Congreso Gnostico Internacional 2022

Imagenes y texto del libro: "La Sabiduría de Quetzalcóatl". Capítulo 9.

ZONA ARQUEOLÓGICA DE CHOLULA

“Agua que cae en el lugar de huida” (Cholula). México, Estado de Puebla.

Maqueta de la pirámide de Cholula. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Maqueta de la pirámide de Cholula. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Quetzalcóatl estuvo durante veinte años en la ciudad santuario de Cholula, donde encontramos una pirámide más grande (en volumen) que la de Keops en Egipto. Ésta tiene, aproximadamente, cuatro millones y medio de metros cúbicos, se le conoce como el “Cerro hecho a mano” (Tlachihualtépetl).

Tiene siete pirámides superpuestas para representarnos la ley que todo lo organiza o perfecciona: La Ley del Siete. Por eso tenemos siete razas en un planeta, siete cuerpos, siete dimensiones principales, siete notas musicales, siete planetas principales, etc.

Para nuestro asombro, nuevamente, se le une a Quetzalcóatl, símbolo del fuego sagrado, el elemento agua, ya que esta pirámide se dedicó al dios de las “Nueve Lluvias” (Chiconaquiahuitl).

Éste es el lugar donde los sacerdotes, de esta zona arqueológica de Cholula, lograban, en estado de éxtasis místico trascendental, entrar en un estado, llamado en esoterismo, de Jinas. En él se dirigían volando al Templo Mayor, en el centro de México. Tal aseveración, no sólo figura en las tradiciones orales, sino que existen algunos testimonios.

«Porque conviene jamás olvidar que el Padre Prado y Bernal Díaz del Castillo, entre ambos, se recreaban viendo a los sacerdotes de Anáhuac en estado de Jinas. Deliciosamente flotaban los anacoretas cuando se transportaban por los aires desde Cholula hasta el Templo Mayor; esto sucedía diariamente al ocultarse el sol.»

[Samael Aun Weor. “Doctrina Secreta de Anáhuac”]

Templo de Quetzalcóatl

Templo de Quetzalcóatl [Anales Cuauhtincahn]

Templo de Quetzalcóatl [Anales Cuauhtincahn]

Esta ciudad santuario tuvo un extraordinario templo dedicado a nuestro señor Quetzalcóatl. Si bien, hoy ya no podemos verlo, tenemos, como testimonio, unos anales donde viene dibujado en todo su esplendor.

Tenían un gran sentido de veneración y respeto hacia las cosas sagradas, sabían que Quetzalcóatl representaba su espíritu, el Cristo íntimo, el fuego sagrado que nos puede transformar.

Construir sitios como éste era toda una labor que permitía, a quienes asistían, ponerse en contacto con lo divinal.

Patio de los Altares

Se ha podido conservar tres altares-tronos extraordinarios, hechos de mármol, con volutas que no son más que la estilización del cuerpo de las serpientes emplumadas o Quetzalcóatl.

Altar 1. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Altar 1. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Se puede apreciar la base de los altares, símbolo de la Piedra Filosofal, el mismo Pedro (que significa roca) en el cual se ha edificar la Iglesia interior (Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Mateo 16:18).

Hay que cincelar la piedra bruta con el cincel de la inteligencia y el martillo de la voluntad, para darle forma cúbica perfecta.

Cuando uno es firme en el trabajo, con Pedro o la piedra, entonces podrán venir los vientos del razonamiento o las lluvias de las adversidades y no por eso será destruida, pues no la hemos levantado en las arenas de las teorías.

Base de altar-trono no. 2. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Base de altar-trono no. 2. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

En una de estas bases, de estos altares, encontramos dos serpientes dirigiéndose a uno y otro lado. Indudablemente, son el símbolo de Quetzalcóatl y del binario serpentino que también rodea el Calendario Azteca; símbolo del fuego positivo trascendente que nos puede transformar y del fuego negativo fatal del cual viene el ego.

Altar-trono 3. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Altar-trono 3. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Una de las estelas es muy interesante, ya que nos muestra el arcano doce del tarot: “El Apostolado”. Lo anterior, debido a que encontramos un rectángulo que nos recuerda el cuaternario inferior (físico, vital, astral y mental), con un triángulo superior, o triada a la que debemos unirnos, que sería el Ser con sus dos almas: la humana y la divina. En sánscrito se conoce como Atman (el Ser), Budhi (el alma divina) y Manas (el alma humana).

La estela la podemos apreciar con las volutas alrededor, estilización del cuerpo de la serpiente emplumada o Quetzalcóatl, dándonos a entender la importancia de utilizar el fuego sagrado para realizar esta unión entre lo terreno y lo divinal.

Es por ello que se habla en la biblia de 12000 salvados de cada una de las 12 tribus de Israel, es decir, de cada uno de los 12 signos del zodiaco y que logren ese ligamen entre lo humano y lo divino.

Mural de los Bebedores

Mural de los bebedores de pulque. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Mural de los bebedores de pulque. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Aquí podemos encontrar los famosos murales de los bebedores de pulque, bebida que se extrae del maguey (fique o cabuya) y que al fermentarse es embriagante. Los habitantes de Mesoamérica quisieron representar con esta bebida, para ellos sagrada, el mercurio de los alquimistas o energía sexual.

El maguey ha sido una planta especial en muchos pueblos y con justa razón, ya que es el cuerpo físico de criaturas elementales relacionadas con la influencia de Júpiter y, además, es capaz de auxiliar en la reconciliación con enemigos, fortalece los pensamientos positivos y ayuda a desintegrar los pensamientos negativos. En consecuencia, razón tenían los sabios del México antiguo al colocar una deidad, para el maguey, llamada: “Lo que rodea el maguey” (Mayáhuel). Indudablemente, fueron grandes conocedores de todos estos secretos espirituales que encierra esta planta.

Estos murales son importantísimos, pues nos indican que todo ser humano debe aprender a transmutar la energía creadora. En las escenas podemos encontrar cómo, a través de esta bebida sagrada (la energía creadora sabiamente transmutada), podían ponerse en contacto con la divinidad. Por otra parte, podemos observar que al embriagarse (hacer mal uso de ella, abusar de la sexualidad), nos degrada, nos hace involucionar.

Muy interesante es, precisamente, que con tal bebida, según el drama de Quetzalcóatl, se embriagara y, por tal motivo, fuera expulsado de la Tula paradisiaca (el Edén), es decir, cuando comió del fruto prohibido.

Mural de los chapulines y mariposas

Mural de los chapulines. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

Mural de los chapulines. [Foto: Virgilio Cuautle Roldán]

La mariposa es el símbolo de la capacidad de transformación, de cambiar de simples gusanos del lodo de la tierra que somos y convertirnos en mariposas, cumpliendo con la misión que tenemos aquí en la tierra.

Maravillosa la forma de plasmar conocimientos en la pintura, dos chapulines, frente a frente, formando, a su vez, una calavera. El chapulín, por sí solo, nos da varias enseñanzas, pues su sonido nos representa el poder del verbo y el que hagamos buen uso de él. Si uno al acostarse, antes de dormir, se concentra en su sonido, puede desdoblarse en astral conscientemente. La calavera nos marca la necesidad de morir psicológicamente, la muerte de las pasiones y de los defectos psicológicos.

Por lo que este mural nos habla de que, si queremos auto realizarnos (transformarnos en mariposa), debemos desintegrar nuestros defectos psicológicos (la calavera) y hacer un buen uso de la palabra (los chapulines), dejando de maldecir, mentir, levantar falsos testimonios, hablar en doble sentido, etc.