¿Por qué la mente es una cárcel muy dolorosa?

Ojo

Respuesta de los libros del V.M. Samael Aun Weor.

Hay escuelas que se dedican a fortalecer la mente. Dan cursos por correspondencia, enseñan a desarrollar la fuerza mental, etc. Todo eso es absurdo. No es fortificando los barrotes de la prisión donde estamos metidos, lo indicado, lo que necesitamos es destruir esos barrotes para conocer la verdadera libertad, que, como les he dicho, no es del tiempo. Mientras estemos en la cárcel del intelecto, no seremos capaces de experimentar la verdadera libertad.

La mente, en sí misma, es una cárcel muy dolorosa, nadie ha sido feliz con la mente, hasta la fecha. ¿Cuándo han conocido el primer hombre feliz con la mente?. La mente hace desdichadas a todas las criaturas, las hace infelices. Los momentos más dichosos que hemos tenido todos en la vida, han sido siempre en ausencia de la mente, ha sido un instante, sí, pero que ya no se nos podrá olvidar nunca; en tal segundo hemos sabido lo que es la felicidad, pero esto ha durado un sólo segundo. La mente no sabe qué cosa es felicidad, ¡ella es una cárcel!

Hay que aprender a dominar la mente, no la ajena, sino la propia, si es que queremos independizarnos de ella.

Se hace necesario, se hace indispensable aprender a mirar a la mente como algo que debemos dominar, como algo que, digamos, necesitamos amansar. Recordemos al Divino Maestro Jesús entrando a Jerusalén Celestial montado en su borrico en Domingo de Ramos; ese borrico es la mente que hay que someterla, debemos montar en él, no que él monte sobre nosotros. Desgraciadamente, la gente es víctima, el borrico monta sobre la gente, la pobre gente no sabe montar en el borrico. Es un borrico Dijéramos, demasiado torpe y hay que dominarlo si es que verdaderamente queremos montar en él.

Samael Aun Weor. Conferencia “La segunda joya del dragón amarillo”

Algunas respuestas de alumnos del ICQ Gnosis (tomadas al Azar)

Nombre: Cristina  Localidad: Corrientes Argentina

Respuesta: La mente es una cárcel ya que no nos deja expresarnos con libertad, actuamos por instintos, mecánicamente por miedo, es donde esta nuestros estados de la conciencia que nos impide triunfar, lograr proyectos y no nos deja ver la vida de otra manera de la que vemos en nuestro exterior así es nuestro interior y mientras no cambiemos lo interior seguiremos en esa cárcel de la mente, con miedo que nos lleva a imitar, tradiciones, costumbres, eso no está mal solo que debemos decidir por nosotros mismo si lo que remos hacer porque nos gusta y no por que otro lo hace, al miedo lo disfrazamos con la palabra respeto, responsabilidad. Al no tener una libre iniciativa, copiamos lo que otros hacen, no nos deja ver con claridad nuestra vocación interna y así fracasamos en la vida y no progresamos, no somos felices. Para eso hay que saber escuchar, cambiar internamente y seguir el carril de la meditación platicando con la mente. Hay que aprender a dominar nuestra mente y no la de los demás. Toda duda es un obstáculo para la meditación. Hay que analizar, descuartizar, reducir a polvo la duda, no combatiéndola, sino abriéndola, haciéndole una disección rigurosa, implacable. Sólo así vendremos a descubrir qué es lo que no había de importante en la duda, qué era lo que había de real en la duda y qué de irreal. Las dudas a veces sirven para aclarar conceptos. Cuando uno elimina una duda mediante el análisis riguroso, descubre alguna verdad; de tal verdad viene algo más profundo, más sapiencia, más sabiduría. La sabiduría se elabora sobre la base de la experimentación directa, sobre la experimentación propia, sobre la base de la meditación profunda. Hay veces que necesitamos platicar con la mente, porque muchas veces, cuando queremos que la mente esté quieta, cuando queremos que la mente esté en silencio, ella persiste en su necedad.

Nombre: Pedro Pastor Colpas Gutiérrez Localidad: Barranquilla - Colombia

Respuesta: La mente paso a ser la cárcel del dolor, en el preciso momento en que el ser humano dejo de ser habitante del corazón y paso a ser habitante de la mente, las emociones y los instintos. Estos centros quedaron invadidos por los diferentes agregados psicológicos, los cuales atraparon la conciencia, quedando esta embotellada o enjaulada en la cárcel del dolor. Solo nos liberamos de esa cárcel si regresamos a ese estado primigenio de gravitar en el corazón y practicamos el cristocentrismo como nos los enseña el V. M. Samael.

Nombre: María del Rocío Localidad: Madrid (España)

Respuesta: Hola, una de las respuestas posibles puede ser que la mente es una cárcel muy dolorosa por estar dominada casi siempre por el ego. Saludos.

Nombre: Edwin Rolando Letona Mejía Localidad: Ciudad de Guatemala C; A.

Respuesta: La mente es una cárcel dolorosa, porque es un tirano que maneja sin piedad al humano que tiene a su servicio, para tiranizarlo con toda clase de fieras que viven en el subconsciente, y del cual el hombre no tiene idea de su existencia; aunque es su fiel servidor. Lo importante es aprender a dominar la mente; y no la mente de los demás —que eso es magia negra—; sino la propia. Lo necesario es que durante la meditación platiquemos con la mente; cada uno de nosotros, con cada duda, hay que hacerle una disección y comprender esa duda, ya que si no estudiamos las dudas y solo las rechazamos, nunca, las vamos a eliminar. La sabiduría se adquiere sobre la base de la experimentación directa. Lo fundamental es despertar conciencia, y al hacerlo nos convertimos en hábiles médicos de la mente, le brindamos los medios de purificarla y la liberamos del dolor. La mente nació para obedecer; jamás para mandar, como lo hace con casi toda la humanidad, que camina y vive con la conciencia dormida.