Arcano Nº 78 El Renacimiento

Arcano Nº 78 El Renacimiento

AM: El Principio de Evolución Natural.

AT: “Días de sol, noches de luna, gracias por la buena y la mala fortuna”.

AV: Venus. Letra: U. Nº 6.

EG: Ascenso, promoción; se reconocen los méritos; influencias contradictorias de un desconocido.

D: Botarate; éxtasis, gozo puro; satisfacción; contento moral; honra y suerte.

R: Logros que sólo llegan después de las lágrimas.

“Nadie podría llegar al nacimiento segundo, re-nacer, como dice el evangelio del Señor, en tanto continúe viviendo con la psicología del hombre inferior, común y corriente”.  Samael Aun Weor.

Evidentemente, el renacimiento es la acción de renacer, volver a nacer, y, en el sentido espiritual, significa el Nacimiento Segundo.

Resulta algo más que imposible lograr el renacimiento excluyendo el trabajo con los principios contenidos en los arcanos mayores Nº 15 y Nº 6.

7 + 8 = 15, el número de Tiphón Baphometo, o las pasiones desenfrenadas. 1 + 5 = 6, «El Enamorado», el Arcano del Amor.

Precisamente, Venus, el planeta del Amor, deviene como asociación astrológica de este Arcano Menor con el cual concluye el «Libro de Oro», el «Patrón de Medidas», el Tarot.

Todos los arcanos menores indican, con absoluta precisión, cómo o de qué manera debe conducirse el trabajador esoterista para renacer primero, y luego, más tarde, lograr la resurrección iniciática.

Renacer implica la creación (mediante trabajos conscientes y padecimientos voluntarios) del hombre interior o el hombre psicológico. El hombre interior es el Ser auténtico.

«El hombre exterior (la personalidad, con su psiquismo inferior, común y corriente) no da puntada sin dedal: siente que le han pagado mal, se compadece de sí mismo, se auto-considera demasiado, y sí es soldado aspira a ser general, si es trabajador de una fábrica protesta cuando no le ascienden, quiere que sus méritos sean debidamente reconocidos, etc.»

El renacimiento, o el surgimiento del Ser dentro de nosotros, exige luchar contra los Yoes que han falseado ese vehículo llamado "personalidad". La personalidad es heterogénea, la personalidad es el "mercurio seco", de los alquimistas.

Para renacer, hay que saber aprovechar los días de bonanza y los días de adversidad, y así lo específica el Axioma Trascendente de este arcano Nº 78: «Días de Sol, noches de Luna, gracias por la buena y la mala fortuna».

El renacimiento:

Aparece en el centro de la lámina, que representa a este arcano, un iniciado derramando Atet (rocío, lluvia, agua) sobre la Bener, la palmera, símbolo del Ser. Lleva también un Serit (abanico) como emblema del espíritu, del fuego y del avivar de ese fuego por medio del pranayama (control de los fuegos por la fuerza del aliento). La palmera ha fructificado, símbolo de que las diferentes partes del Ser se han auto-realizado.

La momia:

Que se encuentra en las aguas de la vida, representa, en primera instancia, el sepulcro de cristal, símbolo maravilloso que señala, exactamente, que antes de poder pasar por la resurrección, hay que estar bien muerto en todos los niveles de la mente.

La muerte, según el Gnosticismo Universal, “tiene muchos significados, tanto positivos como negativos”.

Existe la muerte del cuerpo físico, hay la muerte del ego o “muerte mística”, la “muerte segunda” o destrucción del ego en los mundos infiernos, y está la de aquellos que, aun existiendo sobre la faz de la Tierra, están “muertos” para todo posible desarrollo interior, tal como lo expresa aquella magnífica observación de Jesús, el Gran Kabir, que a la letra dice: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos.”

Muy ciertamente, en su libro “La Gran Rebelión”, el Maestro Samael asegura que: “La llave de laboratorio de la Naturaleza la tiene, en su mano diestra, el Ángel de la Muerte”, (Orifiel, en este caso, regente de Saturno), y que “muy poco podemos aprender del fenómeno del nacimiento, más de la muerte podemos aprenderlo todo”.

Esta es la resurrección iniciática; en todo proceso de transformación hay muerte y renacimiento, o muerte y resurrección.

Ba, el alma humana:

Es la que vemos que se eleva del Cristo resurrecto, es el iniciado revestido con sus cuerpos, es el alma liberada que ha logrado la Iluminación, tiene en su poder la sabiduría del universo.

El halcón o gavilán con cabeza humana es el símbolo del despertar de la conciencia, de la conciencia que se cristífica, que se fusiona con Horus, el Espíritu Divino, con el Cristo Intimo, es Tiphereth auto-realizado. La liberación del alma y su posterior unión al Cristo le da al Iniciado un poder extraordinario sobre la naturaleza.

Este arcano también representa al alma, que mientras el cuerpo del Iniciado yacía como un cadáver entre su sarcófago, su alma, ausente de la humana forma densa, experimentaba directamente, en los mundos superiores, el ritual de la vida y de la muerte.”

El número 6, síntesis del arcano 78, nos indica el arcano 6, “El Enamorado”, “La Indecisión”, el hombre entre el vicio y la virtud. Es decir, definirse entre el vicio de la fornicación o la virtud de la castidad.

En este arcano, debe entenderse la cuestión “evolución” como: “La serie de transformaciones constantes, sucesivas, y absolutamente conscientes de nuestra propia vida, y no solamente desde el punto de vista de la mecanicidad, de la ley de la evolución”. No podemos dejar de reseñar que si no se realiza la Gran Obra, nos tocará involucionar entre las entrañas de la naturaleza, y volver a salir, para un nuevo proceso evolutivo, una vez se haya eliminado el ego.

Las personas que tengan ego tendrán que pasar por la involución sumergida, en los mundos infiernos, para su aniquilación, porque si no fueron capaces de eliminarlo por sí mismos, la naturaleza es muy compasiva, y ella se encargará de aniquilarnos allá abajo; hará ese servicio de higiene. Ella se encargará de hacernos involucionar entre las entrañas de la Tierra, para pasarnos por la muerte segunda y dejarnos sin ego.

Ya desprovistos de ego, salen las almas a la superficie para formar parte de la nueva humanidad. ¡Todo está tan bien hecho!, por lo pronto, todos los millones de seres humanos que pueblan el mundo, están llegando al ciclo final de existencias, o sea, a la 108 existencias. Porque 108 vidas son asignadas en cada ciclo de manifestación, y la mayor parte ya llegó a la 108, o está por llegar. Entonces, obviamente, concluye el ciclo de manifestación para todos los que actualmente viven sobre la Tierra.

Por lo tanto, la llegada de los cataclismos es apenas normal; es un favor que se nos hace: involucionar en el tiempo, a través de muchos siglos. Cada cual sufrirá dentro de los mundos soterrados, pues, de acuerdo con su propio karma: unos sufrirán más que otros; y unos durarán más, viviendo en los mundos infiernos, que otros. Todo depende del debe y el haber de cada cual. La ley del karma es la que regula todas estas cosas.

Pero en los mundos infiernos, al fin, involucionando, se pasa por la muerte segunda. Después de la muerte segunda, es decir, la muerte del ego, el alma queda libre para salir a la superficie, a luz del Sol, y reiniciar nuevas marchas de tipo evolutivo.

Obviamente, siempre se comienza cualquier proceso nuevo, evolutivo, en el escalón inferior, que es el reino mineral; y se prosigue siempre con el vegetal, se continúa en el animal, y al fin, se reconquista el estado de humano o de “humanoide” que otrora se perdiera. Esa es, pues, la suerte que le aguarda a la humanidad. Pero yo, como amigo de ustedes, les digo muy sinceramente que, vale más que SE resuelvan a morir por sí mismos; no que “los mueran”.

Allá abajo la cosa es terrible; por allá abajo, entre las entrañas del mundo, la cosa es muy dura: se vive una vida muy amarga, más amarga que la hiel. Allí reina “el llanto y el crujir de dientes.”

Letra hebrea Ain: Quiere decir: “Ojo, fuente, apariencia, extensión, brillo”, El vocablo significa: “Plegamiento y desplegamiento, severa vigilancia, providencia divina”.

Fonograma egipcio: Los 8 puntos nos recuerdan al arcano 8, “La Justicia”; a las pruebas del santo Job y su santa paciencia; las 8 iniciaciones venustas, y su calificación; a la resurrección (el día 8 de la Semana Santa es la resurrección del Cristo en nosotros).

El símbolo alquimista:

Como símbolo alquimista es la unión de dos símbolos, el del día y el de la noche, y entonces se forma el arsénico, cuyo nombre deviene del griego "arsenikos" ("fuerte", "vigoroso"), y que cuyo número atómico es 33, de color plateado y metálico. Bien sabemos que cuando nuestro azufre y mercurio están afectados por los ácidos del arsénico, quiere decir que el ego está presente y es el que produce esa acidez, pero si nosotros eliminamos el mercurio seco y el azufre arsenicado, se forma el mercurio azufrado o el azufre mercurial, la materia prima de la Gran Obra. Y si logramos la auto-realización, quedamos vigorosos y fuertes como el arsénico.

En la escritura, Pasaje del Río, aparece representando a la misma letra Hebrea Ain.

Letra U: Se relaciona con el Nº 24 y el planeta Venus. Está simbolizada por un cáliz de oro, atributo de comunión física y espiritual.

Planeta regente:

Venus, regido por Uriel, que enseña la verdad sobre el arte, el amor, la belleza, el sentido estético, etc... Hay que aprender a desarrollar las emociones positivas, cultivar las bellas artes, la devoción, la mística, amistad, etc.

Venus, la estrella de la mañana, es el planeta del amor, de la grandeza mística; ¡No hay dicha más grande que la del amor! Sólo, adorándonos los hombres y las mujeres, podemos convertirnos en dioses, y todo lo que no sea por ahí, es perder lamentablemente el tiempo.

Venus es la primera estrella que brilla antes de salir el Sol, Venus es la primera estrella que brilla cuando el Sol se oculta. Venus es el portador de la luz; Venus es el amor. Dios resplandece sobre los seres que se aman. (Estudiado en arcano 6, 22, 24, 33, 42, 51, 60 y 69).

Cualidad o virtud: Todas las virtudes por desarrollar.

El defecto: Todos los defectos a eliminar.

Prueba iniciática: Todas las pruebas iniciáticas, especialmente las de la 2ª montaña y su cúspide. En modo alguno trataríamos jamás de afirmar que los dramas, comedias y tragedias de la vida práctica resultan siempre hermosos y perfectos, tal afirmación sería descabellada. Sin embargo, por absurdas que sean las diversas situaciones de la existencia, resultan maravillosas como gimnasio psicológico.

Axioma Trascendente:

“Días de sol, noches de luna, gracias por la buena y la mala fortuna”.

Ya dijimos que para renacer, hay que saber aprovechar los días de bonanza y los días de adversidad, y así lo específica el axioma trascendente de este arcano Nº 78: «Días de Sol, noches de Luna, gracias por la buena y la mala fortuna».

En forma clara diremos que en algunas comedias, dramas y tragedias de la vida práctica intervienen varios Yoes que es necesario comprender. En cualquier escena de celos pasionarios entran en juego Yoes de lujuria, ira, amor propio, celos, etc., etc., etc., que, posteriormente, deberán ser enjuiciados analíticamente, cada uno por separado, a fin de comprenderlos, íntegramente, con el evidente propósito de desintegrarlos totalmente.

La comprensión resulta muy elástica, por ello necesitamos ahondar cada vez más profundamente; lo que hoy comprendimos de un modo, mañana lo comprenderemos mejor. Miradas las cosas desde este ángulo, podemos verificar por sí mismos cuán útiles son las diversas circunstancias de la vida cuando en verdad las utilizamos como espejo para el auto-descubrimiento.

En modo alguno trataríamos jamás de afirmar que los dramas, comedias y tragedias de la vida práctica resultan siempre hermosos y perfectos, tal afirmación sería descabellada. Sin embargo, por absurdas que sean las diversas situaciones de la existencia, resultan maravillosas como gimnasio psicológico. A medida que uno trabaja sobre sí mismo, va comprendiendo, cada vez más y más, la necesidad de eliminar radicalmente de su naturaleza interior todo eso que nos hace tan abominables.

Las peores circunstancias de la vida, las situaciones más críticas, los hechos más difíciles, resultan siempre maravillosos para el auto-descubrimiento íntimo.

En esos momentos insospechados, críticos, afloran siempre, y cuando menos lo pensamos, los Yoes más secretos; si estamos alertas, incuestionablemente los descubrimos. Las épocas más tranquilas de la vida son, precisamente, las menos favorables para el trabajo sobre sí mismo. Cualquier situación adversa nos ofrece riquísimas oportunidades. Desafortunadamente, las gentes quieren huir de las situaciones adversas; protestan, en vez de dar gracias, pues, al padre, por tan brillantes ocasiones. Hay gimnasios psicológicos duros, muy duros, dificilísimos, (imposibles o casi imposibles), empero mientras más difícil sea el gimnasio, tanto mejor para el auto- descubrimiento.

En la vida lo único importante es el cambio radical, total y definitivo; lo demás, francamente, no tiene la menor importancia. La meditación resulta fundamental cuando sinceramente queremos nosotros tal cambio. En modo alguno deseamos la meditación intrascendente, superficial y vana. Necesitamos volvernos serios y dejar a un lado tantas tonterías que abundan por allí en el pseudo-esoterismo y pseudo-ocultismo barato. Hay que saber ser serios, hay que saber cambiar, si es que en realidad de verdad no queremos fracasar en el trabajo esotérico. Quien no sabe meditar, el superficial, el intonso, jamás podrá disolver el ego; será siempre un leño impotente entre el furioso mar de la vida.

Defecto descubierto en el terreno de la vida práctica, debe ser comprendido profundamente a través de la técnica de la meditación.

El material didáctico para la meditación se encuentra, precisamente, en los distintos eventos o circunstancias diarias de la vida práctica, esto es incontrovertible. Las gentes siempre protestan contra los eventos desagradables, nunca saben ver la utilidad de tales eventos. Nosotros en vez de protestar contra las circunstancias desagradables, debemos extraer de las mismas, mediante la meditación, los elementos útiles para nuestro crecimiento anímico. La meditación de fondo, sobre tal o cual circunstancia agradable o desagradable, nos permite sentir en sí mismos el sabor, el resultado.

Elemento de predicción: Éxtasis, gozo puro, satisfacciones, contentos morales y materiales, honra y suerte.

Enviado por: Cesar Owen. España

 

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