Libro: Los Misterios que Encierran los Sueños

Capítulo 2. Los Sueños

Los Misterios que Encierran los Sueños

En los sueños podemos encontrar grandes enseñanzas que nos pueden iluminar el camino a seguir, para no errar tanto y salir adelante en los miles de problemas que se suscitan en la vida.

Cuando la mente queda en silencio durante la meditación, es posible que el Ser y la Madre Divina nos puedan dar solución a nuestras dificultades, a través de corazonadas; es una técnica formidable que debemos aprender y practicar diariamente; es tener la oportunidad de darnos un “Tiempo Azul”, una conexión con el espíritu. Adicionalmente, existe la posibilidad de que también puedan guiarnos a través de los sueños.

“Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, cuando el sueño cae sobre los hombres, cuando se adormecen sobre el lecho, entonces revela al oído de los hombres, y les señala su consejo”. (Job. 33, Vers. 14 al 16).

Obviamente no todos los sueños son de carácter trascendental, ya que algunos nacen de nuestros deseos, otros provienen del subconsciente, algunos más del mundo interior y otros se relacionan con los centros de la máquina humana. Sin embargo, todos son importantes y debemos aprender a distinguir cada tipo de sueño para extraer la enseñanza encerrada en él.

El camino interior es la senda que puede conducirnos a la verdad, en muchas ocasiones suele guiarnos en los sueños. “El Caminante” zona arqueológica de La Venta, Tabasco, México. Detrás de él hay una huella, símbolo de camino o viaje.

El camino interior es la senda que puede conducirnos a la verdad, en muchas ocasiones suele guiarnos en los sueños. “El Caminante” zona arqueológica de La Venta, Tabasco, México. Detrás de él hay una huella, símbolo de camino o viaje.

Los deseos

Multitud de sueños son simples proyecciones de nuestros deseos; si en el mundo físico pasa un flamante automóvil último modelo y nos quedamos plenamente identificados con él, seguramente lo andaremos proyectando en uno de nuestros sueños. No por nada, también se le llama al mundo astral: “de los deseos”. La materia astral es muy dúctil y podemos darle la forma que deseemos.

Aunque estos sueños tan comunes tengan origen en alguno de los miles de defectos psicológicos, no por ello dejan de ser importantes; ya que muestran el estado psicológico y emocional en que andamos durante el día; así que estos sueños también valen la pena ponerles atención, ya que con su estudio conocemos un poquito más de nosotros mismos.

El mundo interior y exterior

Sin embargo, hay otro mundo invisible para los cinco sentidos, mucho más real que el mundo físico. Curiosamente, andamos más tiempo en el mundo interior que en el físico. En el mundo interior es donde muchas veces somos la estrella del evento, donde somos lo máximo y todos nos ponen atención; otras veces desollamos a quienes nos hacen algún mal.

Este mundo psicológico tiene sus calles, colonias bonitas y otras muy feas llenas de ladrones, prostíbulos, cantinas, bares, etc. La gente que habita en este mundo interior no es más que nuestros miles de defectos psicológicos.

Con justa razón popularmente se dice: “Cuando andamos solos (en el mundo físico), andamos muy mal acompañados (en el mundo interior)”. Esa gente (Yoes defectos), con quien solemos andar en nuestro mundo interior, son la causa de cientos de actitudes equivocadas que nos llevan a problemas, dificultades, enfermedades, etc.

Muchos de nuestros sueños tienen su origen en los lugares que frecuentamos en ese mundo interior, el cual solemos subestimar, aunque tenga mucha más realidad de lo que suponemos.

El Subconsciente

El subconsciente humano está relacionado con el inframundo. “Sol jaguar del Inframundo” (K’inich Ahaw). Museo la Zona Arqueológica de Palenque Chiapas, México.

El subconsciente humano está relacionado con el inframundo. “Sol jaguar del Inframundo” (K’inich Ahaw). Museo la Zona Arqueológica de Palenque Chiapas, México.

En el subconsciente se encuentran muchos cofres llenos de tesoros que podemos abrir con la meditación de fondo y con el estudio de los sueños, ya que en estos últimos suelen manifestarse cosas que nunca hemos tomado en cuenta.

A veces un alimento, un dulce o una prenda de ropa, que nos agrada mucho, es el resultado de procesos subconscientes que se han alimentado desde la infancia y ahora ni remotamente recordamos. Sin embargo, estos detalles condicionan muchos aspectos de nuestra vida; reacciones de enojo, alegría, envidia, etc., tienen su raíz en el subconsciente y podríamos tener más control de ellos si supiéramos su origen.

Es fascinante todo lo que pasa en el sepulcro del subconsciente y que ignoramos, pero en los sueños suelen manifestarse espontáneamente detalles que ocurren ahí y si estamos atentos podremos descubrir realidades insospechadas de nosotros mismos. Es importante saber que el recuerdo de las pasadas existencias se encuentra en el subconsciente.

Los Siete Centros

El arte regio como el que se encuentra en este incensario con atributos femeninos, así como algunos sueños especiales van dirigidos al centro emocional superior. Museo la Zona Arqueológica de Palenque Chiapas, México.

El arte regio como el que se encuentra en este incensario con atributos femeninos, así como algunos sueños especiales van dirigidos al centro emocional superior. Museo la Zona Arqueológica de Palenque Chiapas, México.

Tenemos siete centros que hacen funcionar al ser humano, de acuerdo con la ley del Siete (Heptaparaparshinok) que todo lo organiza y perfecciona.

Cinco son de tipo inferior y se relacionan con la llamada máquina humana, en estos momentos son controlados por los miles de Yoes, éstos son: Intelectual, Emocional, Motor, Instintivo y Sexual. Existen sueños relacionados con cada uno de estos centros.

“Existen sueños intelectuales, también los hay emocionales, hay también sueños que pertenecen al centro motor y sueños sexuales o que se relacionan exclusivamente con actividades del sexo. Estos sueños reflejan situaciones vividas durante el día, es la repetición de las actividades diarias; si la persona vive en el piso de las emociones sus sueños reflejan situaciones de terror, de locura; si vive en el piso sexual, sus sueños serán lujuriosos, de adulterios, fornicaciones, masturbaciones, etc.

Si los sueños pertenecen al centro instintivo, entonces se manifiestan reflejos en los sueños tan incoherentes, tan sumergidos, que se hace muy difícil poder entender tales sueños.”. (La Ciencia de la Meditación. Samael Aun Weor).

Generalmente los sueños nos muestran el estado en que se encuentran nuestros centros; por ejemplo, a veces creemos que ya tenemos pleno dominio del centro sexual y resulta que terminamos teniendo sueños eróticos en una noche cualquiera, demostrando que todavía nos falta muchísimo por trabajar.

Dos centros son de carácter superior y, generalmente, se encuentran inactivos. Ahora bien, se ponen en pleno funcionamiento cuando el estudiante avanza en su senda a la iniciación, nos referimos al centro emocional superior y al mental superior.

Los sueños que más valen la pena son los relacionados con estos dos centros superiores, ya que contienen mensajes trascendentales, conocimientos muy profundos que realmente no encontraremos escritos en ningún libro; rara vez hemos tenido esta clase de sueños.

“Los sueños relacionados con el Centro Emocional Superior son los más importantes porque en ellos encontramos dramas debidamente organizados, de acuerdo con las actividades diarias de nuestra Conciencia, si es que le hemos dado oportunidad para que trabaje”. (La Ciencia de la Meditación. Samael Aun Weor).

Se distinguen por no ser incoherentes ni vagos como el común de nuestros sueños, tienen una ilación, una estructura, un orden, una formulación dramática, como la de las óperas de Richard Wagner y, además, un sabor interior inconfundible, ese mismo sabor que logramos percibir cuando conseguimos entrar al tercer estado de conciencia llamado: el Recuerdo de Sí.

El Rayo de la Creación y la Octava lateral del Sol

Se destaca la importancia del Sol como símbolo de algo divino en esta piedra del Templo (Teocalli) donde el dios del Sol “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli), y un gobernante (“El que habla” tlatoani) llamado Motecuhzoma II lo escoltan. Museo Nacional de Antropología. México.

Se destaca la importancia del Sol como símbolo de algo divino en esta piedra del Templo (Teocalli) donde el dios del Sol “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli), y un gobernante (“El que habla” tlatoani) llamado Motecuhzoma II lo escoltan. Museo Nacional de Antropología. México.

Como se ha estudiado en el capítulo anterior, vivimos en un mundo multidimensional en el que existen siete dimensiones fundamentales; a pesar de que esto ya es algo muy sorprendente y aún más difícil de comprobar, aunque no imposible, tenemos que afirmar que más allá de las siete dimensiones básicas hay algo más.

Los aztecas nos explican que hay trece cielos, los primeros siete corresponden a los mundos: físico, vital, astral, mental, causal, conciencia y Ser. Los otros tres son muy fáciles de entender, pues se trata de la divina trinidad explicada prácticamente en todas las culturas del mundo: Padre, Hijo y Espíritu Santo; existiendo un mundo paralelo para cada parte de la divinidad.

Asombrosamente los siete mundos paralelos básicos y la trinidad divina forman las diez semillas divinas (sephirotes) del Árbol de la Vida hebreo. Y por encima de esas diez emanaciones divinas existen tres zonas elevadísimas, totalmente incomprensibles para la mente humana; y así tenemos los trece cielos de las culturas mexicanas.

Esas zonas tan superiores, son conocidas como los tres aspectos del Absoluto (el origen de todo lo existente). A la primera se le conoce como Dios no manifestado; a la segunda como Dios manifestado y a la tercera como el Sol Espiritual, al cual adoraron los mayas, mexicas, egipcios, incas, etc.

Este tercer aspecto del Absoluto está representado por todos los soles espirituales del universo, a quien suele llamarse también como la “Octava lateral del Sol”. En el lenguaje musical, el término octava hace referencia a algo muy elevado o superior.

La creación se desenvuelve desde lo más elevado y desciende hasta el mundo físico. A esa emanación de lo divino se le llama el Rayo de la Creación y de la misma forma se manifiestan fuerzas luminosas que intentan despertarnos, curarnos, iluminarnos, ayudarnos, etc.

Es asombroso saber que unos pocos sueños descienden desde las regiones más elevadas, de la parte espiritual del Sol, de los mundos suprasensibles, con enseñanzas maravillosas totalmente prácticas para ser implementadas en nuestro diario vivir. Sin duda alguna, tales sueños pertenecen a los centros mental y emocional superior.

“Lo que sucede es que aquel Rayo de la Creación, del cual emanamos, todo lo construye por medio de ese Centro Emocional Superior, o sea, que se manifiestan las diversas partes superiores de nuestro Ser relacionadas con el Rayo de la Creación. Utilizan al Centro Emocional Superior para instruirnos durante las horas del sueño, entonces se presentan escenas bien organizadas, claras y precisas. El propósito es hacernos comprender claramente el estado en que nos encontramos, hacernos ver nuestros errores, nuestros defectos, etc., etc. Es claro que el lenguaje del Centro Emocional Superior es simbólico, alegórico y corresponde más bien a la cábala hermética, a la hermenéutica, etc. Incuestionablemente, es por medio de ese centro como cualquier persona dedicada a los estudios esotéricos puede recibir información correcta y precisa.” (La Ciencia de la Meditación. Samael Aun Weor).

Lenguaje de los sueños

El lenguaje de los mitos y leyendas es comparable con el de los sueños; cada personaje, acción y objeto que se presentan no es algo meramente literal, sino que tienen una representación en nuestro mundo interior. Es como una envoltura para representar lo que sucede en nuestros pensamientos, sentimientos y que se busca exteriorizar a manera de símbolos.

Las parábolas con las cuales daba su enseñanza el maestro Jesús, los diálogos místicos entre maestro y discípulo en el budismo Zen, tienen las mismas características con las que se intenta entregarnos un mensaje en el mundo de los sueños.

Un lenguaje que no va dirigido a la mente, sino que trata de llegar a lo más profundo, primero al centro emocional, algunas veces al centro emocional superior, pero de ser posible a la misma conciencia. Por lo que vale la pena aprender a descubrir ese conocimiento encerrado en cada símbolo que se manifiesta en los sueños.

“Estudiad el Libro de Daniel y los pasajes bíblicos del patriarca José hijo de Jacob, para que aprendáis a interpretar vuestras experiencias astrales”. Samael Aun Weor.

El Libro de Daniel

Daniel. Miguel Ángel, La Capilla Sixtina (1511-1512).

Daniel. Miguel Ángel, La Capilla Sixtina (1511-1512).

El libro del profeta Daniel se encuentra lleno de indicaciones precisas, a manera de relato delicioso, para aprender a interpretar los sueños.

Empieza el libro narrando como el rey Nabucodonosor conquista Jerusalén y ordena que extraigan de las familias más reconocidas cuatro muchachos para ser educados bajo las enseñanzas babilónicas y le sirvan, de esa forma, como consejeros.

Se ordena que sean sustentados con vinos y carnes, con los cuales es alimentado el mismo Rey; toda esta información no es histórica, obviamente tenemos que buscarla dentro de nosotros mismos. Estos alimentos son la basura mental que tanto abunda en estos días en la televisión, en la radio y demás medios de comunicación que nos alejan de las enseñanzas sagradas.

Si queremos aprender a interpretar los sueños sabiamente, lo primero que debemos hacer es no dejarnos absorber por esos alimentos mentales inmundos, tal como lo hiciera Daniel. Todo lo contrario, necesitamos alimentos espirituales como la meditación diaria, la lectura de libros sagrados y el silencio de la mente.

Si actuáramos de esta forma en nuestra vida cotidiana, podríamos, tal como el profeta Daniel, tener la capacidad de interpretar los sueños cabalmente. Su primera experiencia en este rubro nos la describe el maestro Samael Aun Weor de la siguiente manera:

“Cuando el Rey Nabucodonosor estaba durmiendo en su cama, pensó en lo que debía de ser su porvenir; entonces se durmió. El alma del Rey se salió entonces del cuerpo de carne y hueso, viajó por entre el plano Astral, y vio una estatua cuya cabeza era de oro; su pecho sus brazos de plata; sus piernas de hierro y sus pies en parte de hierro y en parte de barro cocido”.

“El Rey mandó a llamar a todos los magos, astrólogos, adivinos caldeos, para que le adivinasen el sueño de la estatua y le dieran su declaración. No hubo nadie que fuera capaz de contarle el sueño al Rey, pues el no quiso contárselo a nadie. Los sabios, por ese motivo, iban a la muerte. Daniel el Profeta, se fue a su casa y oró al Señor Jehová con sus compañeros y se acostó a dormir tranquilamente”.

“El alma de Daniel se salió entonces del cuerpo y vio en el Astral la famosa estatua del Rey Nabucodonosor. Al día siguiente Daniel se presentó ante el Rey y le adivinó el sueño de la estatua y le dio su declaración, es decir la interpretación. El Rey quedó asombrado y Daniel fue colmado de honores”. (Los Misterios de la Vida y de la Muerte. Samael Aun Weor).

Daniel interpreta el sueño como los reinados de Babilonia, siendo el del rey Nabucodonosor el más poderoso (la parte de oro) y cómo sus sucesores irían teniendo menos esplendor hasta llegar a el más pobre y lleno de conflictos. Es importante darnos cuenta de que en realidad no se habla de Babilonia, sino del mundo entero; y las etapas son las edades de oro, plata, cobre y hierro por las cuales pasamos como humanidad.

Nos encontramos precisamente en la edad de hierro, donde existe la degeneración total. Una visión muy similar tiene San Francisco de Asís en uno de sus sueños, ya que en él ve a una mujer con características prácticamente iguales a las que soñara el Rey Nabucodonosor.

En el libro de Daniel hay más relatos extraordinarios, como el del horno encendido, donde un ángel desciende para proteger a los amigos de Daniel y les salva de la ira del rey por no venerar una estatua de oro de su imagen. Este relato es muy parecido al Evangelio del Tao, donde se enciende la cordillera central y un hombre en armonía con el Tao (la gnosis) no sufre el menor daño ante el fuego.

“La respuesta de Daniel al rey”, óleo por Briton Rivière, 1892.

“La respuesta de Daniel al rey”, óleo por Briton Rivière, 1892.

Uno de los acontecimientos más conocidos es cuando, por cizañas y envidias de los mismos consejeros, el rey Darío se ve obligado a lanzar a Daniel al foso de los leones y éste logra salir invicto, ante esta prueba tan terrible, por su fidelidad a la divinidad, señalándonos otra de las virtudes a desarrollar para tener la capacidad de interpretar las experiencias astrales.

Muchas otras visiones, todas ellas vistas en el mundo astral o de los sueños, quedan como testimonio de todo lo que se puede aprender si despertamos conciencia en el mundo astral. Algunas de esas visiones son proféticas y es asombroso darnos cuenta como en estos momentos las estamos viviendo, por lo que vale la pena estudiarlas y meditarlas, además que nos van entregando la didáctica precisa para interpretar los sueños.

El Patriarca José

José explica los sueños del faraón, de Antonio del Castillo (1616-1668 Museo del Prado).

José explica los sueños del faraón, de Antonio del Castillo (1616-1668 Museo del Prado).

Es maravilloso ver como en la Biblia nos encontramos con más elementos íntimamente relacionados con los sueños, por lo que es muy interesante darse a la tarea de estudiar en forma reflexiva y profunda los pasajes del patriarca José, hijo de Jacob (Génesis, capítulos 40 y 41).

La vida del patriarca José se desenvuelve con sueños importantes que marcan parte de su destino y vida cotidiana, a través de ellos podemos nosotros aprender a interpretar los nuestros, ya que el sistema es el mismo a pesar de las innumerables edades.

Estando en la cárcel, siendo inocente, logra interpretar inteligentemente los sueños del copero y el panadero del faraón, los cuales habían soñado cosas que los tenían muy intrigados, la interpretación dada por él se cumplió matemáticamente.

En el sueño del copero, él veía una vid a la cual le salían tres racimos de uvas, les extraía el jugo y lo colocaba en la copa del faraón; la interpretación por parte de José fue que en tres días sería libre y lo restituirían en su trabajo.

En cuanto al sueño del panadero, su interpretación no fue tan agradable, ya que soñó tres canastillos sobre su cabeza, en el más alto había manjares de pastelería del faraón y unas aves se lo comían, José le dice que en tres días el faraón lo condenaría a muerte y que su cuerpo se lo comerían los pájaros.

Muy interesantes resultan estos relatos, ya que se habla de los elementos que Jesús utilizó en la última cena: el pan y el vino. Dándonos a entender que si usamos mal el pan (o simiente humana), es decir, si abusamos de nuestra energía sexual, ya que los pájaros se los comen, nuestro destino es la involución. En cambio, si transmutamos la energía (saca el jugo de la uva), ésta se reintegrará a su trabajo anterior, que es el de servir al faraón, que representaría, en este caso, el Ser.

Los sueños más famosos interpretados por el patriarca José fueron los que tuvo el faraón. En el primer sueño ve que pacían junto al río Nilo siete vacas hermosas, gordas, llenas de vida; pero más tarde salen otras siete vacas flacas, horrorosas y se comen a las primeras. En el segundo, una planta de trigo da siete espigas verdes y frescas, pero de la misma planta salen otras siete espigas quemadas por el sol, totalmente secas, y absorben a las siete llenas de vida.

Tal como sucedió en el libro de Daniel, nadie podía interpretar el sueño, ni adivinos, astrólogos, consejeros, etc., hasta que el copero que servía al faraón le sugiere que hay alguien en la cárcel que podría interpretárselos.

José los interpreta explicando que se trata de siete años de abundantes cosechas (las vacas gordas y las espigas verdes) precedidos de siete años de sequía y hambre (las vacas flacas y espigas secas). Esto permite que el pueblo egipcio se prepare y pueda salir avante ante la sequía y el faraón pone a cargo de esta tarea a José y le da poderes sobre toda la gente, estando sólo el faraón por encima de él.

Además de explicarnos cómo develar lo que vivimos en el mundo astral, en este relato se hace un despliegue de conocimientos trascendentales que se encuentran olvidados por esta sociedad, tales como las leyes que gobiernan todo lo creado. En este relato de las vacas gordas y flacas se nos enseña la Ley del Péndulo, que gobierna sentimientos, pensamientos, naciones, formas de pensamiento y, por supuesto, nuestra economía.

Si estuviéramos atentos a esta ley, sabríamos que en una época de sequía habríamos de desazolvar las presas, respetar los causes de las aguas y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para estar preparados, pues de acuerdo con esta ley, vendrán abundantes aguas y si no estamos preparados, sufriremos inundaciones y muertes. Por tal motivo, la Ley del Péndulo enseñada en estos versículos nos sugiere vivir en equilibrio.

El sueño de Eneas

Eneas y el dios Tiber. Bartolomeo Pinelli (1835).

Eneas y el dios Tiber. Bartolomeo Pinelli (1835).

En la Eneida, escrita por Virgilio, podemos evidenciar cómo a través de los sueños pueden ponerse en contacto con nosotros seres divinos para ayudarnos en nuestro camino; éste es el caso de Eneas, ya que cuando él se encontraba a las orillas del río Tiber (unos de los ríos principales de Roma), el maestro elemental de este río se le apareció en sueños, le dio instrucciones para vencer a sus enemigos y, además, le predijo que 30 años después su hijo Ascanio fundaría en ese lugar una gran ciudad.

Para que no creyera que se trataba de un sueño vano, como testimonio de su encuentro, le indicó que al despertar se encontraría con una cerda blanca amamantando 30 cerditos, símbolo de los 30 años señalados. Todo lo que le predijo el maestro elemental del río se cumplió asombrosamente.

En este relato se combina armoniosamente la magia de los sueños y la belleza del alma de la naturaleza, mostrándonos que realmente hace falta que volvamos al seno de la naturaleza, porque nuestra Madre Natura puede darnos todo lo que nos hace falta.

El sueño de la fundación de México

Piedra del Templo (Teocalli) aludiendo a la fundación de México. Museo Nacional de Antropología. México.

Piedra del Templo (Teocalli) aludiendo a la fundación de México. Museo Nacional de Antropología. México.

Entre los mexicas, uno de los maestros asociados al sol, fue llamado “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli). Él les ofrece una tierra prometida y, haciendo un éxodo semejante al de Moisés, buscan durante mucho tiempo el lugar donde se fundaría México, pasan por muchas penurias y, por fin, después de mucho tiempo, llegan a un lugar donde están los símbolos que él había predicho que se encontrarían: un sauce blanco, ranas de color esmeralda y peces blancos.

Estaban muy contentos con ese acontecimiento, sin embargo, no era todo, ya que, durante la noche, a través de un simbólico sueño, se le presenta “Colibrí Zurdo” (Huitzilopochtli) a uno de los sacerdotes llamado “Serpiente-Águila” (Cuauhcoatl), diciéndole que al día siguiente debían buscar en unas piedras un nopal y un águila se encontraría devorando a una serpiente sobre él.

El gran sacerdote reunió a todo el pueblo y les comunicó lo que había soñado, entonces salieron todos a buscar las señales prometidas y, efectivamente, las encontraron en un islote dentro de un lago y en ese lugar se fundó México, con el significativo nombre de "Lugar del Tenochtli, nopal de tuna dura" (Tenochtitlán). No está demás comentar que, por todos estos motivos descritos, la palabra México se traduce como: "La ciudad que está en medio del lago de la luna".

Todo esto encierra un gran simbolismo, ya que la serpiente es la sabiduría, el águila es el Espíritu Santo, el nopal la voluntad y la piedra las fuerzas sexuales transmutadas; todo esto en medio de las aguas puras de la vida.

Sueño de Calpurnia esposa de Julio Cesar

Cesar and Calpurnia, (F Canal antes del 1767).

Cesar and Calpurnia, (F Canal antes del 1767).

A través de la historia encontramos sueños muy importantes que han marcado el destino de grandes mujeres y varones ilustres, no está de más recordar el sueño que tuviera Calpurnia y que anunciara la muerte de su esposo, el general y político romano Julio Cesar, en manos de Bruto.

Una de las existencias del maestro Samael Aun Weor, fue precisamente la de Julio Cesar, en donde a pesar de sus errores cometidos, que obviamente generaron un karma que después tuvo que pagar, cumplió con la misión de establecer el escenario de la Cuarta sub-raza de esta actual Quinta Raza en la que estamos.

El mismo maestro Samael Aun Weor nos narra el error que cometió como Julio Cesar al no escuchar las sugerencias de su entonces esposa Calpurnia, la que bien intuía acerca de ese sueño que tuvo una noche antes de su asesinato en esa existencia pasada.

Cuando salí de las Galias rogué a mi bella esposa Calpurnia que al regreso enviase a mi encuentro a nuestros dos hijos. Bruto se moría de envidia recordando mi entrada triunfal en la ciudad eterna; empero parecía olvidar adrede mis espantosos sufrimientos en los campos de batalla.

El derecho de gobernar aquel imperio ciertamente no me fue dado regalado; bien saben los divinos y los humanos lo mucho que sufrí. Bien hubiera podido salvarme de la pérfida conjura, si hubiese sabido escuchar al viejo astrólogo que visitaba mi mansión.

Desafortunadamente el demonio de los celos torturaba mi corazón; aquel anciano era muy amigo de Calpurnia y esto no me gustaba mucho...

En la mañana de aquel día trágico, al levantarme del lecho nupcial con la cabeza coronada de laureles, Calpurnia me contó su sueño; había visto en visión de noche una estrella cayendo de los cielos a la Tierra y me advirtió rogándome que no fuera al Senado... Inútiles fueron las súplicas de mi esposa.

-“Hoy iré al Senado”, respondí en forma imperativa...

-“Acuérdese que hoy una familia amiga nos tiene invitados a una comida en las afueras de Roma; usted aceptó la invitación”, replicó Calpurnia...

-“No puedo asistir a esa comida”, objeté.

“¿Vais entonces a dejar a esa familia aguardando?”

-“Tengo que ir al Senado”...

Horas más tarde en compañía de un auriga marchaba en un carro de guerra rumbo al Capitolio del águila romana...

Bien pronto llegué allí entre los vítores tremendos de las enardecidas multitudes...

“¡Salve César! me gritaban”...

Algunos notables de la ciudad me rodearon en el atrio del Capitolio; respondí preguntas, aclaré algunos puntos, etc.

De pronto, en forma inusitada, aparece ante mí el anciano astrólogo, aquel que antes me había advertido sobre los tistilos de marzo y los terribles peligros; me entrega con sigilo un pedazo de pergamino en el cual están anotados los nombres de los conjurados...

El pobre viejo quiso salvarme, mas todo fue inútil, no le hice caso; además me encontraba muy ocupado atendiendo a tantos ilustres romanos...

Después, sintiéndome invencible e invulnerable, con esa actitud cesárea que me caracterizaba, avancé rumbo al Senado por entre las columnas olímpicas del Capitolio. Mas, ¡¡hay de mí! los conjurados tras esas heroicas columnas me acechaban; el acerado filo del puñal asesino desgarró mis espaldas...

Acostumbrado a tantas batallas, instintivamente traté de empuñar mi espada, más siento que me desmayo; veo a Bruto y exclamo: “¿tú también, hijo mío?” Luego... la terrible Parca se lleva mi alma... (Misterio del Áureo Florecer. Samael Aun Weor).

Los mensajes que se encuentran en los sueños no se deben subestimar como lo hizo Julio Cesar, vale la pena aprender a extraer su enseñanza, tal como lo hicieron el patriarca José y el profeta Daniel; esto es posible y el método para hacerlo lo estudiaremos, de forma detallada, en el próximo capítulo.