Cuentos y leyendas

El águila

Pajaro

“Un águila, cierto día, mirando hacia abajo desde su altísimo nido, vio un búho.

—¡Qué gracioso animal!—dijo para sí—. Ciertamente no debe ser un pájaro.

Picada por la curiosidad, abrió sus grandes alas y describiendo un amplio círculo comenzó a descender.

Cuando estuvo cerca del búho le preguntó:

—¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?

—Soy el búho—contestó temblando el pobre pájaro, tratando de esconderse detrás de una rama.

—¡Ja! ¡ja! ¡Qué ridículo eres!—rió el águila dando vueltas alrededor del árbol—.

Eres todo ojos y plumas.

Vamos a ver—siguió, posándose sobre la rama—, veamos de cerca cómo estás hecho.

Déjame oír mejor tu voz. Si es tan bella como tu cara, habrá que taparse las orejas.

El águila, mientras tanto, ayudándose con las alas, trataba de abrirse camino entre las ramas para acercarse al búho.

Pero entre las ramas del árbol un campesino habría dispuesto unas varas enligadas y esparcido abundante liga en las ramas más gruesas.

El águila se encontró de improviso con las alas pegadas al árbol y cuando más forcejeaba por librarse, más se le pegaban todas sus plumas.

El búho dijo:

—Águila, dentro de poco vendrá el campesino, te agarrará y te encerrará en una jaula. O puede que te mate para vengar los corderos que tú le has comido. Tú que vives siempre en el cielo, libre de peligros, ¿qué necesidad tenías de bajar tanto para reírte de mí?”

Leonardo Da Vinci.

Duendes

elementales PajarosHace dos años en una reunión en que se relataban casos raros, una de las personas que trabajaban en una compañía de artículos eléctricos, nos contaba que en Escocia había muchos duendes y que a él, en lo particular, le sorprendió mucho el siguiente caso:

Un amigo íntimo de él les narraba que se había hecho amigo de un duende y que platicaba largas horas con él, relatándole que al duende le gustaba mucho comer ciertas cerezas agridulces que había en muy escasos lugares del bosque.

Como no le creían, pensó hacerles una demostración física, para lo cual le propuso al duende llevarlo al lugar a donde se encontraban las cerezas que tanto le gustaban; pero como no podían caminar al parejo, le indicó se metiera en una bolsa de manta para poder transportarlo.

Una vez que el duende estuvo dentro de la bolsa, el escocés corrió a casa de su amigo dando de gritos para demostrarle que era amigo del duende y que lo llevaba consigo en la bolsa de manta.

Pero grande fue su sorpresa al abrirla y ver que estaba vacía; salió desconsolado y avergonzado de la casa, caminando rumbo al lugar adonde se encontraban las cerezas agridulces que tanto gustaban al duende.

Por el camino se dio cuenta que algo se movía dentro de la bolsa de manta que todavía traía en la mano. Al llegar al lugar donde se encontraban las cerezas, salto de la bolsa un conejito blanco que fue a devorarse las cerezas transformándose después en el duende; al verlo el escocés le recriminó diciéndole:

¿Por qué me hiciste esa mala jugada? No ves que quedé por tu culpa en ridículo con mis amigos? Contestándole el duende que no se prestaba a esa clase de demostraciones y que si quería seguir siendo buen amigo de él, le prometiera no volverlo a utilizar para convencer a sus amigos de la amistad que les unía.

¿ES POSIBLE QUE LOS DUENDES DESAPAREZCAN Y APAREZCAN CAMBIANDO DE FORMA?

R- Con el mayor gusto responderé a su pregunta; se nos ha dicho que tales duendes asumen formas masculinas muy hermosas con rubios cabellos y sonrosado cutis; algunos hasta afirman que se enamoran de las mujeres jóvenes en los bosques, y que suelen darles deliciosas serenatas. Viejas tradiciones, afirman que sólo con una competencia de orquestas haciendo resonar deliciosa música pueden ser alejados.

Su relato es muy interesante; ya ve usted cómo alguien puede hacerse amigo de un duende; desafortunadamente, tal persona cometió el error de querer hacer demostraciones con su amigo invisible; es obvio que los duendes son enemigos de los exhibicionismos; cuando ofrecen su amistad, lo hacen sinceramente; desgraciadamente las gentes tienen la tendencia exhibicionista y eso es muy grave.

¿Qué hubiera tomado aquella criatura la forma de un conejito? Eso no es nada raro. ¿Qué hubiera devorado las cerezas? No se extrañe usted de eso, ellos comen distintas substancias, principios y frutos de la naturaleza; son criaturas que existen, que tienen vida, viven normalmente en la Cuarta Dimensión, pero en algunos parajes solitarios de los bosques pueden hacerse visibles y tangibles para el hombre de carne y hueso, cuando así lo desean; las gentes vanas del mundo ya no aceptan nada de esto porque están demasiado sumidas en la barbarie, han degenerado sus sentidos psíquicos y se hayan demasiado materializados.

Nosotros los gnósticos pensamos en forma diferente; tenemos ejercicios y sistemas para desarrollar las facultades psíquicas y, mediante ciertos procedimientos, hasta nos damos el lujo de ponernos en contacto no solamente con los duendes, sino también con los Devas y elementales de esta gran creación.

Samael Aun Weor. Mirando al Misterio

"Es necesario tener un cuerpo sano, una mente sana y un corazón sencillo” Samael Aun Weor

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