y la tenacidad de practicarlas. El origen de Huitzilopochtli nos es heredado en el códice Florentino: Allí encontramos con asombro el trabajo místico a realizar en nosotros mismos, desde el momento de su concepción al descender una pluma fina y tocar el vientre de su madre Coatlicue, quien se encontraba haciendo penitencia en el cerro de Coatepec. La serpiente, una vez más relacionada en el origen de la divinidad como en otras tantas leyendas e historias de maestros e iniciados alrededor del mundo. Por supuesto Coatlicue representa a nuestra madrecita Divina, cuyos principios se ven en nosotros opacados por los 400 surianos y la Coyolxauhqui (la adornada de cascabeles) que representa aquí la lascivia o voluptuosidad erótica, que de igual manera en nosotros resulta el origen mismo de nuestras desgracias e infortunio como el pecado original. Desde el vientre, Huitzilopochtli se prepara para la guerra contra sus hermanos, quienes ofendidos por la concepción sin padre de su madre Coatlicue, se aprestan a acabar con ella. Nace Huitzilopochtli ataviado para la guerra con escudo de plumas de águila (el espíritu), orejeras (la escucha y obediencia al padre), sandalias (la humildad), dardos y lanza dardos (la fuerza creadora en nosotros) y penacho (dominio de la mente terrenal), brazos y piernas pintados de azul porque la guerra interna se hace con amor Auto observación de nuestros defectos y sus intrincadas relaciones y trampas es indispensable en el trabajo íntimo en contra de los Surianos propios, nuestros defectos psicológicos. Nace Huitzilopochtli y elimina primero la fuente de toda discordia y de todo dolor al acabar con la Coyolxauhqui gracias a la serpiente de fuego o Xiucoatl, representando el fuego creador dirigido con sabiduría y valentía, herramienta indispensable para la purificación. Sin concesiones y sin misericordia, nuestro señor Colibrí Zurdo acaba con los 400 hermanos que al intentar huir hacia el Sur son llamados los 400 surianos. Debemos seguir pues las gloriosas enseñanzas secretas como un faro entre los laberintos de falso conocimiento que solo nos desvían y distraen en la actualidad. Tezcatlipoca Náhuatl, (espejo negro que humea). Se le presentaba joven, con un gran espejo en la mano izquierda, con cuatro saetas y un escudo en la mano derecha; con una oreja medio ahumada, puesta en los cabos de la cinta con que estaban prendidos sus cabellos. Según los nahuas, de este dios Ometecuhtli y la diosa Omecihuatl tuvieron cuatro hijos, los cuatro Tezcatlipocas: Xipetotec -el colorado-, Tezcatlipoca -el negro-, Quetzalcóatl -el blanco- y Huitzilopochtli -el azul-. Del binario divino e invisible, nacieron los cuatro colores de las cuatro razas que actualmente pueblan el mundo. (Misterios Mayas). Estas mismas fuerzas capaces de creaciones maravillosas se expresan a través del amor del hombre y la mujer, embriagados de éxtasis y espiritualidad. Volviendo a la mitología Azteca, nos dicen que los hijos del primer sol, los de la Raza Polar que vivió en un continente en la zona donde se encuentra ahora el casquete polar, fue regida por el Dios Tezcatlipoca. Cada individuo era un maestro de sabiduría. (Misterios Mayas) La primera raza fue gigantesca y de color negro, empero estuvo muy civilizada. Esta fue una raza andrógina, asexual, semi-física, semi-etérica. Los individuos podían reducir su tamaño al de una persona normal de la actual raza aria. Los rituales y sabiduría de la primera raza fueron maravillosos. Los templos y construcciones fueron portentosos. La barbarie no existía en aquella época. Dicha raza divina fue devorada por los tigres de la sabiduría. El regente de esa raza fue el dios azteca Tezcatlipoca. Tezcatlipoca al igual que nuestro señor Huitzilopochtli son seres de consciencia despierta, y representa los opuestos, el día y la noche Por ello es que debemos saber interpretar con la intuición y no con el intelecto las leyendas de la sabiduría ancestral, pues si bien identificamos a Tezcatlipoca como un principio masculino, también representa en las alegorías cósmicas valores femeninos como cuando se le menciona en el origen de la creación: Con la aurora del Universo el huracán eléctrico hace palpitar todos los átomos en forma de remolinos dentro del Omeyocan, dentro del ombligo del Universo, dentro de la Matriz Cósmica que es el Dos. En el Omeyocan, el Tloque Nahuaque es tempestad nocturna de todas las posibilidades. ¿Por qué? Porque cuando el movimiento eléctrico, el huracán eléctrico, el torbellino eléctrico, hacen girar todos esos átomos dentro de la materia caótica, persisten todas las posibilidades de la Vida Universal. Así lo han escrito siempre los mejores autores de cosmogénesis. Naturalmente, estamos diciendo algo que nunca aceptaría, en modo alguno, la ciencia materialista. Valga el presente relato para acercarnos con humildad a los pies de la portentosa sabiduría sin límite que hoy nos recibe y trabajemos en lo interno para merecer su luz y guía. Enviado por: Rubén Soto Orozco. Ensenada B.C. Foto: Museo Nacional de Antropología Imagen: Rubén Soto Orozco. Calzada de los Muertos en Teotihuacán En esta tierra sagrada existió una grandiosa cultura y civilización, parte de sus misterios aún están bajo tierra, todavía hay mucho que comprender respecto a su origen y el gran conocimiento que nos han heredado, se encuentra en códices, templos, pirámides, nichos, sepulcros, etc., la gnosis a través del V.M. Samael, nos enseña a entender el significado de las distintas piezas arqueológicas, no solo en nuestro país, sino también en todas las latitudes del mundo. Es la sabiduría azteca portentosa, pues a manera de mito, nos enseña grandes realidades del espíritu. En este mundo físico existen miles de escuelas, órdenes, sectas y religiones, con teorías contradictorias que se combaten entre sí, todas son útiles porque se encuentra algo de verdad; sin embargo, el camino secreto solo lo encuentran los valientes, es tarea difícil para el devoto encontrar el sendero que ha de conducirlo hasta el círculo esotérico porque se pierde en el laberinto de teorías. El sendero iniciático es una verdadera revolución de la conciencia y tiene tres aspectos bien definidos. nacer, morir y sacrificio por la humanidad. El factor nacer se refiere a la creación de nuevos vehículos, ya que los que nos proporciona la naturaleza son cuerpos protoplasmáticos, lunares, donde habitan los defectos psicológicos: contamos con un organismo físico que tiene su fundamento en el cuerpo vital, enseguida vienen los cuerpos: astral, mental y causal y su transformación se realiza con el proceso de la transmutación alquímica de la energía creadora. El morir significa la desintegración de nuestros defectos psicológicos, previa comprensión de cada uno de ellos, la mitología y el arte en las culturas antiguas enseñan el sendero de la Revolución de la Consciencia con el objetivo de lograr convertirse en hombres y mujeres verdaderos y llegar a la unión con la divinidad. El tercer factor es el sacrificio por nuestros semejantes, debemos pensar en el bien común, ayudar en forma consciente y sin desear el fruto de la acción, ni esperar recompensa; dando la vida para que otros vivan, así como tenemos el compromiso de llevar la enseñanza de tipo gnóstico a toda la humanidad, sin diferencias de sectas, razas, casta, sexo o color. Esta enseñanza queda plasmada en esta grandiosa ciudad de Teotihuacán, cuando ocurre el nacimiento del quinto sol. Con el sacrificio de Nanahuatzin y Tecuciztécatl (dioses creadores) quienes voluntariamente y después de cuatro días de penitencia se incineran, transformándose en el Sol y la Luna respectivamente, la luz surge al realizarse la muerte del yo y la consciencia se libera, éste mito el maestro Samael lo explica mencionando que existen dos caminos, el lunar simbolizado por el caracol, retornando por 3,000 ciclos de 108 existencias cada uno y el solar, para aquellos valerosos que aspiran a convertirse en Sol, quienes deberán luchar por la eliminación del ego, la transformación de los cuerpos lunares en vehículos de oro y el sacrificio por la humanidad. Bien menciona el Maestro Samael, que no todos los seres humanos logramos la auto realización, no todas las chispas virginales emanadas del seno del espíritu universal de vida, tienen interés en la maestría y muchas son las personas que se pierden atraídas por el ego, con sus sofismas de distracción, los deseos, temores, la envidia, orgullo, ira, pereza y una multiplicidad de defectos psicológicos. Miccaotli, así fue llamada la calzada de los muertos por los pobladores antiguos de Teotihuacán, es el eje que atraviesa el centro de esta ciudad, al oriente de éste se encuentra la pirámide del sol y la pirámide de la luna en el extremo norte de la calzada, es más pequeña y cerca de su extremo meridional está un gran recinto llamado la Ciudadela y dentro de él, el templo de Quetzalcóatl, encontrándose a lo largo de este camino otros importantes edificios como el palacio de Quetzalpapálotl y de los jaguares, así como otras edificaciones de gran belleza en otros tiempos. Es la sabiduría azteca portentosa, pues a manera de mito, nos enseña grandes realidades. EL Miccaotli, el largo camino de la muerte, simboliza bajar al Mictlán, a las regiones del inframundo, aquí van los héroes de la mitología, a enfrentarse con su propia naturaleza egoica, Perseo a decapitar a la medusa, viva representación del ego, Hércules realiza 12 trabajos de tipo superior, Huitzilopochtli, un guerrero del sol decapita a la Coyolxauqui, como una representación de la muerte del ego, extrae el corazón de los 400 surianos (el ejército de la Coyolxauqui), nos está indicando que debemos sacrificar el apego a las cosas terrenales; con la muerte del ego, despierta y nace el superhombre, la serpiente de plumas preciosas llamada Quetzalcóatl. Aquel que ha llegado a convertirse en Maestro, se encuentra ante dos caminos, el de la derecha y el de la izquierda, representados en el arcano No. 6 (el Enamorado) y en la exquisita y mística pintura de la Gioconda de Leonardo Da Vinci; el que se decide a disolver el ego toma el sendero de la derecha para convertirse en un ser inefable y perfecto, el otro es el espiral que lleva a la felicidad sin límites, pero sin maestría y al terminar su ciclo de 3000 vueltas en la Rueda del Samsara de 108 existencias cada una. Los nueve primeros trabajos de Hércules señalan el peregrinaje que todo maestro debe recorrer, pasando por nueve etapas o grados sucesivos, enumerados en las nueve esferas planetarias de nuestro sistema solar. (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), las tres tareas restantes son todavía más difíciles, la conciencia convertida en guerrero implacable debe luchar consigo misma y así debe continuar hasta culminar el” Magnus Opus” o la Gran Obra de los alquimistas. En Teotihuacán el iniciado debe recorrer el Miccaotli a realizar los primeros nueve grados de la maestría, requeridos para convertirse en un Quetzalcóatl o maestro resurrecto y después regresar por el mismo camino a conquistar la liberación final o la ascensión al Padre que termina con tres iniciaciones mayores y terribles pruebas. El sendero iniciático. Existen nueve iniciaciones menores, cinco importantes de misterios mayores y las pruebas de los cuatro elementos, no hay iniciación sin purificación, es el alma quien la recibe y los Maestros de la Logia Blanca solo reconocen las legítimas iniciaciones del alma. Cuando el alma se libera de los cuatro cuerpos de pecado, elimina los defectos psicológicos y realiza el sacrificio por la humanidad entra en el mundo de los dioses y se desposa con el Íntimo y surge el nacimiento del Niño Dios, fecha simbólica que sucede el 24 de diciembre en el inicio del solsticio de invierno. Nosotros como estudiantes de la gnosis debemos eliminar primero los defectos que son visibles, cada defecto es multifacético y en las regiones subconscientes se halla representado por múltiples entidades subjetivas o pequeños yoes que viven dentro de nuestros cuerpos lunares y se proyectan en las regiones o terrenos subconscientes de la mente. Solo mediante la auto observación psicológica, la comprensión de fondo y con el auxilio de la divina Madre Kundalini podemos eliminar esos yoes de los cuerpos lunares. La iniciación es la misma vida, es algo muy íntimo del alma, no se vende ni se compra, debemos vivirla en la consciencia, en cada momento, en la convivencia con nuestros familiares y semejantes, en los eventos cotidianos del diario vivir, en situaciones adversas o agradables e insignificantes. Lo primero que se necesita es despertar consciencia y pasar las pruebas iniciáticas, hay que ser firme en lo que se anhela, tener valor de enfrentarse a sí mismo, debemos comprender y eliminar todo apego y deseo, luchar por la búsqueda de la verdad, la Gnosis inculca la perseverancia, la tolerancia y el amor a la humanidad. La Gnosis nos proporciona prácticas que nos llevan al desarrollo y perfeccionamiento material, mental y espiritual. Cuando el estudiante se siente preparado porque ha liberado un porcentaje de consciencia y puede viajar conscientemente en cuerpo astral, puede pedir a los maestros de la Logia Blanca le lancen las pruebas de los cuatro elementos: Fuego, aire, agua y tierra. La esfinge representa la magia elemental de la naturaleza y el discípulo debe tener las cuatro características de ésta monumental escultura: las garras de león que alegorizan valor y nobleza, las patas del buey, representan la tenacidad, las alas de águila que personifican al espíritu y la inteligencia que es simbolizada por la cabeza de la esfinge. Quien anhele entrar a este sendero, debe ser sereno ante sus enemigos, tenaz en sus propósitos y pasar con éxito los obstáculos que se le presenten y no desfallecer ante los fracasos, así como saber adaptarse a todas las circunstancias de la vida; por medio de estas cuatro pruebas se examina la moral del discípulo. El que no haya desarrollado la serenidad y paciencia, no podrá pasar la del fuego: La ira irrita a las salamandras o los elementales del fuego; una persona ligera y caprichosa nunca gobernará a los silfos del aire; debe salir airoso ante un fracaso, no debe desesperarse ante una pérdida. Debe desarrollar el altruismo para salir triunfante ante los elementales del agua y la prueba de la tierra consiste en ser pacientes y laboriosos, eliminando los apegos y debilidades. En el mundo astral el aspirante será calumniado, perseguido injuriado y si reacciona iracundo o con violencia fracasará en este intento y no saldrá victorioso en la prueba de fuego. Quien se desespera ante un fracaso sea económico o de otra índole, fracasará en la prueba del aire y se horrorizará al ser lanzado a un abismo. El que no haya aprendido a ser altruista ni adaptarse a las difíciles circunstancias de la existencia, sentirá pavor de perecer en medio del océano y aquel que no haya aprendido a ser tenaz y sacar provecho de los inconvenientes de la vida, sentirá pánico al ver que dos montañas gigantescas se cierran contra sí. En tiempos antiguos éstas pruebas se presentaban en el mundo físico, hoy se ponen en el astral, pero en ocasiones también en el físico. El candidato es examinado y si sale triunfante es aceptado como discípulo por los Maestros de la Logia Blanca y se le otorga una capa que lo distingue como chela de esta fraternidad. Posteriormente podrá el discípulo entrar a las nueve iniciaciones de misterios menores, cada iniciación tiene sus grados y cada grado sus pruebas, al aspirante le corresponderá vivir toda la pasión del divino Maestro, todo el drama del Gólgota, este sendero es el de la iniciación. El iniciado será perseguido y acosado por sus enemigos, humillado, torturado, azotado, injuriado, deberá cargar su cruz y si protesta no podrá llegar a la alta iniciación, una prueba muy difícil es la llamada “Direne” porque se prueba la castidad del discípulo ante las tentaciones más terribles. Esta se pasa en el mundo físico. Otro examen, también muy difícil es la “Prueba de Justicia” en donde le toca vivir como el Cristo Jesús ante los tres traidores: Judas, Pilatos y Caifás, el aspirante se verá acusado por sus mismos amigos, parientes más queridos y presentado ante los jueces del tribunal de la justicia y si protesta es porque le falta preparación. Estas batallas que han vivido en carne propia los Grandes Maestros debemos hacerlas nuestras en cada instante, en cada momento de nuestra existencia, si es que en realidad queremos una transformación total de nosotros mismos y así alcanzar algún día el grado de hombre o mujer verdadero y más tarde el de súper-hombre. Los que, en un ciclo de 108 existencias, no logramos auto realizarnos, ingresamos a las zonas infra dimensionales de la naturaleza a eliminar todos esos defectos que creamos y fortalecimos a lo largo de nuestras existencias. Lo más asombroso es que son nueve las regiones del Mictlán, igual que los nueve círculos de Dante Alighieri en la divina comedia, las mismas 9 zonas del Bolontiku maya, ya de por si esto debe ponernos a reflexionar que existe un conocimiento único y universal. En la línea vertical de la vida común, encontramos a los 3 factores de la revolución de la conciencia, por tanto, es indispensable mantener un estado de alerta continua, de auto observación en esta travesía, lo cual implica luchas, terribles guerras contra sí mismo, ya que continuamente habrá obstáculos, tentaciones, pruebas, dudas, etc.; sin embargo, el iniciado deberá permanecer en acecho a cada momento en su trayecto, como nosotros en la vida diaria, debemos saber manejar nuestro mar interior, viviendo la sabiduría, el conocimiento adquirido; la vida es el gimnasio psicológico donde nos vamos a entrenar y adquirir el autoconocimiento. Enviado por: María Guadalupe Licea Rivera. San Luis Potosí, S.L.P. Imágenes: Calzada de los Muertos en Teotihuacán. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. El Culto en la Pirámide de la Luna La enigmática ciudad de Teotihuacán es una magnífica construcción que representa la estructura espiritual del ser humano y señala, con cada una de sus edificaciones, el camino que conduce a la liberación final, al despertar de la conciencia, a la auto realización. Se encuentra orientada hacia los puntos cardinales. La ruta enseñada por los sabios que la habitaron y que hemos recorrido ya físicamente, indica que hay que empezar en el templo de Quetzalcóatl, con el trabajo de los cuatro elementos y el fuego, con una transformación psicológica en la que debemos hacernos conscientes de nuestros pensamientos, emociones e instintos. Después comienza el peregrinaje, el camino vertical por la calzada de los muertos, con sus 33 ascensos y descensos, símbolos de las 33 vértebras de la médula espinal, hacia el norte a través de una conducta recta: recto pensar, recto sentir y recto actuar, para llevar el fuego hasta la corona del ser humano, la cabeza, ahí donde se ubica la pirámide de la Luna, lo cual corresponde a iluminar la mente interior despertando las facultades internas que emanan de la glándula pineal y pituitaria, para posteriormente bajar ese fuego a la altura del corazón, majestuosamente representado por la pirámide del Sol. La ruta de visita que realizamos en la zona arqueológica es el rumbo que debemos recorrer en nuestra vida, a través del trabajo cotidiano con el despertar de la consciencia. Por eso nos hemos reunido, para detallar los pasos que convierten a los hombres en Dioses. Corresponde en este tema, las enseñanzas de la pirámide de la Luna, símbolo de la mente humana, del elemento agua, de la mujer, de la sabiduría y de la inocencia. La pirámide de la Luna, mide 45 m. de altura y 140 por 150 de base; 13 basamentos arquitectónicos indican la muerte psicológica de los elementos indeseables de la mente y enmarcan la plaza donde se realizaban danzas en honor a Tláloc y a su esposa Chalchiuhtlicue, Dioses de la lluvia. Al pie de la pirámide se halla una estructura con 9 altares en los muros de su interior, más uno al centro, símbolo de los nueve infiernos o esferas inferiores de conciencia. Tláloc, el Dios del agua, era sumamente venerado y temido, los Teotihuacanos rendían culto a su omnisciencia, el siguiente poema de la Épica Náhuatl narra su poder: "El Dios Tláloc residía en un gran palacio con cuatro aposentos, y en medio de la casa había un patio con cuatro enormes barreños llenos de agua." "El primero es del agua que llueve a su tiempo y fecundiza a la tierra para que de buenos frutos." "El segundo es del agua que hace anublarse a las mieses y hace perder los frutos." "El tercero es del agua que hace helar y secar a las plantas." El cuarto es del agua que produce sequía y esterilidad..." "Tiene el Dios a su servicio a muchos ministros -los elementales del agua-, pequeños de cuerpo, los cuales moran en cada uno de los aposentos, cada uno según su color, pues son azules como el cielo, blancos, amarillos o rojos..." "Ellos, con grandes regaderos y con palos en las manos, van a regar sobre la tierra cuando el supremo Dios de la lluvia ordena..." "Y cuando truena, es que resquebrajan sus cántaros, y si algún rayo cae, es que un fragmento de las vasijas rotas viene sobre la tierra..." Que los seres humanos crean o no en Tláloc, no afecta su existencia, ciertamente hemos sido educados para ser ateos y para creer que los sabios de antaño adoraban ídolos, pero la misma ciencia sabe ahora (aunque no lo quiera reconocer) que la naturaleza se rige por inteligencias divinas y esas inteligencias eran y son veneradas por los sabios. Tláloc es un rey de la naturaleza, una criatura perfecta, un deva, un ser más allá del bien y del mal, en sus manos está la sequía y la inundación. La traducción de la palabra Tláloc es: “El vino que bebe la tierra”, porque el vino no es solamente agua, el vino es la transmutación del agua, el vino es el resultado del milagro que realizó el mismo Jesús el cristo en las bodas de Canaán. No es lo mismo regar las plantas con agua que no ha sido transmutada, que con agua que viene del cielo, agua que ya fue trasformada por la evaporación, y condensación y que cuando baja a la tierra fecunda lo que toca. Así también el ser humano, con las enseñanzas de Tláloc, puede transmutar el agua de sus energías creadoras a través de la sublimación para fecundar sus facultades y virtudes. Por ello, antiguamente los adeptos que seguían las enseñanzas de Tláloc, dominaban a la naturaleza. En este lugar realizaban rituales para hacer llover…, los sabios y niños inocentes se colocaban en posición de sapos y ranas, imitaban su croar y la lluvia bendecía la tierra. Tláloc vive en el Tlalocan, el mundo causal, el mundo de las causas naturales. Los maestros se comunicaban con él a través de la meditación y de la oración. Con gran misticismo religioso, tocaban las puertas del mundo del espíritu puro, del mundo de la conciencia espiritual, cantando también el mantram “Aloah Va Daath”. Los maestros sabían que existen cuatro mundos en la naturaleza: 1. El mundo mineral sumergido, representado por las minas y el interior de la tierra. 2. El mundo celular, donde se desarrolla la vida orgánica, la tercera dimensión de Euclides. 3. El mundo Molecular que corresponde a la región del mundo astral y mental, es el mundo de los sueños y los pensamientos. 4. El mundo electrónico, la región de las causas naturales, el espíritu puro, el mundo de la conciencia espiritual, donde habitan todos los Dioses del panteón azteca. También en la plaza de la luna se encuentra el altar del sacrificio. Malentendido en la actualidad, porque los sacrificios humanos no se realizaban en los tiempos de oro de las civilizaciones de Anáhuac, sino que se verificaron en la decadencia de aquellas épocas. La sabiduría gnóstica nos enseña también que no eran precisamente sacrificios humanos lo que exigía Tláloc a las personas, sino inocencia y sabiduría, dones que solamente florecen cuando se sacrifica el egoísmo, la envidia, el orgullo y la mitomanía. El verdadero sacrificio es el trabajo psicológico para limpiar la mente de los aspectos inhumanos que la habitan, el trabajo consiste en sacar a los mercaderes del templo, tal como lo hizo el maestro Jesús. El sacrificio o sacro oficio también es la representación del trabajo entre el hombre y la mujer, indicado por la majestuosa escultura de Chalchiuhtlicue, que se encontraba en la explanada de la pirámide de la luna. Ella representa al eterno femenino, a la mujer, su monolito se encuentra en el museo de Antropología, mide 1.65 por 1.65 m de base y 3.16m de altura, pesa 21 toneladas. Un segundo monolito que también se encontró en Teotihuacán, permanece aquí, tiene casi dos metros de altura y pesa 6 toneladas. Chalchiuhtlicue, la de las faldas de jade invita a conocer sus misterios y a llevar a la práctica su sabiduría. La mujer tiene como misión, salvarse a ella misma y enseñar a sus semejantes el camino de la auto realización. Se dice que Tláloc siempre está rodeado de niños, porque ellos representan la inocencia de la mente. La luna influencia y equilibra la naturaleza, sus efectos en las mareas, la savia de las plantas, enfermedades y en la psiquis humana es evidente. Los sabios de Anáhuac consideraron a la luna como la madre de la Tierra. El ser humano recibe la influencia de la luna en su aspecto negativo debido a los agregados psicológicos y al nivel de ser. La inocencia puede ser rescatada en el ser humano, descubriendo en los eventos de la vida nuestro rasgo característico particular. La mente es lunar porque se identifica con los eventos externos de la vida y termina desarrollando lujuria, codicia, ira, envidia, auto importancia, vanidad. El nivel de ser de cada quien determina el grado de sufrimiento, las amarguras, los problemas que distinguen su vida y, aunque se piense que conforme pasa el tiempo se va a llegar a la perfección, esto no ocurre debido a la discontinuidad de la naturaleza. La evolución no lleva a la perfección porque la naturaleza es mecánica. Para dejar de ser lunares y de vivir hipnotizados por la ilusión del yo, es necesario vivir una vida solar, revolucionar la conciencia, ser rebelde, dejar de identificarse con las circunstancias; así caminaremos de la pirámide de la luna a la del Sol. Infortunadamente hoy se ha perdido la veneración a los Devas, la inocencia y la belleza del espíritu. Nos corresponde restaurarla y compartirla, para que Teotihuacán, el lugar de religión y sabiduría sea visitado por los hombres que se hacen Dioses. Enviado por: Susana M. Rodríguez Licea. Comisión de Eventos. San Luis Potosí, S.L.P. Imágenes: Pirámide de la Luna en Teotihuacán. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. El Eterno Femenino Azteca Dios como padre es sabiduría, como madre es amor. Las dos columnas del templo han existido por siempre y son en las que debe sostenerse todo desarrollo espiritual y físico. El eterno masculino siempre va acompañado del eterno femenino divinal. En todas las culturas de la Tierra se les ha venerado, recordemos a Osiris entre los egipcios, jamás podría faltar Isis a su lado, pues no estaría completo, le faltaría algo, sería como un lago sin agua. Dios Madre es el fundamento de esta gran creación, es el origen de todo cuanto existe, ha existido y existirá, es la raíz del átomo y del Sol, es la matriz cósmica de la cual surge el mismo universo, es la misma raíz del amor. El Padre ha depositado en ella la sabiduría, en el Hijo el amor y en el Espíritu Santo el poder. Ella es la Estrella del Mar que nos puede guiar correctamente en el mar embravecido de la existencia. Es indudable que, en este maravilloso lugar sagrado de Teotihuacán, no podría faltar su culto, su enseñanza y su magisterio. Nos toca en estos precisos instantes rescatar esa enseñanza aquí aprendida con tanto cariño por nuestros antepasados y ponerla en práctica en nuestras vidas y así restaurar el conocimiento milenario que nos lleve a las más altas esferas de la espiritualidad. Ese eterno principio femenino divinal lo representaron en forma magistral con las diosas del antiguo México y siendo el amor, una de las características más elementales de la Madre Divina. “Flor preciosa” (Xochiquétzal) Es la diosa del amor, porque es el amor lo que puede llevarnos a la misma divinidad; la fuerza maravillosa del amor, esencia del Eterno femenino es la que puede transformar el mundo, la que puede unir la tierra al cielo, lo humano con lo divino. Afirman que vive en un lugar paradisiaco llamado “El lugar del descenso” (Tamoanchan), alfombrado de flores, además de ríos y fuentes azules, depósito de las aguas universales de vida que tiene su equivalente en el ser humano, en sus energías creadoras, indicándonos la importancia que tiene su sabia transmutación para que pueda manifestarse el amor en nuestro hogar. En este lugar de las mil y una noches crece el árbol Xochitlicacan, árbol maravilloso que basta que los enamorados se paren bajo el cobijo de sus ramas y toquen sus flores para que sean eternamente felices. Ese árbol es claro simbolismo del Árbol de la Vida, se trata del Ser; cuando uno elimina los defectos que nos alejan del Ser. Ningún ser humano ha visto a esta deidad, pero la simbolizaban muy hermosa, con el cabello sobre sus espaldas y muchos adornos preciosos, símbolo de las virtudes expresadas en el eterno principio femenino y por supuesto en la mujer que se hace digna a estos misterios, como la ternura, el amor, la bondad, la comprensión sin límites, el arte y la belleza espiritual. Arcaicas tradiciones milenarias nos dicen que esta diosa tenía el poder de perdonar, es indudable que la Madre Divina de cada uno, nuestra propia “Flor preciosa” (Xochiquetzal) interior puede perdonar nuestro karma, cuando logramos pagarlo con obras desinteresadas en favor de la humanidad y cuando eliminamos los yoes que lo causaron. Es por eso que las mujeres iban a su templo, situado en el templo Mayor de Tenochtitlán, después de tomar un baño lustral, confesaban sus pecados, es decir, comprendían sus propios errores a través de la meditación y la auto observación, así pedían perdón y ayuda. Si los errores eran muy grandes, quemaban una efigie de la penitente hecha de papel amate, representación de que estaban dispuestas a desintegrar todos elementos indeseables de su personalidad. Todo este proceso, nos habla del Eterno principio femenino divinal, que tiene el poder de eliminar nuestros defectos psicológicos si los comprendemos, nos enseña la didáctica para desintegrar los errores cometidos: Hay que reconocer nuestros defectos, comprenderlos a fondo y ella podrá entonces eliminarlos. La manifestación del eterno femenino es de muchas maneras, podemos encontrar también en… “La que tiene falda de jade” (Chalchiuhtlicue) El “dios de la lluvia”, el grandísimo maestro Tláloc tuvo siempre a su lado a “La que tiene falda de jade” (Chalchiuhtlicue), diosa del agua terrestre, de los ríos y de los lagos. Jamás podría faltar el eterno principio femenino, porque si no estuviera sería como si no existiera el aire o nos faltara la luz. Es indudable que es una clara alusión a la Madre Cósmica raíz de todo lo creado, flor, semilla y capullo de todo lo que existe. Pero, cuando la representaban joven y hermosa, con tiara de oro, enaguas y manto con borlas de quetzal; cuando así nos hablan nuestros ancestros se refieren al alma divina, es necesario saber que tenemos un alma humana, ésta es masculina y está representada por el dios de la lluvia “Tláloc”, y su esposa será nuestra Bella Helena, nuestra Bella Sulamita, debemos con toda la valentía de mujeres guerreras Jaguar o varones guerreros jaguar, conquistar este principio extraordinario. El varón debe ser capaz de todos los heroísmos posibles para poder conquistar esa alma divina, “La que tiene falda de jade” (Chalchiuhtlicue), para poder desposarla, ser uno con ella. Nosotras las mujeres debemos ser como las amazonas griegas, valientes, sin debilidades, heroicas luchando contra todo lo monstruoso de esta época y conquistar esa alma divina, que en nosotras toma el aspecto del tan anhelado príncipe azul. En verano cuando faltaban las aguas, se le invocaba con mucha devoción y fe en algún lecho de un río seco y siempre había respuesta, pues cuando hay fe, devoción y las peticiones se sostienen con buenas obras el resultado siempre existe. No podía faltar la representación de la Madre Divina con la presencia de un precioso ángel conocida como la… “Diosa del parto” (Tlazolteotl) Es increíble la sabiduría que nos quisieron manifestar en el ángel Tlazolteotl, pues nos dice claramente que en la mujer se encuentran posibilidades infinitas, ya que tiene el poder de la creación, de gestar la vida para que existamos. Nos inspira a identificarnos más y más con el eterno femenino, con Dios Madre, el fundamento de la creación, si reflexionamos en nuestra infancia nos encontraremos con un bello verso vivido, en un verdadero ángel que nos dio de comer, nos arrulló en la cuna, vio en nosotros toda esperanza, se desveló cuando enfermamos, luchó por que viviéramos. Pero no sólo en esta vida, en todas las que hemos tenido, a pesar de haber sido unos bribones, de haber maldecido, robado, adulterado y un sinfín de cosas equivocadas, resulta que al nacer, ahí está el verso perfecto hecho para nosotros en una madrecita que nos ama y protege. Esto es imposible de entender si no tomamos en cuenta la infinita misericordia del Eterno Principio Femenino Eternal. Es por eso que “la diosa del parto” (Tlazolteotl) siendo en realidad un maravilloso ángel, una maestra de perfecciones que vive en la cuarta dimensión, en el mundo etérico, en el edén, represente vivamente a la Madre divina. “La diosa del parto” (Tlazolteotl), es una gran maestra de la gran fraternidad blanca, llena de vida, usa siempre un bello manto azul y su rostro resplandece con el sonrosado color de la aurora. Tiene bajo su regencia un grupo de ángeles que trabajan intensamente ayudando a las mujeres en el parto. Controla las aguas de la vida universal, el líquido amniótico entre el cual se gesta el feto y todos los órganos femeninos relacionados con el embarazo y puede, por lo tanto, precipitar las aguas, dirigir el mecanismo de ciertos órganos y manipular las leyes que rigen la mecánica del parto natural. Toda madre puede llamarla con mucha fe en el momento del parto, y claro que vendrá y auxiliará, pues está dicho: "Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá". También se puede llamar con el corazón y la mente al Ángel Cihuapipiltin. No podía faltar la más grande expresión del amor en… “Nuestra madre venerada” (Tonantzin) Existe una oración muy poderosa en nuestra Disciplina de la Yoga del Sueño, y es precisamente concentrarse en la Madre Divina para que nos instruya en los procesos del sueño y nos ayude a despertar conciencia. Debe rogarse con mucha fe al momento de dormir: "Tonantzín, Teteoinan, ¡Oh!, Mi madre, ven a mí, ven a mí.” Extraordinaria y mágica oración que nos revela grandes enseñanzas, pues si la analizamos y traducimos nos encontramos con que Tonantzin “to” es “nuestra” y nos da una de las enseñanzas más trascendentales en relación con el eterno femenino divinal y cada quien tiene la suya propia, inclusive siendo la raíz de todo lo existente se ha materializado en varias ocasiones a lo largo de nuestra vida. “n?ntli” es “madre” y “tz?ntli” es un diminutivo reverencial, dándonos como resultado toda una enseñanza. En cuanto a “Teteoinan” se traduce como la “madre de los dioses”, indicándonos a la Madre Cósmica, la raíz de todo cuanto es, ha sido y será. Esta oración invoca a la Madre Particular y a la Madre Cósmica de una sola vez, pidiendo nos ilumine, nos auxilie, nos ayude y nos proteja. Pero eso no es todo, la palabra Tonantzin era utilizada para designar las distintas divinidades femeninas todas ellas aludiendo aspectos de la Madre Divina, por ejemplo: “La de falda de Serpientes” (Coatlicue), el aspecto de la Madre Divina de amor y a la vez de ley, por ello su aspecto de calavera, pues nos indica que ella puede eliminar nuestros defectos si los comprendemos previamente. “La Señora de la Dualidad” (Omecihuatl), la señora y diosa de la creación, la Madre cósmica, la madre espacio, de donde surge todo lo existente. “La Mujer Serpiente” (Cihuacóatl), símbolo de la madre divina como sabiduría, amor y poder, ya que la serpiente entre los antiguos mexicanos era símbolo de sabiduría. “Siete Serpiente” (Chicomecóatl), diosa de la agricultura, señora de las cosechas y de la fecundidad, clara alusión a la madre naturaleza que abraca cada río, árbol, flor, pájaro, nube, montaña, etc. “Señora del sustento” (Tonacacíhuatl), la diosa primordial del sustento. “Nuestra abuela” (Toci), llamada la madre de los dioses, corazón de la tierra, medicina nocturna, la diosa de la salud, señora de la maternidad y de las hierbas medicinales. El Eterno Femenino Divinal se encuentra en todo lo existente y es la raíz de todo lo creado y por supuesto no puede faltar en el interior de cada uno de nosotros. La mujer representación del Eterno femenino Nos dice el maestro Samael: “La mujer es el pensamiento más bello del creador, hecho carne, sangre y vida”, cuando nos dice esto, nos llama a todas nosotras a que seamos dignas merecedoras, de trabajar intensamente para que pueda manifestarse en nosotros el eterno principio femenino divinal. Para lograrlo se hace indispensable luchar contra todo lo podrido y tenebroso de esta época, no será posible ser la expresión de ese verso vivido y maravilloso si convertimos nuestros vientres en panteones, no tendríamos la dicha que fluyera esa fuerza maravillosa de la eterna madre espacio si caemos en el libertinaje, andando de fiesta en fiesta, tomando vino y fumando, creyendo que andar a la última moda es nuestro destino. Es necesario que el varón valore verdaderamente a la mujer, como madre, como esposa, como hija y vea que es la otra columna del templo de Salomón y de todo templo sagrado, observemos que ninguna de esas columnas está más alta o más ancha que la otra, las dos se encuentran a la misma altura, por lo que los dos tienen los mismos derechos, pueden alcanzar las mismas estaturas espirituales y son el complemento perfecto uno de otro. Debemos regresar a la época esplendorosa de la Lemuria, a la época de oro de los Atlantes en donde la mujer era el eje del hogar, donde se le respetaba y admiraba, donde la mujer manifestaba plenamente todos los atributos del Eterno Femenino Divinal. Restauremos sobre la faz del mundo el amor divino que todo lo transforma; cultivemos de nuevo la flor de la comprensión para que dejen de existir pleitos, discusiones y guerras; trabajamos incansablemente para que florezca el arte diamantino, como el que vemos aquí manifiesto en Teotihuacán, para que instruya nuestras conciencias y nos lleve por el camino recto. Llenemos de infinita ternura nuestras acciones, que cada palabra tenga la belleza del espíritu y esté impregnada de fraternidad y sinceridad. Que la paz más profunda reine en nuestros corazones. Enviado por: María Guadalupe Rodríguez Licea. Comisión de Cursos por Internet Las Peregrinaciones de Luna de Miel a Teotihuacán El Maestro Samael nos expone que las pirámides de Teotihuacán son antiquísimas, fueron construidas por los atlantes y no por los aztecas, como muchos suponen. Indudablemente, son más antiguas que las pirámides de Egipto; hay cronologías sobre el particular. “Yo recuerdo con exactitud mis existencias anteriores, viví en la Atlántida y sobra decir que hacíamos peregrinaciones incesantes, a veces, tales peregrinaciones iban a Egipto, otras veces venían hasta Teotihuacán…” El Maestro Samael condujo peregrinaciones de luna de miel a Teotihuacán, lugar donde los enamorados pedían la ayuda de los dioses para tener la voluntad suficiente y trabajar correctamente con sus energías creadoras y así poder conservar su amor por toda la vida. Precisamente en la pirámide de Quetzalcóatl, que se encuentra al sur de esta asombrosa zona arqueológica, encontramos en sus tableros: caracoles, conchas marinas, al Dios Tláloc; elementos sagrados que se relacionan con el agua y, como figura central se encuentra la serpiente emergiendo del cáliz de una flor, símbolo maravilloso del iniciado que mediante la meditación de fondo, el trabajo con sus energías creadoras y la ayuda divina, ha eliminado sus errores internos y como resultado, ha despertado sus virtudes. En los frisos inferiores destacan ondulantes serpientes, una que va y otra que viene representando al eterno par de opuestos: Hombre y mujer. En el México antiguo, como en muchas culturas arcaicas, se le dio gran importancia al amor, como base fundamental para el éxito de toda sociedad. Si todo está bien en casa, afuera todo estará bien. Es por ello que, en los matrimonios, se tenía especial cuidado de nunca perder la luna de miel; de modo que todo matrimonio era una luna de miel eterna. En las pirámides erigidas en los distintos asentamientos del México remoto, siempre se tenía una de ellas como representación de la mujer o la luna, del Dios Madre, del eterno femenino y otra como alegoría del hombre o el Sol, del Dios Padre, del perpetuo masculino: dos fuerzas que mediante una tercera fuerza, tienen el poder de crear universos, galaxias, sistemas solares, mundos, hombres, bestias y dioses. Estas tres fuerzas son conocidas en todas las culturas como el santo afirmar representado por lo masculino, el santo negar simbolizado por lo femenino y el santo conciliar representado por el fuego sagrado del amor. Donde estas tres fuerzas concuerdan, algo se crea. Todas las pirámides triangulares representan estas tres fuerzas creadoras, asentadas ellas sobre una superficie cuadrada que nos recuerda el cuaternario formado por Ipalnemohuani náhuatl, aquel por quien vivimos, el cual se desdobla en Ometecutli y su esposa Omecihuatl, que a su vez crean o se desdoblan en el hijo, dándonos así el cuaternario divino. Las peregrinaciones de luna de miel a Teotihuacán, se realizaban también, con el propósito de instruir a los jóvenes casaderos en el simbolismo encerrado en las pirámides de Teotihuacán con respecto a los aspectos matrimoniales, es decir, en el rol que representa el sol, el hombre en el matrimonio y el rol de la luna, la mujer en el mismo, del correcto desempeño de esos roles depende el que la luna de miel perdure por toda la vida y que la vida social de los pueblos marche viento en popa. Jamás el hombre debe alejarse de ser siempre un santo afirmar: noble desde pequeño, aprender el buen uso del verbo, saber ver y respetar a la mujer, a tener pensamientos y sentimientos de orden superior y acciones que no causen dolor, ni a él, ni a sus semejantes, obedecer a sus mayores, alejarse de los vicios y las malas compañías, como soltero, a saber elegir pareja por los valores internos y no por la belleza física; lo interior perdura, lo exterior es víctima del tiempo, como esposo debe ser buen dueño de casa, protector, trabajador para ser buen proveedor, educar a sus hijos, amarlos entrañablemente lo mismo que a su esposa. La mujer por su parte, practicar siempre el santo negar: auto respetase desde pequeña, no aceptar jamás nada que atente contra su pureza, su inocencia, su ternura, su decencia física y emocional; en su momento, elegir con inteligencia a quien ha de acompañarla toda su vida, a quien garantice que nunca falte protección y lo necesario en el hogar. Es maravilloso ver cómo las criaturas de la naturaleza nos instruyen también en los considerandos al elegir pareja, es el caso de los abejarucos, pájaros de bellos colores que viven en Eurasia y África; en el refugio de la vegetación, el abejaruco hembra, no acepta a ningún pretendiente que no le demuestre que es buen proveedor y buen cuidador y defensor del alimento que consigue. Entre la parvada de abejarucos machos, la hembra observa cuidadosamente si su pretendiente es bueno para cazar, y si una vez que ha conseguido una presa, es capaz de conservarla, pues al tener una presa en su pico, los demás abejarucos machos lo acosan para robársela, si sale victorioso en esas dos pruebas, sólo entonces lo acepta el abejaruco hembra. Por su parte, la loba, en la espesura del bosque, aunque tenga enfrente al macho alfa, muy fuerte, hermoso, con un pelo brillante, si su instinto le dice que ese macho alfa no le garantiza una reproducción de tipo superior, simplemente lo rechaza. En lo referente al género humano, nos dice el Maestro Samael: “Si la mujer se respetara a sí misma, no se reproducirían los degenerados y los malvados.” Imaginemos finos amigos, el tipo de sociedad que tendríamos si desde el hogar se enseña a la mujer a ejercer sabiamente su poder de santo negar, una mujer que se respeta a sí misma, atraería un varón que, en concordancia o reciprocidad, estaría utilizando el santo afirmar y como consecuencia o resultado, se formaría un matrimonio perfecto, sabrían tener tolerancia, mutuamente comprenderían que los dos tienen errores que deben ser eliminados a través del trabajo interior y, como derivación de ese trabajo, conservarían la luna de miel; si todo va bien en la pareja, en los hijos también; recordemos que las palabras convencen, el ejemplo arrastra… La mujer es la salvación del hombre, eso lo saben los tenebrosos que no quieren que el hombre se salve y valiéndose de nuestra lujuria, utilizan a la mujer para que nos subyugue, presentándola a través de las modas, de la promoción de todo tipo de productos: frívola, calculadora, voluptuosa, tentadora y, con atuendos que en lugar de vestir desnudan. La mujer auténtica, nada tiene que ver con esa parafernalia baladí. Miguel de Cervantes Saavedra en su magistral obra “El ingenioso Hidalgo, Don Quijote de la Mancha” dice: “La mujer es el alma del hombre, es el esplendor que ilumina su camino, una mujer es gloria”. Qué varón en sus cabales desecharía la oportunidad maravillosa que le brinda una mujer para regenerarse, qué hombre en sus cabales rechazaría verse en las pupilas resplandecientes de su amada, a qué caballero en su sano juicio no le gustaría caminar y sentir por siempre el calorcito aterciopelado de la mano de su adorada sobre la suya propia; a qué matrimonio juicioso no le gustaría vivir eternamente en luna de miel. Imaginemos cómo será el mundo al recuperar este tipo de virtudes… ¿Qué esperamos para ponernos a trabajar?, descubrir en nuestro interior los elementos inhumanos que nos hacen tan egoístas, tan indolentes, tan propensos a las sensiblerías, tan perversos, tan simplones, tan faltos de amor, tan ausentes de una forma superior de razonar. Nos dice en proverbios 22-3: “El avisado ve el mal y se esconde; más los simples pasan y reciben el daño”. Para el avisado, el que vive alerta, el despierto, sabe que el trabajo interno lo contiene todo, está libre de error, del sufrimiento. Para el simple, para el beodo, para el dormido, que somos la mayoría, será el dolor, el llanto, el fracaso; eso lo sabemos y tal parece que estamos resignados con nuestro triste final. El Maestro Samael aclara: Desde hace millones de años, El hombre perdió sus facultades trascendentales y se convirtió realmente en un mendigo, abandonó la sabiduría antigua, degeneró totalmente; y ahora solamente la gloria de Quetzalcóatl, en este Universo, puede transformarnos radicalmente y convertirnos en superhombres... Se cerró un ciclo. ¡La Serpiente se mordió la cola! Los Edenes de los tiempos antiguos quedaron como perdidos y ahora el hombre encorvado, sufriendo, marcha por este doloroso camino, lejos, muy lejos, de la sabiduría Quetzalcoatliana. Necesitamos regresar a la antigua sabiduría y hacer resplandecer los Misterios de Anáhuac sobre la faz de la Tierra. (El Génesis bíblico 3: 14, 15). La Mujer está caída, “entre la mujer y la serpiente existe enemistad desde que salimos del Edén La serpiente engañó a Eva, y desde ese instante comienza el conflicto. Jehová dijo a la serpiente: "Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; Sobre tu pecho andarás y polvo comerás todos los días de tu vida. Y enemistad pondré entre tú y la mujer y entre tu simiente y la simiente suya; Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañal" El mundo se llenó de lágrimas desde que la serpiente fue maldita; la mujer hiere a la serpiente en la cabeza, y la serpiente se venga de la mujer hiriéndola en el calcañal. Entonces nacemos llorando y morimos llorando. Se necesita un nuevo pacto entre la mujer y la serpiente para volver al Edén. Pero, alegraos queridos amigos, existe una Ley Cósmica que respetan y obedecen, sin regateos de ninguna especie, todos los grandes maestros o guías que ha tenido la humanidad, ésta es la Ley de Epigénesis, que es la capacidad para originar nuevas circunstancias. Si en nuestro matrimonio está ausente la luna de miel, si hay violencia, hay dolor, celos, ira, resentimientos, pasemos todo eso a una octava superior, demos ese gran salto, esa violencia, esa ira, hay que convertirla en amor, en comprensión, en tolerancia; ese dolor, en alegría de vivir, esos celos, en confianza, y si nos engañan, recurrir al desapego, saber dar su libertad al ser amado cuando ya no nos ama, qué caso tiene aferrarse a un imposible y arrastrar a los hijos a una vida llena de injurias, humillaciones, venganza y reclamos; en cuanto a los resentimientos, hay que convertirlos en perdón verdadero y así poder disfrutar del perfume delicioso de la reconciliación. Sólo por medio del amor, de la magia amorosa se destruye el Ego, entonces los hombres y las mujeres alcanzan en la vida la victoria. No hay nada más grande que el amor. Dios resplandece sobre la pareja perfecta. Abuelos, abuelas, padres y madres de familia, hermanos y hermanas mayores, tíos y tías, amigos de verdad, el trabajo no ha terminado, hay que comprender con amor, la importancia, trascendencia y profundidad de lo aquí expuesto, esto es lo que tenemos que trasmitir a nuestros niños, a nuestras niñas, a nuestros jóvenes, a nuestras adolescentes, para que no sean un número estadístico más en la cadena de fracasos de este mundo, donde la mentira, se ha convertido en verdad y la verdad ha sido convertida en mentira. Pongámonos todos en acción y, al dar la instrucción, dejemos que hable nuestro Padre interior, él nunca se equivoca, simplemente digamos con mucha fe “Padre mío, que yo solamente sea el instrumento de tu expresión, así sea”. Enviado por el instructor gnóstico Enviado por: J. Isabel Mauricio Vargas. Rincón de Romos, Aguascalientes y Loreto, Zacatecas. Imágenes: Templo de los Caracoles emplumados. Teotihuacán. Fotos: Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. El Templo de las Serpientes En distintas zonas arqueológicas de las antiguas civilizaciones ya sean aztecas, zapotecas, incas, egipcias, mayas o teotihuacanas, encontramos templos adornados con figuras o esculturas de serpientes, por ejemplo, en el centro ceremonial de Xochicalco, estado de Morelos, se encuentra un edificio piramidal decorado con estos reptiles. Lo mismo encontramos en la zona arqueológica de Cholula cuyos asentamientos mexicas rindieron culto a la serpiente, en el antiguo Egipto de los faraones, las estructuras arquitectónicas antiguas lucen decoraciones con figuras de ofidios, los antiguos templos iniciáticos, muchos de ellos hoy en estado de Jinas, es decir, metidos en la cuarta dimensión, siempre estuvieron custodiados por serpientes; en la antigua India también se rindió culto a éstas, no está demás enfatizar que en esta civilización antigua encontramos el culto a la Kali Blanca que representa a la serpiente ígnea ascendiendo por la médula espinal, por oposición también existe el culto a la Diosa Kali negra, que simboliza todo lo contrario, es el fuego negativo del ego que desciende del coxis hacia abajo conocido como Kundartiguador. En la antigua cultura hebrea tenemos a la serpiente de bronce que sanaba a los israelitas, por oposición tenemos también a la serpiente tentadora del Edén, que indujo a Eva y a Adán a comer del fruto prohibido, (el mal uso de nuestra energía creadora); debemos aprender a discernir entre el bien y el mal, una cosa es la horrible Pitón que se arrastraba en el lodo de la tierra y que Apolo, irritado hirió con sus dardos, y esa otra que ascendía por la vara de Esculapio. El Dios de la medicina. Como podemos observar, en el estudio de los misterios de la serpiente siempre encontraremos ese doble aspecto asociado a la luz y a las tinieblas. El aspecto negativo de la serpiente tiene una íntima relación con la existencia de múltiples agregados psicológicos que embotellan nuestra conciencia. Es claro y definitivo que el fuego sexual del yo de la lujuria mismo que induce al adulterio, al abuso y mal uso de la energía sexual, es lo que nos mantiene en un estado de hipnotismo tanto individual como colectivo. Hoy en día, cualquier espectáculo que pretenda hacer reír a las multitudes está asociado a la palabra vulgar y de doble sentido. La pornografía de todo tipo, redes de prostitución de diversa índole, delitos sexuales y de otras clases están asociados a nuestros agregados psicológicos, cualquier defecto psicológico es una forma de deseo, toda forma de deseo tiene su origen en el hipnotismo tanto individual como colectivo de la serpiente tentadora del Edén u órgano Kundartiguador. El incremento del homosexualismo y del lesbianismo junto con la exacerbación de los demás defectos psicológicos, marcan el ocaso y fin de esta quinta raza llamada Aria. No debemos olvidar que ya otras razas han pasado por la faz de la Tierra, los antiguos nahuatls mencionan en el calendario azteca a las razas que nos antecedieron, siendo la raza Polar, hiperbórea, Lemur, y Atlante. A excepción de la primera y segunda, afirma el maestro Samael, las demás incluyendo la nuestra, degeneraron a causa del aspecto sexual. Toda raza que degenera, inevitablemente es destruida por un gran cataclismo. Este tema quedaría incompleto si habláramos exclusivamente de la serpiente ígnea de los mágicos poderes sin tocar el aspecto contrario de la misma representada en la serpiente tentadora del Edén u órgano Kundartiguador que viene a estar representado por el fuego del ego animal que interiormente cargamos, ya que vivimos en un universo donde encontramos la dualidad en todo. Ahora bien, es posible revertir lo negativo que hay dentro de nosotros, mediante un cambio trascendental, esto es posible mediante una revolución desde adentro, desde el fondo de nuestra conciencia. No está de más recordar las palabras del maestro Jesús el Cristo quien dijo: “Quien quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” he aquí los tres factores de la revolución de la conciencia; negarse a sí mismo implica hacer trabajo de meditación en la muerte del ego todos los días, tomar la cruz significa transmutar nuestras energías sabiamente. Y seguirlo es entregar la enseñanza de la regeneración del ser humano, el conocimiento, sin esperar el fruto de la acción. Así como ya tocamos el tema acerca del aspecto negativo de la serpiente, el cual representa al dragón de las tinieblas claramente manifestado en el comportamiento que tenemos como humanidad; es necesario hablar ahora del anverso de la moneda, es decir, del aspecto positivo de la misma, de aquella serpiente de bronce que sanaba a los israelitas. En este sentido, el maestro Jesús aconsejó a sus discípulos ser tan sabios como la serpiente, refiriéndose al fuego ígneo que asciende por la médula espinal, llamado Kundalini en el antiguo Indostán, también cabe mencionar que, en el antiguo Egipto, existió la antigua orden de la serpiente o de los Ofitas, quienes veneraron a una culebra viva en sus ceremonias, como emblema de la sabiduría, la divina Sophía. La serpiente azteca aparece en actitudes insólitas que trastornan su organismo, por ejemplo: la cola reemplazada por una cabeza en actitudes extraordinarias que al levantarse por encima del lodo de la tierra sirve de base para el desarrollo ígneo. La serpiente con doble cabeza también nos recuerda a la figura en forma de círculo, en el trance gnóstico de devorar su propia cola, síntesis perfecta del mensaje de Quetzalcóatl; es decir muerte total del ego. Los maestros de la gran fraternidad universal blanca autorizaron al mensajero de acuario, el Maestro Samael Aun Weor escribir varias obras como “Misterios mayas”, la Doctrina secreta del Anáhuac, etc., en las cuales explica los misterios de la serpiente, el ser humano es séptuple en constitución interna, así como cada cuerpo tiene su serpiente, misma que debe despertar y ascender en cada uno de los siete vehículos que son: el cuerpo físico, vital, astral, mental, causal, del alma y del Ser. Siendo éste el significado esotérico que encierra un antiguo monolito fálico que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la Cd. de México, en el cual aparece la figura de un hombre decapitado, símbolo de la muerte del ego, cuya cabeza fue sustituida por siete serpientes, alegorizando una serpiente por cada cuerpo que debemos levantar. El significado esotérico que encierra este grandioso monolito es extraordinario, conforme van despertando y ascendiendo las serpientes dentro de nosotros a lo largo de nuestra médula espinal, así también vamos adquiriendo sabiduría y va despertando nuestra consciencia. A medida que suben cada una de las serpientes por la médula espinal de cada uno de nuestros siete cuerpos, los miles de defectos psicológicos van muriendo. La pirámide de Quetzalcóatl en Teotihuacán, tiene en su estructura cabezas de serpientes, el fuego del Kundalini debe ser despertado con el trabajo en nuestra energía sexual, no en vano, hace unos pocos años, los arqueólogos hallaron mercurio en una cámara secreta ubicada unos metros debajo de la pirámide de Quetzalcóatl, como representación de un elemento de la energía creadora, también fueron encontrados caracoles marinos de gran tamaño, en alguna ocasión que me encontraba de visita en este lugar un arqueólogo me comentó con cierto asombro que el tamaño de dichos caracoles eran fuera de lo común y que en la actualidad no hay de esas dimensiones por lo que podrían ser prehistóricos, esto es otra prueba de que nuestra cultura es milenaria, de cientos de miles de años atrás y no de unos cuantos siglos como oficialmente se pretende hacer creer, debemos recordar que el caracol representa las leyes del Samsara: evolución, involución, retorno, recurrencia. La muerte de los defectos psicológicos está alegorizada por los esqueletos humanos que fueron hallados enterrados tanto en la pirámide de Quetzalcóatl como en la pirámide de la Luna, la enseñanza que de manera simbólica nos dejan los antiguos hierofantes pareciera cruel o despiadada, más sin embargo, debemos comprender que los grandes maestros están más allá del bien y del mal, más allá de todo código de moral terrenal, las enseñanzas son crudas en su simbolismo con el propósito de provocar un impacto en el fondo de nuestras conciencias, tal es el caso del Tzompantli o muro de las calaveras, formado por cráneos humanos mismo que provoca en el observador una fuerte impresión que impacta a la conciencia indicándonos la necesidad de morir psicológicamente de instante en instante, de momento en momento, los maestros de cualquier cultura viven en el mundo causal, mundo de las dominaciones en el cual no hay debilidades, sus maneras de enseñar están más allá de los conceptos de moral humanos. La pirámide de Quetzalcóatl o templo de las serpientes, se encuentra ubicada hacia la parte sur de Teotihuacán, desde el punto de vista simbólico, representa el chakra Mulhadara, centro fundamental de cuatro pétalos donde se encuentra enroscada nuestra serpiente Kundalini. El conocimiento sobre los misterios del fuego sagrado es una verdad Jehovística porque se asocia a la religión hebraica y a la vez con una verdad vedantina porque tiene una íntima relación con la religión Indostánica. El maestro Samael afirma que el fuego sagrado no enciende en parejas unidas por mera conveniencia personal, tampoco en adúlteros, traidores al gurú, alcohólicos, afeminados, lesbianas, drogadictos, asesinos, ladrones, codiciosos, sacrílegos, blasfemos, etc. Por otra parte, hemos de mencionar que el fuego despierto ayuda más a la meditación. Empero para lograr su despertar implica no solamente esfuerzos, sino además súper esfuerzos, no falta el mitómano que cree que es fácil llegar a la iluminación, como dice el maestro: “cree que es como soplar y hacer botellas”. El buscador del camino debe comprender lo difícil que es despertar la conciencia, quien se haya auto observado profundamente durante la meditación ha de comprender que la conciencia se halla condicionada por las impresiones de la vida diaria, los apegos materiales, falsos condicionamientos morales, sociales, religiosos y hasta familiares impiden su despertar. Si en verdad anhelamos nuestro despertar conscientivo, es urgente entender la verdad Zen, experimentar el Tao de la filosofía China, el precio de la iluminación se paga con la vida. En la India hay chelas que a pesar de poseer el fuego despierto y de que tienen 30 años trabajo intensivo, apenas están en el prólogo para lograr la iluminación. Pero el mitómano ya se cree iluminado de la noche a la mañana. El ingrediente principal para lograr el pleno despertar de la conciencia es la paciencia. Enviado por: Virgilio Cuautle Roldán. Nochistlán, Zacatecas. Imágenes: Templo de las Serpientes en Teotihuacán. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. El Misterio de Quetzalpapálotl Para comprender los misterios de la enseñanza oculta, se nos han dado una serie de principios herméticos que nos permiten hacer uso del análisis de fondo para ser capaces de extraer la esencia de la enseñanza. El misterio del Templo de las Mariposas (Quetzalpapálotl) se hace evidente cuando aplicamos el Principio de la correspondencia: aquél que dice: “tal como es arriba, es abajo” para ver el efecto de la corona de la vida en el microcosmos hombre. Igual que en la extensión de la naturaleza se expresan de forma constante y perenne las fuerzas de la Divina Trinidad, cada uno de nosotros lleva en sí mismo tres partículas indivisibles de un poder maravilloso. Estos son los átomos del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El átomo del Padre existe en el hipotálamo y se asocia a todas las actividades mentales. Nuestra mente tiene unos 300,000 centros receptores que lamentablemente se encuentran bloqueados por los muchos agregados de tipo psicológico que en nuestro interior cargamos y defectos como los miedos, las críticas e inseguridades, los deseos y las apetencias, ambiciones y envidias, la dejadez espiritual, etc., nos hacen incapaces de establecer una conexión directa con nuestro Real Ser. Por consiguiente, la desconexión con nuestro sol interior profundo nos ha llevado a que en ignorancia busquemos la felicidad del paraíso perdido y en el camino del error lo único que hemos conseguido es vivir en bancarrota de valores y un nivel moral muy pobre. Cada vez que nos fascinamos con las circunstancias, sean estas externas o internas, nuestro hipotálamo libera ciertas substancias químicas (neurotransmisores) que a su vez generan cadenas de reacciones en las glándulas que forman parte de nuestro sistema endocrino, con efectos reales tanto en nuestras emociones como en nuestra personalidad. Es por eso que en ocasiones tenemos pensamientos asociados a miedos, corajes o lujurias y de inmediato experimentamos un pulso agitado, euforias, depresiones y hasta odios. Todo este condicionamiento combinado con las constantes proyecciones fantasiosas de nuestra mente, nos impide interpretar cualquier estímulo que surja del átomo del Padre y como consecuencia, hemos quedado como “muertos” – sin sentidos para percibir – cualquier impulso del átomo del Padre en nuestro organismo. El átomo del Espíritu Santo está localizado en nuestra glándula Pinal, también en lo profundo de nuestro cerebro. Esta glándula tiene su correspondencia en los órganos sexuales y en su función, libera una hormona llamada melatonina. “Melatonina” significa “oscuridad”, y es que en horas de la noche la función de la Pineal se hace prominente, controlando con la producción de esta hormona, la concentración de nuestras hormonas sexuales. En un humano sin degeneración, cualquier llamado del Espíritu Santo tendría un efecto profundo en la psiquis del individuo que despertaría en él el anhelo por una experiencia mística y una transformación interior. Sin embargo, hemos abusado tanto de nuestros órganos creadores que ya somos incapaces de procesar correctamente cualquier estímulo que genere del átomo del Espíritu Santo en nosotros. El condicionamiento sexual al que nos hemos acostumbrado resulta en malinterpretaciones de cualquier impulso que venga de la fuerza de la creación misma. Con esto queremos decir que una vez el impulso se manifiesta y nuestro centro sexual recibe el estímulo necesario para transmutar nuestras aguas creadoras, la lujuria interviene y como mal secretario, quedamos confundidos sin saber qué hacer con esa fuerza y confundidos, abusamos de nuestro cuerpo o nos descargamos en poluciones nocturnas, sueños eróticos, fantasías, etc. Nuestra ignorancia nos hace imposible responder constructivamente tanto a los impulsos del átomo del Padre como a los del Espíritu Santo, por lo que el Padre recurre al trabajo a través del Hijo y lo envía a la humanidad para que viva un drama cósmico que es tanto histórico como simbólico, de tal forma que tengamos la oportunidad de ser redimidos con el sacrificio de la cruz. Y como tal como es arriba es abajo, de forma interna el Padre trabaja con el átomo del Hijo para crear un shock de consciencia que influya directamente en el corazón del hombre. El átomo del Hijo se encuentra en la glándula Pituitaria, detrás del entrecejo y en lo profundo de nuestro cerebro, y ésta se corresponde con el corazón. Esta glándula es importante a nivel físico y esotérico, pues entre los varios tipos de hormonas que produce, una de ellas, llamada la hormona adrenocorticotropa (ACTH), estimula la función de las glándulas suprarrenales en los riñones. Esto quiere decir que cuando la pituitaria se activa en la mañana, el ACTH genera una cadena de reacciones en las que el pulso aumenta y las glándulas suprarrenales producen Cortisol. El Cortisol se conoce como “la hormona del estrés” y estimula la síntesis de azúcares en la sangre, más cuando la Pituitaria demanda Cortisol en exceso, como cuando estamos afectados por estrés físico o emocional, los efectos negativos afectan la función del sistema inmunológico y se prolonga el tiempo requerido para sanar heridas y restaurar el cuerpo. La energía creadora es una fuerza sutil y volátil que se malgasta aun en condiciones que consideramos “normales” como, por ejemplo, cuando nos fascinamos con las fantasías en las plataformas sociales, cuando le damos rienda suelta a la ira, cuando nos la pasamos quejándonos, criticando o calumniando, cuando caemos como víctimas de la vergüenza por nuestra falta de ética, cuando nos fanatizamos con la pornografía, etc. Esto es importante saberlo porque cuando desgastamos innecesariamente nuestra energía creadora, no solamente generamos emociones negativas y carencias hormonales que se combinan para estresar el sistema endocrino y como efecto, la reacción de las glándulas suprarrenales genera un aura de color rojo-sangre que arropa el cuerpo. Muchos pseudoesoteristas pueden ver este efecto en el aura, ya sea por una clarividencia incipiente o por medio de la fotografía Kirliana, instrumento inventado por científicos Rusos que puede fotografiar el cuerpo vital o Lingan Sarira de los indostanes, e incorrectamente le atribuyen a la persona atributos de “ser comunicativa” y “apasionada”, cuando en realidad lo que están viendo es una reacción negativa del cuerpo inducida por el desgaste de la energía sexual; mientras lo que debíamos estar haciendo es observando y restringiendo nuestras reacciones para proteger esta fuerza y hacerla disponible para nuestro trabajo espiritual. Entonces resulta claro y patente por qué el Padre envía al Hijo a redimir al hombre: el cacareo mental nos ha cerrado las puertas a la voz del Padre, el abuso sexual nos ha cerrado las puertas a la voz del Espíritu Santo y ya no queda otro remedio que enviar al Hijo a que revele la Doctrina del Corazón. La Gnosis es la Doctrina del Corazón, pero solamente cuando las virtudes se traducen en acciones, pues las intenciones para nada valen. Cualquier parte del mí mismo puede tener buenas intenciones. ¿Y qué? El camino que conduce al abismo está empedrado con buenas intenciones. (Samael Aun Weor, 1983) Toda acción que vaya de acuerdo con el recto obrar, recto pensar y recto sentir crea los basamentos necesarios para el despertar de los atributos, facultades y poderes del corazón. Vivir la vida por amor a los demás resulta en el domino sobre los elementos junto con facultades como la inspiración, la imaginación y la intuición. Cuando definimos nuestra vida como un camino iniciático, buscando la muerte de nuestros defectos, en trabajo arduo por un nacimiento segundo y viviendo en sacrificio por los demás, los méritos del corazón permiten el despertar y el ascenso de la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, nuestra Divina Madre Kundalini, y esta nos transforma de forma metódica, y no mecánica, en Reyes de la Creación. Pero nada se nos da por regalado y como todo en la creación, para que el fenómeno se dé, las causas y las condiciones necesarias tienen que estar presentes. Las facultades del corazón sólo se manifiestan cuando nuestras acciones se pintan con la belleza del espíritu y esta “belleza de la acción” tiene como símbolo de expresión a la mariposa. Son cuatro los grandes Maestros Atlantes en el Templo del Amor en Tula y cada uno de ellos lleva consigo una mariposa grabada sobre el pecho. Son cuatro maestros que representan los cuatro caracteres del nombre del Altísimo (Tetragrammaton) y los cuatro reinos de la creación. Uno es Assiah “el reino de la substancia”, es donde vivimos, nos movemos y cargamos con nuestra personalidad. El segundo es Yetzirah o “el reino de la formación”, donde experimentamos la magia (el efecto de las fuerzas de la naturaleza) y el reino del tiempo y la eternidad. El tercero a Briah o “reino de la creación” donde se manifiesta nuestra Divina Trimurti de nuestro Íntimo, su alma espiritual y su alma humana. Por último, el cuarto representa a Aziluth o “el reino de las emanaciones”, que es el reino del Espíritu Puro, la Corona de la Vida Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos llevan una mariposa en su corazón porque el amor por el trabajo interno requiere de la misma “belleza en la acción” en todos los reinos por igual, pues son los méritos del corazón los que nos conducen a la gran liberación en el reino del Espíritu Puro, donde lo único que existe es la belleza y la felicidad de la Gran Ley. Cada uno de estos maestros lleva la prominencia de la mariposa (la belleza en la acción) mientras cargan flechas (la fuerza sexual), un recipiente de copal (un ambiente sano), el cinto que forma el infinito (la transmutación de las aguas), un penacho de plumas (la belleza del pensamiento), y un Sol (la fuerza del Cristo). Cuando estos símbolos se combinan, sintetizan la enseñanza primordial del Mártir del Calvario: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su madero cada día, y sígame. Lucas 9:23 (Biblia Casiodoro de Reyna - 1569, 1996) Es por eso es que los Maestros teotihuacanos nos dejaron en el legado y el diseño de Teotihuacán la figura de un microcosmos hombre en decúbito dorsal, en contacto con las estrellas y con un énfasis particular en el área del corazón. En el Templo de Quetzalcóatl encontramos los símbolos de la serpiente emplumada y el Dios de las aguas, simbolizando la unión del fuego sagrado y las aguas de la vida en la base de la médula espinal, seguido por la Calzada de los Muertos, símbolo del canalis centralis por donde sube el fuego sagrado con sus subidas y sus bajadas para recordarnos que el ascenso de nuestra serpiente requiere de tenacidad y sacrificios continuos. La calzada lleva al participante directamente al templo del Corazón, simbolizado con la majestuosa Pirámide del Sol (el Cristo), y entre el corazón y el Templo de la Luna (la mente), la antesala de los Jaguares y el Templo de Quetzalpapálotl. Quetzalpapálotl es la “mariposa preciosa”, atributos del alma, y es el templo que enfatiza la “belleza en la acción” de las virtudes del corazón. Para subir a la plataforma que da acceso al templo hay cuatro escalones principales; cuatro son las pruebas iniciáticas que aparecen como duras experiencias en la vida y que tienen que ver con los elementos de la tierra, el agua, el aire y el fuego. Estas pruebas de los elementos requieren que ante las dificultades del día a día, demostremos estabilidad emocional (tierra), serenidad de carácter (fuego), concentración e imaginación (aire) y la habilidad de adaptarnos a los cambios y a las circunstancias (el agua) en expresiones que demuestran belleza interior. Una vez en el templo, una serie de columnas bellamente labradas conducen al punto central de la estructura: el Patio de los Pilares. El patio es abierto hacia los cielos y los puntos cardinales se identifican por sus labrados. Dos columnas al Norte y dos al Sur presentan quetzales, símbolos (como toda ave preciosa) del Espíritu Santo. Tres columnas al Este, águilas y tres al Oeste, lechuzas o búhos. Encerradas entre cuatro columnas angulares. Para entrar al Templo el practicante debe subir por escalinata de diecisiete escalones que simboliza el Arcano de la Esperanza. Arcano significa “misterio” y éste nos habla del misterio de aquellos que triunfan en el trabajo de la transmutación de las aguas y reciben como recompensa el Lucero de la Mañana; Quetzalcóatl-Venus simbolizado por la estrella de ocho puntas. Una vez arriba, cinco amplias entradas le dan acceso al templo, símbolo de la Ley y el Karma, pues el practicante, aun siendo un iniciado, nunca está exento de la Ley. La orientación del quetzal, de sur a norte, es símbolo de la “vía directa” o el camino del filo de la navaja que siguen los budas de compasión. Estos iluminados son grandes maestros que siempre regresan por amor en sacrificio por la humanidad: Quetzalcóatl, Buda, Hermes Trismegisto, y Jesús el cristo son ejemplos de estos budas maytreyas. Las columnas del Este con sus águilas representan al Cristo Sol que emerge victorioso de entre las tinieblas venciendo la muerte, y en las del Oeste el búho, representando la región de Xolotl- Quetzalcóatl, símbolo de las tinieblas de la ignorancia, las tentaciones y la muerte mística. En un lado el Sol (el águila), en el otro la Luna (el búho) y en el centro, el camino del filo de la navaja para recordarle al practicante y al iniciado que el camino se encuentra lleno de peligros. Las columnas del Este con sus águilas representan al Cristo Sol que emerge victorioso de entre las tinieblas venciendo la muerte, y en las del Oeste el búho, representan la región de Xolotl-Quetzalcóatl, símbolo de las tinieblas de la ignorancia, las tentaciones y la muerte mística. En un lado el Sol (el águila), en el otro la Luna (el búho) y en el centro, el camino del filo de la navaja para recordarle al practicante y al iniciado que el camino se encuentra lleno de peligros. Cada columna encierra entre glifos que asemejan “movimiento”, o el principio hermético de la vibración, el ondular de la serpiente dando apoyo a los ojos de Tlaloc, el dios de las Aguas. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra. El Kybalion Las columnas del Norte y Sur enfatizan los Arcanos 2 y 8 de la cábala. Indican que el triunfo se haya basado en el amor por la mujer en el sacramento del matrimonio y que en el trabajo hacia nuestro Real Ser, el practicante debe vestirse de paciencia y saber recibir los sacrificios y el sufrimiento con gratitud y agradecimiento. Las columnas al oriente y al occidente son tres cada una, enfatizando los Arcanos 3 y 24 de la cábala, símbolos de nuestra Madre Celeste donde resalta el misterio de cómo la belleza interior nos trae poder material y espiritual y ella, como La Tejedora, enhebrando la trama y la urdimbre de cómo enfrentamos nuestras experiencias en la vida, pues su axioma es: Malla tras malla teje mi telar, telas para mi honra y telas para honrar. Arcano 24 En las noches estrelladas del espacio infinito los grandes maestros se reunían para celebrar el advenimiento del Cristo Cósmico en todos aquellos practicantes que se convertían en el Lucero de la Mañana. Es en el Templo de las Mariposas donde los Grandes Iniciados recibían la enseñanza sobre los peligros del camino secreto y determinaban si su desarrollo continuaba por la Vía Directa de los Budas de Compasión o por el camino espiral de los Budas de Contemplación. El Templo de las Mariposas se destaca en Teotihuacán por ser la única estructura de pilares grabados donde resaltan las piedras preciosas como símbolos de las virtudes del alma. Evidentemente el templo es una celebración de la belleza en la acción que emana de un corazón puro. Que todos los seres sean felices. Que todos los seres sean dichosos. Que todos los seres sean en paz. Enviado por: Ricardo Santana Laracuente. Phoenix, Arizona Imágenes: Templo de las Mariposas en Teotihuacán. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. Murales Teotihuacanos En la ciudad de Teotihuacán, donde los hombres se hacen Dioses, existen murales maravillosos de formas y colores que han desafiado el paso del tiempo. Resulta muy interesante encontrar los trazos delicados, exactos y perfectos de las representaciones que hay en los mismos. Rasgos y pinturas elaboradas con materiales minerales que resulta ser un misterio cómo se obtenían; presentando armonía en los colores y las formas, equilibrio con el uso de luz y sombras y en algunas partes, expresiones en primer plano y segundo plano que cualquier artista conocedor queda maravillado al percibir esos conceptos y cuando no, simplemente conmueve el alma y causa admiración. Como libros de sabiduría, abiertos al aprendiz de la vida cuando era presentado ante estos murales que formaban parte de la vida ritualística y diaria de los guerreros teotihuacanos, nos muestran los grandes principios de la creación: desarrollo y formas de vida, así como la magnificencia de la existencia en este mundo, haciendo honor a su nombre “el lugar donde los hombres se hacen dioses”. Las espléndidas pinturas halladas en el Templo de Teotihuacán vienen a demostrarnos la firme creencia en el Tlalocan, el famoso Paraíso de Tláloc. En distintos lugares podemos encontrar murales con el contexto del mismo lugar y con un mensaje en específico. Por ejemplo, en el mural del Tlalocan podemos apreciar representaciones de la región, entre ellas el cerro de la Malinche, sobre el cual, se dice que estaba el recinto de Tláloc. Ese cerro está rodeado por nubes y otros montes cercanos, los cuales eran llamados tlaloques o ayudantes del Dios Tláloc. Esto nos da la idea de una inteligencia primordial o principal y de otras tantas que están a su servicio, podríamos decir, virtudes y cualidades que sirven al Ser. En las dimensiones superiores de la naturaleza existen muchos paraísos de felicidad; no está de más recordar el Reino del Budha Amitabha ubicado por los lamas tibetanos en el Oeste. La doctrina secreta de Anáhuac enseña que existen trece cielos, y afirma solemnemente que en el más alto de éstos viven las almas de los niños que fallecen antes de tener uso de razón. Dice la doctrina del México antiguo que esas almas inocentes esperan a que se destruya la presente humanidad en el gran cataclismo que se avecina para reencarnar en la nueva humanidad. Estas regiones representan un lugar maravilloso equiparable al conocido paraíso terrenal. Se dice que en esos lugares había muchos regocijos y que sólo había felicidad, abundancia de mazorcas, de maíz verde y todo tipo de alimento. Los habitantes de ese lugar eran llamados tlaloques. Encontramos en el mural a aquellos que fallecieron fulminados por un rayo. Se interpretaba que los Dioses a éstos los reclamaban para tenerlos en compañía, para que vivieran con Tláloc Existe representado en el mural del Tlalocan, el Tamaonchan, un cerro que está al oriente de la ciudad de México, conocido como el cerro de la serpiente, en el cual se encuentra una cueva, donde Quetzalcóatl da origen a la creación del primer hombre, a quien le entregó el maíz y las demás semillas para su desarrollo y alimento; Quetzalcóatl representado por la serpiente al pie del cerro y del Tlalocan, se arrastra desde la cueva, representando el nacimiento y la creación que surge desde el caos y arrastrándose hasta el pie de la montaña como señalándonos el camino que debemos recorrer. Sobre su cuerpo, representadas distintas tareas, bondades y atributos que se debieran tener en el transcurso de la vida para llegar al cielo de Tláloc. De un personaje, descansando bajo un árbol, sale la vulva de la palabra, la sabiduría de la serpiente y de su frente sale una mano que sostiene un incensario representando la oración, la plegaria o un pensamiento superior o inspirador. Tanto los pensamientos e ideas, como las palabras, son virtudes que florecen del árbol de la sabiduría, bajo el cual se encuentra sentado Quetzalcóatl. Mariposas hay en varios lugares, como símbolo del alma humana, la mazorca nutre, representando cómo el espíritu dota a la simiente humana de los principios espirituales fundamentales para la creación de los dioses y recíprocamente cómo la tierna planta del maíz, representación de la simiente humana, son los elementos que enriquecen y nutren el alma. Figuras hay sobre la serpiente, sobre la que un personaje toma los frutos del árbol de la vida, con un manto sobre sus espaldas o costal en el que guarda y recoge los frutos que ha ido tomando o cosechando y que precisamente lo lleva a cuestas. No puede faltar el viento, un personaje que parece comer las plantas que manan del cerro de la Malinche, plantas que crecen a orillas del río al pie de este cerro y que, al comer estos frutos, brotan de la pineal, o parte superior de la cabeza de un tlaloque, dos fuentes de agua que parecen ser como si le bañaran o purificaran. Un hombre sobre la caverna de la que sale la serpiente, tiene conectado su corazón con un chorro de sangre y de sus ojos brotan lágrimas representando dejar el dolor y enriquecerse con las virtudes de la comprensión, de la intuición o del corazón, proporcionándole al individuo la sabiduría que expresa cosas del mundo, cosas del alma y del espíritu, representados por las tres figuras que están sobre la vulva de la palabra. Otros tantos personajes aparecen sentados en media flor de loto, uno con la vulva de la palabra predicando y con la mano derecha enseñando el conocimiento de las estrellas; otro más enseñando el juego de pelota. En la parte superior, un personaje que engalana el arte pictórico es Quetzalcóatl, con su cuerpo de serpiente tachonado de hermosas estrellas con elementos marinos que bucean en la corriente de agua sobre el mismo cuerpo de la serpiente. Los siguientes son otros ejemplos de murales de Teotihuacán: El mural de un jaguar sobre seis estrellas de Venus y tres flores en la parte superior del que brota el agua de la vida, que lo baña a derecha e izquierda, de sus fauces salen chorros de agua. Claramente nos representa la sabiduría sobre la transmutación de las aguas de la vida. Dentro de la vida de los teotihuacanos son muy significativas las figuras del mural de animales mitológicos, en este mural se aprecia una serpiente reptando sobre las olas con jaguares, cocodrilos y peces con alas, una característica muy simbólica en la que se fusiona el agua y el viento; el agua como principio de vida y el viento que permite la transmutación de las aguas, refiriéndose a una representación de la supra sexualidad del gnosticismo. Como bien sabemos, en la vida, habremos de buscar tener la sabiduría del tigre, la habilidad del lagarto o cocodrilo y la astucia de la serpiente, representando una psicología superior y revolucionaria que permite sortear inteligentemente lo que parecieran problemas de la vida y que en realidad son oportunidades que se encuentran en el gimnasio psicológico para la transformación del hombre. El jaguar o tigre, comiendo frutos al pie de un maguey que se bifurca en la parte superior. De cada lado nacen flores, de las cuales emanan gotas de lluvia que fortifican y nutren la tierra. En uno de los pórticos más representativos de Tetitla. Este lugar era considerado como un templo, así como todas las habitaciones de Teotihuacán, en ella encontramos la figura del águila, símbolo de la sabiduría y de la fuerza creadora, también se aprecia un perro que indica el instinto sexual y que sabiéndolo controlar, es como surge el verdadero hombre, representado por la pequeña cabeza humana que está en la punta de la lengua del can, en la base de estos murales y cuya cabeza se presenta continuamente a lo largo del templo. El mural que muestra la procesión de los jaguares indica cómo el fuego interior es conducido por las diferentes cámaras secretas del iniciado, que se combina con la corriente de agua y está representado por la franja de glifos acuáticos en la parte superior. De las fauces del jaguar salen chorros de agua que simbolizan la sabiduría. Podemos apreciar al caballero jaguar entre algunos murales, dicho así por adoptar en su vestimenta atributos del felino, tanto en sus sandalias como escudo, yelmo y mandil, queriéndonos indicar la importancia de revestirse con la sabiduría. La procesión de aves, aun cuando solo se aprecia las patas y la cola de ave, se puede deducir una procesión, señalando una corriente o dirección que seguramente enmarcaba los templos para señalarnos el camino recto. El Tláloc negro, misterioso, suele ser representación de la noche y manifestación de la vida en el caos, de donde surge todo, señala actividad de creación y o purificación a través del fuego, pues la purificación no es solamente mediante el agua. Entre los murales es muy característico encontrar la concha, que representa el nacimiento de las aguas o el bautizo de las religiones, lo cual nos habla de que eran altamente espirituales. Encontramos a dos sacerdotes, caballeros águilas, por las cactlis en las cuales se ven las garras de águila caminando sobre una banda de estrellas que bien puede representar la cualidad de desplazarse en las dimensiones superiores o el llamado viaje astral. Un sacerdote de frente, con mucho colorido, gotas de lluvia que rodean su corona, dientes en la parte superior de las fauces de un traje de tigre que lleva en la cabeza con sus manos de águila, representando la creación, un ser creador. Un mural donde vemos dos serpientes que se entrelazan coronando el marco, se aprecia un águila con cabeza humana, que representa el hombre desplazándose o viajando por las dimensiones superiores o paraísos, mundos supra dimensionales con su rango de sacerdocio representado por tres estrellas sobre el lomo o espalda del ave y flores, aves volando en el espacio. El jaguar nutriéndose del agua celeste que emana de Venus, representa la sabiduría, al beber del caracol caen tres gotas que representan la fuerza creadora. Una banda de aves que representan conocimiento del espacio y de la fuerza creadora tocando pequeñas flores que representan cualidades. Caracoles alados, una iconografía muy interesante que representa el agua y el viento para la creación. El camino del iniciado está conducido por la sabiduría del jaguar o del tigre, pues se requiere de esa sagacidad psicológica e intuitiva paras saber vivir en armonía, en equilibrio con la naturaleza, en cada paso, el jaguar o sabiduría interior, va conduciendo al discípulo que busca el equilibrio. En los antiguos tiempos recordemos que mencionan los mayas y otras culturas que el tigre era la representación del sacerdote de la tribu o grupo, quien convertido en ese felino convivía con la naturaleza y paso a paso nos guía en el despertar de la conciencia. En síntesis, podemos decir que estos fantásticos murales dejan para la posteridad belleza, arte, mística y filosofía para el complemento del despertar de la conciencia, de la impresión para conducirnos en el camino de la autorrealización, de la grandeza interior a la que debemos de reconquistar ya que está dentro del corazón de cada uno, latiendo y palpitando, aguardando el momento para manifestarse. Enviado por: Ismael Moreno Luna. Comisión de Calmécac. San Luis Potosí, S.L.P. Imágenes: Murales teotihuacanos. Fotos Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. Huehuetéotl Aquello que no tiene nombre, aquello que fue, que es y que será, a lo oculto de lo oculto, a la primera y la última síntesis de nuestro Ser, a eso que es, y sin embargo no es, en la Doctrina Secreta de Anáhuac, los aztecas lo llamaron Huehuetéotl Los mayas le nombraron Kahuil, Entre los cristianos es el Agnus Dei, el INRI. Es el Abraxas entre los gnósticos. El Tao chino. El Zen budista. Todos ellos son uno mismo, son el regente del fuego con diferente nombre de acuerdo a la cultura. En esta ocasión nos vamos a referir a Él, como Huehuetéotl. Huehuetéotl: del nahua-huehue = viejo (Sabiduría, experiencia); teotl = (Dios) “maravilloso, fino, apreciado, intenso”. Huehuetéotl: tiene gran relevancia al estar relacionado con el fuego debido a que el fuego es la base de la existencia misma. Todo lo creado, desde lo infinitamente pequeño hasta lo inmensamente grande, existe por advenimiento del fuego y deja de existir cuando el fuego abandona la forma. Huehuetéotl, como individuo sagrado, es un rey angélico, alguien que se realizó íntimamente, un Malachim bajo cuya rectoría trabajan billonadas y trillonadas de salamandras (criaturas del fuego). En el Fuego Universal moran dichosos los “Hijos de la llama”, los dioses del elemento ígneo los genios antiguos, Apolo, Minerva, Horus, etc. Esas llamas inefables y terriblemente divinas ciertamente están mucho más allá el bien y del mal. Samael Aun Weor: Doctrina Secreta de Anáhuac El Regente del fuego no es una divinidad, es un símbolo de conocimiento y sabiduría ancestral tan antiguo, que antes de que la falsa Aurora apareciera sobre la faz de la tierra, aquellos que sobrevivieron al huracán y a la tormenta, alabaron al Fuego y a ellos se les aparecieron los heraldos (mensajeros) de la Aurora. No es por casualidad que los nahuas representen a Huehuetéotl con la imagen de un anciano de avanzada edad, lleno de arrugas y cargando un brasero sobre su cabeza. Juan 1:29 dice: El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Los textos sagrados no se interpretan literalmente… sería incongruente representar al fuego como un cordero; el cordero de Dios es Cristo; el que se sacrifica por la humanidad, es el fuego que debe arder en cada uno de nosotros mediante el esoterismo crístico. El Cordero con una cruz sostenida en una de sus patas nos invita a la reflexión… La cruz representa la unión del hombre y la mujer en matrimonio perfectamente constituido, para trabajar en el desarrollo del Fuego Sagrado que sube a lo largo de la espina dorsal, por dos cordones ganglionares: Idá y pingalá hasta la coronilla, logrando el despertar de la conciencia. Las cuatro letras grabadas sobre la cruz del calvario explican el significado de “Cristo” INRI: “Ignis Natura Renovatur Integram” (El fuego renueva incesantemente la naturaleza). El árbol de la vida es el Ser y está representado en nuestro cuerpo físico por la columna espinal y su sombra fatal es el ego. Los sephirotes son atributos, valores, poderes, principios y según se desarrolle cada uno de ellos, se irán despertando las facultades latentes en el ser humano. Los tres primeros sephirotes (Kether, Chokmah y Binah); forman el triángulo Logoico; el Primero, Segundo y Tercer Logos; el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, la trimurti de perfección; la divina trinidad. Después hay un abismo y está el segundo triángulo central es conocido como ético, formado por el cuarto, quinto y sexto sephirote, correspondiente a (Chesed, Geburah y Tiphereth), que es lo mismo que el íntimo, el alma divina y el alma humana. El tercero es llamado triángulo mágico, lo forman el séptimo, octavo y noveno sephirote correspondiente a (Netzach, Hod y Jesod); el cuerpo de la mente, el cuerpo astral y el cuerpo vital. Por último, está el décimo sephirote en la base del árbol de la vida, correspondiente a (Malkuth) o cuerpo físico; cuerpo de carne y huesos. En el primer triángulo está Huehuetéotl, él es Kether, el Primer Logos, el Padre de los hombres y de los dioses, Él es el Ser de nuestro Ser, el Anciano de los Días y mora en el mundo de Kether, el jefe de ese mundo es el Ángel Metratón, ese ángel fue el profeta Enoch. Todas las noches antes de ir a dormir, debemos practicar la meditación como si fuera el pan nuestro de cada día. El devoto que quiera llegar a su Padre interior debe vocalizar el mantram Pander, seguido de la meditación profunda. En el fondo de la conciencia de todo hombre y de toda mujer vive el Huehuetéotl: el Anciano de los Días, la bondad de las bondades, la misericordia infinita, lo oculto de lo oculto. La cabellera del Anciano de los Días tiene 13 bucles; cabalísticamente 13 se descompone así: 1+3=4. 1 es el principio masculino, el fuego; 3 es el Hijo, la creación universal; 4 es el Santo Tetragrámaton (El nombre del eterno Iod He Vau He). Iod He Vau He, son 4 letras sagradas del hebreo que significa: Iod = Fuego-Masculino He= principio divino, partícula divina. El fuego o principio masculino) Vau = agua-femenino. He = principio divino, partícula divina. (L agua o principio divino femenino). Triada divina 1.- Kether = Padre (Huehuetéotl) 2.- Chokmah = Hijo 3.- Binah = Espíritu LOS SIETE CUERPOS 4.- Chesed = Íntimo 5.- Geburah = Alma Divina 6.- Tiphereth = Alma Humana 7.- Netzach = Cuerpo Mental 8.- Hod = Cuerpo Astral 9.- Jesod = Cuerpo Vital 10.- Malkuth = Cuerpo Físico. En los tres primeros sephirotes que forman la Triada Divina está Huehuetéotl, él es Kether, el Primer Logos, el Padre que está en secreto, Él es el Ser de nuestro Ser, el Anciano de los Días. El jefe de ese mundo es el Ángel Metratón, ese ángel fue el profeta Enoch. Todas las noches antes de ir a dormir, debemos practicar la meditación como si fuera el pan nuestro de cada día. El devoto que quiera llegar hacer contacto con Huehuetéotl (Su padre interior) debe vocalizar el mantram Pander, seguido de la meditación profunda. Enviado por: Nelly López Villa. Instructora en Hermosillo, Sonora. Imagen: Huehuetéotl, dios del fuego. Teotihuacán. Foto Lupita Rodríguez y Jenaro Reyes. La Sabiduría de nuestro Señor Quetzalcóatl La sabiduría que contiene el mensaje de Quetzalcóatl es infinita, ha estado durante siglos y permanecerá por toda la eternidad. Tratar de comprender sus enseñanzas es tratar de descubrir los secretos más grandes del universo, y al intentar hacerlo nos daremos cuenta que han estado y estarán por siempre en el fondo de nuestro corazón. Participar de sus misterios, nos permite unir la tierra al cielo, lo humano con lo divino. Ese es el mensaje que nos deja con su nombre, es el Quetzal maravilloso con su vuelo majestuoso del espíritu que se ha unido a la serpiente sagrada que sigilosamente se desliza entre la madre tierra. Quetzalcóatl es esa fuerza cósmica que hizo que el universo existiera, es lo que sostiene los mundos, es lo que hace vivir el firmamento estrellado, es lo que permite que haya orden, armonía y arte en cada cosa en el sagrado espacio infinito. Es por eso que Quetzalcóatl no ha muerto, ni morirá jamás. Estuvo en los tiempos antiguos, está ahora con nosotros y estará hasta la consumación de los siglos. Quetzalcóatl está en cada partícula de este universo, es una emanación ígnea divinal, es la fuerza cósmica latente en el núcleo de los átomos y de los soles, es la energía que hace que todo se mueva y exista. Quetzalcóatl es la vida que palpita incesantemente en la creación entera, es el hálito divino y misterioso que tanto se encuentra como en la materia y en la conciencia. Es Quetzalcóatl la unidad múltiple perfecta, porque es la fuerza cósmica que todo lo ha creado y una vez que existe lo sostiene; es el Alpha y Omega, es de donde hemos emanado en la aurora de la creación y adonde habremos de llegar si logramos cumplir nuestra misión sagrada. Pero, no sólo es una fuerza cósmica eterna, Quetzalcóatl lo encontramos también en lo profundo de nuestro corazón, es ese hálito divino que nos hace vivir, es esa chispa inmortal que tenemos la misión de encarnar. Así como existe un Quetzalcóatl macro cósmico, existe un Quetzalcóatl propio, particular. Nuestro espíritu divino, Jesús lo llamó: “el Padre que está en secreto” y nuestros antepasados le quisieron representar también con la serpiente emplumada Quetzalcóatl. Nunca hubiéramos imaginado tener nuestro propio maestro espiritual, tratando de curar nuestras enfermedades, de iluminarnos el camino en estas tinieblas pavorosas en que vivimos, tratando en todo instante de consolar nuestro adolorido corazón, de reconfortarnos. Pues sépase de una vez y para siempre que sí lo tenemos, es nuestro íntimo, nuestro Ser, nuestro Padre interno, es el Quetzalcóatl íntimo, particular. Quizás algunos se preguntarán, si existe ¿Por qué no lo veo? ¿Por qué no lo siento? El Quetzalcóatl íntimo no tiene la culpa de que nuestras acciones equivocadas nos separen de su fuerza y guía. Somos nosotros los que, con nuestras mentiras, nuestras pasiones animales, nuestras violencias, no permitimos que su ayuda nos llegue. Es lo que el Buda decía, pedimos, pero ponemos el cuenco boca abajo. Es urgente que nos acerquemos a nuestro Quetzalcóatl íntimo, a nuestro Ser, para que, convertido en el jaguar de la sabiduría pueda devorarnos, integrarnos con él, ser uno con él. Es maravilloso darse cuenta, que Quetzalcóatl es una fuerza cósmica, que creó y que sostiene el universo, pero es también, nuestro espíritu dentro del ser humano. Más en verdad, aquí no acaba su misterio, no es un mito como suponen muchas personas, realmente existió en carne y hueso, tuvimos un maestro en México como Buda, krishna o Jesús, difundió un mensaje hermosísimo a la humanidad, nos trajo la gnosis. Cumplió una intensa labor espiritual, social y política; afirman las tradiciones que nos enseñó a sembrar, es decir, sembró la semilla de la gnosis en los corazones humanos, nos enseñó a clasificar los animales, es decir, las técnicas de comprensión, observación y desintegración de los yoes, también nos enseñó la fundición de metales, o sea la ciencia alquimista, la transformación de nuestras energías creadoras. Trajo Quetzalcóatl la doctrina de la revolución de la conciencia y se quedó plasmada afortunadamente no sólo en leyendas, sino en códices, pirámides y estelas del México antiguo para nuestro propio bien. Esa labor que hizo Quetzalcóatl deberíamos tratar de imitarla, dejó varios templos de misterios, donde se estudió su doctrina serpentina, donde se practicó la meditación y se realizaron las mismas prácticas que hoy tenemos en la gnosis, hacen falta en el mundo mujeres y varones con valor que pongan en el tapete de la existencia con hecho contundes y definitivos su enseñanza. ¡Vaya!, tenemos ya tres Quetzalcóatl: el Logos, el íntimo y el hombre, ya con esto tenemos para estudiar unos cuantos siglos su sabiduría; pero hay algo más, también representa el fuego sagrado latente que cada ser humano está llamado a despertar. Sí Quetzalcóatl también representa la serpiente sagrada Kundalini. Es por eso, que una serpiente o “coatl” (símbolo del fuego sagrado), emplumada o “quetzal” (símbolo de que ha despertado), es el emblema perfecto del trabajo que tenemos que realizar. Es necesario que volvamos a rendir culto al fuego, tal como lo hicimos en tiempo remotos, pero rendir culto al fuego sagrado con hechos contundentes en nuestra vida. Se hace indispensable prepararnos para que día a día seamos dignos de que ese fuego pueda despertar y desarrollarse en nosotros. Con ese fuego sagrado podríamos eliminar nuestros defectos psicológicos, tal como lo hizo nuestro señor “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli), pues empuñó una serpiente de fuego para derrocar a la lujuria, representada en “la de cascabeles en las mejillas” (Coyolxauxqui); o como lo hiciera Hércules al cercenar las cabezas de la Hidra de Lerna, con el mazo de la voluntad aplastaba las múltiples cabezas y luego con un fuego (el sagrado) las quemaba para que no volvieran a nacer. Qué enseñanzas tan profundas nos entrega Quetzalcóatl, tenemos que es: El logos, el íntimo, el hombre y el fuego sagrado, pero, todavía no se acaban las sorpresas, resulta que es asimismo un título espiritual elevadísimo que se ganaban sólo algunos pocos seres que transitaban arduamente por toda una senda interior. La misión que tenemos en la vida es convertirnos en serpientes de sabiduría y lo logramos desintegrando totalmente el ego, más tarde es posible que el Logos representado por un ave que devore a la serpiente y así podamos ser nosotros un Quetzalcóatl. Primero debemos enfrentarnos a sí mismos, reconocer nuestros errores verdaderamente, deberemos más tarde calificar nuestra moral a través de las pruebas de los cuatro elementos. Sólo así podríamos ser aspirantes a los misterios menores en donde se prueba el amor del candidato. Quien recorre ese camino entonces puede trabajar por el despertar de los siete fuegos sagrados, más tarde podría ser devorado por la Madre Divina (simbolizada por una serpiente sagrada), entonces el águila del tercer Logos o Espíritu Santo, a su vez se come a la serpiente, es decir el iniciado lo encarna, convirtiéndose en una Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl… La encarnación del cristo interior es una de las metas de todo ser humano que viene al mundo, el cristo no es una persona, es una fuerza cósmica que hace vivir todo el universo. Estuvo representada por el maestro Jesús, por Krishna en la India y también por Quetzalcóatl, como en su momento lo estuvo por Osiris entre los egipcios. ¿Y creen ustedes que eso es todo?: Logos, intimo, hombre, fuego sagrado y título, pues no…, Quetzalcóatl es también un prototipo de perfección, un camino a seguir, un poste de indicación. Vivimos en una edad negra, llena de contradicciones, hemos perdido el rumbo, no sabemos por dónde seguir, pero afortunadamente Quetzalcóatl nos dejó el camino trazado con su vida, nos dijo precisamente con entera claridad lo que tenemos que hacer. El emblema de la enseñanza que difundió Quetzalcóatl quedó sabiamente sintetizado en el “Árbol del Universo”, que no era otra cosa que la cruz de los maravillosos destinos, un símbolo realmente universal. Así como Quetzalcóatl un día cargó la cruz a cuestas tal y como lo hiciera el maestro Jesús, así nosotros debemos echarnos la cruz a cuestas, debemos ingresar en los misterios que enseña la cruz, símbolo sagrado en el mundo entero. Quetzalcóatl nos enseñó los misterios sagrados del matrimonio: Aprender a amar y saber canalizar nuestras energías creadoras, los mismos misterios tántricos de las escuelas esotéricas budistas. “El amor es la mejor religión asequible”, nos afirma el maestro Samael, dándonos a entender que es el amor, la mejor forma de regresar a lo divinal, religión es precisamente eso, religarse, volver a Dios. En una de las tantas leyendas que hablan de Quetzalcóatl, destaca la presencia de un indígena mexicano llamado “Uno-Caña” (Ce Acatl), quien lo rescata cuando llega del mar, herido y moribundo, jalándolo de las barbas para llevarlo a una cueva, en donde lo cuida y alimenta, se convierte en su amigo, en su discípulo, en su compañero, en su heraldo y ayuda en todas sus labores a Quetzalcóatl, lo sigue para todas partes y juntos logran levantar la maravillosa Tula, llevando a sus habitantes al desarrollo social, económico, cultural, político y religioso. Quetzalcóatl en su anhelo por difundir la enseñanza gnóstica, tenía en mente ayudar también a unos salvajes que nunca quisieron orden ni sabiduría, llamados: “Linaje de Perros” (Chichimecas), vivían como animales, sin religión, libres como el viento, sin líderes, pasando hambres y fríos, teniendo por estos motivos cada uno de ellos muy poco tiempo de vida. Pero al llegar ante ellos con la doctrina de salvación, en lugar de recibirlo con los brazos abiertos, lo apedrearon, mataron a quienes lo acompañaban, cuatro fechas atravesaron su cuerpo y así casi muerto se lo llevaron, su inseparable y fiel amigo “Uno-Caña” (Ce Acatl), iba detrás de él a escondidas con un grupito de hombres armados y pudieron rescatarlo completamente herido de entre los salvajes. Fueron inútiles las curaciones, los cuidados, estaba muriendo Quetzalcóatl. Y dicen las tradiciones antiquísimas que “Uno-Caña” (Ce Acatl) manda hacer una gran hoguera, la más grande que pudo haberse hecho jamás y cuando estuvo tan intensa que semejaba un sol naciente, en estado de éxtasis, sin miedo alguno, murmurando: “Voy por ti Quetzalcóatl, aunque te traiga por las barbas desde el mismo lugar donde se origina todo, te traeré de regreso”. Al ingresar “Uno-Caña” (Ce Acatl) al fuego, éste se intensificó, y después apareció una lluvia bienhechora, apagó la gran hoguera, llovió por tres días seguidos y Quetzalcóatl se recuperó y desde ese instante fue su hermano gemelo, su “cuate” (significa gemelo), “Uno-Caña” (Ce Acatl) vivió para siempre en el corazón de Quetzalcóatl, los dos eran un solo ser. Estas enseñanzas ponen a relieve uno de los misterios más grandes del esoterismo, eso que se llama como: Almas gemelas. Claro, tiene muchos significados, el que se expresa aquí es el que la esencia puede manifestarse en dos cuerpos distintos y en lugares diferentes. También significa, que cuando alguien destruyendo sus defectos psicológicos de la lujuria, del orgullo, del amor propio, de los celos, de la intolerancia, etc., logra convertir su matrimonio en algo sublime, encuentra en su pareja el alma gemela y hacen de su matrimonio un verso perfecto. Si leemos en la mitología griega, encontramos el mito de Perseo (la esencia), tiene que bajar al inframundo (de su propio subconsciente) para decapitar a la Medusa (nuestros defectos psicológicos), lo mismo pasa con los gemelos divinos en el libro maya del Popol Vuh, tienen que bajar al inframundo para derrotar a los señores que ahí gobiernan, lo hacen a través del “Campo de la Bola religiosa” (Juego de Pelota); son nuevamente la representación de los valores del Ser en contra de nuestros errores. Las tradiciones esotéricas afirman que a toda exaltación le precede una humillación, que a toda subida le precede una bajada. Por lo que la enseñanza que nos deja Quetzalcóatl al bajar al inframundo por los huesos de sus antepasados es algo que debemos realizar aquí y ahora. Se entrevista con el “Señor del Inframundo” (Mictlantecuhtli), después de pasar algunas pruebas Quetzalcóatl se puede llevar los huesos, pero el “Señor del Inframundo” (Mictlantecuhtli) le pone una última trampa y se rompen todos y Quetzalcóatl muere, pero después resucita y junta todos los fragmentos. Interviene entonces la “Mujer-Serpiente” (Cihuacoatl), representación indudable de nuestra Madre Divina interior, para moler los huesos, de ese polvo se mezcla con la sangre que Quetzalcóatl ofrece haciendo penitencia perforándose el órgano sexual, alusión al sacrificio tremendo que debe uno sustentar para dominar la lujuria bestial. Es obvio que el auto sacrificio nunca se refirió a algo físico, es estrictamente simbólico, refiriéndose a la tarea titánica de desintegrar la lujuria. Es así como pudo formarse al ser humano, ese es el sistema para crear al verdadero ser humano dentro del universo interior. Es indispensable bajar para subir, debemos nosotros descender. Trabajar en la muerte de nuestros defectos psicológicos y transmutar nuestras fuerzas creadoras para dar origen al hombre verdadero. Tenemos ya a Quetzalcóatl como el Logos, el íntimo, el hombre, el fuego sagrado, un título y el camino a seguir, y si pensamos que eso es todo lo que representa, estamos equivocados… Tenemos el drama de Quetzalcóatl, el mismo que el maestro Jesús viviera hace más de dos mil años, el mismo que en la cuarta raza, el señor de la Atlántida representara, exactamente el mismo que cada ser humano tendrá que vivir en su interior para cumplir su misión divina. Cae en la tentación cuando bebe el licor de la lujuria, anda sin rumbo espiritual, llora en la piedra de la sexualidad, arrepentido tira sus joyas de las ilusiones vanas, llega al lugar donde el agua asciende pues transmuta sus energías creadoras, se enfrenta valerosamente a los magos negros que hay en cada aspecto de nuestra cultura, logra eliminar a los tullidos y bufones de nuestros defectos, en los volcanes: Monte humeante y en la Mujer Dormida y por último se dirige a la tierra de color rojo donde se convierte en Venus. Y es precisamente aquí donde nos entrega una de sus más sublimes enseñanzas, Quetzalcóatl y el planeta Venus forman un todo único, plasmando una enseñanza trascendental, pues Venus es la fuerza maravillosa del amor manifiesta en nuestro señor Quetzalcóatl. Se representa a Venus con un caracol marino partido a la mitad y es el símbolo que toma Quetzalcóatl en muchos de sus grabados. Es bastante interesante que se haya tomado primero el caracol marino porque fue utilizado como un instrumento para producir un sonido místico utilizado en todas las ceremonias sagradas. Incuestionablemente se refiere a una manifestación del amor, el levantar la antorcha del verbo para iluminar el camino de otros, mostrándoles la senda de la auto realización, tal como lo hiciera Jesús en Jerusalén o Quetzalcóatl en México. Pero el que sea precisamente un caracol marino, nos habla de otra manifestación del amor, asociada al agua del primer instante, a las aguas de la creación de todos los génesis del mundo, es decir el de cultivar en el matrimonio el verdadero amor. En ocasiones observamos este emblema en su pecho; cuando así lo encontramos nos representa la región del Alma Humana o Tiphereth, situada en el corazón de acuerdo con las enseñanzas del Árbol de la Vida, indicando con esto la manifestación del Cristo Interior a través del alma humana. Milagro que sólo puede ocurrir a quienes ya hayan encarnado su alma, para esto deben crearse los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y haberse sacrificado por sus semejantes, es decir haber celebrado la Navidad en su corazón. En forma frecuente se le encuentra en la región de los órganos creadores, como si fuera un mandil y esto es fascinante, ya que nos indica que el sexo es sagrado, que debemos aprender a unir el ansia sexual con el anhelo espiritual. Al portarlo como un escudo para protegerse, eso nos dice, que el amor es la mejor forma de protegernos de cualquier peligro: llámese magia negra, hechicería, malas voluntades, entidades negativas y todo lo que pueda perjudicarnos. El amor es la fuerza más poderosa, no existe algo que pueda detenerla. Por lo que, si cualquier persona trabaja con verdadero amor a la humanidad y cultiva ese amor por sus hijos y pareja, no existirá fuerza en todo el universo que pueda penetrar ese escudo de Quetzalcóatl o la fuerza maravillosa del amor. Por ese motivo, el Instituto Cultural Quetzalcóatl toma como logotipo este símbolo inefable, es como la bandera del ICQ Gnosis, el de esparcir el conocimiento de la gnosis, la Sabiduría de Quetzalcóatl a la humanidad, con verdadero amor, sin distinciones de ninguna especie, sólo por el hecho mismo de sentir a los demás como nuestros verdaderos hermanos, de sentirnos todos como parte de un solo ser. Entendemos en tal emblema, que cada ser humano es parte de un todo, que somos como una gota de un gran océano, como una chispa de un gran fuego universal y al final de todos los tiempos todos volveremos a ser parte de un todo. Se podría sintetizar esta idea en las palabras mayas: “In lak’ ech a lak’ en” (tú eres yo, yo soy tú). Con justa razón nos afirman los grandes maestros: ¡Que todos los seres sean felices! ¡Que todos los seres sean dichosos! ¡Que todos los seres sean en paz! Se encuentra Quetzalcóatl en lo más hondo de nuestro Ser, por eso, sólo a través del auto conocimiento (auto gnosis) lograremos encontrarlo. Lo que nos separa de nuestro señor Quetzalcóatl es nuestro orgullo, la lujuria, la ira, la pereza, la gula, la envidia y la codicia. Hay que permitir que Quetzalcóatl se manifieste a través de nosotros, debemos lograr que florezca un día en nuestro verbo, debemos hacerlo carne, sangre y vida en cada una de nuestras acciones, debemos hacer que se manifieste con hechos reales trabajando con amor por la humanidad. Prometió que algún día regresaría y es asombroso cómo a pesar del tiempo y la distancia son muchos los que todavía lo esperan; pero, en realidad es que nos toca a nosotros cumplir con esa promesa hecha por nuestro señor Quetzalcóatl, trabajando en sí mismos para que esa fuerza maravillosa del amor penetre en nuestras vidas, traspase nuestro corazón y Quetzalcóatl se haga uno con nuestra alma. Nuestro señor Quetzalcóatl y su sabiduría, no han muerto, estarán con nosotros hasta el fin de todas las edades. Quetzalcóatl ha estado desde antes que existiera el universo y permanecerá con nosotros por toda la eternidad. Enviado por: Jenaro Reyes, Comisión de Internet Fotos: Museo en Teotihuacán y Museo nacional de Antropología.