Libro: La Flauta Mágica y la Iniciación

Anexo B: El Mito gnóstico

Análisis de la obra, relacionándolo con los puntos que hacen un mito verdaderamente gnóstico. Esta parte va dirigida para los estudiantes avanzados de gnosis.

«Los caracteres que especifican claramente al Mito gnóstico y que mutuamente se complementan entre sí son los siguientes: 1. Divinidad Suprema. 2. Emanación y caída pleromática. 3. Demiurgo Arquitecto. 4. Neuma en el Mundo. 5. Dualismo. 6. Salvador. 7. Retorno.» (Samael Aun Weor. Doctrina Secreta de Anáhuac)

1. Divinidad Suprema.

La divinidad suprema, incognoscible e inmanifestada, debido precisamente a estas características, en momentos se representa por Osiris, Isis y Sarastro, cuando se hace mención de ellos como fuerzas intangibles.

2. Emanación y caída pleromática.

Todo tiene siete formas de interpretarse, al hablar del origen de la creación, el dragón-serpiente es el ejercito de la Voz, son los Elohim (divinidades creadoras) que dan origen a la creación. Persiguen a Tamino, pues precipitan a las esencias o mónadas al mundo tridimensional, debido a la imperfección que acusan estas. Esto es el símbolo de la caída pleromática o emanación del absoluto: la esencia (Tamino) llega al mundo sin flechas o sea sin sabiduría. Se conjuga entonces con la Reina de la Noche como el caos primordial, la noche cósmica; de ella emanan las tres fuerzas primarias de la creación, representadas en las tres damas sirvientes.

3. Demiurgo Arquitecto.

Está claramente manifiesto en los himnos dedicados a Osiris e Isis. La divinidad dual, macro-cósmicamente los Elohim hebreos, cosmocratores griegos o Dhyân-Chohans “Los Señores de la Luz” de la India, internamente nuestros padres internos.

4. Neuma en el Mundo.

Neuma es el espíritu o alma, simbolizada por el príncipe Tamino, luchando, trabajando incansablemente por pasar las pruebas.

5. Dualismo.

Claramente representado entre las potestades del mal, encarnadas en la Reina de la Noche y Monostatos, y las potencias del bien simbolizadas por Sarastro.

6. Salvador.

La Flauta Mágica, la divina gnosis encarnada, viviéndola de instante en instante, nos permite manifestar esas fuerzas divinales para que triunfen sobre el mal existente en cada uno, para salvarnos y derrotar al ego.

7. Retorno.

Al pasar todas las pruebas iniciáticas, el príncipe Tamino y Pamina, logran obtener las vestiduras sacerdotales, abriéndose ante ellos el templo del Sol, coronándose con la sabiduría eterna, y realizando el regreso a la luz.