TU REGLA

      Como el Santo Ermitaño o como el Monje que acaba de abandonar esa vida del Mundo por la que anduvo a pasos perdidos entre tantas voces, entre tanto tumulto, donde el odio, la envidia, la lujuria hicieron presa en su propia carne y se recoge para escuchar su propia Voz, su íntimo latido, en la soledad de un Santuario, así tú, Lector querido, debes recogerte cada día en la intimidad de tu propio Templo.

      Mira. En la cúspide de nuestro cerebro, hay una prominencia ósea que la Ciencia oficial llama la Epífisis. Nosotros le damos, más bien, el nombre de Glándula Pineal u ojo atrofiado porque es un lugar, a modo de ojo, por donde una Humanidad pasada hizo uso de ese sentido de que antes te hablé y que más tarde la caída en la culpa fue extinguiendo para que los hombres no vieran más allá de un límite adecuado.

      Pues bien. Podemos decir que ése es un aparato radio-fisiológico, mediante el cual emitimos nuestras ondas de pensamiento que súbitamente recoge un dispositivo que también llevamos, o antena receptiva que es nuestro plexo solar.

      Ya ves como nosotros mismos podemos emitir y recibir a un tiempo nuestras propias ondas y con este ir y venir, hecho con firme voluntad, podemos así mismos convencernos y ordenarnos cuanto debemos hacer para mayor gloria de Dios en nosotros.

      Recogido ya en tu Santuario interior, pon toda tu fe, y repítete estos doce principios. Si los practicas, si con la práctica los perfeccionas, ellos te llevarán desde tu propia tierra al cielo de tu alma.

      (Habla en soliloquio y di en silencio como una oración:

      1°) Yo emito constantemente pensamientos de paz, de amor, de armonía, de bondad y de benevolencia a todos mis hermanos en la Humanidad.

      2°) Yo deseo a todos los hombres la luz de la Sabiduría y amplitud de conocimientos para que sean UNO criterio y razón y la bondad, la belleza y el poder se realicen para que nadie sufra.

      3°) Yo he de recordar cada día, que todos somos hermanos. Hijos de un Padre y de una Madre espirituales. Hechos de la misma tierra y que todos respiramos las mismas sustancias cósmicas.

      4°) Yo debo ajustar todos mis actos, desde ahora, a las normas de Sabiduría, Fuerza y Belleza. De este modo seré un miembro útil para mi familia y un ente justo dentro de la Sociedad.

      5°) Yo quiero tener como principio el no permitir que otro haga un trabajo por mí que yo mismo pueda ejecutar. No aceptar un sacrificio de tiempo ni de dinero sin haber antes ofrecido su equivalencia, estando dispuesto a cancelar karma y no a crearlo nunca de este modo. Y aunque debo conquistar fortuna material, jamás he de hacerlo obteniendo ventajas ni con el perjuicio de mis semejantes.

      6°) Lo he de presentarme en todo instante, pleno de alegría, satisfecho, justo y puntual. Que la onda que me envuelva sea de armonía pura y que si alguien me ofrenda un sacrificio que yo no haya solicitado, reciba de mí un agradecimiento eterno.

      7°) Yo quiero ser un instrumento de Dios, su propio vehículo, y poner todo mi saber, toda mi capacidad y todas mis fuerzas, a la disposición de los demás, de los que yo formo una parte integral, para hacer obra práctica en armonía con la Fraternidad Universal…

      8°) Yo necesito tomar en consideración los derechos de los demás para respetarlos y ayudar a que los respeten. Sin embargo, antes de exigir mis derechos, cumpliré con mis deberes. Los primeros me llegarán sin exigencias, como justo salario.

      9°) Yo deberé mantenerme firme dentro de cualquier circunstancia, aunque sea en mi contra, con tal de sostener la VERDAD y combatir por ella cuanto me sea posible para que restablezca sobre la Falsedad y la Mentira.

      10°) Yo ansío mirar al dinero como un medio y no como un fin. Si algo tengo, jamás me sentiré dueño, sino como simple Administrador de la Colectividad.

      11°) Yo prefiero ser siempre el que ofrenda y nunca el que recibe un beneficio. Para ello, estudiaré, aprenderé, trabajaré, conquistaré medios, dentro de estas normas, y cuidaré mi salud para tener éxito.

      12°) Yo quiero trabajar para los demás, con los demás y en armonía con todos y, sobre todo, con Dios mismo cuya manifestación está en mí y representa mi Ego Interno.