El Tigre Sagrado

Tigre alado. Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México.

Estimados amigos, dice Don Mariano José de Larra, ilustre escritor español: “Es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas”… Inicio con esta frase, porque hoy vamos a hablar de un tema que requiere que seamos reflexivos, analíticos; en realidad de verdad, los seres humanos durante muchísimos años la hemos pasado reaccionando ante todo aquello que se sale de nuestros propios conceptos, creencias y opiniones que tenemos sobre tal o cual cosa, y con esa manera de ser, reaccionaria antes que analítica, nos hemos privado de comprender la enseñanza trascendental que se encuentra en todos los LIBROS SAGRADOS tras un gran simbolismo.

El Tigre o Jaguar representa algo maravilloso, si comprendemos su enseñanza y la llevamos a la práctica, nos ayuda enormemente para nuestra propia transformación. El jaguar maya o Tigre americano, es, indudablemente, el mismo XOLOTL o Lucifer nahua, en toda Meso América representa lo mismo. Traducido a la época actual del cristianismo, es el mismo Lucifer (luz y fe).

Hemos de saber que Luz y Fe es la reflexión, la sombra de nuestra conciencia dentro de nosotros, aquí y ahora.

La conciencia, eso más digno que tenemos los seres humanos dentro de nosotros mismos y que bien podemos llamarle Dios dentro de nosotros, se desdobla a sí mismo, y ese desdoblamiento es, precisamente, el XOLOTL nahua, el Lucifer cristiano, el jaguar maya. De manera que quienes piensan que Lucifer es el enemigo del Eterno, están muy equivocados. Y quienes lo pintan dogmáticamente como un demonio terrible, sentado en un trono de ignominia y blasfemia, con un tridente de hierro en su mano derecha dominando al mundo, están también equivocados.

Realmente el XOLOTL, el Lucifer, el jaguar, el tigre, a quien representan es al Lucifer particular, individual. Cada cual tiene el suyo en el fondo mismo de su conciencia, y de acuerdo al grado de purificación en la eliminación de los agregados psicológicos así lo verá.

Entre más errores, defectos y vicios tengamos, más horrible y espantoso será. Entre más limpios y puros seamos, pues más radiante será. XOLOTL o Lucifer, el jaguar, no es otra cosa que la reflexión de Dios dentro de nosotros, y aquellos que lo maldicen se pronuncian contra su cósmica reflexión, censuran al Dios vivo manifestado en la materia y reniegan de la siempre incomprensible sabiduría, revelándose por igual en los contrarios luz y tinieblas. Si un árbol tiene sombra ¿por qué ha de extrañarnos que él, Dios, tenga su propia sombra?...

Palpablemente, éstos son el Inmanifestado y el Manifestado, el virginal y el caído en la generación animal. Incuestionablemente, sólo sobre Lucifer, jamás sobre el Dios, recae la vergüenza de la generación humana. Aquél perdió su estado elevado virginal cuando comió el fruto prohibido, es decir, cuando violó la Ley de Dios.

Con la muerte de nuestros egos, el Lucifer nahua, el jaguar maya, “El Divino Daimon” de Sócrates, reconquista el estado virginal. Hoy por hoy, nuestra naturaleza interior es, ciertamente, impura, material, grosera, motivo por el cual recibe el nombre de Diablo. La piedra de la Gran Obra es el Lucifer nahua, jaguar maya. Sobre esta piedra maestra, ubicada en el fondo mismo nuestro, el Kabir Jesús edificó su iglesia; se hace necesario comprender que cada uno de nosotros tiene su Lucifer particular, individual, reflexión completa de su conciencia, de su Dios interior.

Esta dualidad terriblemente simbólica, la encontramos en todas las culturas antiguas como: Bel y el dragón, Quetzalcóatl y Xolotl, Apolo y Pitón, Krishna y Kaliya, Osiris y Tifón, Miguel y el dragón rojo, San Jorge y su dragón, siempre son el Dios particular divinal en cada uno de nosotros y su doble proyectado en nuestra psiquis para nuestro bien. Lucifer, el jaguar, el tigre, es el que nos da la auto-independencia, los poderes que divinizan. Él es el que nos pone las pruebas, sin las cuales es imposible que surja en nosotros una verdadera transformación. De manera que Lucifer sirve de escalera para bajar y escalera para subir.

Cuando uno con la fuerza de la voluntad lo vence, cuando vence la tentación, asciende un grado más por la espalda de Lucifer. Así se va: ascendiendo por la espalda de Lucifer hasta llegar un día a ser puro y limpio, en pensamiento, palabra y obra, como esos grandes Maestros que ha tenido la humanidad: Jesús, Buda, Krishna, Quetzalcóatl, etc., etc.

"La tentación es fuego. El triunfo sobre la tentación es Luz." Eliminar los elementos indeseables que cargamos dentro es urgente, inaplazable, impostergable. En modo alguno sería posible extirpar nuestros agregados psíquicos, esos íntimos defectos que en su conjunto constituyen al Yo, sin el auxilio de esa Partícula Divina o Mónada interior recordada por el hacha, signo del rayo que el Hombre-Tigre asume con entera claridad.

El tigre sagrado, representación maravillosa de la sabiduría del Ser, con su fuerza elemental, tiene el poder de colocar el cuerpo humano en estado de Jinas, ese poder de penetrar en la cuarta dimensión o mundo paralelo que cita Alberto Einstein. El ejemplo más evidente que conservamos de la existencia de la cuarta coordenada lo tenemos en esas desapariciones misteriosas de personas, barcos y aviones en el famoso Triángulo de las Bermudas, que viene a ser una especie de puerta de entrada a la cuarta dimensión.

Con el fin de hacer investigaciones en la cuarta vertical, los caballeros tigres del México azteca ponían su cuerpo físico en estado de Jinas con ayuda de la fuerza elemental del tigre.

Ahora nos explicamos por qué los Yoguis del Indostán se sientan a meditar sentados sobre una piel de tigre. Cuentan los aztecas que la primera raza humana fue devorada por los tigres (símbolo felino de la sabiduría).

Jesús decía: “En paciencia poseeréis vuestra Alma”, ese conjunto de poderes, virtudes, dones, facultades, leyes que deberíamos tener. Es bueno aclarar que esto de encarnar el Alma, significa en el fondo ser asimilados, devorados por el Tigre de Sabiduría. Necesitamos que el Tigre de Sabiduría nos devore. Este Tigre es el Íntimo, nuestro Real Ser. En Yucatán existía el templo de los tigres.

Quetzalcóatl, con sus garras de tigre, atrapa al corazón humano. “Los corazones entre garras felinas simbolizan la "muerte del iniciador". Transformado en tigre, Quetzalcóatl sube, desgarrando el corazón de quien lo despierta, hasta matar en él, todas las ilusiones de la personalidad, a todo apego por las cosas que lo atan a la Tierra”.

“Realmente, son necesarias la sagacidad y la fiereza del tigre para matar a la personalidad humana y hacer que resplandezca en el hombre el Dragón de Sabiduría de Siete Serpientes, símbolo del decapitado”.

“Quetzalcóatl es el Dios interno de los aztecas. Sus garras felinas se clavan en el corazón del iniciado para devorarlo. El neófito recibe la cruz de la iniciación en el templo del corazón. A las realizaciones cósmicas se llega por el camino del corazón, no por el camino del intelecto”.

En todos los templos de misterios de América no falta el culto al tigre. La orden de los caballeros tigres fue muy sagrada en el México azteca. Cuando una humana persona no fabrica alma, es lógico que se pierde, rueda al abismo.

Nosotros debemos asimilar la sabiduría del tigre para que logremos una verdadera transformación interior para después, proyectarla al exterior.

Dice el Maestro Samael Aun Weor: “La mejor forma de ayudar a los demás es cambiando uno mismo”.

Enviado por José Isabel Mauricio Vargas. Instructor de Rincón de Romos, Ags. y Loreto Zac. Imágenes: Caballero Tigre. Cacaxtla y Tigre Alado. Museo de Antropología e Historia (del portal www.samaelgnosis.net)

“Ocelotl-Tonatiu, sol de tigres, uno de los 20 fundadores de Tenochtitlán, era el jefe de los místicos guerreros tigres y sacerdotes de la orden de los caballeros de este nombre, cuyos adeptos pasaban por terribles pruebas antes de aprender a manejar la imaginación y la voluntad hasta el grado de que podían transformarse en tigres”. Samael Aun Weor

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