Huehuetéotl

Huehuetéotl. Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México

El absoluto tiene tres aspectos: EL AIN. EL AIN SOPH. El AIN. El espacio abstracto es la causa causorum de todo lo que es, ha sido y será.

El AIN SOPH. La Kábala (Ciencia de los números) llama a esta primera emanación espiritual el Inefable Anciano de los Días.

El AIN SOPH AUR. Cada universo del espacio infinito posee su propio Sol central y la suma de tales Soles espirituales constituye el Ain Soph Aur.

Del Ain Soph emana toda la creación, pero la creación no es igual ni en esencia ni en potencia a Ain Soph.

El Ain Soph por medio de su luz increada, irradia de sí mismo a una inteligencia, a un poder que, si originalmente participa de la perfección e infinitud de su creador, por derivarse de Él tiene un aspecto finito.

Esta primera emanación del Ain Soph, EL INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, es el Ser de nuestro Ser, el Padre Madre en nosotros.

Los Nahuas le llamaban Huehuetéotl, el Padre de los Dioses y de los hombres, el Dios Viejo, la primera y la última síntesis de nuestro Ser.

En el fondo de la Conciencia de todo hombre y de toda mujer vive el ANCIANO DE LOS DÍAS, nuestro Huehuetéotl interior.

El ANCIANO DE LOS DÍAS es la bondad de las bondades, la misericordia infinita, lo oculto de lo oculto.

El Ain Soph, no pudiendo expresarse en el ilimitado plano físico, se expresa por medio de sus Diez Sephirotes (partes de nuestro Real Ser):

Más allá del ÍNTIMO está el CRISTO, más allá del Cristo, está el INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, más allá del INEFABLE ANCIANO DE LOS DÍAS, está el AIN SOPH o el Absoluto.

El Absoluto es el Ser de todos los Seres, él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será.

Él se expresa como movimiento y reposo abstractos absolutos.

Él es la causa del Espíritu y de la materia, pero no es lo uno ni lo otro.

Está más allá del pensamiento y del acto, está más allá del sonido, del silencio y de los sentidos.

El absoluto está más allá del tiempo, del número, de la medida, del peso, de la cualidad, de la forma, del fuego, de la luz.

Como ya mencionamos anteriormente, la primera emanación del Absoluto es el ANCIANO DE LOS DÍAS.

No es solamente un ídolo como la mayoría lo concibe, esta representación de los antiguos aztecas al que siempre adoraron, se le llama Dios Viejo del fuego, porque es la representación de lo único que perdura, esa energía que a todo da vida; es el fuego interior, sagrado y cósmico.

Huehuetéotl se encuentra como un verdadero Maestro en las dimensiones superiores de la Naturaleza. Relacionado con el aspecto sexual del Ser humano.

Huehuetéotl Museo de Antropología e historia de la Ciudad de México

Es un Dios tan antiguo, muy similar a AGNI, el deiduso Védico del fuego.

Huehuetéotl nos enseña a dominar nuestros fuegos internos, símbolo de nuestras pasiones sexuales animales; además de los estados iracundos que destruyen la capacidad de amar, en el Ser humano; nos motiva a cultivar la paciencia y a utilizar nuestras energías creadoras con inteligencia y prudencia.

La gnosis nos enseña que poseemos cinco centros de energía a través de los cuales se manifiestan nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, instintos, sexo, etc.

Al empezar el día estos cinco centros son cargados de energía, estando listos para usarse; lamentablemente abusamos en el uso de estos centros, provocando un desequilibrio en nuestro cuerpo físico.

Cada uno de nuestros pensamientos va gastando la energía del centro intelectual, hasta agotar su carga inicial. Cuando esta carga se agota totalmente, el centro intelectual le roba al centro sexual para poder seguir funcionando.

Así mismo, cada una de nuestras palabras y de nuestros movimientos van gastando la energía del centro motor, tomando energía del centro sexual para seguir trabajando.

Cada una de nuestras emociones en el diario vivir agotan la energía del centro emocional, y a su vez éste acude al centro sexual.

El centro sexual para trabajar, como ha sido saqueado durante todo el día, tiene que trabajar con los excedentes de los otros centros. Conclusión: no trabajan con su propia energía y nada nuevo se puede crear.

Si queremos empezar un cambio, en qué orden debemos trabajar, ¿en cuál centro?

Es claro y manifiesto que debemos empezar nuestro trabajo interno con los centros Intelectual y Emocional.

La raíz del problema humano es de tipo psicológico, originado por nuestras formas equivocadas de pensar, sentir y actuar. La mente está inconsciente por el yo, y ésta obedece a la programación que le hemos dado, si no cambiamos nuestras formas equivocadas de pensar, es claro que estas sagradas enseñanzas terminarán por confundirnos.

Tenemos que trabajar también con el centro emocional, pues sabemos que las emociones negativas no nos van a permitir un cambio de fondo.

Solamente cambiando nuestra forma de pensar y sentir, estaremos listos para trabajar con los misterios sexuales. Estos misterios son sagrados, por eso nunca se entregaron ni se entregan públicamente a la humanidad.

Solo se enseñan en escuelas secretas de misterios y a iniciados que han pasado ciertos procesos de introducción al conocimiento; pero como estamos en los tiempos del fin, al Maestro Samael, Avatara de la era de Acuario, por órdenes de la Logia Blanca le es permitido descorrer el velo del templo y entregar a la humanidad el séptimo sello, o sea, los misterios del sexo.

Huehuetéotl, como individuo sagrado, es un Rey angélico, alguien que se auto realizó íntimamente, bajo cuya rectoría trabajan trillonadas de salamandras (criaturas del fuego); estos Maestros relacionados con los elementos radican en el mundo causal. Las salamandras del fuego se encuentran hacia el sur, para poder dirigirnos a ellas es necesario a través de la meditación y oración, pedirle a Huehuetéotl autorización y esto se hará de acuerdo con la ley, nunca nuestra voluntad.

Los Dioses elementales de la naturaleza, en el caso de Huehuetéotl asisten a las personas a condición de una conducta recta.

Solamente eliminando el ego animal, se pueden dominar y realizar prodigios con los elementales de la naturaleza.

Huehuetéotl es el fuego que anima a la naturaleza, la energía que todo lo sustenta, entre los cristianos primitivos es INRI, en la India PRANA, energía vital o crística, en el caso del Budismo Zen. Este fuego se encuentra en toda la naturaleza, es también el fuego sagrado que radica en el cosmos, es por eso que se menciona que Huehuetéotl fue el último en llegar a la asamblea de los Dioses, ya que este fuego sagrado nunca desaparece, se encuentra latente en todo lo que nos rodea, siendo la misma vida; existimos por el advenimiento del fuego, dejamos de existir cuando el fuego abandona la forma.

En esos momentos de quietud mental, de meditación, es necesario recordar que sin paz no se puede lograr nada nuevo y entonces debemos escudriñar en la mente para descubrir las causas del conflicto, investigar el factor que anula la paz dentro y fuera de nosotros. Las acciones inteligentes son resultado del silencio mental. El silencio mental se convierte en la sabiduría e intuición que se necesita para resolver los conflictos y conseguir el recto pensamiento.

Enviado: Enviado por Rigoberto Loza González. Instructor en Pénjamo, Gto. Imágenes: Dios Huehuetéotl Museo de Antropología de Historia (del portal www.samaelgnosis.net)

¿Y qué diremos de Huehuetéotl?, el «Dios viejo del Fuego», un «ídolo» para los «ignorantes ilustrado», una carcajada, un sarcasmo, un idolatría, un «fetiche» y nada más. Más los gnósticos no pensamos así; Huehuetéotl es el Fuego Universal que arde en esta creación (Samael Aun Weor)

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