El Amor, Aspecto Femenino de Dios.

CHARLES MEYNIER - APOLLO (1798).

CHARLES MEYNIER - APOLLO (1798).

Finos amigos, buenos días, en ese importante e imprescindible aspecto para todo ser humano, que es su formación espiritual y por lo tanto incluido en la historia anímica de la humanidad, existe un hecho que vino a estigmatizarnos como seres que no hemos sido capaces de caminar de acuerdo con las leyes divinas; situación que nos ha lanzado acometer un sin número de comportamientos que han eclipsado los valores sociales y por lo tanto un insistente afán de preferir el malvivir al buen vivir. El hecho citado, se refiere a la maldición lanzada por Dios sobre Adán y Eva por haber comido del fruto prohibido, pareja edénica que representa a todos los hombres y mujeres que conformamos el género humano; el deseo nos lleva a comer el fruto prohibido, la violación del sexto mandamiento de la ley de Dios que señala “no fornicarás” es decir, no perderás tu semilla, tu simiente, la que por obra de Dios te puso en este mundo. Pues Dios crea a través de ti. El Misterio Mayor (el Padre) sabe por qué la maldición ha surgido y por qué la bendición ha aparecido. (Pistis Sophia)

El Edén es el mismo sexo.

Los árboles del Edén son dos: el árbol de la ciencia del bien y del mal, y el árbol de la vida. El árbol de la ciencia del bien y del mal, es el sexo y este árbol del conocimiento está representado por los órganos sexuales. El árbol de la vida es el Ser y está representado en nuestro cuerpo físico por la columna vertebral. Toda verdadera doctrina cultural tiene que estudiar detenidamente estos dos árboles, porque el estudio de un árbol con el olvido del otro, da un conocimiento incompleto, que es inútil.

RAJA RABO VARMA, URVASHI Y SU ESPOSA, 1860

RAJA RABO VARMA, URVASHI Y SU ESPOSA, 1860

¿De qué sirve estudiar al Ser si desconocemos el sexo? Ambos árboles son del Edén y hasta comparten sus raíces. Estas son las dos grandes columnas principales del conocimiento, de la Gnosis: Sabiduría y Amor. La sabiduría es el árbol de la ciencia del bien y del mal y el amor es el árbol de la vida. En el antiguo Egipto se estudiaba a fondo la doctrina de los dos árboles. La sombra fatal del árbol de la vida es el yo. La sombra fatal del árbol del conocimiento es la fornicación. Las masas hemos tomado las sombras por la realidad. “El que acaba con el proceso del yo, realiza al Ser en sí mismo”. “El que acaba con la fornicación conquista la sexualidad superior”.

(Génesis 2: 16-17) "Y también le impuso Jehová Dios este mandato al hombre: de todo árbol del huerto puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque el día que comas de él positivamente morirás”.

(Gen. 3: 6). "Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos y el árbol codiciable para alcanzarla Sabiduría; y tomó de su fruto y comió; después dio de el a su marido cuando él estuvo con ella y él empezó a comerlo".

ADM Y EVA EN EL EDEN

ADAM Y EVA EN EL EDEN

Esto no quiere decir que la mujer sea una criatura irresponsable, simplemente fue elegida por Dios para, con su inconmensurable belleza, ser la prueba máxima para la suprema dignidad del hombre y el hombre es lo mismo para la mujer. La flor se admira, se aspira su perfume delicioso, pero no se come. Quien es capaz de extasiarse y quedar satisfecho con la imagen y el olor del fruto y no comerlo, es un coloso, el que no tiene esta capacidad, su destino será el dolor.

Quien sale victorioso en esta prueba triunfa en todos los aspectos de la vida.

(Gen 3: 22-24). "Y pasó Jehová Dios a decir: mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo, y ahora para que no alargue la mano y efectivamente tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva hasta tiempo indefinido”. “De modo que expulsó al hombre y situó al Oriente del huerto Querubines y la hoja llameante de una espada que daba vueltas continuamente, amenazadora y terrible para guardar el camino del árbol de la vida”.

Si el hombre hubiera podido comer de los frutos deliciosos del árbol de la vida, entonces tendríamos ahora "dioses fornicarios".

Esa hubiera sido la maldición de las maldiciones. El sacrificio más terrible. Lo imposible. ¿Dónde encontrarán hombres y mujeres su centro de gravedad...obviamente, se encuentra en el sexo, porque de ahí viene el nacimiento, la muerte y la regeneración? Toda gira al rededor del sexo, es decir, de los misterios del espíritu santo, el tercer logos que es la potencia sexual. (Tarot y Cábala) (Parsifal Develado), Amfortas, el Rey del Grial, que también comió del fruto prohibido, impotente ya para resistir la maldición de su herida moral, busca la muerte, renunciando a volver al camino de la decencia sexual. La procreación incontrolada de criaturas del instante de embriaguez, inconsciencia, o deseo animal, a menudo bajo el influjo depravado del alcohol, o la droga, obra como una maldición en generaciones posteriores...

Solo cuando viven Adam y Eva (hombre y mujer) en un estado auto enaltecedor, edificante y esencialmente dignificante, se produce aquel intercambio de fuerzas espirituales a través de cada célula, que realmente logran engendrar un “Hijo del Sol”, una hermosa criatura física y espiritualmente dichosa...

El hombre y la mujer deben formar un solo ser para volver al Edén. Sí es posible conquistar la felicidad, sí es posible constituir matrimonios felices, sí es posible levantar familias dichosas, sí es posible un mundo mejor. Necesitamos volver al camino del que nunca debimos haber salido y este es el amor; la mejor religión que existe.

LOS AMORES DE PARÍS Y HELENA, JAQUES-LOUIS DAVIS, 1788.

LOS AMORES DE PARÍS Y HELENA, JAQUES-LOUIS DAVIS, 1788.

EL AMOR Dios como Padre es sabiduría. Dios como Madre es amor. Dios como Padre reside en el ojo de la sabiduría. El ojo de la sabiduría se halla situado en el entrecejo. Dios como amor se halla en el corazón. Sabiduría y amor son dos columnas fundamentales de todo ser humano. El amor es ternura infinita... el amor es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada sol. El amor no se puede definir porque es la divina madre del mundo; es eso que adviene a nosotros cuando realmente estamos enamorados.

El amor se siente en lo hondo del corazón; es una vivencia deliciosa; es un fuego que consume, es vino divino, delirio del que lo bebe. Un simple pañuelito perfumado, una carta, una flor, una foto, promueven en el fondo del alma tremendas inquietudes íntimas, éxtasis exóticos, voluptuosidad inefable.

Nadie ha podido jamás definir el amor; hay que vivenciarlo, hay que sentirlo. Solo los grandes enamorados saben realmente qué es eso que se llama amor. El Matrimonio Perfecto es la unión de dos seres que verdaderamente saben amar. El Matrimonio es la sagrada institución donde el hombre y la mujer se perfeccionan, se construyen, se complementan mutuamente y, por lo tanto, adquieren la capacidad de formar hogares dichosos. Quien no sabe amar, marcha por el camino del error. Para que haya verdaderamente amores necesita que el hombre y la mujer sepan mirarse sin lujuria, sin morbosidad, que se respeten, sea doren en sus tres esferas íntimas: pensamiento, sentimiento y voluntad: es decir, que tengan pensamientos afines, sentimientos nobles y que luchen por los mismos propósitos. (El Eterno Femenino).

Finos amigos, ante todo necesitamos comprensión, ¿qué realmente son el hombre y la mujer?...les pido que, con el más grande anhelo de recuperar el camino hacia el Padre, llevándolo a su corazón, escuchen con los oídos del espíritu, los elevados conceptos sobre el hombre y la mujer, vertidos por el iniciado, poeta, dramaturgo y novelista francés, Víctor Hugo.

INSTRUCTOR: JOSÉ ISABEL MAURICIO, DE LORETO ZACATECAS, COMISIÓN DE DIMADI DEL ICQ

PINTURAS: CHARLES MEYNIER - APOLLO (1798). RAJA RABO VARMA, URVASHI Y SU ESPOSA, 1860 LOS AMORES DE PARÍS Y HELENA, JAQUES-LOUIS DAVIS, 1788.

 

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