Arqueología Gnóstica:

El Tesoro de Priamo

tesoro de priamo

Heinrich Schlieman inspirado en las obras de Homero, desde su infancia tuvo un sueño “encontrar la ciudad de Troya”, con los conocimientos que tenía afirmaba que los restos de Troya se encontraban en la colina de Hirsalik, situada frente a la península de Gallípoli. Acompañado con su esposa partió en 1871 hacia los Dardanelos en búsqueda de los restos de Troya.

Las excavaciones se prolongaron por más de dos años, hasta que en un día de mayo  de 1873 encontró el fabuloso tesoro en un escondite entre los muros: 8,700 objetos de oro, entre copas, jarrones de diferentes formas,  pulseras, y  la mayor maravilla, una diadema elaborada con 16,000 piezas de oro macizo. Se dice que entre éstas riquezas,  está la corona de la bella Elena así como su vajilla de oro y plata y piedras preciosas, etc..

De esta manera se apodera de las joyas que nombra como “Tesoro de Príamo”.

Algo muy importante de este tesoro y como un testimonio más de la existencia de este misterioso continente Atlante, es un extraño jarrón de manera muy peculiar, sobre el cual está grabada una frase con caracteres fenicios que dice “Del Rey Cronos de la Atlántida”.

Homero obviamente fue un gran iniciado, no solamente veía las cosas del plano físico sino las cosas de los mundos internos.

En los tiempos de Homero ya de Troya no quedaban sino las ruinas, pero con su potente clarividencia escribió sus obras maravillosas.

Al descubrir Schlieman las ruinas de la vieja Troya, ésta ciudad no estaba en Grecia como antes se suponía,  se encontró en Turquía y lo mas curioso es que se encontraron siete Troyas en el subsuelo lo que indica que siete veces fue destruida la ciudadela.  El gobierno turco quería oponerse a que  aquellas riquezas fueran sacadas de Turquía, pero el arqueólogo logró negociar para que éstas joyas fueran llevadas a algún museo importante, lo  que si es cierto es que el descubrimiento del tesoro del anciano Priamo ya de por sí es un acontecimiento bastante importante.

Enviado por Ma. Guadalupe Licea Rivera. San Luis Potosí, S.L.P. México

“El hombre que tiene miedo, busca refugio en los montes, en los bosques sagrados o en los templos. Sin embargo tales refugios no sirven, pues allí donde vaya, sus pasiones y sus sufrimientos lo acompañarán.” Dhammapada 14:10-11

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