Medicina Inca

Felipe Huamán Poma de Ayala. siglo 16 ilustración agricultura

Sin duda alguna la cultura incaica merece ser considerada como una de las más importantes del mundo andino, los incas nos dejaron un gran legado de ingeniería, arte, construcción, agricultura, medicina, etc. Tenemos de ellos grandes y majestuosas construcciones: templos, terrazas, monolitos, esculturas, centros ceremoniales etc., donde aplicaron técnicas de ingeniería tan sofisticadas que, actualmente, son difíciles de igualar. Con respecto a la medicina, esta cultura constituye una fuente de conocimiento y sabiduría para la prevención y cura de las enfermedades, que ha trascendido hasta nuestros días y sigue siendo motivo de estudio.

Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas, tiene un clima y una ubicación extraordinaria que influyó para que la agricultura, con el cultivo de plantas medicinales, abarcara todas las partes del imperio. La hoja de coca “considerada sagrada” entre los incas, la ayahuasca, la chacruna, eran utilizadas para entrar en estados alterados de conciencia guiados por un sabio médico, cosa que no se recomienda hoy en día a ningún estudiante gnóstico, porque no son necesarios y, además, en el estado en que estamos, sólo nos llevarían a estados inferiores de conciencia.

Los cirujanos incas realizaban desde transfusiones de sangre y pequeñas amputaciones, hasta asombrosas cirugías de cerebros, utilizando como herramienta de disección un vidrio volcánico, obtenido de obsidiana, que es cinco veces más afilado que el acero quirúrgico de la medicina actual. Con ello, realizaban las trepanaciones craneanas, con el fin de extraer algún tumor, para curar alguna enfermedad del cerebro o del sistema nervioso, o bien, para curar heridas provocadas en la lucha entre guerreros.

En el valle sagrado de Cuzco, Perú, más exactamente en la ciudad perdida de Machu Picchu, fueron encontrados más de 500 cráneos incas y el 50% tenía cicatrices circulares de hasta ocho centímetros de diámetro. Los estudios forenses sugieren que dichas cicatrices son por “Trepanación Craneal”. La trepanación craneal es una técnica que consiste en la remoción de una parte del hueso craneal con la finalidad de aliviar la presión o descomprimir una fractura de la cabeza; se calcula que de un 80 al 90% de los casos sobrevivían con este tipo de cirugía.

Sitio Arqueológico de Moray. Perú.

La bio-arqueóloga Danielle Kurin, de la Universidad de California, E.U.A., sostiene que es probable que la trepanación se usara no sólo para curar lesiones y dolores físicos, sino también para curar los dolores del alma. No cabe duda que sus curaciones trataban no sólo los síntomas de la enfermedad, sino que buscaban las causas, la raíz, tanto en el aspecto físico, como en el estado psicológico y espiritual del paciente. Practicaban rituales relacionados con la limpieza de la energía del cuerpo, del alma y del espíritu.

Los curanderos o cirujanos incas normalmente eran sacerdotes, utilizaban como anestésico las propiedades de la coca. La corteza hervida del árbol de la pimienta se usaba para curar heridas. También utilizaban plantas y flores frescas y secas; sebo de animales, por ejemplo de serpientes; así como oraciones, música, danzas, etc., con excelentes resultados. El instrumental quirúrgico utilizado por los incas era muy simple, entre los instrumentos utilizados tenemos la vilcachina con la que realizaban extirpaciones; y el tumi, que servía para abrir los cráneos. Por otra parte, cabe señalar que la embriaguez y excesos sexuales eran severamente castigados, incluso el uso de la coca era vigilado para que no se excediera y se usara inadecuadamente.

En la sanación de un enfermo intervenían varios especialistas, según fuera la enfermedad del paciente, por ejemplo: El Kayawaya era el especialista en suministrar plantas medicinales, amuletos y talismanes.

El Paqo curaba el alma.

El Watuk examinaba el estilo de vida para poder diagnosticar la enfermedad.

El Sankoyoq: especialista en las extremidades rotas, dientes, y abscesos.

El Hampi Kamayoq: químico encargado de la administración de los recursos médicos del imperio.

El Hanpiq: médico encargado de curar con hierbas, minerales, ceremonias religiosas y místicas.

No hay duda de que todavía existen en estas mágicas regiones sanadores espirituales, sabios iluminados, médicos o mamas, que tienen facultades para curar enfermos, ya que conocen a fondo la anatomía oculta del ser humano y tienen acceso a los misterios de la elementoterapia, osmoterapia, anatomía oculta y otras ramas de la medicina que, combinadas con la magia, hacen parte del conocimiento que estudiamos en la Gnosis.

La ciencia de elementoterapia o “arte regio de la naturaleza” es tan antigua como el mundo. El hombre, los animales, las plantas y minerales tienen un triple aspecto de cuerpo, alma y espíritu. En la ciencia de la elementoterapia se cura con el alma de las plantas, incluso de animales y minerales, a estas almas se les llama elementales y están gobernados por ángeles o Devas. Ellos pueden darnos equilibrio, inteligencia, armonía salud, facultades, protección, etc.

Para mayor información puedes consultar nuestra revista La Sabiduría del Ser No. 26.

Enviado por: Nelly López Villa. Instructora. Hermosillo, Sonora.

Imagen: Felipe Huamán Poma de Ayala. siglo 16 ilustración agricultura. Imagen 2: Sitio Arqueológico de Moray. Perú.

"Con una cultura integral de fondo y base espiritual, social y científica a la vez, podríamos cambiar radicalmente la actual situación del mundo". Samael Aun Weor

 

Descargar en: Word | Word Comprimido | Pdf | Solo Texto | Índice | 01 | 02 | 03 | 04 | 05 | 06 | 07 | 08 | 09 |
Suscribirme