CAPITULO XXXVI

PADRES Y MAESTROS

El problema más grave de la EDUCACIÓN PUBLICA no son los alumnos ni las alumnas de primaria, secundaria o bachillerato, sino los PADRES y los MAESTROS.

Si los Padres y Maestros no se conocen a sí mismos, si no son capaces de comprender al niño, a la niña, si no saben entender a fondo sus relaciones con estas criaturas que comienzan a vivir, si sólo se preocupan por cultivar el intelecto de sus educandos, ¿cómo podremos crear una nueva clase de educación?

El niño, el alumno, la alumna, va a la Escuela a recibir orientación consciente, pero si los Maestros, las Maestras, son de criterio estrecho, conservadores, reaccionarios, retardatarios, así será el estudiante, la estudiante.

Los Educadores deben reeducarse, conocerse a sí mismos, revisar todos sus conocimientos, comprender que estamos entrando en una Nueva Era. Transformándose los educadores, se transforma la educación pública.

EDUCAR al EDUCADOR es lo más difícil porque todo aquel que ha leído mucho, todo aquel que tiene título, todo aquel que tiene que enseñar, que trabaja como maestro de Escuela, ya es como es, su mente está embotellada en las cincuenta mil teorías que ha estudiado y ya no cambia ni a cañonazos.

Los Maestros y Maestras debieran enseñar COMO PENSAR, más desgraciadamente sólo se preocupan por enseñarles EN QUÉ DEBEN PENSAR.

Padres y Maestros viven llenos de terribles preocupaciones económicas, sociales, sentimentales, etc.

Padres y Maestros están mayormente ocupados con sus propios conflictos y penas, no están de verdad seriamente interesados en estudiar y resolver los problemas que plantean los muchachos y muchachas de la "NUEVA OLA".

Existe tremenda degeneración mental, moral y social, pero los padres y los Maestros están llenos de ansiedades y preocupaciones personales y sólo tienen tiempo para pensar en el aspecto económico de los hijos, en darles una profesión para que no se mueran de hambre y eso es todo.

Contrario a la creencia general, la mayoría de los padres de familia no aman a sus hijos verdaderamente, si los amaran, lucharían por el bienestar común, se preocuparían por los problemas de la EDUCACIÓN PUBLICA con el propósito de lograr un cambio verdadero.

Si los Padres de familia amaran de verdad a sus hijos, no habría guerras, no destacarían tanto la familia y la nación en oposición a la totalidad del mundo, porque esto crea problemas, guerras, divisiones perjudiciales, ambiente infernal para nuestros hijos e hijas.

La gente estudia, se prepara para ser médicos, ingenieros, abogados, etc. y en cambio no se prepara para la tarea más grave y más difícil cual es la de ser Padres de familia.

Ese egoísmo de familia, esa falta de amor a nuestros semejantes, esa política de aislamiento familiar, es absurda en un ciento por ciento, porque se convierte en un factor de deterioro y constante degeneración social.

El progreso, la Revolución verdadera, sólo son posibles derrumbando esas famosas murallas Chinas que nos separan, que nos aíslan del resto del mundo.

Todos nosotros somos una SOLA FAMILIA y es absurdo torturarnos los unos a los otros, considerar únicamente como familia las pocas personas que conviven con nosotros, etc.

El exclusivismo EGOÍSTA DE FAMILIA detiene el progreso social, divide a los seres humanos, crea guerras, castas, privilegiadas, problemas económicos, etc.

Cuando los Padres de familia amen de verdad a sus hijos, caerán hechos polvo las paredes, las bardas abominables del aislamiento, y entonces la familia dejará de ser un círculo egoísta y absurdo.

Cayendo los muros egoístas de familia, existe entonces comunión fraternal con todos los otros padres y madres de familia, con los Maestros y Maestras, con toda la sociedad.

El resultado de la FRATERNIDAD VERDADERA, es la VERDADERA TRANSFORMACIÓN SOCIAL, la auténtica REVOLUCIÓN del ramo EDUCACIONAL para un mundo mejor.

EL EDUCADOR debe ser más consciente, debe reunir a los Padres y Madres de familia, a la junta Directiva de Padres de Familia, y hablarles claro.

Es necesario que los Padres de familia comprendan que la tarea de educación pública se realiza sobre la base firme de la mutua cooperación entre Padres de Familia y Maestros.

Es necesario decirle a los Padres de familia que la EDUCACIÓN FUNDAMENTAL es necesaria para levantar a las nuevas Generaciones.

Es indispensable decirle a los Padres de familia que la formación intelectual es necesaria pero que no es todo, se necesita algo más, se necesita enseñarle a los muchachos y muchachas a conocerse a sí mismos, a conocer sus propios errores, sus propios defectos Psicológicos.

Hay que decirles a los Padres de familia que los hijos se deben engendrar por AMOR y no por PASIÓN ANIMAL.

Resulta cruel y despiadado proyectar nuestros deseos animales, nuestras violentas pasiones sexuales, nuestros sentimentalismos morbosos y emociones bestiales en nuestros descendientes.

Los Hijos e Hijas son nuestras propias proyecciones y es criminal infectar el Mundo con proyecciones bestiales.

Los Maestros y Maestras de Escuelas, Colegios y Universidades, deben reunir en el salón de actos a los Padres y Madres de familia con el sano propósito de enseñarles el camino de la responsabilidad moral para con sus hijos y para con la Sociedad y el Mundo.

Los EDUCADORES tienen el deber de REEDUCARSE a sí mismos y orientar a los Padres y Madres de familia.

Necesitamos amar verdaderamente para transformar el mundo. Necesitamos unirnos para levantar entre todos nosotros, el Templo maravilloso de la Nueva Era que en estos momentos se está iniciando entre el augusto tronar del pensamiento.

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