CAPITULO 6

Ahora, siguiendo la narración, vamos a dar un vistazo al proceso de preparación de sus alimentos.

 Lo vamos a dividir en dos partes, porque así es, efectivamente, pues resultan independientes, o sea que una de las materias primas viene del mar, la otra de las azoteas-huertos; pero derivan al mismo lugar o sea a los laboratorios.

 Empecernos por el mar: son grandes fábricas flotantes y cada una de ellas cuenta con corrales formados por mallas que las circundan a gran profundidad; pero hay un lugar del que rara vez se alejan los enormes peces.

 Viene a ser algo así como un abrevadero para las bestias en nuestro mundo, solo que aquí se trata de una zona oxigenadora.

 Y es aquí donde atrapan a los peces para su estudio y alimentación.

 En esta misma zona les sirven alimentos que se componen de dietas especiales, que debe darles un magnífico resultado, pues no creo haber durado menos de una hora observando esa maniobra desde una de las mirillas del edifico y no vi que llevaran al sacrificio a un solo pescado que midiera menos de dos metros y sí los vi de más de cuatro.

 Tampoco los vi de diferentes formas, digamos, tiburones, mantarrayas u otras especies.

 Todos los que vi manipular tenían la figura de un salmón gigantesco de carne blanca y sugestiva.

 Estos enormes pescados pasan por todo un proceso que me pareció maravilloso, que termina convertido en harina impalpable.

 Y ya tenemos una de las materias primas.

 La otra materia viene como ya dije de sus azoteas-huertos.

 Pero expliquémoslo.

 Ellos han desarrollado un tipo de fruta, la que generalmente es redonda y no mayor que una naranja pequeña como la papaya y el miguelito y todas las frutas carnosas, pero sin fibra.

 Sus envolturas son delgadas como la de las ciruelas y no tienen hueso.

 Ellos me lo aseguraron antes de comprobarlo yo.

 El proceso de esas frutas termina también en harina impalpable.

 Ambas materias son de nuevo convertidas en líquidos, para ser transportados por tubería hacia los laboratorios y de ahí a los lugares de aprovechamiento.

 Y fue también en un edificio de estos donde vi el proceso de construcción de sus edificios.

 Me habían asegurado que en aquel mundo había más individuos de mi raza y, llegábamos a recabar informes de ellos, cuando al entrar me di cuenta que el edificio estaba creciendo o despegándose del piso.

 Me explicaron que solo estaba aumentando pisos, que eso lo hacían a la inversa de nosotros, cosa por demás lógica, pues ellos usan sus azoteas como huertos y campos de aterrizaje.

 Para que viera el procedimiento al natural me llevaron al sótano que es donde se lleva a cabo la operación.

 Me di cuenta que dicho sótano no es más que una calle subterránea por la que transita un tipo especial de vehículos que sirven para mover materiales dedicados a la construcción, y es por estos sótanos por donde corren gruesas tuberías negras, por las que transportan alimentos, ropa y todo lo necesario para el uso de sus habitantes.

 Pero sigamos con el edificio.

 A todos los sótanos los atraviesan unas columnas como de veinte pulgadas de grueso y son estas las que forman el armazón de los edificios.

 En el lugar en que nosotros estábamos está todo listo para aumentarlo.

 En cada una de las columnas está colocado un gato, que tiene la forma de media caña y abrazada la columna, asegurándose a esta por medio de una ranura con un saliente que tiene dicho gato o prensa.

 Estos se componen de varias secciones interiores, son neumáticos y se conectan entre sí con uniones flexibles.

 Cuando todo está listo, desde una pequeña máquina aplican la fuerza a todas las prensas y el edificio se levanta sobre ellas.

 Los tramos de columnas, como de dos metros de largos y veinte pulgadas de grueso, son macizos y tienen en cada esquina un acoplamiento que ajusta con precisión.

 Son sumamente livianas, hasta el punto de que yo cargaba una con suma facilidad bajo el brazo.

 Colocan una a una en cada agujero descubierto al levantar el edificio y allí quedan firmes.

 Quitan la fuerza a los gatos y el edificio baja y queda aumentado.

 Entran en función los rellenadores, colocan la caja de los elevadores, que dicho sea de paso tampoco son como los nuestros, pues son unidades autónomas provistas de rodillo en sus costados, que ruedan en un cubo que es de una pieza y lo acoplan en secciones, al igual que las columnas.

 Por lo tanto no usan los estorbosos y además peligrosos cables.

 Cuando toca su turno a la parte exterior, solo deslizan la cubierta en forma de arquería, y el hueco que queda desnudo proceden a rellenarlo.

 Salen unos aparatos patrones, cargando un rodillo de material cada uno.

 Dicho material es de ancho de lo descubierto.

 Resulta todo un espectáculo ver a un hombrecito colocado cómodamente en un asiento que forma parte de algo que parece una araña gigante y de una maniobrabilidad asombrosa, acercarse con seguridad hasta el lugar preciso con su rollo de material.

 Otro hombre montado en un aparato similar, pero sin rollo alguno, solo provisto de un pequeño aparato que sujeta con una mano, y con la otra ajusta al extremo del material en el lugar donde va a soldarse, porque eso es ni más ni menos lo que hacen.

 Con los pies mueven los controles de su aparejo, que lo sube y baja en su cómodo asiento.

 Cuando quedó el extremo del rollo sujeto, los dos aparejos caminan, uno llevando el rollo y el otro soldándolo en su lugar y así, en menos tiempo del que tardo para relatárselo, queda todo terminado.

 Pues bien, todo lo que vi aquí al natural lo vi de nuevo en uno de los edificios de control.

 Aquí en forma de proyección, que estudia el trabajo realizado desde diferentes ángulos.

 Algo que resulta verdadera mente maravilloso por lo detallado.

 En este mismo edificio de control, localizaron y se pusieron al habla con los dos terrestres con quienes se habían propuesto entrevistarme, lo que pone de manifiesto el grado de eficacia en sus comunicaciones.

 Según lo comprobé después, dichos individuos estaban al otro lado del mundo, corno si dijéramos de México a China.

 Se enteraron que no eran españoles sino franceses y que tenían viviendo allá unos cinco años de nuestro mundo.

 En un edificio de estos también pude admirar algo que me llamó la atención.

 Se trataba de algo relacionado con su pasado en cuestión de transportes y alimentación.

 La primera se refería a una bola transportadora, y fue el tipo que culminó en eficiencia y rapidez.

 Después de ella vino el transporte aéreo para cubrir grandes distancias y este medio pasó a la historia.

 Se trataba de una bola gigante, mayor que la nave esférica que usamos.

 Está dividida en tres secciones y las dos uniones que cierran la esfera son la superficie de rodamiento.

 Circulaban en unos canales que alojaban más de la mitad del transporte.

 Debe, por razón de su enorme circunferencia, haber alcanzado velocidades tremendas, pues sus rieles son sumamente lisos.

 Pero no para ahí la cosa, sino que a este medio de transporte se le podía llamar velocidad por inercia, pues no usaban propulsión de naturaleza alguna.

 Mis amigos me hicieron una demostración con un modelo pequeño y lo vi subir una altura de cuatro metros, y hubiera subido quinientos si no terminara allí la demostración.

 Las estaciones de parada son cubos del mismo diámetro de la bola, parando por la acción del tire que comprimen dentro de él.

 Este cubo o túnel está provisto de compuertas y válvulas para dar salida al aparato.

 Otra cosa que me llamó la atención fue el medio primitivo que usaron para proveerse de legumbres, en tiempos remotos.

 Ellos me habían dicho que hubo un tiempo en que cultivaron mayor número de legumbres de las que nosotros conocemos.

 Así, cuando hubo oportunidad, les pregunté si no había manera de conocer los medios de que se valían para lograrlo, y como ya teníamos poco tiempo disponible entramos a un edificio de control buscando una reproducción de aquel antiguo medio.

 Me aseguraron que lo que vería allí en modelo me lo mostrarían al natural si había tiempo.

 La reproducción trataba de una noria, la que podían perforar a la profundidad que quisieran o fuere necesario.

 En la pared de esta noria hacían cortes en circunferencia, dándole forma de ángulo o repisa a lo que sería el techo del corte plano de abajo y también el piso y sostén de la superior.

 Este sistema de cortes en sección parecía un grupo de conos puestos uno sobre otro con la parte angosta hacia arriba.

 Este tipo de hortaliza tenía varias ventanas, siendo la principal que las ponía a salvo de los quemantes rayos del sol, pues, según ellos, estuvieron en uso cuando todavía no aprendían a protegerse debidamente de los rayos del sol.

 La segunda ventaja era que en una superficie pequeña lograban una gran producción y con poco esfuerzo, ya que desde tiempos primitivos usaron un eficiente sistema de elevadores y según mis amigos hubo norias de estas que tuvieron centenares de pisos o cortes.

 Ahora voy a tratar de relatar algunas cosas relacionadas con el mar.

 Empezaré por algunos modelos de barcos.

 Decía antes que los que vi allí no se parecen gran cosa a los nuestros y más de una vez he pensado que es muy posible que la diferencia sea necesaria debido a que su agua o líquido donde tenían que flotar sus embarcaciones sea o más densa o más delgada, cosa que entonces no pensé porque se lo hubiera preguntado a mis amigos.

 Había un modelo cuyo piso plano semejaba más un lanchón rudimentario de lento bogar, que un navío construido para alcanzar grandes velocidades.

 Este tipo fue el diseñado para carga y se compone de galerías que corren a todo su largo, habiendo entre una y otra galería una pared hueca hermética, apanalada, cuyas secciones están rellenas de un material flotante, y había tantas paredes de éstas como ancho fuera el barco.

 La forma exterior de estos es ahusada en sus extremos, como si uno de nuestros buques lo acostáramos sobre uno de sus lados, o todavía mejor como si dos de nuestras embarcaciones las acostáramos y uniéramos por su parte abierta y esa es, ni más ni menos, la forma de aquellas naves.

 No hay peligro de naufragio pues, como dije, tiene paredes flotantes, tanto exteriores como interiores, en abundancia.

 Este tipo de embarcación no se limitaba al mar, pues estaba construido de tal manera que, terminada la travesía marina, seguiría tierra adentro, pues todo el piso exterior está cubierto de rodillos propulsores dispuestos en canales horizontales y entre éstos asoman bocas por donde sale a presión agua para propulsarse sobre líquidos, formando una unidad independiente cada rodillo, que a la vez también es la bomba, advirtiéndose sin esfuerzo el doble cometido de cada una de las unidades.

 Este tipo, como ya dije, lo hubo en todos los tamaños imaginables; pero siempre guardando el mismo estilo.

 Toda la parte superior o techo está cubierto de compuertas por donde se cargaban, usando grúas que cubrían con sus plumas toda la extensión.

 Estas naves tuvieron un cometido muy importante en la alimentación del pueblo, pues en ellas se transportaba el pescado, base de su alimentación, y para que lo comprendamos mejor, antes de describir otro tipo de embarcación, voy a hacerlo con las habitaciones marinas.

 Dichas habitaciones marinas se componían de una serie de tubos sellados en sus extremos.

 Estaban dispuestos unos junto a otros, formando una extensa tarima o balsa unidos entre sí por piezas especiales.

 Sobre estas tarimas había un piso de malla resistente y sobre él las habitaciones en forma de burbujas distribuidas convenientemente.

 En la misma forma contaban con un patio donde criaban aves comestibles y cultivaban legumbres desarrolladas especialmente para ese medio.

 Tenían en el centro de estas tarimas flotantes, pequeñas torres con las que indudablemente estaban en comunicación con los de tierra o sus vecinos, pues había, según mis amigos, colonias perfectamente distribuidas.

 Cada unidad de éstas contaba también con una pequeña embarcación para pescar en grande, pues cada vivienda tenía a su vez un tanque de forma especial, flotante, donde depositaban su producto, en espera de las grandes embarcaciones que pasaban a recolectarlo en forma por demás práctica.

 Como los tanques aquellos estaban dotados de orejas especiales, en la parte superior, la embarcación solo alargaba la pluma de su grúa alcanzado el tanque llevándolo a cualquiera de sus compuertas superiores, movía una trampa que tenía como piso el tanque y vaciaba el contenido regresando el tanque a su lugar.

 Entre estas colonias había embarcaciones que se dedicaban a visitarlas, proveyéndolas de los productos que no producían en sus huertos flotantes.

 También hay un tipo de torre marina que estuvo en uso antes que cubrieran su mar con edificios y las usaron para radio y televisión en los albores de esta ciencia. Se componen dichas torres de una armazón en forma de conos unidos por su base, llevando en la unión, o sea en el centro de la torre, una masa de flotador”, en los que basculaba ésta.

 Dichas torres estuvieron alineadas marcando con señales todas las rutas que siguieron sus embarcaciones cuando su mar estuvo despoblado.

 Y no solo servían de señales sino que sus elementos flotadores estaban egrivertidos en estaciones de recreo para viajantes marinos.

 Estaban provistas de contrapeso y ancla.

 Dicho contrapeso las mantenía verticales.

 Se usaron, entre otros, dos tipos de anclas, una en forma de esfera erizada de lancetas, que se proyectaban o recogían dentro de la bola a voluntad de los operadores; el otro tipo que más se usó le podríamos llamar Rabo de puerco, pues de eso tiene parecido.

 Está provisto de una barrena en su extremo más grueso para penetrar a profundidad dentro del lecho marino, y una vez a determinada profundidad, se erizaba de espigas impidiendo el retroceso.

 Tanto en este tipo corno en el anterior, las espigas o lancetas se operan a voluntad desde la embarcación con impulsos eléctricos.

 No usaban cadenas de metal ni de ningún otro material ferroso de los conocidos por nosotros.

 Reemplazaban a estos algo que podríamos llamar plástico, y se componían de gran número de tubitos unidos entre sí, aumentando el grosor del material de acuerdo con la cantidad de tubos que la componen, al igual que un cable de los nuestros, compuesto de alambres delgados, unidos , pero sin torcerlos .

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