Cuarta petición.
Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo.

Obra de Mariotto Albertinelli, Florencia, Italia 1474-1515 cuadro para altar del renacimiento italiano

Hágase tu voluntad y no la mía: En nuestro cuerpo (La Tierra) y en nuestra mente (El Cielo) los cuales deben estar al servicio del Padre, Él es nuestro guía, es el que nos da las órdenes, que se deben obedecer sin regateos por nuestro propio bien.

En realidad de verdad, fino lector, la gente no hacemos la voluntad del Padre; poseemos dentro de nosotros miles de voluntades, tantas, según el número de yoes, egos o errores internos tengamos.

Siempre hacemos nuestra voluntad, lo que nuestros yoes creen que está bien. Esta forma de ser, este egoísmo brutal, abominable y cruel, ha llenado al Mundo de sufrimiento y miseria. En asuntos como la sexualidad, (no comprendemos que Dios nos está dando la oportunidad de ser como él al darnos el poder de crear), nos unimos por deporte, por placer animal, sin una responsabilidad puesta en el hecho, sin pensar siquiera que de esa unión puede surgir un nuevo ser humano, que desde ese mismo instante tiene derechos que deben ser respetados por todos.

Es así como hemos sobrepoblado el Planeta, hemos llenado al Mundo de embarazos no deseados, abortos (50 millones por año a nivel Mundial), muerte de mujeres, hijos no deseados, niños de la calle, violencia intrafamiliar, jóvenes ni-ni que con el paso del tiempo y ante la falta de oportunidades (pues la demanda ha superado la oferta) se han convertido en drogadictos, alcohólicos y en muchos casos en la carne de cañón del crimen organizado; de grupos de choque, (en partidos políticos que los utilizan) y los antros, donde se enrolan y frecuentan para sentirse aceptados y de paso como en el primero y segundo caso obtener algún dinero.

Hoy por hoy, la inclinación hacia lo prohibido, ha eclipsado los valores eternos y las sanas costumbres. El Amor entre padres e hijos ha disminuido en gran manera, el Pudor cada vez pierde más terreno ante el exhibicionismo; debido a nuestro excesos, destruimos los ecosistemas y el equilibrio ambiental, nos hemos convertido en adoradores del dios materia, sin control alguno, todo nos echamos encima. Como seres humanos somos demasiado pobres internamente y por eso necesitamos de los vicios, la promiscuidad sexual y las cosas materiales, para nuestra sensación y satisfacción personal. Cuando alguien es pobre internamente busca externamente dinero, placeres y cosas para completarse y busca satisfacción, muchas veces mintiendo traicionando y haciendo sufrir a los demás.

El mandato del Padre es hacer todo el bien posible, amar la libertad por sobre todas la cosas y aunque fuese por un trono nunca traicionar la verdad. El mismo Jesús, el Cristo, en su doloroso camino al Monte de las Calaveras dijo: “Padre mío, si es posible pasa de mi este cáliz (sufrimiento) más no se haga mi voluntad sino la tuya” Hacer la voluntad del Padre se cristianiza en tener un recto sentir, un recto pensar, un recto actuar y una recta forma de ganarse la vida.

Cuántas veces para conseguir una sensación de bienestar, dañamos a los demás; con nuestros pensamientos nos estamos tragando vivos a nuestros semejantes; con nuestras acciones nos estamos acortando la vida y acortándosela a nuestros padres, hijos y esposa; con nuestra forma de ganarnos la vida, estamos embriagando, drogando y volviendo adúlteros a los demás.

Si todo esto lo meditamos profundamente, comprenderemos que hacer la Voluntad del Padre, en nuestro cuerpo como en nuestra mente, se traduce en un enorme beneficio para la sociedad, para la naturaleza, para el medio ambiente y para sí mismos.

Hay que meditar profundamente en el Padre, decirle que estamos incondicionalmente a sus órdenes, que nos diga lo que hay que hacer, él sabe exactamente lo que es bueno para nosotros y lo que no. Hay que consultarlo siempre para cualquier proyecto que iniciemos, sea de negocios, en los aspectos del Amor, en los asuntos de familia, de trabajo, etc., etc. Él nos dice si podemos seguir adelante o esperar. Él nunca se equivoca.

Moisés era un iniciado egipcio que liberó el poder de la voluntad consciente y con ello realizó grandes prodigios como está escrito en la Biblia, la Esencia es voluntad-consciencia, lamentablemente encerrada en el ego y cuando la voluntad se libera, se fusiona con la voluntad universal y es cuando realiza los prodigios como los que realizó Moisés.

Quien posee voluntad libre puede originar nuevas circunstancias; quien tiene su voluntad embotellada entre el yo pluralizado, es víctima de las circunstancias. La voluntad es un poder, es una fuerza es un impulso de nuestro Padre, empero debemos desintegrar esos defectos psicológicos dentro de los cuales se haya enfrascada la voluntad.

El Libro del Consejo, en Proverbios capítulo 14, versículos 15 y 16 dice:

El simple todo lo cree; mas el avisado mira bien sus pasos.

El sabio teme y se aparta del mal; mas el insensato se muestra insolente y confiado.

Enviado por: Instructor: José Isabel Mauricio Vargas. Rincón de Romos, Ags. Y Loreto, Zac..

Imagen: Obra de Mariotto Albertinelli, Florencia, Italia 1474-1515 cuadro para altar del renacimiento italiano

"La Voluntad debe humillarse ante la majestad del Padre" Voluntad Cristo Samael Aun Weor.


Puedes ahondar más en el libro gnóstico: El Padre Nuestro, una oración mágica.

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