Libro: La Sabiduría de Quetzalcóatl

INTRODUCCIÓN

«¡Amigos, ha llegado la hora en que debemos revolucionarnos contra nosotros mismos! ¡Ha llegado la hora en que nosotros debemos transformarnos, ha llegado el instante en que debemos abrir los viejos códices de Anáhuac y conocer la sabiduría serpentina de nuestro señor Quetzalcóatl!»

[Samael Aun Weor. “Nuestro Señor Quetzalcóatl”]

Quetzalcóatl. [MNA, Foto: Ismael Moreno]

Quetzalcóatl. [MNA, Foto: Ismael Moreno]

Uno de los misterios más grandes de México, es el simbolismo que encierra Quetzalcóatl en su vida, su mensaje, su enseñanza, su drama, su misión y sus leyendas…

Un quetzal es un ave preciosa, con plumas hermosas de colores, sinónimo de belleza y el emblema de la fuerza espiritual. La palabra “coatl” significa serpiente, considerada por los antiguos mexicanos como emblema de la sabiduría divina, del eterno femenino divinal y de la fuerza que dio vida a todo lo existente. Quetzalcóatl es “serpiente emplumada” o “serpiente preciosa”, es lo divino y espiritual que representa un ave uniéndose a lo humano o terrestre que representa la serpiente, objetivo principal de nuestra existencia, unir lo humano a lo divino.

Quien desconoce la sabiduría hermética contenida en la gnosis, difícilmente podrá penetrar en el ámbito de las grandes realidades enseñadas por los antiguos sabios en torno a nuestro señor Quetzalcóatl. Las tradiciones milenarias sugieren que Quetzalcóatl es el origen de todo cuanto existe, de todo lo que ha sido y de todo lo que será, cuando así hablan nuestros antepasados es porque no se refieren a una persona, sino a un principio universal eterno.

Si bien como fuerza cósmica se encuentra en todo lo creado, sorprendentemente, también cada ser humano tiene su propio Quetzalcóatl. En lo más recóndito y profundo de sí mismo, porque también simboliza nuestro íntimo, el espíritu inmortal de cada ser humano.

Es Quetzalcóatl la guía a seguir, el mismo camino secreto que conduce a la luz; nos muestra con su vida las virtudes que habremos de conseguir para lograr auto realizarnos. Es también el fuego sagrado que tenemos la misión de despertarlo, a través de la magia del amor y los méritos del corazón.

Es un título, un grado esotérico que recibían los grandes sacerdotes de México, cuando lograban tener la preparación espiritual suficiente como para que se manifestara plenamente en ellos la fuerza maravillosa del amor.

Además de las muchas cosas que representa, existe como un gran iniciado. Fue un mensajero en el antiguo México, un instructor divino que entregó un mensaje de paz, fuerza y amor.

Es Quetzalcóatl la Unidad Múltiple Perfecta, porque es la fuerza cósmica que todo lo ha creado y, una vez que existe, lo sostiene; es el Alpha y Omega, de donde hemos emanado en la aurora de la creación y a donde habremos de llegar si logramos cumplir nuestra sagrada misión.

«Quetzalcóatl no ha perecido, nunca perecerá, y existe antes de que el universo existiera y seguirá existiendo, a través de la eternidad...»

[Samael Aun Weor. “Nuestro Señor Quetzalcóatl”]