EPILOGO:
Quetzalcoatl
Eran cuidadosos en las cosas de Dios;
Solo un Dios tenían;
Lo tenían como único Dios;
Lo invocaban,
Le hacían súplicas:
Su nombre era QUETZALCOATL.
Y eran tan respetuosos en las cosas de Dios,
Que todo lo que les decía
El sacerdote Quetzalcoatl
Lo cumplían, no lo deformaban.
Él les decía, les inculcaba:
“Ese Dios único,
Quetzalcoatl es su nombre.
No exige,
Sino serpientes, sino mariposas,
Que vosotros debéis ofrecerle,
Que vosotros debéis sacrificarle”.
Códice Matritense
Para más información sobre Quetzalcóatl puedes consultar el libro: La Sabiduría de Quetzalcóatl