Machu Picchu

Machu Picchu

Machu Picchu, la joya arqueológica del Perú, vestigio de la enigmática cultura de los incas, ha resistido estoica la conquista española, el paso del tiempo y el olvido e indiferencia de la moderna civilización. Significa “pico de hombres”, “viejo pico” o “pájaro antiguo”, ostentando sus 2,440 m de altura y su acercamiento a la ciencia del espíritu.

Su arquitectura, integrada al paisaje, con sus bloques de granito de hasta 30 esquinas y unidades de 50 toneladas, es el reflejo de las enseñanzas del mundo de las causas, formando un templo o casa de dios, un centro magnético maravilloso que combina ciencia, arte, filosofía y mística.

Para los incas, el valle de Urubamba o Tampu (posada), la entrada a la selva, era sagrado, el río que lo cruza se llamaba Willka Mayu (río del Sol) y el nevado Wilkun Uta (casa del Sol). No eran adoradores de ídolos, simplemente reconocían los principios anímicos vitales en los diversos planos y la presencia del Cristo Sol en la vida misma. También adoraban el agua y el fuego, como fundamentos de la creación tanto del Universo, como de las facultades internas del hombre.

El basamento de Machu Picchu está formado por terrazas

El basamento de Machu Picchu está formado por terrazas y canales de irrigación para sus cultivos y contención, los cuales han evitado la erosión del lugar. La construcción de la ciudad simula la edificación del hombre auténtico sobre la base de la semilla o simiente. En el Chilam Balam está escrito: “No está a la vista de todos lo que hay dentro de esto, ni lo que ha de ser explicado. Los que saben, vienen del gran linaje de nosotros, los mayas. Ellos sabrán lo que esto significa cuando lo lean y entonces verán y entonces lo explicarán”.

Así, en cada edificación de Machu Picchu encontramos aspectos que deben ser explicados, como el edificio que tiene agujeros circulares en el suelo, conocido como “el cuarto del mortero”, donde sólo los alquimistas de la Edad Media podrían comprender las tinturas que el ser humano puede preparar combinando el azufre, el mercurio y la sal, que son símbolos del fuego, el agua y el amor para obtener facultades superiores y poderes extraordinarios. El dominio del fuego implica acabar con la ira y la violencia, desarrollando la serenidad y paciencia; el dominio del aire es obtener la perfecta concentración en la mente libre de pensamientos.

El templo de las tres ventanas, de donde, según el mito de los hermanos Ayar, salieron los incas el día de la Creación, muestra que tres son las fuerzas de la Creación en la ley del Triamazikamno, o ley del 3, Padre, Hijo y Espíritu Santo, polo positivo, negativo y neutro, o bien, hombre, mujer y fuerza sexual.

Hay una torre circular que tiene una base en forma de caverna o tumba real, se conoce como el templo del Sol u observatorio. Es el Intipunctu o puerta del Sol, tiene dos ventanas trapezoidales que antes contaban con incrustaciones de oro y piedras preciosas. Representa la morada del Absoluto y tiene como fundamento la tumba real, indicando que para encarnar al Absoluto es necesario morir en sí mismos, erradicar de la psiquis las entidades perversas que nos alejan del Padre interior.

Los incas rindieron culto a la mujer, a través del templo de la Luna, que también representa a la Madre Naturaleza, a la Madre Divina, quien no nos abandona y a quien podemos invocar mediante la meditación, con mente pura.

Intihuatana, poste que engancha al Sol

Es admirable el Intihuatana, “poste que engancha al Sol”, donde un sacerdote, en pleno ritual “ataba” al Sol para que no se alejara. También es un reloj y marca las estaciones. Esta piedra lleva el signo del Sol, es la unión y condensación del alma y del espíritu, concentrado en la más pura, resistente y perfecta de las materias, es lo que llamamos “nuestra piedra”. El despertar de la conciencia tiene al espíritu por guía y la materia por base.

Templo del Cóndor

Finalmente, encontramos la presencia de animales sagrados con sus respectivas representaciones, como el puma, formado por el monte Huayna Picchu, símbolo del mundo terrenal, se corresponde al tigre al ayo o mentor del ser humano, emblema de la eternidad y de la sabiduría. El caimán, alegoría del cocodrilo Sebek de los egipcios, representación del triunfo sobre los defectos psicológicos, se forma con las construcciones del lugar. El ave y la serpiente, como Quetzalcóatl, en Machu Picchu se encuentran en el templo del cóndor, son símbolos universales del espíritu universal de vida y del fuego sagrado, reunidos en el templo corazón del ser humano.

Acllawasi o casa de los escogidos

El Acllawasi o “casa de los escogidos”, indica que cada uno elige si quiere ser escogido. “Aquellos que se habían convertido en hombres, en reyes de sí mismos y de la naturaleza, hoy somos débiles, indefensos, llenos de guerras y abominaciones”. Es necesario que surja en nosotros el ser humano auténtico. En nuestra modernidad se ha desarrollado la degeneración, el aborto, el homosexualismo, el lesbianismo y a esto se le llama emancipación, evolución. Las familias se están desintegrando…, pero la raza selecta, los escogidos, pasarán por procesos de purificación antes de servir de semilla para la futura sexta gran raza. Los incas hablaron de la catástrofe que se avecina, diciendo que la humanidad perversa perecerá por el fuego y los escogidos serían salvados y dejaron en su magnífico legado la ciencia para poder ser elegidos.

Enviado por: Susana Margarita Rodríguez Licea, comisión eventos, ICQ.

Fotos: de la Zona Arqueológica de Machu Picchu

"El amor consiste en sentir que el Ser Sagrado late dentro del ser querido” Platón

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