Toniná.

Cultura Maya.

Ocosingo, Chiapas. México.

Toniná 73

El ritual de la decapitación

“Obviamente Stella Maris tiene el poder efectivo para desintegrar las aberraciones que en nuestro interior psicológico cargamos. La decapitación de Juan Bautista es algo que nos invita a la reflexión, no sería posible ningún cambio psicológico radical si antes no pasáramos por la decapitación.

Nuestro propio ser derivado, Tonantzín, Stella Maris como potencia eléctrica desconocida para la humanidad entera y que se halla latente en el fondo mismo de nuestra psiquis, ostensiblemente goza del poder que le permite decapitar a cualquier Yo antes de la desintegración final. Stella Maris es ese fuego filosofal que se encuentra latente en toda materia orgánica e inorgánica.

Los impulsos psicológicos pueden provocar la acción intensiva de tal fuego y entonces la decapitación se hace posible. Algunos Yoes suelen ser decapitados al comienzo del trabajo psicológico, otros en el medio y los últimos al final. Stella Maris como potencia ígnea sexual tiene conciencia plena del trabajo a realizar y realiza la decapitación en el momento oportuno, en el instante adecuado.

En tanto no se haya producido la desintegración de todas estas abominaciones psicológicas, de todas estas lascivias, de todas estas maldiciones, robo, envidia, adulterio secreto o manifiesto, ambición de dinero o de poderes psíquicos, etc., aun cuando nos creamos personas honorables, cumplidoras de la palabra, sinceras, corteses, caritativas, hermosas en el interior, etc., obviamente no pasaremos de ser más que sepulcros blanqueados, hermosos por fuera más por dentro llenos de asqueante podredumbre.”  (Samael Aun Weor. Psicología Revolucionaria Información completa de este tema Cap. 29)

----------

Información oficial del Museo de Toniná. El ritual que obsesionó a estos pueblos fue el de la decapitación de prisioneros de guerra. Existe evidencia de cientos de decapitaciones y esta práctica se realizó, incluso, en los artefactos escultóricos de piedra y barro, los que también eran “decapitados” ritualmente. Lo mismo se hizo con los templos y palacios al destruir techumbres y cresterías. Los cautivos fueron representados en el instante mismo de la ceremonia de decapitación, como icnografía viva del poder, con las cabezas desprendidas y llevadas de los pelos, en bultos rituales, encarnadas y descarnadas, como trofeo, medallón o hebilla. Toniná se convirtió en el reino de los prisioneros de Palenque, Bonampak, Anaité y Pomoná. La mayoría de los basamentos, nichos, bóvedas, muros y cresterías de los templos, palacios y altares de este lugar sagrado están decorados con escenas de cautivos. La estructura piramidal de Toniná era un cielo repleto de cabezas  de Ahaus. Ciclos de tiempo enterrados tras una sucesión calendárica de 13 números sagrados.

Museo de Toniná. Toniná se traduce como “La casa de piedra”, “El lugar donde se levantan esculturas en piedra en honor del tiempo”.

Fotografía: Jenaro Ismael Reyes Tovar (Dic. 2010)