Las Facultades de la Medicina

Templo de Esculapio

El Maestro Samael menciona que cuando se produce el nacimiento de un nuevo organismo humano, al inhalar su primer aliento, es cuando el alma, junto con los valores positivos y negativos, entran en esa criatura, y por otra parte nos dice el Maestro Arnoldo Krum Heller que en el instante que viene al mundo un ser humano, se corta el cordón umbilical, mediante el cual se había nutrido hasta ese preciso momento: Rápidamente lo invaden y envuelven las fuerzas astrales, ofreciéndole ese sello personal y único que lo caracteriza por toda su vida, y entran también en ese nuevo cuerpo físico las influencias planetarias del signo que le corresponda, por lo tanto, nuestra vida y hasta cierto punto la salud, dependen de la influencia de los astros y la enfermedad se produce por la desarmonía.

Los sabios médicos como Paracelso y Arnoldo Krum Heller, utilizaban la magia elemental en la curación de las enfermedades, con plantas, perfumes, metales, flores, porque sabían que la medicina y la astrología son un sistema de enseñanza infalible e indispensable: estudiar solamente uno de estos elementos prescindiendo del otro, es anacrónico y anticientífico.

El sistema médico de los indios Arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia, es análogo al de los Lamas del Tíbet, trece años estudian medicina los indios Arhuacos y doce años es el mínimo de los Lamas del Tíbet. Ellos conocen a fondo la anatomía humana. A los textos de anatomía oficial les falta el estudio oculto de los cuerpos internos del hombre; según la ciencia esotérica, el ser humano es séptuple en constitución orgánica. Cada órgano es por consiguiente séptuple en su naturaleza interna.

Esos siete cuerpos son:

1.- Cuerpo físico

2.- Cuerpo vital

3.- Cuerpo astral

4.- Cuerpo mental

5.- Cuerpo de la voluntad.

6.- Cuerpo de la consciencia

7.- Espíritu o el Íntimo.

El Maestro Paracelso los designa de la siguiente manera:

1.- El Limbus

2.- La Mumia

3.- El Archeus

4.- Cuerpo Sideral

5.- Adech

6.- Aluech

7.- Cuerpo del Íntimo

Emmanuel Kant, Filósofo alemán admite un “nisus formativo” refiriéndose al cuerpo astral. Estos distintos cuerpos internos del hombre, obran sobre las glándulas endocrinas y sobre las hormonas. No se puede ser médico sin conocer a fondo ese Nisus Formativo de que nos habla Kant. Estos cuerpos energéticos internos del hombre son organismos materiales que el médico tiene que conocer a fondo para diagnosticar enfermedades sin fallar, sin cometer torpezas. De nada sirve conocer la Química si no se conoce la “Química oculta”, de poco serviría conocer la Biología exterior si no se conoce la Biología interna, igual sería conocer solamente la anatomía externa si se desconociera la interna.

Al finalizar los estudios de medicina, el alumno Arhuaco es examinado por todos sus profesores en presencia del gobierno de los indios de la Sierra y cada profesor examina sus mochilas de plantas una por una; los astrólogos califican en astrología; los magos en magia práctica, etc. Los exámenes sobre las plantas se relacionan con el ocultismo de ellas, es decir con la ELEMENTO-TERAPIA, la cual ignora la ciencia médica. Las escuelas de medicina de los Lamas del Tíbet oriental hacen lo propio, una de sus especialidades es la Osmoterapia o curación con perfumes.

Existen santuarios de curación en misteriosas ciudades ocultas a los ojos del profano, ya en las selvas profundas del Amazonas, en las de California, así como en Centro-América, y en el mundo entero hay sitios sagrados donde se estudia y cultiva la sabiduría médica antiquísima, fundamentada en el Arte Regio de la Naturaleza.

En el país asoleado de Khem, en el antiguo Egipto, los enfermos eran llevados no a consultorios médicos, sino a los templos augustos y sagrados donde se cultivaba la hierática sabiduría. Calles de esfinges milenarias contemplaron silentes, millares de peregrinos venidos de distantes tierras en busca de salud y de luz.

La medicina fue siempre sagrada. La medicina fue el patrimonio bendito de los magos. En esos olvidados tiempos del lejano Egipto, los enfermos se cubrían de aromas en los Templos Sagrados y el verbo inefable de los Santos Maestros los llenaba de vida.

En la bella mitología griega, Asclepio era el Dios de la Medicina. Asclepio aprendió esta ciencia médica de Quirón, centauro sabio e inteligente y así Asclepio, se convirtió en un gran sabio, se levantaron muchos Templos en su honor, uno de los más importantes fue el Santuario de Epidauro, este Templo llegó a ser el centro de curación más grande de la antigüedad, en el cual, posteriormente se desarrolló una verdadera escuela de medicina donde practicaban los sucesores de Asclepio. El más famoso de ellos fue Hipócrates de quien se decía ser descendiente directo del dios Asclepio. Los discípulos de Pitágoras lo consideraban un hombre sabio. Hipócrates es uno de los Maestros de la Medicina Universal que asisten a los enfermos en forma espiritual en el Templo de Alden.

La medicina entre los aztecas se efectuaba con la intervención de alguna deidad para sanar enfermos. Entre los más importantes se encuentra Xipetótec Dios de la Primavera y patrono de los cirujanos y plantas medicinales. Xochiquétzal Diosa del amor, su templo estaba dentro del Templo Mayor de Tenochtitlán, a ella acudían las mujeres embarazadas a confesarle sus pecados y pedirle perdón y ayuda. Centéotl deidad de los medicamentos y las plantas medicinales. Otra figura muy trascendental era la de Toci que se traduce como “nuestra abuela”. Era patrona de los médicos, de las parteras, las yerberas y de los dueños de baños de vapor (Temazcal) conocidos en toda Mesoamérica, mismos que tenían propiedades curativas y religiosas.

La Madre Tlazoltéotl de los Aztecas, Diosa del parto, aparece como el Maestro Tlazolteotl, vistiendo un bello manto de color azul y su rostro resplandeciente con el sonrosado color de la aurora. Es el jefe de un grupo de Ángeles que trabajan intensamente ayudando a las mujeres en el parto.

Trazoltéotl controla las aguas de la vida universal. Controla el líquido amniótico entre el cual se gesta el feto. Controla los órganos femeninos relacionados con el embarazo, por lo tanto puede precipitar las aguas, dirigir el mecanismo de ciertos órganos y manipular las Leyes que rigen la mecánica del parto natural.

Tlazoltéotl vive en el Edem (plano etérico o región de los campos magnéticos de la naturaleza). Toda madre puede invocar al Maestro Tlazoltéotl en el momento crítico del alumbramiento: “Pedid y se os dará: golpead y se os abrirá”.

Aquellas personas que tengan enfermos los órganos sexuales, pueden invocar a Tlazoltéotl para que les ayude a sanar.

Si tenemos necesidad de salud también podemos pedir curación a los Dioses Aztecas de la medicina, teniendo en cuenta que todo servicio debe ser pagado con buenas obras.

Los médicos Aztecas tenían un vasto conocimiento muy avanzado en las ciencias ocultas, así como en las propiedades de las plantas y de los minerales, utilizando éstos para emplastes, ungüentos, resinas, aceites, etc. Contaban además con hermosos jardines botánicos y Templos majestuosos, donde a su vez se enseñaba esta ciencia médica.

Enviado por María Guadalupe Licea.  Comisión de Secretaría del I.C.Q.

Imagen: John William Waterhouse: Un niño enfermo traído al templo de Esculapio 1877.

“El mayor error que los médicos cometen es intentar la curación del cuerpo sin intentar la curación del alma; sin embargo, alma y cuerpo son uno y no deberían ser tratados separadamente”. Platón

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