Ehécatl

Ehécatl. Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México

Uno de los Dioses principales del panteón azteca es sin duda Ehécatl, Dios del aire, del viento, de la noche. Deidad invisible e impalpable, es uno de los Reyes angélicos del Mundo espiritual de la Naturaleza y es indudable que bajo su dirección trabajan en nuestro planeta Tierra billonadas y trillonadas de Silfos aéreos. Estas criaturas del aire parecen niños pequeños muy hermosos con rostros sonrosados como la aurora.

Ehécatl es un Ángel precioso y espíritu del movimiento y como tal regula todas las actividades del movimiento cósmico. Así, el aliento que emana de su boca, es equivalente a la vida, al soplo vital.

Ehécatl es el hálito divino, el principio vital, el poder del verbo creador, indicándonos el deber y cuidado que debemos tener al hacer uso del verbo.

Es un Deva de la naturaleza, un Malachin del mundo causal, un genio del movimiento cósmico. Los aztecas lo invocaban encendiendo tres velas de cera virgen en el altar del templo. Ehécatl enseña a salir en cuerpo astral, ayuda en los pequeños y grandes viajes, etc. Si se lo suplicamos él nos retira una vieja enfermedad, un mal vecino, etc. Pero Ehécatl exige pago por sus dádivas. El que le demanda algo tiene que hacer desinteresadas y buenas obras entre los hombres sin distinción de raza, credo o clase.

Cuentan las tradiciones nahuas que cuando NANAHUATZIN Y TECCIZECATL se arrojaron al fuego para convertirse en el Sol y la Luna respectivamente, quedaron inmóviles hasta que Ehécatl sopló con fuerza sobre ellos. Al principio sólo se movió el Sol pero cuando el astro se puso en el ocaso, también se movió la luna.

Los Dioses de la antigua Gran Tenochtitlan no fueron jamás ídolos. Los aztecas rindieron culto a los ángeles, a los Elohim, a los Prayápatis. Los Dioses de Anáhuac son los mismos ángeles del cristianismo, los Elohim de los hebreos, los prayápatis del Indostán.

ICONOGRAFÍA

Los nahuas lo representaban con máscara de muerte y cráneo enormemente grande o desnudo, con boca de labios alargados de la cual sale el viento. Su representación antropomorfa está caracterizada por una máscara bucal roja y en forma de pico de ave que lleva en su rostro y que utilizaba para limpiar el camino anticipando la llegada de Tláloc, Dios de la lluvia; lleva casi siempre un sombrero de forma cónica en el que a veces un ojo sobre el fondo negro simula el cielo estrellado. Entre sus adornos destacan las conchas (collar y orejeras) y los caracoles, cuya espiral alude al movimiento del viento; en su pecho lleva el pectoral de Quetzalcóatl, un caracol que partido a la mitad deja ver la espiral a través de la cual fluye el resonar de la voz divina.

Existen diversas representaciones de Ehécatl en las que se ve acompañado de otros Dioses; tal es el caso de Tezcatlipoca, que comparte con él la misión de construir el Cosmos, o Xólotl su hermano gemelo, Dios de la vegetación que en los ritos cosmogónicos viaja con Ehécatl al inframundo y lo ayuda a rescatar los huesos de la antigua humanidad. También se le ve adosado a Mictlantecutli, Dioses de la muerte y el Inframundo. Esto nos muestra sus variadas actividades y lo confirman como uno de los Dioses primordiales aztecas. Sin embargo Ehécatl, como otras deidades, Tlaloc, Xiutecutli, Xochipili, etc., no suman Dioses sino leyes, fuerzas, atributos, efluvios, pensamientos de Dios, pero ninguno de ellos es el Verdadero Dios IPALNEMOHUANI.

Los templos dedicados a Ehécatl normalmente tenían forma circular para oponer menor resistencia al viento y ayudar a la circulación de éste. A veces se le asociaba a los cuatro puntos cardinales pues el viento viene y va en todas direcciones.

Cuando el viento soplaba desde el Oriente, donde está el Tlalocán, lo llamaban TLALOCAYOTL. Es un viento tranquilo que emitía su voz tranquila entre los árboles.

Cuando soplaba desde el norte donde está el Mictlán, el Infierno, lo llamaban MICTLAN-PAEHÉCATL, era un viento que traía los lamentos de las almas que penaban en el Inframundo. Volteaba las canoas que navegaban y acarreaba enfermedades.

CIHUATLAMPA- EHÉCATL: era el viento que venía del poniente, donde habitaban las mujeres que morían de parto. Era muy frío, pero esclarecía el cielo y ayudaba a las canoas a navegar.

Al viento del sur le llamaban HUIZTLAMPA-EHÉCATL.-“El que viene de un lugar invadido de espinas”. Era el viento que soplaba con mayor fuerza y emitía el ruido de las calaveras, porque traía consigo la muerte. Arrancaba los árboles, derribaba las casas, y levantaba grandes olas de agua.

El viento, por ser invisible, requiere de una representación metafórica. Algunos dicen que los EHÉCATL-TOTONTLI, son los “vientecillos”, pero más bien son las múltiples partículas de energía que constituyen el aire, mismas que le dan movimiento. Se producen por millares y forman culebras de aire, ráfagas, vendavales, borrascas, golpes de viento, trombas, según cuántos sean y con qué intensidad actúen. Se les rinde culto mediante pequeñas estatuillas con cara de niños que se colocaban en los santuarios de los montes, casi siempre ubicados en las cimas.

La luz, el calor, la electricidad y el magnetismo, no son más que formas de movimiento vibratorio, éste es una fuerza universal que según se cristaliza en la creación, se convierte en una sustancia llamada éter que a su vez se modifica en estado ígneo dando origen al fuego, en estado gaseoso o aire, en estado líquido o agua y en estado pétreo y da origen a la Tierra.

Los Tatwas son el alma de los elementos, y el del aire recibe el nombre de Vayú. En horas o días de huracanes y brisa, las ondas etéricas del aire están en agitación y vibración.

Vayú se relaciona con todo lo que sea velocidad, movimiento, navegación aérea; cuando vibra éste tatwa la gente goza hablando mal del prójimo. Los accidentes de aviación ocurren en éste período. Los suicidas son estimulados por éste Tatwa. Vayú favorece los negocios sencillos y cortos así como los trabajos intelectuales.

Instructor auxiliar: José Antonio Compeán Martínez. San Luis Potosí, S.L.P. Imagen: Ehécatl Museo de Antropología e Historia (del portal www.samaelgnosis.net)  

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