Reflexiones

Sobre las Enfermedades

Elemental

Expliquemos de un modo absolutamente popular lo que es enfermedad y las causas que pueden producirla. La salud, sabemos es, en términos generales, el funcionamiento regular de todas y cada una de las partes de que se compone nuestro cuerpo. La Naturaleza nos ha dotado de órganos propios para la asimilación de los alimentos tanto sólidos, líquidos, como gaseosos. Por consiguiente, todos aquellos sabios que han comparado el cuerpo humano con un laboratorio químico, han dicho una de las grandes verdades que pueden comprender todas las inteligencias.

Ahora bien, cuando por una causa cualquiera como por ejemplo, temperatura o alimentación inapropiadas, se hace funcionar cualquiera de las partes del cuerpo con un trabajo anormal, el esfuerzo que este órgano tiene que producir para llevar adelante una tarea inusitada se traduce en cansancio, dolor u otro trastorno, que rompe la regularidad de sus actos fisiológicos acostumbrados, y esto es lo que se llama enfermedad.

En términos generales, claro es que cuando las escorias de los alimentos no se han expelido, después de haber asimilado el cuerpo lo que necesita para su vida regular, producen trastornos interiores y azolves en las vías de deshecho naturales, lo que inconcusamente, tiene que producir enfermedades.

Hace algún tiempo murió un sabio médico francés que había escrito muchas obras de medicina: al abrir su testamento para ver a quien dejaba sus manuscritos y los derechos editoriales, que podían producir grandes sumas. Se encontró la siguiente cláusula: "Quemad; de todo lo que he escrito, conservad sólo la tapa de una de mis obras y haced imprimir lo que he anotado al reversa de ella. Ávido de ver lo que allí se encontrara, se buscó la tapa y he aquí lo que decía:

''Conservad la cabeza fresca, el vientre libre, los pies calientes y huid de los medicamentos".

!Tableau¡ se dijeron los herederos; pero esta sentencia es muy sabia: el primer concepto se consigue por medio de las respiraciones ya señaladas; el segundo, se cumple procurando evitar a toda costa los azolves, o sea la aglomeración o escorias, que dejan en nuestro cuerpo la asimilación y combustión. Para expelerles hay cuatro grandes conductos de desahogo que tiene nuestro cuerpo o sean: riñones y piel para los líquidos, intestinos para los sólidos, y boca para los gaseosos.

En la mayor parte de las enfermedades se reduce esto sencillamente a ayudarles a que funcionen.

Muchos que me escuchan esperarían algo más elevado, más científico, pues lo siento; si esto no es científico, sí es verdadero. Procurad seguirlo, los enfermos y obtendréis salud.

En todas partes del mundo se ha encargado para cuidar de nuestra salud a los médicos, los cuales están divididos en distintas escuelas que se combaten entre sí, y como resultado natural el apasionamiento conduce a los extremos, aceptando cada uno solamente las propias simpatías y combatiendo todo aquello que no esté de acuerdo con estas simpatías. Como no debemos confundir en general las personas con la idea, no debemos confundir los médicos con la medicina. Yo sostengo: "el médico nace, no se hace".

La medicina debe ser un sacerdocio y no un negocio; además, ella debe ser menos docta y más popular; que cada enfermo pueda conocer y juzgar cualquiera enfermedad y dirigir sólo la curación por el medio que crea más lógico. Es decir, señores, que debemos preparar a las personas para que cada uno sea un samaritano.

El estudio práctico de la medicina debe formar parte de la educación, a fin de quitarle ese aire misterioso y oculto que la hace de la exclusiva propiedad de una clase privilegiada comparable con una casta sacerdotal.

Toda práctica que no esté fundada sobre ideas accesibles al público, me parece enteramente irracional.

Es, pues, cosa necesaria que se propague, que se analice y se discuta todo cuanto hay de nuevo en el arte de curar y sobre todo, los principios higiénicos, poniéndolos al alcance de las masas populares; que se invite a todo el mundo al estudio atento de la Naturaleza; que se escuche su lenguaje, a veces tan sencillo, otras veces velado; que se acepte a esa fuente como la más idónea y rica de información, y también, hasta donde sea posible, se supriman en la educación médica popular los términos latino-griegos toda vez que hay expresiones castellanas que los pueden traducir.

Arnold Krumm-Heller – Conferencias esotéricas

La mejor medicina es un ánimo gozoso. Salomón

Advertencia Médica

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