La Realización Gnóstica de la Mujer
La mujer es el eterno amor que fluye y palpita en todo lo que es, en todo lo que ha sido y en todo lo que será. Jamás faltó la mujer en las pirámides de Egipto, la vestal (esposa) que inició a los grandes maestros. La mujer a través del tiempo ha guiado el curso los siglos, porque ella conoce la Sabiduría divina, porque ella le enseña al varón los secretos para regenerarse.
LANCELOT Y ELAINE, ELEANOR FORTESCUE-BRICKDALE, 1915.
En el viejo Egipto de los faraones, la mujer, convertida en Cleopatra, enseñaba a las multitudes porque tenía el conocimiento de la Sabiduría. Las mujeres poseían poderes extraordinarios, tan grandiosos como los que poseían las mujeres de la Isla la Elefantina (en Egipto), tan formidables como los que poseían las Pitonisas de la Isla de Delfos (Grecia), tan solemnes como aquellos poderes que poseían las sacerdotisas Druidas (Irlanda).
Los poderes de todas estas mujeres son los secretos para transformarse en verdaderos hombres y verdaderas mujeres. Así que la mujer a través de los siglos ha resplandecido maravillosamente. El Eterno Femenino bulle y palpita en todo lo que es, en todo lo que ha sido y en todo lo que será.
El Eterno Femenino es adorado como ISIS, en la tierra de los faraones; es adorado como ASTARTÉ en la tierra de Persia; se le rinde culto en la Isla de Creta con el nombre grandioso de CIBELES; se le venera profundamente en la tierra griega con el nombre de CERES. La mujer ha resplandecido como diosa y como humana. Lleva en sus brazos al niño Horus, le canta deliciosamente en la cuna, esperando en el mañana.
La mujer, el eterno femenino, es el desdoblamiento del Principio Masculino Eterno; Dios mismo, con toda su grandeza, se desdobla para convertirse en mujer. Dios creo el mundo, y lo creo ELOHIM. Elohim en hebreo significa DIOSAS Y DIOSES, así pues, la palabra Elohim es masculina y femenina a la vez. Elohim es una palabra femenina con un final plural masculino. Toda religión donde no haya Diosas se encuentra a mitad del camino ateo, porque Elohim es Dios y Diosas. Así que resulta absurdo suponer que solo el varón puede llegar a la Auto realización Intima del Seres decir llegar a transformarse en hombre verdadero; resulta incongruente pensar que solamente los hombres pueden encarnar al Cristo Intimo.
En nombre de la verdad diremos que, si Elohim es Diosas y Dioses, las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres, ellas también pueden llegar a la cristificación, es decir a unirse al su Cristo Intimo; ellas pueden llegar tan alto como el varón. El varón no puede nunca más que la mujer ni la mujer más que el varón; Tanto el varón como la mujer pueden encarnar al Cristo en su naturaleza intima. Así que el concepto aquel de que solo los hombres pueden llegar a la cristificación (unirse a su Cristo Intimo), resulta falso, porque Dios es también mujer.
En nombre de la verdad he de decir en forma enfática que, si Dios resplandece a través de las Cleopatras de la Isla Elefantina, que, si Dios resplandece a través de las vestales de Egipto y de Persia, de Grecia, de Roma y de Siracusa, también resplandece gloriosamente a través de las mujeres de cada tiempo y de cada época, y a través de la madre que arrulla al hijo en sus brazos.
VIRGEN MARÍA, WILLIAM- ADOLPHE BOUGUEREAU, 1880
Así que en nombre de la verdad he de decir que la mujer tiene los mismos derechos que el varón, que el varón nunca es más que la mujer, aunque pretenda serlo. El Principio Femenino Universal resplandece en cada piedra, en el lecho cantarín de cada arroyuelo, en una montaña deliciosa llena de árboles, en toda la naturaleza. Resplandece el Principio Femenino en toda ave que vuela silenciosa y que regresa a su nido para arrullar a sus hijos; en el pez que se desliza entre las profundidades del mar tormentoso; entre las fieras más terribles de la naturaleza.
El Principio Femenino Universal lo vemos también hasta en las plantas, en las flores; allí hallamos los órganos masculinos y femeninos, en los estambres y pistilos. El Principio Femenino resplandece en las estrellas, pues estas tienen las polaridades masculinas y femeninas a la vez; y esos rayos del Eterno Femenino, viniendo de los luceros más lejanos, se anidan en el corazón de toda mujer que ha resplandecido con la disolución del ego y la cristificación.
Así que en nombre de la verdad no podemos menos que sentir admiración ante el Eterno Femenino. Dios mismo desdoblado, convertido en mujer, anida con su amor en el corazón del sistema solar. El Eterno Femenino es el asiento donde surge toda vida: En el amanecer de la Aurora del Mahanvantara el día cósmico (tiempo que dura la creación) el logos hace fecunda a la materia caótica, hace que resplandezca el vientre de la virgen madre (del Eterno Femenino), para que surja entre el caos, entre el gran vientre, el universo...Así que no hay motivo para que las mujeres se sientan tristes o deprimidas, porque la mujer el complemento del varón y el varón el complemento de la mujer. Si la mujer es el vehículo para que el hombre se pueda encarnar a su Cristo Intimo, el hombre también es el vehículo para que la mujer se pueda encarnar a su Cristo Intimo o Crístificar. En todo templo existen dos columnas que son Jakin y Boaz. Jakin representa al hombre y Boaz a la mujer. Estas dos columnas son las que sostienen al templo. Para poder edificar nuestro templo interior se necesita del hombre y la mujer. La mujer y el hombre no deben de estar demasiado cerca ni demasiado lejos: hay un espacio entre ambos para que la luz pueda penetrar en medio de ellos.
El Eterno Femenino resplandece no solo en eso que no tiene nombre, no solo en el espíritu universal de la vida, no solo en las estrellas que se atraen y se repelen (de acuerdo con la ley de las polaridades), sino que también resplandece dentro del átomo, dentro de los iones, dentro de los electrones, dentro de los protones, en las partículas más infinitesimales de todo eso que vibra y palpita en la creación. El Eterno Femenino, hace compas maravillosos con el Eterno Masculino, para crear y volver nuevamente a crear. El Eterno Femenino, Dios mismo convertido en Madre, labora intensivamente en esta creación; el Eterno Femenino es el rayo que despierta las conciencias adormecidas de los hombres. El momento ha llegado en que cada mujer levante con su diestra la antorcha del verbo para iluminar el camino de los varones. Con profundo dolor he de decir que los varones marchamos por la línea de la entropía (igualación a la mayoría de las personas, pérdida de valores) es decir, caminamos en forma descendente, involutiva. Ha llegado el momento en que las mujeres extiendan su diestra a los varones para levantarnos, para regenerarnos, para hacer de nosotros algo distinto, algo diferente. Ha llegado el momento en que las mujeres comprendan que el elemento masculino estamos en involución por estos tiempos; ha llegado el momento en que las mujeres luchen intensivamente por regenerar al hombre.
DIANA CAZADORA, GUILLAUME SEIGNAC, 1900
Así pues, que a las mujeres les corresponde (en esta Era de Acuario) un gran papel cual es el de regenerarnos al elemento masculino decadente. En nombre de la verdad he de decir, que el Amor es el fundamento de la Auto-realización intima del Ser de la cristificación. Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres; uno que ama más y otro que ama mejor; el amor es la mejor religión asequible a la especie humana. Para que haya Amor se necesita que haya afinidad de pensamientos, afinidad de sentimientos, y preocupaciones idénticas. El beso viene a ser, precisamente, como una consagración mística de dos almas, ávidas de expresar en forma sensible lo que internamente viven; el acto amoroso, viene a ser la Consubstancialización es decir (la unión íntima de la esposa y el esposo hasta hacerse un solo ser) del Amor en el realismo psicofisiológico de nuestra naturaleza.
El Amor, en sí mismo, es una efusión, una emanación energética de lo más hondo que tenemos en el interior, en la conciencia. El Amor hace vibrar intensivamente las glándulas endocrinas del organismo entero, y estas intensifican su producción hormonal; tales hormonas circulan por la sangre vitalizando, regenerando, rejuveneciendo todo el cuerpo físico. El Amor es grandioso en sí mismo. . . ¡Amar, cuan grandioso es Amar; solamente las grandes almas pueden y saben amar! Para que haya Amor se necesita que haya absoluta afinidad de sentimiento. El Amor, en sí mismo, es el Súmmum de la sabiduría, lo máximo de la Sabiduría; El Amor no puede ser definido, porque entonces se desfigura. En las tierras del oriente jamás se levantan monumentos a los héroes, a los varones, sino a las mujeres que saben amar. Se le rinde culto al Eterno Femenino con los diversos nombres orientales.
PRÁCTICA: ORACIÓN GNÓSTICA:
Los Maestros de la Santa iglesia Gnóstica concurren al lecho de los enfermos para sanarlo. Hay una oración Gnóstica que todo enfermo debe pronunciar para pedir ayuda a los Maestros. Hela aquí: ORACIÓN GNÓSTICA
“Tú, Logos Solar, emanación ígnea, Cristo en sustancia y en conciencia, vida potente por la que todo avanza, ven hacia mí y penétrame, báñame, traspásame y despierta en mi SER todas esas sustancias inefables que tanto son parte de ti como de mí mismo. Fuerza universal y cósmica, energía misteriosa, yo te conjuro, ven hacia mí, remedia mi aflicción, cúrame este mal y apártame este sufrimiento para que tenga armonía, paz y salud. Te lo pido en tu sagrado nombre, que los misterios y la Iglesia Gnóstica me han enseñado, para que hagas vibrar conmigo todos los misterios de este plano y planos superiores, y que esas fuerzas reunidas logren el milagro de mi curación. ASI SEA
VICENTE SUAREZ FLORES
IMAGENES: LANCELOT Y ELAINE, ELEANOR FORTESCUE-BRICKDALE, 1915. DIANA CAZADORA, GUILLAUME SEIGNAC, 1900 VIRGEN MARÍA, WILLIAM- ADOLPHE BOUGUEREAU, 1880