Transformación de las Impresiones
Las tentaciones de San Jerónimo. 1657. Juan Valdés Leal
En la vida maravillosa en la que existimos, requerimos mantener el cuerpo físico para nuestra auto realización, aunque no solo este cuerpo físico, sino los vehículos o cuerpos internos, como el astral, mental y causal. Para cuidar la salud del físico nos ocupamos de darle una buena alimentación que nos permita efectuar las labores propias dentro de la actual sociedad laboral, familiar y personal, y recurrimos al platillo ya sea del buen comer o según las circunstancias con lo que pueda nutrirse nuestro cuerpo. Instintivamente transformamos los alimentos, gracias al proceso de la digestión y podría llegar a vivir este cuerpo hasta varios días sin recibir el preciado alimento.
Sucede diferente con un segundo tipo de alimento que diríamos, es el prana, elemento vital presente en el aire, el cual, a través del oxígeno obtenido por los pulmones, llega a la sangre y nutre así todos los órganos internos, el prana lo transformamos a través del sistema de la respiración, sin él, no podríamos vivir mucho tiempo el cuerpo.
Un tercer tipo de alimento son las llamadas impresiones, y éstas, como los otros, habrán de digerirse, pero en este caso, podríamos seguir viviendo aún sin digerirlas. Claro que el resultado de no digerirlas, son las reacciones egoicas, como la ira, la pereza, la gula, entre otras, ya que cuando se recibe este alimento o las impresiones, generalmente el ser humano se identifica con ellas y entonces en el centro emocional, en la mente y en los instintos se mueven intereses como la ira, si fue insultado o la gula por identificarse con un gusto hacia algún deseo insatisfecho.
Además de que mientras más se identifique la persona, más egoica puede ser su personalidad, trayendo consecuencias como: adulterios, si se identifica con la lujuria, violencia o golpes, si se identifica con impresiones que considera le haya herido su orgullo, el amor propio o algún otro defecto, o incluso caer en el alcoholismo por una impresión que le lleve a desarrollar la gula, entre otros.
Por tal motivo, es conveniente digerirlas, pero, ¿Cómo las digerimos? Todos los eventos de la vida llegan como impresiones; al interponer la conciencia entre las impresiones y el Ser, se pueden transformar. Cada impresión se transforma en un hidrógeno, el cual es el elemento más sutil de la naturaleza que ocupamos, pues forma parte de la constitución interna de la anatomía oculta del ser humano, es decir, en las secciones superiores de este cuerpo físico. De tal manera que cuando estos hidrógenos son más pesados, en lugar de alimentar y nutrir los cuerpos internos, se desarrollan los egos que destruyen, envejecen y enferman poco a poco el cuerpo físico.
Cuando se transforman conscientemente las impresiones, se digieren, convirtiendo éstas en el hidrógeno 24, que alimenta al cuerpo astral, el hidrógeno 12 que alimenta al mental y el hidrógeno 6 que alimenta el cuerpo causal. Por ello es indispensable jamás olvidarse de su propio Ser. Si no se olvida de sí mismo, entonces la conciencia se fortalece, desarrollando virtudes, cualidades y facultades. El Ser debe digerir las impresiones y así nutrir los cuerpos superiores que habrán de crearse para su manifestación a través del cuerpo astral, cuerpo mental y cuerpo causal.
Autor: Gustave Dore, Año: 1868. Nombre: "La siesta, Memoria de España".
Lamentablemente el ser humano se ha olvidado de sí mismo, se ha convertido en una máquina programada por las diferentes estructuras sociales, políticas, religiosas y cree que debe defender todos esos distintos principios de vida que nada tienen que ver con su Ser. Las personas luchan sólo por ganar unos pesos para la vida o tener algunos lujos o viven atrapados dentro de su vanidad o placeres que nada tienen que ver con su Ser y que de esa manera no se llega a obtener una auténtica libertad o felicidad. Por el contrario, se somete a un mundo intrincado de teorías y conceptos que lo extravían cada vez más en el materialismo, en la violencia, en un mundo de juicios y prejuicios, en un mundo en el que van perdiendo cada vez más los valores como la honestidad, la voluntad de luchar por la vida.
Por eso es indispensable que el ser humano se auto observe y desarrolle esa práctica de ser consciente cada vez que recibe una impresión a través de los cinco sentidos, para así poder transformarla. Dejar de ser robots y actuar con consciencia, llegar a percibir todas las maravillas de la naturaleza con consciencia y en todos los planos superiores como el vital, astral, mental y causal.
Se puede decir que se puede dejar de ser un robot, poniendo atención en la puerta de entrada de las impresiones, evitando caer en los juicios. Si recibimos la impresión de un aparador con objetos de lujo conscientemente, podemos elegir algo que nos agrade o que cubra alguna necesidad, sin caer en la codicia o concluir que es indispensable aquello; y si creemos que las palabras de un insultador nos hieren, al hacernos conscientes podemos ver que las palabras del insultador son sólo eso, palabras y que al considerar que es el ego quien le da valor a esas palabras, así podríamos transformar esa impresión. Las impresiones suelen ser además agradables, no solo desagradables y también las podemos transformar haciéndonos conscientes de lo que es agradable, esto nos permitirá el nacimiento y creación de virtudes del alma.
Enviado por: Instructor: Ismael Moreno Luna Comisión de Calmécac
“Las escenas de la existencia pueden ser modificadas. Uno mismo es el que se crea sus propias circunstancias.” Samael Aun Weor.