Libro: La Sabiduría de Quetzalcóatl

CAPÍTULO 8. QUETZALCÓATL Y VENUS

Capítulo 8. Quetzalcóatl y Venus

Quetzalcóatl y el planeta Venus forman un todo único, plasmando una enseñanza trascendental, pues Venus es la fuerza maravillosa del amor manifiesta en nuestro señor Quetzalcóatl.

Es maravilloso como se conjugan todas las enseñanzas del mundo, aclarándonos que hay un solo conocimiento que se expresó con diferentes simbolismos a través del tiempo y del espacio, pero que, en síntesis, es una sola enseñanza.

Estrella de la mañana. [MNA]

Estrella de la mañana. [MNA]

Si vamos a la cábala hebraica y estudiamos el Árbol de la Vida, encontramos que al segundo Sephirote se le llama Chokmah, que se corresponde con el Cristo, y que su enseñanza es el amor.

Si estudiamos la vida del gran Kabir Jesús, veremos que representó un papel importantísimo, su drama es de tipo cósmico y, en síntesis, nos habla de amor.

Eso mismo lo encontramos en Quetzalcóatl, quien fuera el Cristo mexicano. Además, se le asocia a Venus en infinidad de ocasiones, pues es, ha sido y será, la fuerza del amor la que dio existencia al universo y lo sostiene firme en su marcha..

Al terminar todo su trabajo, cuando, finalmente, llega a la tierra de color rojo, la auto realización íntima del Ser, se convierte en la estrella de la mañana (Venus).

Estrella de la mañana. [MTM]

Estrella de la mañana. [MTM]

Es la culminación de la Gran Obra, del trabajo que hemos venido a realizar, es por eso que, en el capítulo dos, del Apocalipsis, encontramos lo siguiente: “Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre: Y le daré la estrella de la mañana.”

Estrella Vespertina

En las mañanas, uno de los cuerpos celestes, que es posible observar, es Venus. Se le ha llamado, por muchas culturas, como la estrella de la mañana, pero, además, lo podemos contemplar como una de las primeras estrellas que se ven al atardecer, por lo que, también, es la estrella vespertina.

Quetzalcóatl se identifica como la estrella de la mañana y es la que, de acuerdo con la sabiduría del antiguo México, guía al Sol en su recorrido por el día. Por otra parte, el dios “Perro o Gemelo” (Xólotl), el hermano gemelo de Quetzalcóatl, es la estrella vespertina, quien acompaña y protege al Sol en su viaje por el inframundo.

«Xólotl, la sombra o doble del Cristo mexicano, Quetzalcóatl, precipitándose desde el Empíreo hacia nuestros propios infiernos atómicos, resulta extraordinario, maravilloso. Xólotl significa a la vez perro y gemelo. No está de más recordar en este capítulo que el Padre Sahagún afirma que el can es el símbolo del fuego de origen celeste.»

[Samael Aun Weor. “Doctrina Secreta de Anáhuac”]

El dios “Perro o gemelo” (Xólotl). [Códice Fejervary-Mayer]

El dios “Perro o Gemelo” (Xólotl). [Códice Fejervary-Mayer]

Entre los egipcios se estudió los atributos del Ser, de dios con el Sol, y se le asoció a Osiris, pero no pudo faltar el estudio de su sombra caracterizado por Tiphon. Por tanto, estas enseñanzas son antiquísimas, ya que las tenemos entre los caldeos cuando se reconoce al Sol con su sombra representada por el dragón.

Así lo tenemos en la lucha de Miguel (el Sol) y el Dragón rojo (su sombra); en la edad media, San Jorge y su sombra el dragón. No podía faltar esta realidad en México y tenemos a Quetzalcóatl simbolizando el Sol interno (la estrella de la mañana) y a su sombra el dios “Perro o Gemelo” (Xólotl) la estrella vespertina.

Todo esto, si bien tiene su expresión en el firmamento, es tan sólo la representación de algo que ocurre en nuestras profundidades psicológicas. La estrella de la mañana, es nuestro Ser interior, nuestro Quetzalcóatl particular, el espíritu. Éste proyecta su sombra, aquí y ahora, en nuestro interior, la estrella vespertina, nuestro propio “Perro o Gemelo” (Xólotl) individual.

El dios “Perro o gemelo” (Xólotl). [Códice Borgia]

El dios “Perro o gemelo” (Xólotl). [Códice Borgia]

Se trata de nuestro entrenador psicológico, quien nos prepara en el camino de la existencia, que nos prueba para que puedan brotar las virtudes, que nos pone las tentaciones, porque éstas son fuego. Por tanto, si uno sale victorioso de ellas, entonces, brota la luz.

Se le representa como un ser humano con cabeza de perro y esto encierra una de las enseñanzas menos comprendidas por nuestros antepasados en todo el mundo. Indudablemente, tiene relación con el cancerbero de la mitología, pues las pruebas más difíciles son las asociadas con el instinto sexual representado por él.

Es sorprendente la similitud que tiene con Prometeo, pues también es el que entrega el fuego a los hombres, confirmando una vez más que el conocimiento es, totalmente, de carácter universal.

Caracol marino partido

Caracol partido. [MNA]

Caracol partido. [MNA]

Se representa a Venus con un caracol marino partido a la mitad y es el símbolo que toma Quetzalcóatl en muchos de sus grabados. Es bastante interesante que se haya tomado primero el caracol marino, ya que éste sirvió como un instrumento que producía un sonido místico utilizado en todas las ceremonias sagradas.

Incuestionablemente, se refiere a una manifestación del amor el levantar la antorcha del verbo para iluminar el camino de otros, mostrándoles la senda de la auto realización, tal como lo hiciera Jesús en Jerusalén o Quetzalcóatl en México.

Pero el que sea, precisamente, un caracol marino, nos habla de otra manifestación del amor, asociada al agua del primer instante, a las aguas de la creación de todos los génesis del mundo, es decir, el de cultivar, en el matrimonio, el verdadero amor..

En todos los pueblos de Mesoamérica observamos múltiples representaciones de nuestro señor Quetzalcóatl y una de ellas es el símbolo de la Estrella de la Mañana (Venus), ya sea en forma de adorno, como parte de su atuendo o como su escudo.

Región del Alma Humana (Tiphereth)

Quetzalcóatl cargando el cielo [Códice Borgia]

Quetzalcóatl cargando el cielo [Códice Borgia]

En ocasiones observamos este emblema en su pecho. Por tanto, cuando así lo encontramos, nos representa la región del Alma Humana o Tiphereth, situada en el corazón, de acuerdo con las enseñanzas del Árbol de la Vida, indicando con esto la manifestación del Cristo Interior a través del alma humana.

Milagro que sólo puede ocurrir a quienes ya hayan encarnado su alma, para esto deben crearse los Cuerpos Existenciales Superiores del Ser y haberse sacrificado por sus semejantes, es decir haber celebrado la Navidad en su corazón.

Se le llama a este proceso la iniciación venusta, pues el Cristo, desde su esfera elevadísima, situada en la región del Cristo íntimo (Chokmah), desciende a la región del Alma Humana (Tiphereth), es decir, el Cristo se inmola, se sacrifica y se encarna en el corazón del ser humano.

Cuando vemos el símbolo de Venus en el pecho o corazón es un llamado a sacrificarnos por la humanidad, a ayudar a nuestros semejantes para que esa fuerza cósmica pueda manifestarse en cada uno de nosotros.

En la región de los órganos creadores

Quetzalcóatl. [MNA]

Quetzalcóatl. [MNA]

En forma frecuente se le encuentra, en la región de los órganos creadores, como si fuera un mandil. Esto es fascinante, ya que nos indica que el sexo es sagrado, que debemos aprender a unir el ansia sexual con el anhelo espiritual.

Nos invita a alejarnos de todo lo que, actualmente, es considerado como “normal” en relación a la sexualidad, como es el caso de la pornografía, el abuso, el infrasexualismo, el adulterio, etc., para que la veamos, más bien, como una forma de veneración a lo divinal.

Hoy en día hemos asociado el sexo a lo grosero, a la morbosidad, a la violencia; y que el símbolo de Venus lo encontremos en esa región, nos habla de volver a verlo como lo que es, algo divinal, una forma de rendir culto a aquello que no tiene nombre. Como dice San Agustín: “El acto sexual es otra forma de oración”.

Nos invita a no seguirlo profanando, a encontrar, como decían los alquimistas, un “laboriatorium” o laboratorio donde podamos transmutar las mejores energías del universo y un “oratorium” u oratorio donde sea posible rendirle culto a la divinidad.

Como escudo

Quetzalcóatl con Venus como escudo

En forma sorprendente lo vemos, también, en el escudo que trae Quetzalcóatl, primeramente, para mostrarnos el camino a seguir, el de amar a la humanidad, el de sentir el sufrimiento de otros, el dar todo por los seres humanos que son, realmente, nuestros hermanos, el de sentir como nuestras sus necesidades.

Al portarlo como un escudo para su protección, nos dice que el amor es la mejor forma de protegernos de cualquier peligro: llámese magia negra, hechicería, malas voluntades, entidades negativas y todo lo que pueda perjudicarnos.

El amor es la fuerza más poderosa, no existe algo que pueda detenerla. Por lo que, si cualquier persona trabaja con verdadero amor a la humanidad y cultiva ese amor por sus hijos y pareja, no existirá fuerza en todo el universo que pueda penetrar ese escudo de Quetzalcóatl o la fuerza maravillosa del amor.

Logotipo del ICQ Gnosis

Logotipo del ICQ Gnosis

Por ese motivo, el Instituto Cultural Quetzalcóatl, toma como logotipo este símbolo inefable, es como la bandera del ICQ, el cual tiene como objetivo esparcir el conocimiento de la gnosis, la sabiduría de Quetzalcóatl, a toda la humanidad con verdadero amor y sin distinciones de ninguna especie. Llevamos a cabo esta tarea de esa forma, ya que consideramos a los demás como nuestros verdaderos hermanos y nos sentimos como si todos fuéramos parte de un solo ser.

Entendemos, en tal emblema, que cada ser humano es parte de un todo, que somos como una gota de un gran océano, como una chispa de un gran fuego universal y, que al final de todos los tiempos, volveremos a ser parte de un todo.

Se podría sintetizar esta idea en las palabras mayas: “In lak’ ech a lak’ en” (Tú eres yo, yo soy tu). Con justa razón nos afirman los grandes maestros:

¡Que todos los seres sean felices!

¡Que todos los seres sean dichosos!

¡Que todos los seres sean en paz!