Zona Arqueológica La Quemada

Zona Arqueológica de la Quemada

Estimados lectores de nuestra Revista La Sabiduría del Ser, la zona arqueológica de La Quemada situada en el municipio de Villa Nueva, a unos 52 Km. de la ciudad de Zacatecas, es un portento de sabiduría ancestral, la antropología oficial no tiene ninguna certeza acerca de quiénes fueron los legítimos constructores de este magnífico centro ceremonial, mismo que en 1615 Fray Juan de Torquemada identificó como uno de los lugares visitados por los aztecas en su paso hacia la cuenca de México permaneciendo allí por 9 años, dejando a su paso ancianos y niños en su recorrido al valle de Anáhuac. Años más tarde, en  1780, Francisco J. Clavijero lo llamó con el nombre de Chicomóstoc, (El lugar de las siete cuevas). Clavijero y otros más especularon que aquí fue el antiguo Aztlán de los aztecas, mas sin embargo, la antropología gnóstica señala que el antiguo Aztlán se halla ubicado en la cuarta dimensión de la naturaleza, que es el Edén de los aztecas.

Las tradiciones antiguas refieren que el Valle del Tuitlán (del Dios) en el cual está asentado este centro ceremonial, estuvo habitado por gigantes en tiempos inmemorables.

La Antropología oficial estima que Chicomóstoc fue construido entre los años 300 y 1200 D.C. y que la última parte de su construcción fue por el año de 1800 después de Cristo, culminando con la edificación de la muralla norte y la clausura de los escalones que daban acceso a la ciudadela para evitar las invasiones de otros pueblos.

Sin embargo, la estimación de estas fechas son incongruentes si consideramos que la construcción de uno solo de sus edificios debió tardar generaciones enteras, por otra parte, es preciso considerar el tamaño de los escalones que sugieren que tuvieron que ser transitados por una raza de gigantes, una persona actual de estatura promedio difícilmente asciende por entre estos escalones, por lo tanto, los estudiosos de la antropología gnóstica, enfatizamos que los legítimos constructores de estos monumentos arqueológicos fueron atlantes, cuya  antigüedad data de más allá del diluvio universal, es decir más  de 12 000 años.

Es claro que al extinguirse los habitantes originales ,que eran gigantes, nuevas generaciones vinieron a repoblar la ciudad abandonada, y en tiempos de decadencia comenzaron las invasiones de otros pueblos bárbaros por lo que se notan partes de muros quemados a causa de los ataques de los invasores, y a ello se debió el nombre de “La Quemada”.

Mas sin embargo, nada se sabe de la época de Oro que se vivió hace miles de años en esta maravillosa ciudad arcaica, en donde altos iniciados y sacerdotes atlantes la habitaban y tenían comunicación con habitantes de otros mundos. En este centro ceremonial mágico encontramos una síntesis perfecta de ciencia, arte, filosofía y mística.

Lo importante es saber extraer el hondo significado ontológico y psicológico encerrado en sus distintos monumentos, tales como la Catedral o Templo de las Doce Columnas, en cuya entrada se encuentran ubicadas dos pequeñas columnas representativas del Jakin y del Boaz de la masonería oculta, enfrente se ubica el patio hundido, un poco más allá el clásico Juego de Pelota en cuyo fondo está la Pirámide Votiva o del Sol.

 Qué decir de las pilas bautismales que encierran un significado extraordinario en lo referente a las aguas puras de vida. En el siguiente nivel se encuentra el Laberinto, más arriba encontramos el templo de las meditaciones junto al templo de los sacrificios “de las bajas pasiones humanas”.

También hay unas piedras ubicadas en la ladera izquierda del cerro con rumbo a la muralla, y antes del fuerte que protegía de las invasiones, unas rocas que tienen cinceladas en alto y bajo relieve las siete serpientes representativas de las siete tribus que partieron de este lugar a poblar el Mundo según dice Clavijero, mas sin embargo existe otro significado esotérico que más adelante en los temas de esta revista vamos a explicar.

Cada uno de estos edificios y petroglifos encierran una gran sabiduría, lo importante es que nos pongamos a meditar en cada uno de ellos para que, por medio de la meditación seamos capaces de extraer el conocimiento contenido en ellos. Meditar es extraer el conocimiento libre de toda actividad intelectual. Es importante que cuando visitemos cualquier zona arqueológica como la de La Quemada por ejemplo, lo hagamos en forma conciente y no de manera mecánica como lo hacen multitud de personas que las visitan, debemos saber  compenetrarnos en el conocimiento de nuestro ser interno y solo es posible con la auto gnosis, la meditación interior de fondo nos lleva al conocimiento exacto de las verdades trascendentales del SER, lo trascendente es que sepamos llegar al conocimiento iluminado. Tres son los escalones para llegar a ello primero imaginación, segundo inspiración y tercero intuición.

El racionalismo especulativo de los antropólogos e historiadores modernos, en vez de enriquecer el lenguaje lo empobrecen lamentablemente, ya que los relatos gnósticos, escritos o alegorizados en cualquier forma artística, se orientan siempre hacia el Ser. Y es en este interesantísimo lenguaje de la Gnosis, semi filosófico y semi mitológica, donde se presentan una serie de invariantes extraordinarias, símbolos con un fondo esotérico que en silencio le hablan a la Conciencia. Bien saben los divinos y los humanos que “el silencio es la elocuencia de la sabiduría”.

Este es el propósito de la Antropología Gnóstica. Mediante un amplio estudio busca redefinir aquellos principios éticos que constituyen la piedra fundamental de las grandes culturas del pasado…”

Así es, estimados amigos! Debemos hacer a un lado el vano racionalismo subjetivo para centrarnos en el sentido instintivo de las percepciones cósmicas del Ser, y aprender a discernir con mente objetiva la enseñanza que en silencio nos muestran los monumentos erigidos en este majestuoso centro ceremonial.

Virgilio Cuautle Roldán. Instructor gnóstico de Nochistlán  Zac.

“Los códices mexicanos, papiros egipcios, ladrillos asirios, rollos del Mar Muerto, extraños pergaminos, así como ciertos templos antiquísimos, sagrados monolitos, viejos jeroglíficos, pirámides, sepulcros milenarios, etc., ofrecen en su profundidad simbólica un sentido gnóstico que definitivamente escapa a la interpretación literal y que nunca ha tenido un valor explicativo de índole exclusivamente intelectual.”. Samael Aun Weor

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