Tipos de Karma

Itzamaná

La doctrina gnóstica develada por el V. M. Samael Aun Weor ha resuelto grandes incógnitas que todo ser humano en algún momento de su vida se ha cuestionado, especialmente respecto al tema de la ley de causa y efecto.

Sabemos ahora que la ley del karma no es mecánica, sino consciente y que está dirigida por seres de perfección, quienes procuran el equilibrio de la balanza cósmica.

 A través de sus develaciones, el Maestro Samael nos ha iluminado sobre los diferentes tipos de karma que existen. Por ejemplo el karma puede ser individual o humano porque afecta particularmente a cada quien y se refleja en la salud, el bienestar y los valores en los centros intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual. El karma puede abarcar a la familia porque nacemos con quienes nos relacionamos muy cercanamente ya sea en forma positiva o negativa y a través de los familiares recibimos karma o darma.

Existe el karma matrimonial, cuando la unión está inmersa en dolor, miseria, hambre y desgracia, aunque también hay matrimonio dármico, que se reconoce por tener dicha, amor, y progreso económico y además hay matrimonios cósmicos, los cuales son menos porque se dan entre las almas selectas, puras, santas y traen como es natural, felicidad inagotable.

Otro tipo de karma es el karmasaya. Este karma se crea por las marcas astrales que se originan durante el acto sexual y que al momento de desencarnar se transfieren al siguiente cuerpo físico. Tales marcas nos relacionan con aquellas gentes y sangre asociadas con el coito metafísico. Los yoguis del Indostán han hecho sobre este asunto detenidos estudios, según los cuales, los descendientes a través del tiempo y la distancia se convierten en ascendientes.

En relación con la comunidad y la sociedad, en existencias anteriores hemos tenido amigos y enemigos y al retornar nos volvemos a reencontrar con esas amistades y esos adversarios y entonces todo se repite tal como sucedió. Quienes fueron misántropos, apartados de la sociedad, al retornar pocos simpatizan con ellos; mientras que quienes supieron cumplir con sus deberes con la sociedad y hasta trabajaron a favor de sus semejantes, retornan a este mundo rodeados de amistades.

 También existe el karma de las naciones y del mundo. El karma mundial se halla condensado en muchos versículos bíblicos y del Korán, así como en multitud de libros sagrados del oriente, del occidente y del mundo. El mal de nuestro planeta es tan grande que ya llegó al cielo y ésta civilización será por lo tanto destruida a través de terremotos que se han desencadenado en todas las regiones de la Tierra, habrá guerras atómicas, hambre y pestilencias y morirán los seres humanos por millones. El abuso de la energía nuclear será muy grave; día llegará en que vendrá la descomposición del átomo en cadena y entonces se intensificarán los sismos y maremotos. Olas gigantescas azotarán las playas y un mundo que viene viajando a través del espacio chocará magnéticamente con nuestro planeta sellando así el Apocalipsis de San Juan.

Además del karma común y corriente, existe la ley de la Katancia, el Karma superior, que es cuando los dioses y los grandes iniciados tienen que ser juzgados para ajustar cuentas con los tribunales superiores de la justicia celestial. Cuando se tiene capital cósmico, se paga y todo resulta maravilloso.

Es necesario comprender que independientemente de los tipos de karma que existen, todo individuo debe pagar impuesto a los señores de la ley. Todo tiene un precio y el derecho a tener cuerpo físico y a vivir en este mundo hay que pagarlo, los maestros, adeptos y seres de conciencia despierta pagan con buenas obras.

El karma es considerado una medicina que se necesita para nuestro propio bien y es aplicado en su justa medida y proporción; desafortunadamente la ignorancia hace que las personas blasfemen y protesten en contra de la ley, incrementando con ello el dolor. Sin embargo, al conocer el modus operandi de la ley, es posible no solamente pagar o cancelar karma, sino también dejar de crearlo, sin olvidar que: “La ignorancia de la Ley no excluye su cumplimiento”.

 El karma puede ser perdonado. El karma puede ser negociado. El karma es negociable debido a que las dos columnas torales de la ley son la justicia y la misericordia. La justicia sin misericordia es tiranía y la misericordia sin justicia, tolerancia. Si el Némesis de la vida no fuera negociable, la misericordia divina sería inconcebible.

No obstante, existe un tipo de karma que no es negociable: el karmaduro, término en sánscrito que indica el karma que no puede ser negociado ni perdonado. En la Biblia se menciona que “Todos los pecados serán perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo”. (El adulterio, el mal uso del sexo y cualquier delito sexual es pecado contra el Espíritu Santo). Además de que, cuando el karma se encuentra ya totalmente desarrollado y desenvuelto, tiene que llegar hasta el fin inevitablemente. El karmaduro también son deudas tan graves que no pueden ser canjeadas y su final siempre es catastrófico.

Para el karma negociable existen los siguientes postulados:

* Al león de la ley se le combate con la balanza"

* Quien tiene capital con qué pagar, paga y sale bien en los negocios"; "quien no tiene con qué pagar, debe pagar con dolor".

* Haz buenas obras para que pagues tus deudas".

* Cuando una ley inferior es trascendida por una ley superior, la ley superior lava a la ley inferior.

 Así el karma negociable puede pagarse de las siguientes formas:

1. Con capital cósmico obtenido mediante buenas obras.

Hacer buenas obras para pagar las deudas es hacer el bien.

Si el platillo de la balanza se inclina en nuestra contra, entonces debe combatirse poniendo más peso en el platillo de las buenas acciones y entonces la balanza se inclinará a nuestro favor, así se elimina karma.

En el tribunal de la justicia cósmica, las buenas acciones están representadas por raras monedas que los maestros acumulan en beneficio de los hombres y mujeres que las ejecutan. El recto pensar, recto sentir y recto actuar son el mejor de los negocios. Tal como lo explica el maestro Samael: Muchas personas que sufren sólo se acuerdan de sus amarguras, deseando remediarlas, más no se acuerdan de los sufrimientos ajenos, ni remotamente piensan en remediar las necesidades del prójimo. Este estado egoísta de su existencia no sirve para nada; así lo único que consiguen realmente es agravar sus sufrimientos.

Si tales personas pensaran en los demás, en servir a sus semejantes, en dar de comer al hambriento, en dar de beber al sediento, en vestir al desnudo, en enseñar al que no sabe, etc., es claro que pondrían buenas acciones en el platillo de la balanza cósmica para inclinarla a su favor; así alterarían su destino y vendría la suerte a su favor. Es decir, quedarían remediadas todas sus necesidades, más la gente es demasiado egoísta y por eso es que sufren, nadie se acuerda de Dios ni de sus semejantes, sino cuando están en la desesperación y esto es algo que todo el mundo ha podido comprobar por sí mismo, así es la humanidad. Desgraciadamente, ese ego que llevamos dentro, hace todo lo contrario de lo que aquí se dice; por tal motivo es urgente, inaplazable, impostergable, reducir al mí mismo a polvareda cósmica.

2. Con dolor si no cuenta con el capital cósmico.

Existen los sufrimientos voluntarios y los involuntarios. Los primeros se procesan en aquellos que siguen el sendero directo, el camino solar; los segundos son resultado de nuestro propio karma. Es obvio que cuando el hijo anda mal, el padre interior está ausente y la consecuencia es el dolor.

3. Mediante un crédito solicitado a los maestros de la ley, el cual debe ser cancelado con buenas obras o con supremo dolor.

La ley del karma no es una ley ciega, también se pueden solicitar créditos a los maestros del karma. Para esto es necesario hacerse consciente de nuestro propio karma a través del estado de alerta novedad, (vivir el momento, el aquí y el ahora) ya que en cada acontecimiento de la vida existe una causa que lo motivó, pero necesitamos hacernos conscientes de ella. Los créditos solicitados se pagan con trabajos desinteresados e inspirados en amor a los que sufren.

Negociar con los señores de la ley es posible a través de la meditación: Orar, meditar y concentrarse en Anubis, el regente más exaltado de la buena ley.

4. El karma puede ser perdonado por el Cristo y la Madre Divina.

Es bueno saber que cuando hemos eliminado radicalmente el ego, la posibilidad de delinquir queda aniquilada también, y en consecuencia el karma puede ser perdonado. Para el indigno todas las puertas están cerradas menos una: la del arrepentimiento, pedid y se os dará, golpead y se os abrirá.

Cristo en el hombre es el único que puede perdonar los pecados. El perdón solo lo obtiene el pecador cuando conscientemente hace consciencia del pecado cometido y el propósito inquebrantable de no volver a pecar. Por eso dice Salomón: "Con todo lo que obtengas, obtén comprensión". Y la Biblia señala "Dios no quiere que muera el pecador; Dios quiere que viva para que se arrepienta". De ahora en adelante, nuestra conducta debe ser muy cuidadosa para que cada pensamiento, palabra y obra sea inspirado en la verdad, la justicia y el amor y a través de ellos se exprese el Cristo íntimo. Para lograrlo es necesario practicar diariamente la meditación, pues el perdón sólo es posible a base de grandes arrepentimientos y profunda comprensión.

5. Una ley superior lava una ley inferior.

Todos los actos de los hombres están regidos por leyes, unas inferiores y otras superiores. En el amor se resumen todas las leyes superiores. Un acto de amor anula actos pretéritos inspirados en leyes inferiores. Por eso hablando de amor, dice el Maestro Pablo: "El amor es sufrido, bueno, no envidia, no se ensancha; no injuria, no busca lo suyo; no se irrita, no se huelga de la injusticia, más se huelga de la verdad; todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta".

Susana Margarita Rodríguez. Calmecac (Centro de Capacitación para Instructores de Gnosis).

Fotografía: Itzamaná (El Señor del cielo e inframundo. El Dios creador de los mayas). Zona Arqueológica de Toniná. Tomada por Jenaro Ismael Reyes Tovar

“Comprender íntegramente las bases y "modus operandi" de la ley del karma es indispensable para orientar el navío de nuestra vida en forma positiva y edificante" Samael Aun Weor

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