Libro: La Balanza Cósmica, la Ley del Karma

Capítulo 5. Tipos de Karma

Capítulo 5. Tipos de Karma

Existen varias formas en que se aplica el karma y es importante estudiarlas con el fin de comprender a fondo como nos influye esta ley cósmica. Indudablemente se requiere de muchísimos cálculos y sabiduría de los seres divinos que rigen esta ley para que pueda aplicarse matemáticamente.

Existe karma que puede ser pagado con buenas acciones llenas de amor y karma muy severo que sólo puede ser cancelado desintegrando los defectos psicológicos que lo causaron. También existe el karma superior que se aplica a los iniciados.

Si bien existe el karma que se aplica a una sola persona, puede observarse en la vida cotidiana que, grupos pequeños o grandes de seres humanos, llegan a tener un mismo problema, es decir, existe karma que se manifiesta en forma individual, familiar, regional, nacional y mundial.

Karma Individual

Es el karma que se aplica específicamente a una persona, cosechando lo que sembró en pasadas existencias, a través de la ley del retorno y recurrencia. Si matamos, ahora nos matan. Si robamos, nos roban. Si mentimos, nos mienten; todo el mal que hicimos; ahora nos lo hacen, esta es la ley.

Nada de lo malo que nos pasa es por casualidad, podríamos decir que todo lo que nos sucede es por causalidad (por una causa); todos los dolores que infringimos ahora, alguien más nos hará saber qué es lo que sintieron nuestras víctimas.

Las enfermedades kármicas (epilepsia, cáncer, etc.), cuando sólo afectan a un miembro familiar, son un ejemplo del karma individual.

Tenemos nuestros libros con el “debe y haber” de lo que hemos hecho, tales volúmenes se encuentran en el Palacio de la ley del Karma, y podríamos consultarlos si despertáramos conciencia en el mundo astral o de los sueños.

Karma familiar

Figurillas de cerámica. (Teotihuacán)

Figurillas de cerámica. (Teotihuacán)

Es algo común tener características psicológicas similares en nuestra forma de ser y actuar con los miembros de nuestra familia, por lo que también nuestras malas acciones a veces son análogas. Si bien la familia que tenemos tiene muchas cosas que ver en su conjunto, como aprendizajes, misión en la vida, cosas que tenemos que hacer juntos, etc., también existe un karma similar que pagar. A este karma que vivimos en el entorno del hogar se le llama: karma familiar.

Aunque existen muchas variables que intervienen en una familia, con el fin de comprender este tipo de karma, supongamos que en existencias pasadas no controlamos el alcohol y bebimos demasiado, con todas las consecuencias para nuestro cuerpo, pero también de sufrimiento para con quien convivíamos.

Podría ser probable que en el pasado fuimos personas así, ahora nos corresponde experimentar juntos, y como padre o madre se nos asigne a alguien que bebía como nosotros en el pasado. Esto nos hará comprender en carne propia todo el sufrimiento que causamos y así nuestra esencia tomará esas lecciones y enseñanzas.

Una mala situación económica familiar tendría como origen que todos los que conformamos la familia malgastamos el dinero, no lo utilizamos como es debido, en lugar de llevarlo al hogar lo destinábamos al juego, las drogas, los vicios, etc. y ahora nos toca experimentar lo que hicimos sufrir a todos aquellos que resultaron afectados con esa equivocada forma de vivir.

Es importante descubrir que como familia tenemos yoes muy parecidos, en ocasiones somos muy auto considerados todos, otras veces vanidosos, orgullosos, corajudos, hipocondriacos, etc., esos egos son los que probablemente sean la causa de nuestros pesares a nivel del hogar.

Karma regional

Ciudad de Cholula, Puebla, México.

Ciudad de Cholula, Puebla, México.

Siempre nos hemos preguntado, por qué nos tocó nacer en una región donde escasea el agua, no hay buenas oportunidades de trabajo, hay bastante delincuencia, quizás mucha basura, etc., en este caso, somos muchos los que sufrimos por el mismo problema.

Se ha dicho que el nivel del ser atrae al nivel del ser en una región determinada en la que vivimos. Si bien todos somos diferentes, generalmente, tenemos un rasgo psicológico o emocional en común; a veces somos muy violentos, otras muy orgullosos, quizás gran parte de la población nos emborrachemos, bebamos sin control cerveza, vino, etc.

En vano le podemos echar la culpa a los demás de los problemas de la vida, es obvio que no tenemos más que lo que merecemos. Obviamente que, si empezamos por cambiar nosotros, es entonces que estaríamos colaborando, aunque sea con un grano de arena, para cambiar la situación en la región en que vivimos.

Al mismo tiempo, dejar de ser tan apáticos, involucrarnos en algunas tareas en bien de la comunidad, simplemente en la limpieza de nuestro entorno, en regar árboles, en ocuparnos de los desvalidos, etc. haríamos algo realmente positivo para un cambio.

Karma nacional

Coyote emplumado símbolo del karma. (Antropología).

Coyote emplumado símbolo del karma. (Antropología).

Es una costumbre generalizada quejarnos del país en que estamos; pensamos que, si cambiáramos de sistema político, otra cosa sería nuestra nación; a veces cambia el sistema de gobierno y a la larga quedamos igual que siempre.

El gobierno que tenemos no es más que la extensión de todos los individuos que poblamos un país. Bien está dicho que la masa es la extensión del individuo. Las revoluciones violentas no han dado solución a los problemas de un país. Si el individuo cambia, cambiará el país.

En una ocasión mencionaba un anciano en un mercado acerca del cambio de un dirigente en un país: “Seguimos en el mismo infierno, sólo nos cambian de diablo”; mientras no exista un cambio interior, las consecuencias serán las mismas.

Así que nuestros gobernantes, si son corruptos, si hacen leyes que benefician a pocos y lastiman a la inmensa mayoría, no es porque los que nacemos en tal o cual país seamos dechados de pureza.

Autorizar leyes que favorezcan la degradación humana indudablemente influye en el karma de un país. Por ejemplo, el aborto es un atentado contra el arduo trabajo que realiza la Madre naturaleza. A lo largo de la historia hemos cometido graves errores, como los de la inquisición, las guerras entre religiones, los genocidios, etc. Y a pesar de tales errores, parece que no entendemos.

No sólo esto, sino que ahora legalizamos leyes para promover y justificar la sexualidad de tipo inferior, solo hay que reflexionar en el adulterio que ya pasó a la historia como un delito. Recordemos a Semiramis (reina de Asiria) a quien Dante Alighieri la pone en el segundo círculo dantesco, el de los lujuriosos, al autorizar leyes que justificaban los vicios sensuales, tal y como ahora lo estamos haciendo.

Es indudable que, como sociedad, al permitir y apoyar todo esto, el peso de la balanza se inclina más en nuestra contra agravando lo que nos está pasando con respecto a los terremotos, volcanes, maremotos, etc.

Las guerras entre países indudablemente entran en esta clase de karma nacional, ya que los elementos que las causan habitan en el común de la sociedad, en el interior de cada ser humano: la codicia, el miedo, etc.

Karma mundial

Los distintos mundos que existen en el espacio infinito, todos tienen la posibilidad de tener vida, de otra forma: ¿Por qué la divinidad los habría creado? Tan sólo para que orbiten sin sentido en el espacio, no es lógico; ya que, por ejemplo, todo lo que está aquí en la naturaleza tiene una razón de ser, así mismo debe ser en el universo.

Por lo que es apenas normal que cada planeta del Sistema Solar tenga vida, aunque parezca totalmente increíble, incluyendo al Sol. En cada unidad cósmica viven humanidades o en su momento se convertirán en el escenario de la vida.

No nacimos en el planeta Tierra por ser mansas ovejas; como especie humana somos la vergüenza del Sistema Solar. Todos los seres humanos que estamos viviendo en este mundo, tenemos un nivel espiritual afín.

Las guerras mundiales, la contaminación, el crimen, el acabar con las especies de animales, el hambre, las pandemias, no son más que el resultado de lo que hemos sembrado a nivel humanidad.

El acercamiento a nuestro sistema solar, del gigantesco planeta llamado Hercólobus, el cual dará fin a través de volcanes y terremotos a la presente quinta raza, es sólo la consecuencia de lo que hemos hecho como humanidad.

Karma duro

Mascaron del dios de la lluvia maya: Chaac. En sus orejeras se muestran los órganos creadores, símbolo del respeto que deberíamos tener al origen de la vida. (Chichén Itzá).

Mascaron del dios de la lluvia maya: Chaac. En sus orejeras se muestran los órganos creadores, símbolo del respeto que deberíamos tener al origen de la vida. (Chichén Itzá).

La mayoría del karma puede pagarse realizando buenas obras por el bien de los demás, enseñando al que no sabe, alimentando al hambriento, apoyando al necesitado; hechos concretos que marquen la diferencia para el bienestar ajeno.

Sin embargo, existe un karma especial que no puede ser pagado con buenas obras. Es el llamado karma duro, ya que se encuentra en pleno proceso y no puede ser ya detenido o porque el delito causado se trata de algo muy grave.

En la biblia encontramos en Mateo 12:31-32 una pista de lo que podría ser un Karma Duro: “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres: más la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada a los hombres. Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado: más cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero”.

Para comprender estos versículos, a su vez, hay que recordar que el origen de la vida lo encontramos en el Padre, el origen del verbo en el Hijo y el de la energía sexual en el Espíritu Santo. Los pecados o blasfemias contra el Espíritu Santo, por tanto, son los delitos relacionados con la energía que nos trajo a la existencia, como los adulterios, abusos de la energía creadora, violaciones, etc., por su gravedad no pueden ser pagados con tan sólo buenas obras.

La única forma de cancelar este karma es desintegrando de nuestra naturaleza los yoes causantes del delito, cosa nada fácil. Ya que, si se elimina la causa, entonces ya no hay nada que perseguir, ya no se volvería a cometer ese error, por lo que el karma ya resulta innecesario y puede ser perdonado.

Es muy difícil que como seres humanos inconscientes nos demos cuenta de nuestros errores. Nos sentimos muy buenos e incapaces de cometer delitos, y ese es un problema para eliminar defectos, ya que, si ni siquiera los podemos descubrir, menos aún los podríamos eliminar.

La ley de la Katancia

Si bien el ego es la causa del error y como consecuencia un mal karma, algunas veces los iniciados o seres humanos que han eliminado el ego llegan a cometer una falta, pero como ya no están sujetos como nosotros a la ley de causa y efecto, quedan regidos por un karma de tipo superior llamado Katancia.

Es obvio que sus errores no son del tamaño que los de nosotros, además esto no es frecuente, pero cuando llegan a cometerlos, tiene que existir una ley que establezca ese equilibrio cósmico.

«Existe el Karma común y corriente, más existe también la ley de la Katancia, el Karma superior.» (Pistis Sophia. Samael Aun Weor).

Moisés:

Un ejemplo de Katancia es que, iniciados como Moisés, obviamente han terminado de su interior los elementos psicológicos indeseables, pero podemos leer en el libro del Éxodo que había un hebreo que estaba siendo lastimado por un egipcio; Moisés intervino para defenderlo, pero al intentar hacerlo “se le pasó la mano” y lo mató.

Al ser un iniciado fue juzgado por el colegio de sacerdotes en el antiguo Egipto, en aquel tiempo la misma justicia del karma, pero en la Tierra. Como consecuencia de ese error, lo sometieron a ciertos procesos para que pudiera liberarse de tal karma superior.

Tal como había sucedido en otros casos similares, el iniciado era encerrado en una cripta, le ordenaron salir en cuerpo astral conscientemente con el fin de solicitar el perdón a la esencia o alma de aquél que había matado, tales iniciados no podían regresar a su cuerpo mientras no consiguieran el perdón, algunos maestros que les sucedió lo mismo, no lo lograban y morían en el intento, sin embargo, Moisés lo logró y así pudo continuar su misión.

Arcángel Sakaki

En tiempo de la raza Lemur (tercer gran raza en la Tierra) estaba el mundo aún muy inestable, había terremotos y volcanes por todos lados. Con el fin de estabilizar la Tierra, después de complicadísimos cálculos, realizados por una alta comitiva de seres superiores encabezada por el arcángel Sakaki, se decidió que el órgano Kundartiguador pudiera desarrollarse, lo cual permitía una mejor canalización de la energía que viene del cosmos, que es captada por nosotros y poder transmitirla al interior del mundo.

De esta forma se logró que el planeta se estabilizara, pero fallaron los cálculos, algo demasiado complicado, errores transfinitos y se dejó más tiempo del debido. Dicen las tradiciones esotéricas que fueron tres años, aunque eso, es indudablemente simbólico. La consecuencia fue que nació en los cinco cilindros de la máquina humana el ego. Por ese error, este gran maestro en un futuro día cósmico tendrá que trabajar por la humanidad incansablemente para compensar esa falta.

Katancia en el ser humano

De una serpiente (la Madre Divina) emana un cráneo (muerte del ego) y a su vez el símbolo de la palabra. Indicando el cuidado que debemos tener en su uso. (Tula).

De una serpiente (la Madre Divina) emana un cráneo (muerte del ego) y a su vez el símbolo de la palabra. Indicando el cuidado que debemos tener en su uso. (Tula).

A pesar de que los seres humanos, que poblamos actualmente nuestra afligida Tierra, no somos superiores, resulta que en ocasiones sí cometemos errores de carácter superior y también generamos Katancia.

Decía Sócrates que al hablar impropiamente no sólo dañamos el cuerpo de las demás personas, sino también su alma. Es por ello, que cuando usamos mal el verbo, cuando metemos intrigas, chismes, calumnias, mentiras, etc., dañamos a matrimonios, hacemos que la gente pierda sus anhelos espirituales, que personas se queden sin empleo, etc., entonces quedamos sujetos a esta ley de tipo superior pues además de lo físico dañamos su esencia.

También creamos este tipo de karma superior o katancia cuando escribimos, divulgamos, enseñamos conocimientos que están en contra del “Patrón de medidas”, que se encuentra en los 22 arcanos mayores del tarot o los distintos libros sagrados del mundo. Por ejemplo, cuando enseñamos a los cuatro vientos que a través de la ley de evolución llegaremos a ser ángeles, tal afirmación viola las enseñanzas del arcano diez: “La Retribución”.

«En cuestiones de esoterismo, orientalismo, ocultismo, etc., los eruditos tienen plena libertad para escribir lo que les plazca; empero no deben olvidar el “Libro de Oro”. Quiero referirme al “Patrón de Medidas”: el Tarot... Nadie podría violar impunemente las leyes del Tarot sin recibir su merecido; recordad que existe la ley de la Katancia, el Karma Superior... Hay responsabilidad en las palabras... El dogma de la Evolución quebranta las leyes Cósmicas del Arcano 10 del Tarot; viola los Desideratos del Libro de Oro... conduce a muchas gentes al error.» (Misterio del Áureo Florecer. Samael Aun Weor).

Viparita Karani Mudra

Viparita Karani Mudra

Viparita Karani Mudra

Por cierto, existe un ejercicio que, necesariamente combinado con la oración consciente y la meditación, puede servir de penitencia científica y cancelar un poco de este karma. Diariamente nos colocamos junto a una pared, las piernas descansando en la pared y la espalda en el suelo, los brazos descansando a los lados. Formando una escuadra con el cuerpo.

Relajación física y mental, oración en el Eterno Femenino Divinal, que intervenga ante el tercer Logos o Espíritu Santo para que a través de esta penitencia científica se nos perdone algo de este karma. Al mismo tiempo, nos ayuda a regenerar el cerebro y a mejorar nuestros sentidos. Hay que iniciar con unos 5 minutos diarios e ir aumentando poco a poco el ejercicio.

Karmasatya

La unión sexual es un pacto mucho más grande que el que se hace cuando su unen las sangres, bien nos dice Paracelso que el acto amoroso nos une para toda la eternidad; es lógico, ya que la energía sexual tiene el poder de la creación y por lo tanto es una energía muy poderosa.

Cada unión sexual nos pacta entonces con la persona, no sólo para esta vida, sino para muchas más. Más no es todo, quedan las marcas astrales, a esto se le llama el karmasatya, es decir, que quedamos unidos a nuestros descendientes.

Así, con el paso del tiempo, nuestros hijos o descendientes se convierten en nuestros ascendientes, dando como resultado que el cuerpo físico que poseemos es el resultado de alguna progenie nuestra.

Matrimonio kármico, dhármico y cósmico

Las dos columnas del templo: Jachin-Boaz, simbolizando la mujer y el varón. Templo de los Guerreros. (Chichén Itzá).

Las dos columnas del templo: Jachin-Boaz, simbolizando la mujer y el varón. Templo de los Guerreros. (Chichén Itzá).

Tres cosas son muy importantes en la vida: nacer, casarse y morir. Cuando leemos las medidas del Arca de Noé, nos encontramos con un mensaje relacionado con el matrimonio, además del que una pareja de animales entrarían en el arca: "Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura." (Génesis 6:15). Sumadas estas medidas nos da 11 y este descompuesto cabalísticamente es 1 + 1, es decir, el hombre y la mujer, el matrimonio.

Por lo que podríamos interpretar, que el arca de salvación se encuentra en el matrimonio. Es una verdadera lástima que cada vez se pierda más el interés en casarse, tomándolo como algo que no tiene la menor importancia. Existen tres tipos de matrimonio que valdría la pena reconocer.

El matrimonio kármico:

La mayoría de los seres humanos establecemos esta relación, ya que, a estas alturas de la historia de la humanidad, traemos un historial muy negro que hemos generado a través de las existencias.

Entonces al casarnos solemos sufrir, batallar, tener problemas económicos, divorciarnos, enamoranos, desenamorarnos, nos engañan y engañamos, nos abandonan y abandonamos; esa es la historia típica de hoy en día.

Claro que podríamos cambiar la negra página de nuestra historia, pero no se trata de buscar a “nuestra alma gemela”, más bien, se trata de cambiar integralmente, no a la pareja, sino a nosotros mismos.

Matrimonio dhármico

Es cuando a partir de que nos casamos, todo nos sale mejor, hay bienestar en todos los sentidos, sacamos lo mejor de sí mismos, nos hacemos mejores personas. Este es el resultado de un respeto mutuo entre la pareja a través de variadas existencias, entonces se le compensa con dicha en los hijos, economía favorable, salud, etc.

Matrimonio cósmico

Eso ya es rarísimo en esta época, ya que se conforma por esencias muy avanzadas en la eliminación de los defectos psicológicos, ya han desintegrado la intolerancia, la ira, los celos, la pasión animal, etc., por lo tanto, son esencias muy selectas, que traen como consecuencia felicidad interminable.

Como podemos observar y comprender, no se trata de encontrar a alguien especial, más bien se trata de trabajar sobre sí mismos, eliminando lo que nos hace infelices.

«Existen tres vínculos matrimoniales: El primero kármico, el segundo dhármico y el tercero cósmico; los primeros son de dolor, miseria, hambre, desnudez, desgracia; los segundos son de éxito, dicha amor, progreso económico, etc., y los terceros son únicamente para las almas selectas, puras, santas y traen como es natural, felicidad inagotable.» (Más Alla de la Muerte. Samael Aun Weor).

Karma por ser cómplice y cobarde

Personaje con el glifo de la palabra, destacando su gran importancia. (Tula).

Personaje con el glifo de la palabra, destacando su gran importancia. (Tula).

Si entrara a nuestra casa un grupo de pandilleros e intentarán dañar a nuestra familia, nuestro deber es defenderla cueste lo que cueste, si nos quedáramos impasible, pretextando el no uso de la violencia, nos acarrearíamos encima un horrible karma. En un caso extremo, ni la justicia física ni la divina, objetarían nada si en la defensa algún delincuente falleciera.

En algunas ocasiones nuestros miedos, cobardías, nos llevan a disfrazarlos de bondad, misericordia y tolerancia. Es entonces que, sin que nos demos cuenta, nos convertimos en cómplices del delito y acarreamos un mal karma.

También vale la pena reflexionar en que el verbo bien encausado es un medio poderoso para ayudar a los demás, sin embargo, es muy difícil aprender a usar correctamente la palabra. Las malas palabras, la crítica, le injuria, el hablar en doble sentido, la mentira, el chisme, etc., han llenado al mundo de dolor.

Si bien dicho todo esto, el hablar equivocadamente indudablemente crea un karma, pero a veces callar, cuando deberíamos de hablar, es también un error. Señalarle los defectos a los demás cualquiera lo hace, eso no sirve, porque creamos la resistencia de los demás, porque se afecta su orgullo; pero eso no quiere decir que omitamos hablar de los delitos que se pueden llegar a cometer.

Es indispensable orientar en dónde podemos cometer errores, cómo es que podemos ir a parar al abismo. El no señalar el peligro, por mojigatería, por un falso sentido de moralidad, nos ocasionaría el karma de los cómplices y los cobardes.

«Amamos mucho a la humanidad y necesitamos señalar el delito, tocar la llaga con el dedo, para no caer en el delito de complacencia con el delito. Si no dijéramos estas cosas nos echaríamos un horrible karma encima. El karma de los cómplices y cobardes. La verdad, aunque dura es la mejor amiga.» (Samael Aun Weor. Misterios Mayores).

Karma por el bien que se deja de hacer

Es una idea muy generalizada, en variadas religiones y culturas, que no hacer nuestro deber mandado por las escrituras sagradas se considere una falta. En el cristianismo se le conoce como pecado por omisión, esta idea está presente entre otras enseñanzas, por ejemplo, en el budismo.

Es nuestro deber hacer el bien a los demás cuando tenemos la capacidad de hacerlo, si tenemos la oportunidad de ayudar a alguien en desgracia y por negligencia, comodidad, falta de empatía o cualquier otro defecto psicológico no lo hacemos, creamos karma.

En ocasiones nos sentimos muy místicos o religiosos por el sólo hecho de pertenecer a una religión u organización espiritual, pero no hacemos cosas concretas por los demás. Muy acertadamente nos dice el apóstol Santiago que una fe sin hechos no tiene valor alguno: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”. (Santiago 2:17).

Se necesita acciones concretas, de nada sirve quejarse del gobierno queriendo que haga todo y a veces echarle la culpa a Dios de todo lo que sucede, si estamos en ese momento y en ese lugar con la posibilidad de hacer algo, es porque se nos ha dado la oportunidad, el privilegio de colaborar.

«No solo se paga karma por el mal que se hace, sino también por el bien que se deja de hacer pudiéndose hacer.» (Samael Aun Weor. Misterios Mayores).