Ser Madre: Una profesión divina

“Quiero que ustedes hagan Conciencia de lo que es ese verso vívido, de lo que es esa melodía inefable del principio Femenino Eterno. Resulta demasiado compasiva la Gran Madre cuando nos brinda ese verso sin merecerlo, después que hemos sido perversos, que nos hemos arrastrado por el lodo de la tierra de existencia en existencia. Morimos y luego retornamos para ser mecidos en una cuna sin merecerlo, para ser amados por alguien que sólo ve en nosotros una esperanza; para ser conducidos por esa que es todo amor.” Samael Aun Weor

Virgen

En la actualidad existen muchos problemas sociales, pandillerismo, robos, asesinatos, drogas, etc., y francamente no se le fin a ello; los políticos, gobernantes y economistas buscan afanosamente una solución a todo esto, sin resultados realmente prácticos. Si diéramos el valor que realmente tiene la educación de una madre a sus hijos podríamos crear una verdadera trasformación social en la humanidad.

Lamentablemente hoy por hoy lo blanco se ha vuelto negro y lo negro es hoy blanco. Si observamos detenidamente los trabajos mejores pagados, son los que menos beneficios tienen para la sociedad, basta ver las enormes ganancias que se tienen en la venta de vinos, cigarros, pornografía, drogas, etc. y lo risorio que es el sueldo del campesino que es el que nos alimenta o el del obrero que es el que verdaderamente produce la riqueza de un país.

En este orden de cosas vemos que se ha menospreciado lo más preciado, la profesión de ser Madre. Por ello el maestro Samael nos comenta:

“Si las gentes tuvieran la Conciencia despierta, sabrían valorar a ese ser que es la madre, mas las gentes tienen la Conciencia dormida y por ello son incapaces de valorar realmente a esa criatura que es la madre. Es necesario pues, hacernos cada vez más conscientes de lo que es el Eterno Femenino.”

Algunos piensan que la Gnosis es machista cuando dice que la mujer debe recobrar su hogar, más la gnosis no está diciendo que la mujer debe limitar su trabajo a barrer, lavar ropa, hacer el aseo y cosas de ese tipo, las cuales por sí mismas requieren de un extenuante trabajo y dedicación. Más bien lo que la gnosis trata de dar a entender es que la naturaleza ha depositado en la mujer valores extraordinarios, como la ternura, el amor, el sacrificio, intuición, dulzura, comprensión, que si bien puede algún varón tenerlos, es mucho más fácil encontrarlos en una mujer y en niveles muy elevados.

Esos son los valores que se necesitan para orientar sabiamente a los hijos, no en balde la naturaleza que es la misma Divinidad le ha otorgado el privilegio a la mujer de tener hijos.

“Ha llegado la hora de comprender que el Eterno Femenino es el poder más grandioso de este Universo; ha llegado la hora de entender el ESTADO DE RECEPTIVIDAD TRASCENDENTE y trascendental que posee la mujer: Esa INTUICIÓN, esa capacidad que tiene para percibir directamente y por sí misma (y sin tantas teorías), la Verdad”. Samael Aun Weor

Una madre lleva a su hijo como parte de ella durante nueve meses, es obvio que nadie más que ella puede saber lo que sucede con su hijo, sus pensamientos y sentimientos, la forma de educarlo y orientarlo, esto no puede sustituirse con la mejor guardería infantil o con el cuidado de tal o cual persona.

Es de admirar a la madre trabajadora que ya por el abandono del varón o por la irresponsabilidad del esposo, han tenido que salir adelante trabajando sola para sostener su hogar, realizando los dos papeles de padre y madre, haciendo a veces los sacrificios más terribles, eso es algo prodigioso, formidable, digno de toda admiración y respeto.

Así que cuando decimos que la mujer debe regresar al seno del hogar, no se le está menospreciando, ni diciendo que abandone sus estudios, carrea o trabajo. La Gnosis más bien trata de exaltar y de rescatar los valores femeninos que día a día abandonamos por negligencia, por complejos de inferioridad o por ignorancia.

Tenemos nuestra juventud cimentada en valores falsos que nos da una sociedad caduca y degenerada, el mal ejemplo de los mayores, la falta de vocación en los que nos educan y gobiernan, la perversidad que abunda en los medios de comunicación, la música actual tan decadente, nos está llevando cada vez a niveles más infrahumanos.

Más sea por la degeneración del varón que ya no podemos sostener ni siquiera nuestro hogar, o por el menosprecio de la maravillosa profesión de Ser Madre, la cruda realidad es que la mujer se ha salido del hogar y como consecuencia ya no hay en el hogar ese ángel que guíe a los niños o jóvenes, que les oriente en distinguir que es lo falso y lo que es real de este mundo en que vivimos, ya no hay ese consuelo para cuando los hijos estén afligidos o tristes, ya no existe el impuso para cuando estén sin ánimo o con problemas, ya no está ese apoyo gigante para caminar en la senda de la vida.

Ahora solo tenemos la guía de de los amiguitos de la escuela o de la calle que quizás ya hayan extraviado sus pasos por el camino equivocado, o tenemos como maestro del crimen los programas de la televisión que tan detalladamente nos muestran el camino al asesinato, violación y robo; El acceso indiscriminado a Internet nos educa en forma totalmente grotesca y degenerada sobre la sexualidad, y qué decir de nuestra mente enajenada de tantos juegos de video o cómputo sin ética alguna, mezclados con violencia y ni una pizca de conocimientos útiles.

No negamos que haya que trabajar por conseguir dinero pues este es necesario, es útil, pues lo cambiamos por comida, por refugio, por ropa, por educación, pero si debemos reconocer que estamos en completo desequilibrio, nos preocupamos por el dinero y nos olvidamos del alma, de los valores de la conciencia, del alimento a los sentimientos puros.

Algunas mujeres se sientes acomplejadas por ser “solo” Madres, el podridero de teorías e ideas falsas que abundan como la mala hierba en tantas revistas, novelas, libros, etc. envenenan su mente y termina –como dice la Biblia- “cambiando su progenitura por un plato de lentejas”, es decir cambian lo más exaltado y que nos conecta con lo divinal, por el frío materialismo que solo nos da desolación y muerte.

Es el Ser Madre la profesión que más preparación y dedicación necesita y sobre todo vocación pues es el llevar de la mano al futuro de la humanidad. El ser Madre es misericordia infinita y justicia bien empleada, pues de otra forma es imposible una buena educación.

El ser Madre es poseer una pedagogía inusitada, pues al conocer los pensamientos y sentimientos de un niño, es capaz de elaborar toda una didáctica precisa, única, personalizada para el aprendizaje de los valores eternos.

El ser Madre exige renuncia total a los frutos de la acción, dando como resultado algo divino, fuera de este mundo, pues eso es lo que se llama amor. En fin el ser Madre es la tarea maravillosa de unir lo humano con lo divino.

“En los tiempos antiguos (en la Atlántida y en la Lemuria), las madres educaban a sus hijos dentro del hogar y los formaban...” Samael Aun Weor

Jenaro Ismael Reyes Tovar. Comisión Internet y Comisión Painalli.

** De uno de los tantos correos que circulan por e-mail **

DE PROFESIÓN: MAMÁ

Un día fui a sacar la Licencia de Conducir y la oficial que tomaba los datos, me pregunto cuál era mi ocupación. No supe como etiquetar mi trabajo de "madre" y qué responder. Al percatarse de esto la oficial que tomaba los datos me dijo: A lo que me refiero es a si trabaja usted o es simplemente una "ama de casa". Claro que tengo un trabajo, le conteste, soy una mamá. No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle "ama de casa" fue la respuesta enfática de la oficial.

Había olvidado por completo esta historia hasta que un día me pasó exactamente lo mismo, sólo que ésta vez, una oficina del gobierno estatal. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura y tenía un título muy despampanante que decía: "Interrogadora Oficial". -Cuál es su ocupación?- me preguntó ella.

-Soy una “Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas” ¿Qué me hizo contestarle esto?, no lo sé, pero las palabras simplemente salieron de mi boca: La funcionaria se detuvo, el bolígrafo quedó congelado en el aire y me miró como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título lentamente, poniendo énfasis en las palabras más importantes. Luego, observé asombrada como mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial.

-¿Me permite preguntarle? - dijo la funcionaria, con un aire de interés, ¿qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación? Con una voz muy calmada y pausada me escuché contestándole: Tengo un programa continuo de investigación (¿qué madre no lo tiene?) en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera). Estoy trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tienen en el campo de humanidades (¿alguna madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más, como 24). Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo y, las remuneraciones más que económicas están ligadas al área de la satisfacción personal.

Se podía sentir una creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria mientras completaba el formulario. Una vez terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas al laboratorio, de 13, 7 y 3 años de edad. Arriba podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental, en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo programa de patrón en vocalización. !Me sentí triunfante!. ¿Le había ganado a la burocracia!. Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que sólo "una madre más". La maternidad..., que carrera más gloriosa, especialmente, cuando tiene un título en la puerta.

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