Libros Sagrados

Reflexiones del Dhammapada

Buddha

El libro sagrado budista “El Dhammapada” insiste a lo largo se su portentosa enseñanza en que la base para cualquier posible desarrollo espiritual está en la comprensión y muerte de los distintos elementos psicológicos indeseables que en nuestro interior cargamos, conocido en el gnosticismo universal como uno de los tres factores de la revolución de la conciencia: “El Morir”.

7. Al que vive apegado al placer, con los sentidos irrefrenados, sin moderación en la comida, indolente, inactivo, a ese Mara lo derriba, como el viento derriba a un árbol débil. 8. Al que vive consciente de las impurezas, con los sentidos refrenados, moderado en la comida, lleno de fe, lleno de sustentadora energía, a ese Mara no lo derribará, como el viento no derribará a la montaña. (Cap. I)

Mara es –entre los budistas- la representación de los miles de defectos que tenemos, es el símbolo que representa el mal, el odio, el rencor, la ira, la pasión animal, la lujuria, etc. Mientras no iniciemos el camino de la comprensión y como consecuencia muerte de los distintos elementos psicológicos indeseables, seremos víctimas de nuestros propios errores. El viento de las distintas circunstancias de la vida no es más que el resultado de lo que interiormente cargamos.

221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones. (Cap. XVII)

El enemigo a seguir no se encuentra fuera de nosotros, ni es el vecino, ni el habitante del otro país, el enemigo se encuentra dentro de sí mismos. Lo cargamos en nuestro interior, nos ha acompañado desde siempre.

239. Gradualmente, poco a poco, de uno a otro instante, el sabio elimina sus propias impurezas como un fundidor elimina la escoria de la plata. (Cap. XVIII)

La clave entonces es en descubrir ese enemigo secreto, y las enseñanzas de Buda nos dicen como empezar el trabajo, esto a través de la atención a sí mismos.

Auto Observación Psicológica.

El Dhammapada describe sabiamente lo que debemos hacer para lograr los primeros pasos en el factor morir, es decir, cómo debemos llevar a cabo el trabajo para iniciar el proceso de desintegración de nuestros defectos.

Todo el capitulo II, denominado “La Atención”, es el sistema preciso que debe practicar el estudiante gnóstico para lograr descubrirse a sí mismo.

26. El ignorante es indulgente con la inatención; el hombre sabio custodia la atención como el mayor tesoro. (Cap. II)

Indudablemente se refiere a la Auto Observación Psicológica, la atención conciente de nuestros propios pensamientos y sentimientos, de lo que hacemos, solo así es posible descubrir los defectos que tenemos y de esta forma iniciar su destrucción.

29. Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras se adelanta sobre un jamelgo decrépito. 31. El monje que se deleita en la atención y observa con temor la inatención, avanza como el fuego, superando todo escollo grande o pequeño. (Cap. II)

Es fundamental el trabajo con la Auto Observación íntima si verdaderamente queremos cambiar en forma real, si no queremos caer en el auto engaño, en la negligencia y así realmente avanzar en el camino de la revolución interna.

252. Fácil es ver los fallos de los demás, pero los propios fallos son difíciles de ver. Uno avienta, como la paja, los fallos de los demás, pero esconde los propios como el cazador se esconde a sí mismo. (Cap. XVIII)

No es la observación de los defectos en los demás (que en ello ya somos expertos), sino en la observación de si mismos lo que logrará empezar este camino.

Meditación para la Muerte del Yo

282. Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que pueda aumentar la sabiduría. (Cap. XX)

Si bien es muy importante, no solo basta la auto observación para destruir los defectos, se requiere unir esta técnica a la de la meditación interna, defecto descubierto en el campo de la acción debe ser sometido a hondas reflexiones con el cuerpo y la mente relajados.

23. Aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el supremo Nibbana. 27. No os recreéis en la negligencia. No intiméis con los placeres sensoriales. El hombre que medita con diligencia, verdaderamente alcanza mucha felicidad. (Cap. II) 110.

El Nibbana o Nirvana son Estados de Conciencia superiores, que pueden ser alcanzados en el diario vivir, si logramos emanciparnos de las cárceles del dolor, provocadas por la ira, la lujuria, el orgullo, la pereza, etc.

110. Un solo día de la vida de una persona virtuosa y meditativa vale más que los cien años de la vida de una persona inmoral y descontrolada. (Cap. VIII)

Es la meditación el Pan Diario del Sabio, solo a través de la meditación con el fin de comprender a fondo nuestros distintos Yoes es posible estudiarlos a fondo, y así quitarles fuerza y destruirlos. ¿Cómo podríamos eliminar lo que no conocemos?

181. Los sabios se adiestran en la meditación y se deleitan en la paz de la renuncia; tales Budas de mente perfecta incluso por los dioses son muy queridos. (Cap. XIV)

La auténtica y verdadera renunciación es no volver a cometer un delito y eso solo es posible desintegrando los actores que las producen, esos actores son los enemigos de la verdad, ellos subyacen en el interior de si mismos, solo la meditación nos permite introducirnos en el interior de si mismos y descubrirlos.

384. Mediante la meditación y la Visión Cabal, el noble alcanza la más alta Sabiduría y, liberándose de toda atadura del que sabe, se extingue. (Cap. XXVI)

El Domino de la Mente

El Trabajo con la muerte de los elementos psicológicos indeseables que cargamos, existen obstáculos serios a vencer, uno de ellos es la mente, por ello nos dice este libro sagrado.

36. La mente es muy difícil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasías. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad. 37. Dispersa, vagando sola, incorpórea, oculta en una cueva, es la mente. Aquellos que la someten se liberan de las cadenas de Mara. (Cap. II)

La mente es la guarida del deseo, en el trabajo con la muerte del Yo, debemos aprender a vigilar la mente, a estudiar sus mecanismos, sus estructuras, solo así será posible emanciparnos de las cadenas de Mara (El Yo Psicológico).

47. Al que recoge tan sólo las flores (de los placeres sensoriales) y cuya mente se distrae (en los objetos de los sentidos), la muerte le arrastra como una enorme inundación arrasa a un pueblo entero mientras duerme. (Cap. IV)

Es imprescindible estudiar la mente, saber el cómo funciona, el porqué funciona, el conocer los distintos procesos mentales, el estar atentos a ellos, nos llevan a descubrir el manejo del Yo en nosotros y como consecuencia adelantar el trabajo en si mismo.

Las Consecuencias de nuestros Actos

Advierte en forma específica los resultados desastrosos de los actos impulsados por el Yo.

67. No está bien hecho aquel acto que causa remordimiento después de llevado a cabo, y cuyo resultado uno experimenta lamentándolo con lágrimas en la cara. 68. Bien hecho es aquel acto que no causa arrepentimiento y cuyo resultado uno experimenta con la mente llena de gran deleite y felicidad. (Cap. V. )

Continúa el libro sagrado comentando cómo las consecuencias de nuestros actos nos alcanzarán siempre.

127. Ni en los cielos ni en medio del océano, ni en una gruta en las montañas se halla un lugar donde uno pueda permanecer a salve de las consecuencias de sus males actos. (Cap. IX). 136. Cuando un necio obra mal, por sus propios hechos este estúpido hombre estará atormentando, como uno abrasado por el fuego. (Cap. X)

Estudio unido a la acción

Estas escrituras insisten en la necesidad de que solo uniendo la acción práctica de las enseñanzas cuando dice:

19. Aunque uno recite muy a menudo las escrituras, si es negligente y no actúa en consecuencia, es como el vaquero que cuenta las vacas de los otros. No obtiene los frutos de la Vida Santa. 20. Aunque uno recite poco las escrituras, si se conduce según la Enseñanza, abandonando el deseo, el odio y la ilusión, provisto con una mente bien liberada y no apegándose a nada ni aquí ni después, obtiene los frutos de la Vida Santa. (Cap. II)

Incuestionablemente los libros sagrados son pozos de verdadera sabiduría milenaria, pero es indispensable que sean comprendidos y puestos en práctica.

51. Igual que una flor bella y de brillante color, pero sin perfume, así son de estériles las buenas palabras de quien no las pone en práctica. 52. Igual que una flor bella y de brillante color, y asimismo rebosante de perfume, son de fructíferas las buenas palabras de quien las pone en práctica. (Cap. III)

El Trabajo Esotérico Gnóstico consiste en transformar el momento presente, este instante y cada instante que vivimos. Debemos descubrir los deseos que se nos presentan a cada momento, identificar los odios, los resentimientos, la ilusión, etc.

Es de esta forma como podremos en verdad, llevar a cabo a hechos concretos las enseñanzas sagradas.

223. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad. (Cap. XVII)

El Trabajo Esotérico Gnóstico no es para mañana, ni para después, ni con el tiempo lo lograré, el Trabajo Esotérico Gnóstico es Aquí y Ahora.

229. La sabiduría brota en aquel que se examina día a día, cuya vida es intachable, inteligente, arropado con el conocimiento y la virtud. (Cap. XVII)

Jenaro Ismael Reyes Tovar. ICQ Loreto, Zac. México.

“Necesitamos ver los distintos Yoes en acción, descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos existe un porcentaje de nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos creado, etc. Entonces exclamaremos: ¿pero qué está haciendo este Yo, qué está diciendo, qué es lo que quiere, por qué me atormenta con su lujuria, con su ira, etc.? Entonces veremos, dentro de sí mismos, todo ese tren de pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas, dramas personales, elaboradas mentiras, discursos, excusas, morbosidades, lechos de placer, etc., etc., etc.” Samael Aun Weor, “Psicología Revolucionaria”, Capítulo Nº 21.

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