Temazcalli

Temazcalli. Plazuelas

El término “temazcal” o “temazcalli” proviene de dos palabras náhuatl, Temaz (baño) y Calli (casa), de tal modo que podemos describir el temazcal como una “casa de baño”.  Era considerado también como un lugar para ceremonias.

Vestigios de estos recintos sagrados,  los encontramos  en casi todas las  culturas antiguas del mundo, sin  embargo el temazcal ha tenido una importancia vital en las culturas antiguas de Mesoamérica, no solo  con la cuestión física, relacionada con el baño cotidiano, sino lo más relevante es  en el aspecto esotérico,  porque reproduce eventos cosmológicos, ritualísticos, iniciáticos, de sanación y purificación.

Así también encontramos en Pénjamo, Gto. restos de estos lugares que en tiempos remotos fueron centros ceremoniales, es necesario ahondar en el  profundo conocimiento que nos legaron los sabios maestros de Anáhuac, quienes se caracterizaron por una consciencia plena del Cosmos Infinito y  de todo lo que les rodeaba.

Lo que hay en el Macrocosmos se repite en forma simbólica en el Microcosmos hombre y se vive como un ritual en el recinto sagrado del temazcalli; por su forma de bóveda representa el vientre de una madre, en este caso asociado a Toci, nuestra abuela,  mientras que el fuego sagrado del Dios Sol llamado Tonatiuh,  que en gnosticismo universal es el Ser, el  Espíritu que genera la vida, entra al vientre de la Madre Cósmica  en forma alegórica  en las piedras volcánicas calentadas previamente. Estas piedras sirven para vaciarles agua que transformada en vapor asciende en el temazcal, produciendo humedad y calor.

Las civilizaciones prehispánicas del centro de México consideraban a Temazcalteci como la diosa del baño de sudor, también se le conocía como la diosa de la medicina, de las yerbas medicinales, de los partos y  de los médicos. Esta deidad era una representación de Toci (nuestra abuela)   o Teteoinán (la madre de los Dioses);  en otro aspecto es Tlazolteotl quien entre los Nahuas era considerada como la Madre Tierra  y Diosa de la suciedad,  a ella iban los hombres y mujeres a confesarle sus pecados y a rogarle que devorara la suciedad,  lo que no servía, pero estos hombres y mujeres eran guerreros, enfrentándose a sí mismos de momento en momento, solamente de esa manera se puede rogar a la Divina Madre nos desintegre los defectos que previamente hemos comprendido, en  este proceso,  el temazcal da la idea de la purificación no solo del cuerpo sino también del alma, así salían los adeptos  transformados con una nueva energía, renovados de cuerpo, alma y espíritu. 

Los sacerdotes antes de realizar sus rituales sagrados penetraban en estos recintos para limpiarse y así efectuaban  sus plegarias y prácticas esotéricas. La entrada y salida de los Temazcales  era estrecha y angosta  dirigida hacia el oriente, hacia donde sale  el sol, pero siguiendo  el camino de la muerte que no es otro sino, la eliminación radical de los defectos psicológicos.

Temazcalli. Plazuelas

En estos Santuarios se practicaba la auténtica sabiduría médica, que tiene su origen en los primeros fundamentos del mundo, ahí asistían los enfermos a restaurar su salud, para tal efecto  se les  ofrecían bebidas de plantas medicinales, de acuerdo a sus padecimientos, estos lugares eran casa de oración, donde no debían penetran los pensamientos terrenales.

Es interesante la forma antigua de los temazcales, los cuales se pueden ver dibujados en códices o bien descritos  en  crónicas escritas por algunos frailes españoles que llegaron a estos lugares durante la conquista, de acuerdo a lo que ellos percibían y de narraciones hechas  por los pobladores de estas regiones.

Como se ha mencionado la entrada era de tamaño reducido donde las personas no podían entrar de pie, pero ya estando adentro podían estar de pie, la mayor temperatura se alcanzaba en el techo,  las piedras calientes eran colocadas hacia el lado este, donde sal el Sol, llamado Tonatiuh, el Ser.

Originalmente existían niveles dentro del  este lugar en forma escalonada, alegorizando los cielos o estratos superiores,  la esfera más alta se encontraba  en la bóveda del Temazcal, ahí dentro,  había oscuridad, humedad y calor, aludiendo,  como ya mencionamos el vientre de nuestra Madre Interior, donde los iniciados nahuas, azteca, toltecas, mayas, huastecos, totonacas, etc.  Debían realizar recapitulaciones de su vida con el objeto de reconocer sus debilidades y errores,  así adquirían el conocimiento de sí mismos, pudiendo eliminar lo que no servía, la basura. Lo mismo hacemos nosotros a través de la auto-observación, retrospección, meditación, reflexión, comprensión, oración,  etc. con verdadero anhelo místico.

Temazcal en el Códice Nutal.

Temazcal en el Códice Nutal.

Ahí también se hacían presentes los cuatro elementos de la naturaleza: fuego, viento, agua y tierra, los cuales nos ayudan a purificarnos y sanarnos, tanto física como internamente.  Los antiguos mexicanos cuando necesitaban  agua para sus cultivos, oraban al Señor de las lluvias, a Tláloc y entonces era regada la tierra con las aguas de vida. En sus manos está también la sequía, la inundación, el granizo, el hielo y el rayo, lamentablemente al finalizar la civilización Náhuatl se le ofrecieron sacrificios humanos de prisioneros, doncellas y niños, creyendo así aplacar su ira,  sin embargo debemos saber que cuando esta poderosa civilización estaba en el cenit de su gloria, los sacrificios humanos no existían, los sacrificios se referían a desintegrar los pensamientos y  emociones negativas, el apego a las cosas y personas, los deseos, etc.  Cuando una civilización agoniza termina con un baño se sangre  y por esa razón la humanidad se gana un terrible karma.

 Además se rendía culto a los Dioses del fuego: Huehueteotl  (Dios  viejo), Ehecatl  (Dios del viento) y Coatlicue la Madre de la tierra. Si necesitamos la ayuda de alguno de  estos Elementales debemos pedir a sus Devas o Dioses elementales  que nos permitan trabajar con los elementales de la naturaleza, de acuerdo a las necesidades de cada quien y hacerlo a través de la meditación, la oración y la súplica. Huehueteotl  gobierna a los elementales del fuego. Echecatl a los del viento, Tlaloc a los del agua y Coatlicue a los de la tierra. Los elementales pueden darnos equilibrio de la naturaleza, inteligencia, armonía, salud, facultades….

Para los pobladores de la antigua cultura Mexica, el temazcal representa a la Tierra y Xiuthecutli, deidad más antigua de Mesoamérica, era conocido como Dios del fuego  y del año y se encontraba en el centro del  Planeta donde se halla el fuego y él habita en todos los lugares donde hay éste elemento.  Otros pueblos consideraban a la Tierra como nuestra madre, el temazcal representaba a la abuela, el fuego el abuelo y el sol a  nuestro Padre.

En el Temazcal confluían los cuatro elementos, así como las Eras Cosmológicas de vital importancia, (mencionadas en el Calendario Azteca) estaban presentes,  simbolizando los procesos cósmicos tanto del Macrocosmos como del Microcosmos.  A la llegada de los españoles los Temazcales ya habían perdido su función original, utilizándose como baños cotidianos  y como un medio terapéutico, ya en la época colonial paulatinamente su uso fue prohibiéndose por considerarlos indecorosos.

En la actualidad solamente se ha tomado el nombre para utilizar los baños de vapor como relajantes,  purificadores  y  saludables, ya su esencia original se ha perdido, sin embargo conocedores de lo que sucedería en el futuro, los sabios de Anáhuac dejaron su sabiduría encerrada en un rico simbolismo para que aquellos buscadores de la verdad, la puedan encontrar.

María Guadalupe Licea Rivera.  San Luis Potosí, S.L.P.

Fotografías: Armando Ortiz González

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