Venus en el Escudo de Quetzalcoatl

Venus en el Calendario azteca

El “Chimalli” o escudo que Quetzalcoatl ostenta en su mano izquierda, presenta la magnífica imagen de Venus, el lucero de la mañana. Este emblema, ha sido elegido como logotipo por el Instituto Cultural Quetzalcoatl debido a la trascendental importancia que reviste Venus, el planeta del amor, en nuestro camino hacia la autorrealización íntima del Ser.

Los habitantes de Anahuac  rendían culto a Venus celebrando cada 52 años  el Ritual del Fuego Nuevo; debido a que  es el periodo en que coinciden las revoluciones sinódicas de la Tierra con las de Venus.  Así que, además de tener un calendario civil, de 365 días (13 meses de 20 días más 5 días de actividades místicas, llamados “días aciagos”), calcularon otro calendario ritual que corresponde al periodo en que Venus se traslada alrededor del Sol. Cada 52 años, eran reducidos al fuego caracoles negros, blancos, amarillos y rojos para ser  usados como sahumerios en medio de una liturgia que en la actualidad ya se ha perdido.

Venus, la estrella de la mañana, realiza su danza alrededor del sol en ocho meses, mientras que la tierra hace su viaje alrededor del Sol en 12 meses. Si trazáramos inteligentemente una Tabla de Conjunciones mayores y menores de acuerdo con las cuales podría esperarse con seguridad absoluta que la influencia Planetaria se acrecentara o menguara,  veríamos con asombro que Mercurio y Venus repiten su efecto máximo cada 8 años.

Venus es considerado el astro de la música, el amor y la belleza, Su gobernante y cosmocrator es Uriel o Anael. Rige el cobre, que es el metal más abundante de nuestro planeta y al cual le debe su coloración azul. En nuestro organismo, Venus rige la parte posterior de la glándula pituitaria,  las paratiroides y los riñones. De acuerdo a la doctrina gnóstica, las rosas, símbolo emblemático del amor, provienen de Venus, al igual que el gran Iniciado Sanat Kumará; aparte de que fueron las jerarquías de color añil de la estrella de Venus quienes le dieron al ser humano el cuerpo Causal o de la voluntad: el alma.

A Venus se le rindió culto en las civilizaciones antiguas como en la Atlántida, donde fueron fundados siete oráculos físicos dedicados al estudio de la sabiduría de las estrellas, en los cuales los Dioses Siderales eran consultados. En el oráculo de Venus se estudiaban las artes y la sabiduría venusina del amor. Entre los griegos, Venus, esposa sacerdotisa de Vulcano, representaba a la Madre Divina, al aspecto femenino de Dios que es el Amor. Era la gran Madre Virgen, surgiendo de las olas del mar con Cupido-Eros, su hijo.

En la India, Uriel fue llamado Sukra e incluso encarnó en esa región como Ushanas, fue autor del Dharmashatra y dio a conocer a los habitantes de este mundo leyes perfectas, que desafortunadamente se tergiversaron en siglos posteriores.

Los sabios de Anáhuac rindieron culto a Venus porque sabían que la Tierra es hermana gemela de Venus, que todo lo que ocurre en la Tierra se repite en Venus, que Venus es el portador de la Luz solar, que recibe tres veces más Luz solar que la Tierra y que la luz del Sol llega a la Tierra por medio de Venus, por lo que el genio de la Tierra, Melchizedeck recibe instrucciones del Genio de Venus.  Uriel es el Maestro de Melchizedeck.

Venus

Venus es entonces el hermano mayor de la Tierra, el mensajero de Luz, tanto en sentido literal, como espiritualmente. Las jerarquías de Venus al entregarnos el alma humana, pretenden que ésta se integre al Sol Espiritual, y para conseguirlo muestran el camino que es el amor. Si la Luz del Sol llega a la Tierra por medio de Venus, el único camino para retornar al Logos Solar, es el amor.

Los anales dicen que el Sol-4-Aire, o Ehecatltonatiuh, es Quetzalcoatl, el dragón luminoso. Quetzalcoatl llegó de Venus y regresó a Venus. Por eso, cuando el Sol todavía está sobre el horizonte despidiendo sus últimos rayos de oro, la estrella de la tarde, el alma de Quetzalcoatl, empieza a brillar con sus primeras temblorosas luces. Venus es la estrella de la mañana y la estrella del atardecer.

Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, es la representación del alma. Pero no de cualquier alma, sino de aquella que, después de grandes sacrificios y amor a la humanidad, ha tenido la dicha de encarnar la fuerza crística solar. Al Sol siempre se le ha relacionado con el Cristo (fuerza cósmica universal) y cuando el alma humana de un individuo se prepara mediante la aniquilación de los defectos humanos, con la ayuda de Venus, el amor; puede entonces encarnar al Cristo. El bienamado Jesús exclama al recibir la iniciación venusta, dijo: "Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana" (Ap. 22: 16).

A este fenómeno  se le conoce exotéricamente como la navidad, que es el nacimiento de la fuerza Cristo en el alma del hombre verdadero. Dios resplandece sobre los seres que se aman. Esotéricamente este fenómeno es llamado “la iniciación venusta”.

La Iniciación Venusta (de Venus),  es la verdadera navidad del corazón tranquilo. La Iniciación Venusta es para los pocos, es una gracia del Logos Solar para quienes aman profundamente a amigos y enemigos; es por eso que Quetzalcoatl recibió esa fuerza, pues fue capaz de dar hasta la última gota de su sangre por amor a los demás.

Quetzalcoatl porta el escudo de Venus recordándonos que para alcanzar la navidad del corazón tranquilo, la iniciación venusta, es necesario disolver el yo, el mí mismo. Que Cristo nace siempre en el establo del hombre, entre los animales del deseo, y para salvar el Mundo. Es urgente volvernos profundamente religiosos y comprender que todas las religiones del mundo son perlas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad. Las fuerzas de Venus nos convierten en seres místicos que disfrutan de la naturaleza y aprenden a sacar lo bueno de lo malo; en seres que saben recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes; en seres felices.

El Chimalli o escudo de Quetzalcoatl tiene la figura de un caracol partido a la mitad, representando por una parte el desenvolvimiento del alma en el mundo, ya en espiras más altas o más bajas, lo cual se relaciona con las leyes de Evolución e Involución, aludiendo a la Transmigración de las Almas de Krisna o bien a la Metempsicosis de Pitágoras y que los sabios aztecas  conocían profundamente.

Por otra parte las narraciones aztecas mencionan el sacrificio del Dios Purulento y del  Dios caracol, quienes en Teotihuacán, en el amanecer de la vida, deciden incinerarse en una gran hoguera para crear al Sol, brotando el Dios purulento convertido en Sol y resurgiendo el Dios Caracol convertido en Luna y así nacieron el  sol y  la luna; lo que nos alegoriza que si queremos convertirnos en Maestros, en Cristos, debemos imitar a estos Dioses Aztecas y sacrificar nuestros deseos y pasiones, para que resurja y resplandezca en nosotros la divinidad.

"El tercer factor es el del SACRIFICIO POR LA HUMANIDAD.  Es necesario amar a nuestros semejantes, pero el Amor hay que demostrarlo con hechos concretos, claros y definitivos.  No basta decir que amamos a nuestros semejantes,  No, hay que demostrarlo con hechos, hay que estar dispuestos a subir al ara del Supremo Sacrificio por la Humanidad.  Hay que levantar la Antorcha de la Sabiduría, para iluminar el camino de otros; hay qué estar dispuestos a dar hasta la última gota de sangre por todos nuestros semejantes... con Amor verdadero, desinteresado, puro. " S.A.W.

Enviado por Susana M. Rodríguez Licea. Calmecac, San Luis Potosí, S.L.P

“Señores, ha llegado el momento en que nosotros pasemos por una gran revalorización de principios, ha llegado el instante en que nosotros entendamos claramente que Quetzalcoatl nos indica lo que debemos hacer.  Si nosotros queremos en verdad transformarnos, tenemos un prototipo extraordinario: ¡Quetzalcoatl!  Quetzalcoatl como Logos es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será, es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada sol, es la Palabra.” Samael Aun Weor.

Descargar en: Word | Zip | Pdf | Texto | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09 | 10 |
Libro: La Sabiduría de Quetzalcíatl
Suscribirme