Recta comprensión

. Imagen: Tara, una mujer bodhisattva de la tradición Mahayana

¿Qué es la Recta Comprensión?

Es el conocimiento sobre las cuatro grandes verdades que enseñó el Buda,  y aunque podríamos escribir volúmenes sobre cada una, nos limitamos a compartir con usted, amigo lector, una breve síntesis de la enseñanza para que  pueda indagar, inquirir, analizar, reflexionar y experimentar por sí mismo.

Todo lo que existe y se manifiesta depende de la existencia y manifestación de cadenas de causas y efectos que son imperceptibles por nuestra mente,  por consiguiente, cualquier alegría o tristeza, estado de éxtasis o preocupación, hambre o satisfacción, tranquilidad o desasosiego, es el efecto de una cadena de causas que vienen a crear un efecto de acuerdo al Nivel de SER de cada cual. Hoy nos elogian y mañana nos calumnian, y ninguno de tales eventos surge al azar. Simplemente, lo que el hombre reconoce como “el azar” es el resultado de una Ley Superior que aún no ha sido comprendida.

Entre el sufrimiento mismo existen tres tipos; Todos en algún momento experimentamos el sufrimiento del sufrimiento. Este es el resultado de cuando nos damos un golpe, sufrimos un accidente, o la pérdida de un ser querido. El sufrimiento del sufrimiento se manifiesta de forma física, emocional y mental.

Pero también experimentamos el sufrimiento que nos llega debido a cambios y al estado transitorio de todas las cosas. Por ejemplo cuando perdemos un trabajo, o nos mudamos de domicilio, o nos sentimos rechazados, o simplemente cuando tenemos sed, o sentimos hambre. Aunque estas condiciones son temporales, su efecto transitorio nos causa sufrimiento y aunque somos capaces de escaparnos de ese sufrimiento, nuestro éxito es fecundo solamente hasta el momento en el que aquella condición transitoria – como el hambre – vuelva a surgir.

Por último, también sufrimos por el sufrimiento que nos llega a través de nuestro condicionamiento. Cada uno de nosotros considera que es independiente e individual, que somos capaces de hacer y originar acción, y que aunque ‘tenemos defectos’ en realidad “los problemas se encuentran fuera de nosotros”.

El budismo nos señala que existen cuatro grandes sufrimientos en el ser humano y son: el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte, acontecimientos que  sucederán una y otra vez, mientras estemos inmersos en la rueda del Samsara.

Para continuar con éxito en este sendero, el primer paso sería reconocer el sufrimiento y las causas que lo originan, (apegos, miedos, egoísmo, deseo,  ignorancia, entre muchas otras).

Después de este inicio llevaremos cada uno de los defectos descubiertos a un análisis crítico sobre sí mismo a través de la reflexión durante  la meditación y posteriormente, rogaremos su desintegración a nuestra Divina Madre Interior, llamémosla María, Marah, Isis, Insoberta, Cibeles, o Kundalini. Para nuestra dicha, la observación y comprensión de cualquier defecto nos permite invocarla y pedirle con amor infinito que elimine tal o cual defecto y ella así lo hará.

Eliminar el sufrimiento y las causas que los provocan, nos trae como consecuencia la liberación del Samsara y obtener así el ansiado Nirvana, un estado de dicha y felicidad.

Poner fin al sufrimiento es un trabajo arduo, todo aspirante a estudiante de gnosis debe ser capaz de practicar, con consistencia y disciplina, un esfuerzo por percibir los fenómenos tal y como son haciendo uso de la Recta Comprensión.

Percibir en Recta Comprensión significa que al momento de sentirnos aludidos por las palabras de aquél que insulta, antes de reaccionar con juicio y crítica, debemos comprender que tal experiencia “no es ESO” que creemos, sino que es ilusión  (MAYA), que es transitoria, y que estamos presenciando un reflejo de sí mismos, pues aquellos defectos que tan fácilmente vemos en otros no son otra cosa que un reflejo de los defectos que nos quedan muy sobrados. El único obstáculo a esta comprensión lo son la auto-estima, la auto-consideración y el amor propio que tienen sus raíces en el Orgullo.

Recta Comprensión implica que cuando la vida nos da de golpes y se nos quita aquello a lo que le tenemos tanto apego, que en realidad hay una cadena de causas –de las que nuestras acciones han sido parte en esta vida y vidas anteriores– que han materializado un efecto en la forma de tal o cual drama, o de tal o cual tragedia. El mayor obstáculo para comprender esta verdad se encuentra más allá de los dogmas, en la codicia cuya raíz radica en el deseo.

La recta comprensión nos enseña que mientras sigamos buscando satisfacer la gratificación instantánea del deseo y sigamos viviendo en la ignorancia, seguiremos experimentando el sufrimiento por nuestro propio condicionamiento; y el mismo aspecto temporal y transitorio de las cosas, nos continuará creando sufrimiento por virtud de los cambios mismos.

El fin del sufrimiento llega sólo cuando hemos sido capaces de eliminar de sí mismos esta segunda naturaleza poblada de miedos, odios, críticas, amor propio, auto-estima, venganza, rencor, pasiones animales, envidias, ambiciones y deseos sin límites. Aunque resulte difícil creerlo, son muchos los que sufren porque desean alcanzar la santidad, muchos los que sufren porque ambicionan “progresar en la vida” y muchos los que ambicionan ser grandes maestros.

Recta Comprensión: El conocimiento del camino y la práctica que nos llevan al cesar del sufrimiento.

La eliminación de nuestros defectos requiere del descenso voluntario a las partes más oscuras de nuestra psiquis y requiere de valor para confrontar aquellos defectos descubiertos que hoy juramentamos no tener. Como cada defecto descubierto debe ser eliminado, nuestra Divina Madre nos da la oportunidad del trabajo íntimo a diferentes niveles de intensidad, pero para eso hay que cumplir con ciertos requisitos.

Ante todo debemos realizar un cambio radical en sí mismos y resulta necesario salvaguardar nuestra fuerza creadora dejando de dar nuestro oído a la crítica, retirando nuestra lengua de la injuria y la calumnia, y haciendo un esfuerzo porque todos nuestros pensamientos tengan su fundamento en la amabilidad. Vernos tal cual somos resulta verdaderamente difícil, pero esa es la clave para entrar en el camino de la liberación final. Es indispensable el sincerarnos consigo mismos.

Según se cumple con estos requisitos, combinados con  la sabia transmutación de la energía creadora y la ayuda consciente y desinteresada a los demás, será posible adquirir la auténtica felicidad y la paz en nuestros corazones.

Que todos los seres sean felices. Que todos los seres sean dichosos. Que todos los seres sean en Paz.

Enviado por: Ricardo Santana Laracuente instructor gnóstico de Phoenix, Arizona, E.U. Imagen: Tara, una mujer bodhisattva de la tradición Mahayana

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