Sexta Petición.
Perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.

“Escrito está que en el trabajo esotérico gnóstico, solo es posible el crecimiento anímico mediante el perdón a los otros.” Samael Aun Weor. Psicología Revolucionaria

Noli me tangere. Paolo Veronese (1528-1588) 

Mateo 6:12, 13 y 14: Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. [Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.] Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.

Mateo 18:21 y 22: Entonces Pedro se acercó y le dijo: -Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces? 22 Jesús le dijo: -No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete.

En estas citas se nos está señalando la importancia de impartir el perdón hacia aquellos que consideramos nos han hecho algún mal o causado daño, sin embargo no es suficiente con pensar en perdonar sino hacerlo con hechos, debemos revisar las causas internas que nos llevan al resentimiento, al odio, a la venganza, al sufrimiento tanto de otros como de nosotros mismos.

Debemos reflexionar sobre la auto-consideración que viene a ser la identificación con uno mismo, nos queremos mucho, llegamos a creer firmemente que nos hemos portado muy bien con la familia, con los amigos, con los compañeros de estudio o de trabajo, con los vecinos, etc. y que sin embargo nadie lo sabe apreciar, total que nos consideramos unos santos y los demás son unos malvados. Tenemos recuerdos antiguos cuando culpamos a nuestros padres porque no nos dieron lo que nosotros queríamos, llegamos a la edad adulta y continuamos sufriendo, reclamando lo que a nuestro modo de ver y sentir nos hizo falta, aunque nos encontramos bien establecidos con un buen trabajo, una buena familia, tenemos lo indispensable para vivir, etc. y sin embargo no somos felices.

Una de las formas más comunes de la auto-consideración es que nos llegamos a preocupar demasiado por lo que los demás piensen o digan de nosotros, tal vez que no somos veraces, valientes, sinceros, etc., y lamentablemente derrochamos una gran cantidad de energía debido a esta clase de preocupaciones.

Como nos queremos tanto a sí mismos caemos en la auto-consideración y en vez de eliminar los agregados psicológicos que llevamos dentro, los fortalecemos aún más. Si pensamos en lo que los demás nos deben y que no nos han pagado, a pesar de sus bondades, nos volvemos aburridos e insoportables.

En el Trabajo Esotérico Gnóstico solamente es posible el crecimiento anímico y espiritual mediante el perdón a los demás. Si vivimos de momento en momento sufriendo por lo que nos deben, por lo que nos hicieron, por las amarguras que nos causaron, repitiendo siempre la misma canción psicológica, nada podrá crecer en nuestro interior.

El perdonar implica una eliminación, un sacrificio, si no eliminamos los defectos del rencor, del resentimiento, del odio, de la venganza, la discordia, del amor propio y otros más, no es un perdón consciente o verdadero, es de tipo mecánico y los yoes continúan viviendo en nuestra consciencia. Para la desintegración de tales yoes primero debemos auto-conocernos a través de la práctica de auto-observación psicológica, defecto descubierto debe ser comprendido y posteriormente destruido con ayuda de nuestra Divina Madre interior.

Como Jesús dijo al Padre: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores;  pero si tenemos el sentimiento de que nos deben, si estamos aferrados al dolor por lo que nos han hecho, etc., detenemos todo progreso interior del alma.

Si estamos pensando solamente en las ofensas que hemos recibido de otros, caemos en leyes inferiores como la Ley del Talión “Ojo por ojo y Diente por diente”, no nos convirtamos en jueces, seamos capaces de trascender esas leyes inferiores y colocarnos bajo nuevas influencias de leyes superiores, como la ley de la Misericordia, saber ser tolerantes y comprensivos. Jamás debemos admitir en nuestro interior sentimientos de venganza, resentimiento, emociones negativas, ansiedades por los males que nos causaron, violencia, envidia, incesante recordación de deudas, etc.

La Gnosis está destinada a aquellos aspirantes sinceros que verdaderamente quieren trabajar y cambiar, y si queremos transformarnos radicalmente necesitamos sacrificar nuestros propios sufrimientos.

La oración debe ser consciente, con absoluto Recuerdo de Si, el pensar, el sentir y el obrar deben estar unidos cuando se formula la oración, debemos ser conscientes de nuestro Ser, sentir el hondo significado de lo que estamos diciendo.

En Psicología Gnóstica hablamos de cuatro estados de Consciencia:

El primer estado de la Conciencia se denomina Eikasia. El segundo estado de Conciencia es Pistis. El tercer estado de Conciencia es Dianoia. El cuarto estado de Conciencia es Nous.

Eikasia es ignorancia, crueldad humana, barbarie, sueño demasiado profundo, mundo instintivo y brutal, estado infrahumano.

Pistis es el mundo de las opiniones y creencias. Pistis es creencia, prejuicios, sectarismos, fanatismo, teorías en las cuales no existe ningún género de percepción directa de la Verdad. Pistis es la Conciencia del nivel común de la humanidad.

Dianoia es revisión intelectual de creencias, análisis, sintetismo conceptual, Conciencia cultural-intelectual, pensamiento científico, etc. El pensamiento dianoético estudia los fenómenos y establece leyes. El pensamiento dianoético estudia los sistemas inductivo y deductivo con el propósito de utilizarlos en forma profunda y clara.

Nous es perfecta Conciencia despierta. Nous es el estado de Turiya, La perfecta iluminación interior profunda. Nous es legítima clarividencia objetiva. Nous es intuición. Nous es el mundo de los arquetipos divinales. El pensamiento noético es sintético, claro, objetivo, iluminado.

Para que la oración tenga un valor efectivo debemos colocarnos en un estado de DIANOIA o tercer estado de consciencia, que es la Intima Recordación de sí mismo, de su propio Ser interior.

La meditación interna reviste tres fases:

1.- CONCENTRACIÓN.

2.- MEDITACIÓN PERFECTA.

3.- SAMADHY.

Hay que concentrar la mente en el Maestro Interno, meditar en la majestad del Maestro Interno, hablar con él hasta oír su voz y conversar con él cosas inefables…..

Marcos 11:25,26 Y cuando os pongáis de pie para orar, si tenéis algo contra alguien, perdonadle, para que vuestro Padre que está en los cielos también os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Enviado por María Guadalupe Licea. Comisión de Secretaría del I.C.Q.

Imagen: Noli me tangere. Paolo Veronese (1528-1588) 

"Porque si perdonan a los hombres sus ofensas, su Padre Celestial también los perdonara a Ustedes; Mientras que si no perdonan a los hombres sus ofensas, tampoco perdonara su Padre las ofensas de Ustedes" Mateo, 6:14


Puedes ahondar más en el libro gnóstico: El Padre Nuestro, una oración mágica.

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